La nueva semana laboral de 65 horas en la Unión Europea

Miguel Máiquez, 14/06/2008

Los detalles del acuerdo de la UE para que se pueda aumentar la jornada de trabajo. Quién apoya la medida y por qué; quién se opone y con qué motivos. Cómo nos afectaría la nueva norma: quiénes trabajan más y quiénes menos.

1. ¿Qué es la Directiva del Tiempo de Trabajo?

Una norma introducida por la Comisión Europea en 1993 con el objetivo de salvaguardar los derechos de los trabajadores, en la que se pone un límite al número de horas que se puede trabajar a la semana y se especifican también los tiempos de descanso y las características del trabajo nocturno.

2. ¿Qué derechos contempla actualmente esta directiva?

  • Un máximo de 48 horas semanales de trabajo. Once horas seguidas de descanso al día.
  • Una pausa cuando la jornada es mayor de seis horas.
  • Un día de descanso como mínimo a la semana.
  • Cuatro semanas de vacaciones.

3. ¿Qué es la cláusula ‘opt-out’?

Un añadido a esta directiva que permite a los estados miembros que lo deseen autorizar a los trabajadores pactar con sus empresas jornadas semanales por encima de las 48 horas. Hasta ahora, tan sólo se ha aplicado en el Reino Unido.

4. ¿Qué se ha aprobado ahora?

El pasado día 9, y tras 12 horas de discusiones, la UE aprobó una nueva directiva que modificaría la actual, y que establece que, si bien, como regla general, la semana de trabajo en la UE debe seguir teniendo 48 horas como máximo, en virtud de acuerdos individuales se permitirá que empresario y trabajador puedan alargar la jornada hasta 60 horas semanales, calculadas como media durante un periodo de tres meses, e incluso hasta 65 horas en el caso de guardias médicas y otros colectivos considerados especiales. Esta medida, pues, consagraría en toda la Unión la llamada free choice (libertad de elección) del trabajador, al estilo británico, es decir, el opt-out.

5. ¿Quién la ha aprobado?

El Consejo de Ministros de Trabajo de la UE, es decir, el órgano en el que están presentados los ministros de Trabajo de los 27 países de la Unión. La propuesta fue presentada por Eslovenia –estado que ocupa actualmente la presidencia de turno del Consejo- , concretamente, por la ministra de Trabajo de este país, Marjeta Cotman.

6. ¿Es definitivo?

Aún no. El acuerdo debe recibir todavía el visto bueno del Parlamento Europeo. Por otro lado, en el caso de ser aprobado, cuatro años después de la entrada en vigor de la norma, el Ejecutivo comunitario deberá elaborar un informe sobre la aplicación de las excepciones a la jornada de 48 horas, informe que podrá ir acompañado de «propuestas para reducir el exceso de horas trabajadas».

7. ¿Será obligatorio?

No. De ser aprobado, este acuerdo no impone la nueva semana laboral, sino que la permite. Es decir, no será obligatorio aplicarla, aunque si se aplica, ya no será ilegal. La aplicación de la norma en los estados miembros dependerá de la legislación interna de cada uno y de la negociación de los convenios colectivos con los sindicatos.

8. ¿Qué garantías tendrán los trabajadores?

La nueva directiva contempla una serie de salvaguardas para garantizar, en teoría, que los trabajadores aceptan el opt-out voluntariamente y no forzados por temor al despido. El empresario deberá obtener un consentimiento por escrito del trabajador para trabajar más de 48 horas. La validez del consentimiento no podrá ser superior a un año y será renovable. El acuerdo entre empresario y trabajador no podrá firmarse en el momento de la rúbrica del contrato ni durante las cuatro primeras semanas de la relación laboral.

9. ¿Qué pasará si en unos países se aplica y en otros no?

Es probable que la norma no se llegue a aplicar de forma general en países con más tradición de derechos sociales en materia laboral, como España. Pero el hecho de que sí se haga en otros estados también puede afectarnos, ya que supondrá un desequilibrio en los costes laborales por trabajador, lo que puede implicar una mayor deslocalización industrial. Es decir, las grandes empresas multinacionales se plantearán invertir más donde sus empleados puedan trabajar más horas y permitan más flexibilidad.

