Más de 7 millones de telespectadores (64,2% de cuota de pantalla) vieron el año pasado el mensaje navideño del rey en el conjunto de las 30 cadenas –nacionales, autonómicas y canales creados tras la irrupción de la TDT– que lo emitieron. Era un mensaje esperado, tras el estallido del caso Urdangarin; el mensaje en que el monarca dijo aquello de que «la justicia es igual para todos», y añadió que «las conductas censurables deben ser sancionadas». La expectación generada frenó ligeramente la pérdida de espectadores que, con alguna excepción, se ha venido registrando en los últimos años (9,1 millones en 2000, 8,2 millones en 2006, 7,2 millones en 2009), pero no fue suficiente para recuperar los niveles de hace una década. La audiencia en 2011 fue prácticamente la misma que en 2010 (7.120.000 y 7.165.000, respectivamente).
¿Se está reduciendo el interés por lo que el rey tenga que decir en Nochebuena? Un análisis histórico de las audiencias del mensaje navideño del monarca permite sacar dos conclusiones: Cada vez se ve un poco menos, y se nota una ligera remontada cuando ha habido algún acontecimiento extraordinario durante el año. No obstante, en el seguimiento del tradicional discurso regio influyen muchos factores que no es fácil medir. Algunos de ellos tienen que ver con el medio mismo en que se transmite: ¿Sigue siendo la televisión la reina de la noche en unos hogares donde Internet va desviando cada vez más la atención mediática hacia otras pantallas (portátiles, teléfonos inteligentes, tabletas)? No en vano, este año la Casa Real ha invitado a seguir el discurso también a través de la Red, con un contador que indica las horas que faltan para su emisión en directo mediante streaming. Otros factores son puramente generacionales: ¿Están los más jóvenes pendientes del discurso del monarca, o solo son ya los abuelos quienes mandan callar a la familia porque «va a hablar el rey»? Por edades, en 2011 el discurso obtuvo las mejores cuotas de pantalla entre los mayores de 45 años. Por sexos, fue más visto entre las mujeres…
Por otra parte, y aunque, evidentemente, no solo los monárquicos ven el discurso del rey, también es cierto que, aunque la monarquía sigue contando con un respaldo importante, este apoyo ha ido descendiendo poco a poco en los últimos años (69% en 2007, 57% en 2010, 49% en 2011, según un sondeo de Metroscopia para El País realizado en diciembre de 2011). Además, los últimos escándalos en que se han visto envueltos tanto el rey como algunos miembros de la Casa Real pueden haber mermado el respeto a la figura del monarca, si bien esto no tiene por qué traducirse en un menor seguimiento del discurso, teniendo en cuenta que el morbo también genera mucha audiencia.
¿Qué razones llevan actualmente a los españoles a sentarse frente al televisor en Nochebuena para ver al rey antes de cenar? ¿Esperan palabras de aliento ante la crisis económica? ¿Un mensaje de unidad y confianza? ¿Consuelo para los parados? ¿Un respaldo o una crítica velada al Gobierno? ¿O, más bien, como en el caso de este año, ver qué tiene que decir ante escándalos como el de su accidente durante una cacería en Botsuana o la investigación por corrupción que afecta a su yerno? ¿Mencionará los recortes al presupuesto de la Casa Real? ¿Hará alguna referencia al separatismo catalán?
El periodista y profesor de Periodismo Manuel Ventero Velasco, autor del libro Los mensajes de Navidad del Rey (La Ley, 2010), destaca en una entrevista a la agencia Europa Press «la libertad del monarca» en estas alocuciones navideñas, a pesar de que los discursos cuentan con el preceptivo visto bueno del Gobierno. «El ejercicio del derecho de mensaje del Rey es un asunto de equilibrio entre Gobierno y Jefatura del Estado, en el que ambos órganos tienen que ceder posiciones necesariamente», indica Ventero. Según este autor, a veces ha habido alguna «invitación» de Moncloa a Zarzuela para cambiar una determinada expresión «porque pudiera ser ambigua o entenderse mal», pero «solo han sido un par de casos, y en un ambiente de normalidad». «Es algo anecdótico, como no puede ser de otra manera. Imaginemos la crisis de Estado que plantearía un conflicto semejante», añade.
