Para los cerca de seis millones de españoles desempleados que luchan cada día por llegar a fin de mes, la crisis económica no tiene nada de relativo. Para los miles de inmigrantes que tratan de entrar cada año a la desesperada en España (o, más bien, en Europa) a través de la valla de Melilla, sin embargo, el concepto en sí debe de ser difícil de entender. En el África subsahariana, la región de donde proviene la mayoría, la renta per cápita no llega a los 2.000 dólares por término medio (unos 1.500 euros, comparados con los 7.200 de la media mundial), la esperanza media de vida al nacer está en torno a los 50 años, la tasa de alfabetización de adultos apenas supera el 60%, y la escolarización, tan solo un 50,6%, es la más baja del planeta. Son datos que conviene no olvidar ante la tentación de asombrarse por el hecho de que sigan viniendo a un país que, cada vez más, y por primera vez desde hace décadas, se está convirtiendo también en una nación de emigrantes.
Esta semana, la presión sobre la barrera que separa Marruecos de la ciudad española ha sido especialmente intensa, con cuatro intentonas masivas de entrada. Las dos primeras se produjeron en la madrugada del martes, cuando trataron de cruzar, en dos grupos, más de 500 inmigrantes sin papeles. Lo lograron unos cien. La tercera tuvo lugar en la madrugada del miércoles: lo intentaron alrededor de 200, y pasó una decena. La cuarta ocurrió el jueves, también de madrugada, cuando unos 40 inmigrantes de un grupo de 125 consiguieron sortear tanto a las fuerzas de seguridad marroquíes y españolas, como la doble alambrada. En esta última hubo dos muertos, uno en la parte marroquí y otro en la parte española, algo que, con la excepción de un fallecido en 2006, no ocurría desde la crisis de 2005, cuando murieron nueve inmigrantes en las avalanchas que se registraron en Ceuta y Melilla.
Las tragedias personales, casi siempre anónimas, que ocurren en el momento decisivo de cruzar la valla son, no obstante, tan solo una parte del drama. De los cientos de personas que pierden la vida en el camino no sabemos nada, como tampoco tenemos muchos detalles sobre la extorsión de las mafias, sobre las grandes sumas de dinero que muchos se ven obligados a pagar, o sobre el trato que reciben los indocumentados por parte de las fuerzas de seguridad, marroquíes y españolas. Sí sabemos, en todo caso, que la desesperación no remite, y que eso es algo que, según el delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, se estaría traduciendo en una nueva actitud, «más agresiva», por parte de los inmigrantes.
Estas son, en diez preguntas y respuestas, las claves de una de las fronteras más calientes de Europa.
1. ¿Cómo es la valla de Melilla?
La valla de Melilla, construida con el propósito de dificultar la inmigración ilegal y el contrabando comercial, es una doble barrera de separación de seis metros de altura que se extiende a lo largo de 12 kilómetros en la frontera entre Marruecos y la ciudad española. Fabricada con alambre, y rematada en la parte superior con alambres de púas, la valla está equipada además con luces de alta intensidad y videocámaras automáticas de vigilancia, así como con equipos de visión nocturna. Cables subterráneos conectan una red de sensores electrónicos de ruido y movimiento, y existen varios puestos de vigilancia y caminos entre las vallas para el paso de vehículos. Toda la información se centraliza en un único punto de gestión. La valla rodea todo el perímetro de la ciudad, adentrándose incluso en el mar, y su construcción costó unos 33 millones de euros.
La altura inicial de la valla, que era de tres metros, se dobló tras las avalanchas de 2005. De hecho, en 2006 la valla fue sustituida casi en su totalidad por una nueva. En la actual, el alambre empleado no produce los graves cortes que ocasionaba el anterior, pero las características retráctiles de la parte final hacen que resulte mucho más difícil traspasarla. Y si se logra superar la primera línea, entre la primera valla y la segunda existe además un entramado a modo de tela de araña con cable de acero que ralentiza la maniobrabilidad y retrasa el paso, lo que da a las fuerzas de seguridad más tiempo para llegar a la zona. Según informó el Gobierno cuando presentó la nueva valla, en 2006, las incorporaciones tecnológicas supusieron un ahorro de personal de vigilancia de en torno a un 50%.
La empresa responsable de su instalación explicó en su día que la valla tiene una inclinación de diez grados hacia Marruecos para impedir que los inmigrantes trepen. «Y si alguien consigue pasar, la propia sirga [red] hace como un sistema de escalera para que no se caigan abajo», añadió. La empresa realizó pruebas con alpinistas: en teoría, el tiempo que se tarda en superar todos los obstáculos supera el cuarto de hora.
2. ¿Cuántos cruzan?