10. ¿Cuántas horas supone al día esta nueva jornada semanal?

Hasta ahora, la legislación se movía entre 40 horas semanales (8 horas al día) y 48 (algo más de 9 horas y media). Trabajar 60 horas a la semana supone una media de 12 horas diarias. Con esta medida, la UE superaría en más de un 35% lo que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) considera una jornada «excesiva».

11. ¿Se podrían superar incluso las 60–65 horas?

Sí, si hay un acuerdo en ese sentido entre los interlocutores sociales, o si así lo establece el convenio colectivo del sector en cuestión.

12. ¿Se aplicaría la norma a todos los contratos?

No. Los contratos de menos de diez semanas de duración no quedarían cubiertos por estas disposiciones.

13. ¿Cómo afectaría a las guardias médicas?

Varias sentencias del Tribunal de Justicia de la UE ha dictaminado que las guardias deben considerarse tiempo de trabajo, por lo que la directiva actual se quiere reformar precisamente para evitar los elevados costes que tendría la aplicación de estas sentencias (según la Comisión, 23 estados miembros incumplen esta jurisprudencia). Con la nueva normativa, el periodo inactivo de las guardias (cuando los médicos duermen en el hospital, por ejemplo) podrá ser considerado tiempo de trabajo. También en este caso se deberá llegar a un acuerdo con la Eurocámara, que pide que las guardias se consideren tiempo de trabajo.

14. ¿Quiénes están a favor de esta nueva directiva?

Además de Eslovenia, la iniciativa cuenta con el apoyo de los países partidarios de una mayor flexibilidad en el mercado de trabajo, encabezados por el Reino Unido, y entre los que ahora se encuentran también Francia e Italia, así como Alemania, Austria y la mayoría de los países que se incorporaron a la UE en mayo de 2004.

15. ¿Quiénes se oponen?

España, que ha sido uno de los países más críticos con esta propuesta, se abstuvo en la votación por considerar el texto «un retroceso social». El Gobierno español quería que las excepciones (opt-out) a las 48 horas se eliminaran por completo tras un periodo transitorio. También se opusieron Bélgica, Chipre, Grecia y Hungría, y presentaron reservas asimismo Portugal y Malta. Los principales sindicatos europeos han expresado igualmente su rechazo.

16. ¿Por qué se ha aprobado ahora?

Principalmente, porque Francia e Italia, dos de los países con más peso de entre los que se oponían, han dejado de oponerse. La propuesta, que ha sido aprobada al sexto intento, estaba paralizada desde hacía cuatro años por el rechazo de un frente común formado principalmente por España y estas dos naciones, que ejercían la llamada minoría de bloqueo. Italia fue, con la vuelta de Silvio Berlusconi al poder, la primera en abandonar este frente. Le siguió la Francia de Nicolas Sarkozy, tras pactar con el Reino Unido el apoyo para otra directiva que se negocia paralelamente (la reforma de las agencias de trabajo temporal).

17. ¿Qué argumentan los que están a favor?

La ministra eslovena de Trabajo, Marjeta Cotman, aseguró que el acuerdo alcanzado «ofrece protección para los trabajadores y flexibilidad en la ordenación del tiempo de trabajo». John Hutton, ministro británico de Economía, indicó que este acuerdo asegura la libertad de los trabajadores para poder ganar más con más horas de trabajo, y que las empresas puedan estar cubiertas durante periodos de mayor actividad, recordando que en el Reino Unido, donde existe una mayor flexibilidad laboral, el paro se mantiene en el 5% frente al 6,7% de media de los 27. En general, los que están a favor de la medida destacan el efecto positivo que un aumento de la competitividad y de la flexibilidad laboral puede tener para la economía.

18. ¿Qué argumentan quienes están en contra?

Los países que rechazan el acuerdo y los sindicatos coinciden en señalar que la libertad que se otorga al trabajador es sólo teórica, ya que, al suprimirse este aspecto de la negociación colectiva y dejarlo al arbitrio de un pacto individual, se aboca a los trabajadores a asumir en la práctica cualquier exigencia del empresario. Asimismo, destacan que la medida supone renunciar a un derecho (las 48 horas) obtenido hace casi un siglo (en 1917) tras años de combates sindicales.