Tras analizar pormenorizadamente 35 mensajes navideños emitidos por el rey, Ventero concluye que Juan Carlos I es «un buen comunicador», y que «resulta cercano». El profesor destaca asimismo la adaptación de los mensajes a los cambios en la sociedad española (las referencias religiosas de los primeros años se van abandonando poco a poco, por ejemplo), así como la importancia de la escenografía en las alocuciones: «Nada es casual, se forma un escenario audiovisual acorde con lo que se quiere decir».
Hace tan solo unos días la Casa Real estrenó un canal en YouTube donde pueden verse íntegros (con los comentarios desactivados) todos los mensajes navideños del rey desde 1975. A juzgar por la respuesta en Internet (42.000 reproducciones en un solo día), Juan Carlos I sigue teniendo tirón. O tal vez sea la oportunidad de ver documentos históricos, de asomarse a cómo éramos y comprobar cómo hemos evolucionado en estos casi 40 años, de repasar los acontecimientos más importantes de nuestra historia, unos hechos que, de un modo u otro, suelen estar siempre presentes en los discursos de Navidad del Jefe del Estado. ¿De qué hablaba el rey entonces y de qué habla ahora? ¿De qué suele hablar siempre? ¿Cómo vestía hace cuatro décadas y cómo viste ahora? ¿Ha hablado siempre con un belén detrás? ¿Cómo le ha ido marcando el paso del tiempo?
En vísperas del mensaje de este año, analizamos los discursos navideños del rey a través de los mensajes más significativos. Muchas de las declaraciones realizadas por el monarca en el pasado ante determinados problemas de la sociedad española, como las distintas crisis económicas y el paro, no desentonarían en un discurso actual.
1975
El contexto. Tras 40 años de dictadura, España iniciaba una nueva etapa en su historia. Franco había muerto hacía tan solo un mes y Juan Carlos I acababa de ser proclamado rey.
El mensaje. Arranca con una mención a Franco: «El año que finaliza nos ha dejado un sello de tristeza, que ha tenido como centro la enfermedad y la pérdida del que fue durante tantos años nuestro generalísimo. El testamento ofrecido al pueblo español es, sin duda, un documento histórico que refleja las enormes cualidades humanas y lo sentimientos llenos de patriotismo sobre los que quiso asentar toda su actuación al frente de nuestra nación». Hay también importantes referencias cristianas («el hondo significado de espiritualidad, que nos puede servir para recordar la actualidad del mensaje de Cristo hace casi 2.000 años, un mensaje de paz, de unidad y de amor que es la esencia de nuestro cristianismo») y llamamiento a la unidad, la confianza y el sacrificio para hacer frente a «los problemas que tenemos ante nosotros», que «no son fáciles».
El escenario. El monarca, con papeles en la mano, aparece junto a la Familia Real (la Reina, el Príncipe y las Infantas). A Don Felipe, que tiene entonces siete años de edad, le cuesta estarse quieto. De fondo, flores y un gran belén.
» Vídeo: Mensaje de Navidad del rey en 1975 (YouTube)
1976
El contexto. El rey había cumplido un año como Jefe del Estado. Adolfo Suárez era el nuevo presidente del Gobierno, tras la dimisión en julio de Carlos Arias Navarro. Santiago Carrillo había sido detenido unas semanas antes al entrar en España junto con otros dirigentes comunistas.