La presión migratoria sobre la valla de Melilla viene siendo constante desde hace ya más de un año, lo que mantiene en alerta permanente a las fuerzas de seguridad. La Delegación del Gobierno en Melilla indicó el pasado mes de enero en su informe anual que en 2011 consiguieron pasar a través de la valla un total de 486 inmigrantes, de los más de 4.000 que lo intentaron, una cifra que supone un aumento del 771% con respecto al año anterior, cuando cruzaron 63. La mayoría fueron repelidos entre la Guardia Civil y las autoridades marroquíes, que contaron en 2012 con el refuerzo de la Policía Nacional y de la Policía Local de Melilla. Según las mismas fuentes, en 2012 se produjeron 28 asaltos a la valla, frente a un único intento en 2011.
En 2012, además, las autoridades tuvieron que hacer frente a nuevas entradas a través de las islas y los peñones. Un total de 208 subsaharianos, casi una décima parte de todos los que llegaron a Melilla en 2012, consiguieron llegar a Melilla haciendo escala en los islotes de soberanía española que hay repartidos por el Norte de África.
Por otra parte, se ha detectado que entre los inmigrantes que llegan hay cada vez más niños y mujeres en avanzado estado de gestación. El año pasado nacieron 57 bebés en el saturado Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), una instalación con capacidad para 480 personas que ha llegado a acoger a más de 800, lo que obligó el pasado mes de octubre a utilizar tiendas de campaña y literas prestadas por el Ejército.
La inmensa mayoría de los inmigrantes que tratan de cruzar la valla proceden del África subsahariana. Su destino final no es Melilla. La ciudad española es la puerta de entrada a Europa.
3. ¿A qué se debe este aumento?
Una de las causas puede ser la proximidad de Melilla a la frontera con Argelia, donde, según organizaciones marroquíes citadas la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) en su informe Derechos Humanos en la Frontera Sur 2013, han sido «expulsadas al desierto» más de 2.000 personas. Otro factor importante es el recrudecimiento de la inestabilidad política en la región subsahariana. Muchos inmigrantes no llegan solo buscando oportunidades económicas, sino también huyendo de conflictos bélicos.
En cualquier caso, y como denuncia la ONG Andalucía Acoge, el flujo de inmigrantes hacia Melilla «ha sido y seguirá siendo continuo», y «seguirá cobrándose numerosas vidas como ha hecho a lo largo de estos últimos años, en los que no han servido de nada los trabajos para mejorar la valla y el refuerzo de la seguridad». Para esta organización, la solución pasa por que las autoridades competentes aborden sus decisiones «desde la óptica de los derechos humanos y no desde la visión de la contención y la represión, porque están consiguiendo que la inmigración entre África y Europa sea «una ruta de muerte para las personas que lo intentan».
4. ¿En qué consiste la nueva «actitud agresiva»?
El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, insistió esta semana en que se han detectado «novedosas prácticas de amenazas y presión a las Fuerzas de Seguridad del Estado que vienen protagonizando últimamente y en mayor medida los inmigrantes que intentan acceder a Melilla». De acuerdo con fuentes policiales citadas por la agencia Efe, «los subsaharianos vienen dispuestos a jugarse su propia vida, sin importar si ponen en riesgo la vida de los demás. En los asaltos al vallado, utilizan piedras y palos, mientras que, en las llegadas en patera, vienen provistos de garrafas con gasolina e, incluso, amenazan con tirar al mar a los menores que viajan en las embarcaciones».
Las denuncias de «agresividad» han sido recurrentes por parte de las autoridades locales en los últimos meses. Organizaciones de derechos humanos y de apoyo a los inmigrantes destacan, sin embargo, que son los inmigrantes quienes sufren comportamientos agresivos por parte de las fuerzas de seguridad, y que a menudo se producen expulsiones irregulares, cuando no ilegales, de inmigrantes que ya han han logrado llegar a España.
5. ¿Se producen expulsiones ilegales?
El pasado mes de junio, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) preguntó al fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, si los agentes en Melilla pueden estar cometiendo alguna ilegalidad al cumplir órdenes de sus mandos para que expulsen directamente a los inmigrantes que han logrado llegar a la ciudad, lo que constituiría un incumplimiento de la Ley de Extranjería. Esta iniciativa provocó que el delegado del Gobierno en Melilla señalase que «cualquier guardia debería saber cuáles son sus funciones».
Tras la entrada en vigor en octubre de 2012 del convenio hispano-marroquí para la readmisión de inmigrantes irregulares, el Ministerio del Interior confirmó al diario El Faro de Melilla que no existe un protocolo de actuación ante la inmigración ilegal para saber en qué situaciones se deben ejecutar las devoluciones a Marruecos de las personas que saltan la valla o entran en patera a la ciudad, y en cuáles se aplica la Ley de Extranjería.