19. ¿Qué ha dicho el Gobierno español?

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, considera que la nueva directiva representa «una regresión en la agenda social»: «Nos acercamos más al siglo XIX que al XXI», añadió, indicando que la norma impide «la conciliación de la vida laboral y familiar» y no protege adecuadamente la salud de los trabajadores.

20. ¿Qué han dicho los sindicatos?

UGT señaló que la medida supone «un retroceso y un atentado», y que puede desencadenar «una situación de confrontación muy seria». CC OO manifestó que se trata del «mayor ataque al derecho laboral desde la creación de la UE».

21. ¿Qué otras reacciones se han producido en España?

  • El PSOE calificó el acuerdo de «retrógrado».
  • El PP acusó al Gobierno de «confundir» a la opinión pública porque la directiva «no es obligatoria» y «se ciñe a un problema puntual relacionado con el cómputo de las horas de las guardias médicas». Recuerda que en España la Ley establece 40 horas.
  • IU habló de «un escándalo que niega la historia política y social de la UE».
  • Para UpyD se trata de un «retroceso histórico».
  • El PNV tachó la medida de «verdadera agresión a los derechos de los trabajadores».
  • La Patronal del metal destacó que la aplicación de este acuerdo en España «es prácticamente imposible» y abogó por buscar la competitividad en otros factores distintos del coste salarial y de los precios.

22. ¿Trabajar más horas supone más productividad?

No. Los países europeos con mayor productividad son aquellos en los que se trabaja menos horas, tal y como han revelado numerosos informes recientes, entre ellos, uno de la OIT, y el Euroíndice de Adecco y la escuela de negocios IESE. Al trabajar más horas, tiende a disminuir el aprovechamiento que se hace de cada una de ellas. Una mejora en la eficiencia puede llevar a reducir la jornada de trabajo, sin que se produzca una caída en la producción.

23. ¿Cómo es la relación entre productividad y horas trabajadas en España y en Europa?

Polonia tiene la jornada laboral más prolongada (40,1 horas por semana) y la menor producción por hora (19 dólares internacionales). En segundo lugar se encuentra Portugal, con la segunda jornada más larga (39,1 horas) y el segundo menor aprovechamiento de cada hora trabajada (24,6 dólares).

España, con una de las mayores jornadas, es el tercer país que menos rendimiento obtiene por hora trabajada: de cada una de las 38,3 horas por semana que trabaja de media cada ocupado español se obtiene un valor añadido de 33,7 dólares.

Por otra parte, los tres países con jornadas medias más breves (Holanda, Alemania y Bélgica) se encuentran entre los cuatro en los que la productividad por hora trabajada es mayor. La productividad de Bélgica es un 54% más elevada que la de España y casi el triple que la de Polonia.

24. ¿Cuánto se trabaja en otros países?

Según datos de la OIT , una de cada cinco personas en el mundo trabaja un número excesivo de horas. Perú encabeza la lista, con un 50,9% de empleados trabajando más de 48 horas a la semana. Le siguen Corea del Sur (49,5%), Tailandia (46,7%) y Pakistán (44,4%). En general, se trabaja más horas en los países en vías de desarrollo, debido a la progresiva «terciarización» de sus economías (la expansión del sector de servicios) y al empleo sumergido, así como al hecho de que los bajos salarios hacen necesarias jornadas más largas para llegar a fin de mes.

En los países desarrollados, la proporción es del 25,7% en el Reino Unido, 25,5% en Israel, 20,4% en Australia, 19,2% en Suiza, y 18,1% en EE UU. Los datos son del año pasado.

25. ¿Nos acercamos al modelo estadounidense?

Sí, aunque todavía estamos lejos. En EE UU los empleados trabajan de media 41 horas semanales y sólo tienen dos semanas de vacaciones al año. En 2005 el número total de horas trabajadas en el país norteamericano fue un 15% superior a la media de la UE. A mediados de los 70, los europeos trabajaban más horas que los estadounidenses, pero la tendencia empezó a cambiar en los 80. En EE UU, al igual que en Japón o en Australia, el tiempo límite de trabajo más allá del cual hay que empezar a pagar horas extra no está reglamentado específicamente en la ley.

26. ¿Qué consecuencias negativas puede tener una semana laboral de 60 ó 65 horas para el trabajador?

Aparte de una posible reducción en la productividad, las jornadas laborales excesivas incrementan el riesgo de accidentes laborales y enfermedades, así como el coste que ello ocasiona a los trabajadores, a los empleadores y a la sociedad en general. También puede suponer una menor calidad en el servicio, debido al cansancio del trabajador.

Por otra parte, la posibilidad legal de trabajar más horas incide en una mayor dificultad a la hora de conciliar la vida laboral con la familiar, y aumenta la brecha entre hombres y mujeres: los hombres tienden a trabajar una mayor cantidad de horas que las mujeres, ya que éstas siguen siendo las principales responsables de realizar un trabajo no remunerado en los hogares.

27. ¿Cómo puede afectar a la salud?

Un estudio de la Agencia de Salud Pública del Ayuntamiento de Barcelona señala que trabajar más de 40 horas semanales perjudica la salud. El principal efecto es la falta de sueño, pero también se observan otros síntomas como insatisfacción laboral, ansiedad y depresión, hipertensión arterial, mayor probabilidad de fumar y sedentarismo. La encuesta revela que las consecuencias son peores en mujeres que en hombres.

28. ¿Cómo se sienten los trabajadores españoles?

Según una encuesta publicada esta misma semana, el 49% considera que su trabajo les demanda mucho esfuerzo y resulta agotador con la jornada actual. El dato sitúa a España a la cabeza de la UE en este sentido, seguida de Suecia y Dinamarca.

29. ¿Dónde queda ahora la jornada de 35 horas?

Más lejos. En principio, el nuevo acuerdo de la UE supone pasar de la lucha por conseguir una jornada de 35 horas semanales a la defensa del modelo actual de 48. Incluso en Francia, que adoptó las 35 horas semanales en 1998, bajo un Gobierno socialista, el modelo de 35 horas vuelve a ser cuestionado ahora por el Ejecutivo conservador de Nicolas Sarkozy, quien, aunque después se echó atrás , llegó a anunciar una reforma de la semana laboral con las consiguientes protestas ciudadanas.

30. ¿Qué medidas relacionadas con el tiempo de trabajo pueden contribuir a mejorar la calidad de vida de los empleados?

Además de reducir las jornadas laborales excesivas, la OIT recomienda:

  • Adoptar medidas que favorezcan la vida familiar (flexibilidad en la jornada, licencias de emergencia por motivos familiares, trabajo a tiempo parcial).
  • Promover el desarrollo de trabajo a tiempo parcial de alta calidad, promoviendo la igualdad de sexos.
  • Establecer un número reglamentario de horas razonable y que a la vez contribuya a elevar la productividad de las empresas, rompiendo el círculo vicioso de largas jornadas y baja remuneración.

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Más productividad. En 2004, y según reportaje publicado en El País, las 500 trabajadoras de la sucursal española de la firma Louis Vuitton decidieron exigir a sus jefes un nuevo horario laboral: entrar a las siete y salir a las tres, con una hora para comer y sin reuniones por las tardes. La empresa accedió y, dos años después, la productividad había aumentado en más de un 20% y se había reducido un tercio el absentismo laboral. El jefe de personal fue ascendido.

La patronal. En 2006, el Gobierno español hizo una llamada a las empresas para que redujeran el tiempo de trabajo siguiendo el modelo europeo, y afirmando que la jornada laboral en España es una de las más largas de Europa. La patronal (CEOE) respondió que para reducir la jornada es necesario reforzar la productividad, y destacó que los trabajadores españoles tienen más horas de las necesarias para comer, lo que reduce el tiempo de trabajo neto en cómputo anual más que en otros países de la UE. También señalaba que España encabeza la clasificación europea por número de días festivos.

Británicos. En el Reino Unido, donde los empleados pueden pactar individualmente con los empresarios jornadas laborales mayores a las establecidas por la normativa europea, alrededor de 3,3 millones de personas trabajan más de 48 horas a la semana.