Ante las denuncias de varios grupos políticos en torno a la ilegalidad de las supuestas devoluciones de inmigrantes en Melilla, la AUGC solicitó primero a la Comandancia de la Guardia Civil de la ciudad la confección de un protocolo de actuación ante la inmigración ilegal. Sin embargo, esta institución denegó la petición por considerar que la AUGC, al pedirlo, se extralimitaba en sus derechos representativos. La AUGC recurrió entonces al jefe de zona de la Guardia Civil de Sevilla y, posteriormente, a la Fiscalía General del Estado.
6. ¿Qué ocurre en el lado marroquí?
A finales de junio, cuatro ONG marroquíes –la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), el Grupo Antirracista de Acompañamiento y Defensa de los Extranjeros (GADEM), el Foro Alternativas Marruecos y la Asociación Luz de la Inmigración Clandestina en el Magreb (Alecma)– denunciaron en Rabat «la represión» que padecen los inmigrantes en la frontera norte de Marruecos, y pusieron en marcha una campaña bajo el nombre Nº 9 - Alto a la violencia en las fronteras, con el objetivo de combatir «la represión cotidiana y sistemática de los migrantes y los abusos cometidos contra ellos en la verja de 12 kilómetros y seis metros de altura que rodea Melilla».
Por su parte, la Asociación Pro Derechos de la Infancia (Prodein), que trabaja a diario con la inmigración en Melilla, indica, en un recién publicado informe sobre la situación de los inmigrantes en el entorno de la valla, que «la violencia ejercida sobre estas personas en situación de desamparo no puede consentirse, ni tampoco su entrega sin garantías a Marruecos, donde el trato que reciben es absolutamente degradante, generalizándose las agresiones y consecutivamente abandono en zonas lindantes con la frontera de Argelia, o montes de los alrededores de Melilla, lugares donde también sufren este tipo de persecuciones y malos tratos».
7. ¿Cómo ha respondido el Gobierno a los últimos asaltos?
El secretario de Estado de Interior, Francisco Martínez, anunció este miércoles que el Gobierno realizará inversiones «inmediatamente» en los puestos fronterizos en Ceuta y Melilla, unas inversiones que, añadió, «ya están en marcha», ante los recientes asaltos a las vallas. Martínez afirmó que los últimos asaltos son un ejemplo de la acción «tremendamente tenaz y en muchos casos también muy violenta de las mafias del tráfico de seres humanos».
Según el número dos del Ministerio del Interior, las medidas adoptadas en la barrera que separa Melilla de Marruecos «van bien» pese a la «lamentable pero muy intensa actividad de las mafias» que se lucran con los inmigrantes que quieren entrar en territorio español. En este sentido, Martínez aseguró que la actividad de esas organizaciones delictivas obliga a tomar medidas de acción policial e inversiones inmediatas en los puestos fronterizos que «darán resultado».
Martínez recordó que en verano se producen más intentos masivos de entrada, la mayoría de ellos «de carácter violento que ponen en situación de riesgo a las fuerzas de seguridad». Por ello, insistió en que hay que actuar «con mucha prudencia, atacando el fenómeno de la mafias que se están lucrando con el drama de muchas personas», y en que España tiene hacerlo «en estrecha colaboración con Marruecos».
8. ¿Qué pasa en el monte Gurugú?
El monte Gurugú es el punto más elevado del cabo de Tres Forcas, la península donde se halla Melilla. El Gurugú, que domina la ciudad española, es actualmente el refugio de muchos inmigrantes sin papeles procedentes del África subsahariana, que aguardan en sus laderas una oportunidad para cruzar la valla. Los inmigrantes acampados en esta zona se encuentran en condiciones muy precarias y son hostigados a menudo por la policía marroquí.
9. ¿Cuáles han sido los asaltos más numerosos a la valla?
Una cronología de las avalanchas más importantes, con información de la agencia Efe:
- 8 de agosto de 2004. Más de 250 inmigrantes intentan entrar violentamente en Melilla a través del Frente de la Purísima, en un asalto que duró quince minutos, durante los cuales unos cuarenta inmigrantes consiguieron su propósito. Cinco inmigrantes y dos miembros de la Guardia Civil resultaron heridos.
- 23 de junio de 2005. La Guardia Civil impide la entrada de unos 250 inmigrantes subsaharianos por la zona vallada de Pinares de Rostrogordo, que separa Melilla de Marruecos, en un asalto en el que varios agentes resultaron heridos. Posteriormente, la Gendarmería marroquí detuvo en su territorio a 87 inmigrantes que participaron en el intento de salto.