Estados Unidos. La diferencia entre la media de horas trabajadas semanalmente en Europa y en EE UU se debe, en un 40%, a la mayor proporción de trabajadores a tiempo parcial existente en Europa (en Holanda, por ejemplo, son un 45% del total). Pero si miramos los datos por sexos, en el caso de los hombres la diferencia en la semana laboral entre los trabajadores estadounidenses (41,3 horas) y europeos (40,7) es muy poca, mientras que es bastante mayor en el caso de las mujeres (36,1 horas en EE UU, 32,3 en Europa). Es decir, las europeas, tanto si trabajan a tiempo completo como si lo hacen a tiempo parcial, trabajan menos horas que las estadounidenses.

Hora de comer. Hasta los tiempos de la Segunda República, en España se comía y se cenaba con horario europeo. La jornada partida tiene uno de sus posibles orígenes en la necesidad del pluriempleo en la posguerra. La jornada intensiva, o con una pausa mucho más breve para comer, propia de la mayoría de los países europeos, choca con la tradición española de dedicar mucho tiempo a la hora de la comida y la siesta, y cenar más tarde.

Casos prácticos. En la empresa de seguros Sanitas se instauró un horario de trabajo de 8.30 h a 18 h (los viernes, hasta las 13:50), con pausa para comer. Según la propia empresa, salvo excepciones, pocas personas están en su puesto de trabajo más allá de esta hora, y si lo hacen, se estudia el motivo. MRW (empresa de mensajería y envíos) tiene desde hace más de 11 años una jornada de 8.00 a 16.00 para los 500 empleados que trabajan en la sede central de la franquicia. BTSA, Biotecnologías Aplicadas, también apuesta por una jornada continua (de 9.00 a 18.00 h), con pausa de una hora para comer. Microsoft, sin embargo, prefiere la flexibilidad y que los trabajadores organicen su propia jornada laboral en la medida de lo posible.

Domingos y noches. Uno de cada siete ocupados en España (el 13,7%) asegura trabajar habitualmente en domingo, una proporción más elevada que la de otros países europeos, como Italia (13,2%), Polonia (13,1%), Reino Unido (12%), Portugal (11,1%), Bélgica (10,8%) o Suecia (10,8%). Por encima se sitúan Austria (18%) y Francia (14%). El horario nocturno, sin embargo, está menos extendido en España: 5% en nuestro país frente al 11,5% del Reino Unido, el 8,4% de Italia o el 8,1% de Austria.

Trabajar menos. El downshifting es un movimiento que nació a finales de los años ochenta en Estados Unidos, en pleno auge de la cultura yuppie. Muchos ejecutivos comenzaron a ver que ganaban mucho dinero pero trabajaban demasiadas horas, con la consecuente pérdida de salud, vida familiar, tiempo de sueño… El movimiento (del ingles down, bajar) preconiza el principio de trabajar menos para vivir mejor y con menos dinero, renunciando a determinados gastos y cambiando la filosofía de vida. Ha sido seguido desde entonces por un número cada vez mayor de personas, la mayoría ex ejecutivos o ex adictos al trabajo. Un ejemplo: Joe Domínguez trabajaba en Wall Street hasta que a los 31 años se jubiló. Abandonó su empleo para vivir solamente con unos 4.500 euros anuales (de hace 30 años), originados por los intereses de sus ahorros.

La demanda de trabajar menos para vivir mejor es razonable y deseable en el contexto de la sociedad del bienestar, siempre y cuando incluya a todas las personas con independencia de su clase social, género y etnia. Un horizonte difícil de alcanzar, pero posible si estamos dispuestos a romper con algunos de los valores imperantes en nuestra sociedad. Para que todo el mundo pueda trabajar menos para vivir mejor no basta un simple cambio de horarios. Es preciso un cambio de actitudes que permita el reconocimiento social y económico del trabajo doméstico y de cuidados, rompa con la disponibilidad laboral absoluta y abra la puerta a un consumo más responsable.

S. Moreno Colom, socióloga y profesora de la UAB, en La Vanguardia