- 26 de agosto de 2005. Unos 250 inmigrantes subsaharianos intentan entrar de forma masiva en España haciendo uso de escaleras para saltar la valla, por la zona de Pinares de Rostrogordo. Varios de los inmigrantes resultaron heridos al caerse de las mismas, mientras que una decena de ellos consiguió penetrar en territorio español.
- 28 de agosto de 2005. Un grupo formado por unos 300 subsaharianos vuelve a intentar saltar la valla por la misma zona de Pinares de Rostrogordo, donde falleció un joven camerunés, en unas circunstancias que aún están siendo investigadas. En esta ocasión, más de ochenta inmigrantes consiguieren su propósito pese a la presión ejercida por la Guardia Civil.
- 27 de septiembre de 2005. Medio millar de inmigrantes asaltan entre las 5.30 y las 6.30 el perímetro fronterizo de Melilla, consiguiéndolo más de un centenar. Unas quince horas después, cerca de 400 lo volvieron a intentar, y lo consiguieron unos 200. Fue la mayor avalancha registrada hasta entonces.
- 29 de septiembre de 2005. Cinco inmigrantes subsaharianos fallecen tiroteados durante un asalto masivo protagonizado por cerca de 700 inmigrantes a la valla de Ceuta. Un total de 214 consiguieron entrar en la ciudad.
- 3 de octubre de 2005. Unos 650 subsaharianos intentan un nuevo asalto a la valla de Melilla, consiguiéndolo al menos 350. En esta ocasión, los inmigrantes tumbaron dos tramos de veinte metros cada uno del vallado, en la zona donde había sido elevado recientemente de 3 a 6 metros. Durante el asalto, que se saldó con 135 heridos, entre ellos siete guardias civiles, los inmigrantes hicieron uso de una agresividad «desconocida hasta el momento», según la Delegación del Gobierno en la ciudad.
- 5 de octubre de 2005. Unos 500 inmigrantes protagonizan un nuevo asalto a la valla de Melilla, consiguiendo entrar en la ciudad al menos 65. El asalto se produjo en Pinares de Rostrogordo, una zona en la que todavía no se había aumentado la altura de la valla. Ya por la noche, las fuerzas de seguridad marroquíes impidieron que otros 150 inmigrantes saltaran de nuevo la valla melillense.
- 6 de octubre 2005. Seis inmigrantes mueren al repeler con fuego las fuerzas oficiales de Marruecos un nuevo asalto a la valla de Melilla en el que participaron cerca de 400 inmigrantes. Marruecos afirma que sus agentes actuaron en «legítima defensa».
- 10 de julio de 2012. Dos grupos, que sumaban 350 inmigrantes, intentan saltar la valla y un soldado marroquí fallece al tratar de evitarlo.
- 18 de agosto 2012. Alrededor de 300 inmigrantes intentan saltar a la altura de un tramo de valla que discurre por el río de Oro en Melilla, 60 de los cuales lograron su propósito.
- 16 de octubre de 2012. En torno a un centenar de inmigrantes subsaharianos consiguen acceder a Melilla, tras saltar la valla por la zona del río de Oro, por segundo día consecutivo, en un asalto protagonizado por unas 300 personas, también a plena luz del día. La Delegación del Gobierno califica el asalto como «una invasión en toda regla». Los que fueron detenidos caminaban gritando «libertad».
- 12 de noviembre de 2012. Marruecos impide un asalto masivo de inmigrantes a la valla de Melilla protagonizado por cerca de 200 personas.
- 26 de de abril de 2013. Un grupo de unas 200 personas intenta saltar la valla. Alrededor de 50 lo consiguen.
- 26 de junio de 2013. Logran cruzar alrededor de cien inmigrantes, de un grupo de unos 300.
- 23-25 de julio de 2013. Un millar de inmigrantes trata de saltar la valla en varias oleadas durante tres días. Lo consiguen alrededor de 150.
10. ¿Cuántos muertos ha habido?
Al menos 22 inmigrantes han muerto durante los últimos años en las fronteras que separan Marruecos de Melilla y Ceuta. Trece de ellos perecieron mientras intentaban saltar la valla de Melilla, o en el territorio colindante. Nueve murieron durante 2005 –siete en territorio marroquí y dos en España–, tres fallecieron en 2006 –dos en territorio marroquí y uno en español–; uno en 2009 –en territorio marroquí– y dos en 2013 –uno en España y otro en Marruecos–.
En Ceuta, fueron seis los inmigrantes fallecidos. Cinco murieron el 29 de septiembre durante un asalto masivo a la valla de Ceuta (dos perecieron en el lado español, y tres en suelo marroquí. El sexto murió en 2009 tras quedar atrapado en la concertina de la valla.