El mensaje. Optimismo («hay motivos para sentirnos contentos con lo realizado y animados para seguir afrontando el futuro con esperanza») y agradecimiento al «apoyo constante» del pueblo español. Sin concretar, el rey señala que «el crecimiento de la población y la evolución de las costumbres» han creado «tensiones espirituales e ideológicas que sacuden con fuerza nuestra sociedad», y añade que «con el firme asidero de nuestra fe en Dios debemos asimilar y aprovechar los valores positivos de esta evolución, eliminando sus aspectos perjudiciales, para conservar, a toda costa, el patrimonio espiritual de nuestra patria». Con respecto a los cambios políticos, el rey defiende la monarquía como garante de la unidad y pide «prudencia», pero también «decisión». Hay también una referencia a la crisis económica de entonces, y advierte que harán falta «decisiones que requieren sacrificios de todos». Alude al problema del paro y a la necesidad de una reestructuración del tejido productivo.
El escenario. En un tono más relajado y algo menos solemne que el año anterior, el mensaje comienza con el Príncipe y las Infantas completando el belén navideño. Después, el monarca, de nuevo con el discurso en la mano, vuelve a hablar acompañado por su familia, ya sin el belén de fondo.
» Vídeo: Mensaje de Navidad del rey en 1976 (YouTube)
1978
El contexto. La Constitución ha sido aprobada en referéndum.
El mensaje. El rey insiste varias veces en la necesidad de la unidad, y menciona los retos que plantean los «nuevos sistemas de convivencia». Habla también de «democracia ineludible» y de «devolver la soberanía al pueblo español», y recuerda a los emigrantes españoles el extranjero, al tiempo que rinde homenaje las fuerzas armadas. El lenguaje es más enrevesado que en los discursos anteriores («no es menos verdad que pertenecemos a una familia históricamente más grande y mayoritaria en la que se vierten, como en un rico mar, nuestros caudales particulares y profundos en cuanto seres históricos», «nunca como ahora los españoles hemos tenidos tantos motivos para creer en la esencia intangible y eterna de la propia familia»).
El escenario. Vuelve a comenzar con la escena ya tradicional del Príncipe y las Infantas montando el belén, tras lo que los hijos de los reyes saludan a sus padres con un beso y, junto con la Reina, se sientan al lado del monarca mientras éste realiza su discurso.
» Vídeo: Mensaje de Navidad del rey en 1978 (YouTube)
1980
El contexto. Los reyes han realizado su primera visita oficial al País Vasco. Primeros estatutos de autonomía y elecciones en Cataluña y Euskadi. Es el año con más víctimas de ETA (93 muertos).
El mensaje. El monarca anima a continuar con el esfuerzo para seguir avanzando en la transición democrática, a pesar de las dificultades. Hace referencias expresas al terrorismo, a la crisis económica y al paro, y pide a los partidos políticos que antepongan los intereses de España a sus intereses particulares.
El escenario. Por primera vez, el rey realiza su mensaje navideño en su despacho, sentado ante su mesa de trabajo, sin su familia y sin papeles en la mano. El decorado es austero. Tan solo una bandera de España a un lado.
» Vídeo: Mensaje de Navidad del rey en 1980 (YouTube)
1981
El contexto. Ha sido el año del intento de golpe de Estado.
El mensaje. Don Juan Carlos hace alusión al golpe del 23-F y afirma que «no hay alternativa válida» al Estado de Derecho «ni puede pensarse en soluciones impuestas por minorías que podrían alterar el objetivo de paz y de orden inspirador de nuestra conducta». A continuación pide «a Dios» que «esa verdad se abra a todos por encima de campañas calumniosas, de falsas propagandas y de rumores malintencionados». Y después agrega: «No nos esforcemos en cambiar un pasado que existió, y que hemos de asumir con sus realidades, sus hechos, sus recuerdos y sus hombres, unos recuerdos que han de ser respetados, y unos hombres cuya colaboración es necesaria, porque no podemos prescindir de ningún español dispuesto a trabajar decididamente por su patria».
El contexto. El decorado sigue siendo sobrio, aunque no tanto como en 1980. Esta vez el rey (de nuevo solo; su familia ya no volverá a acompañarle en los mensajes navideños) no aparece sentado a la mesa de su despacho, sino en una silla, más relajado.
» Vídeo: Mensaje de Navidad del rey en 1981 (YouTube)
1982
El contexto. El PSOE ha ganado las elecciones generales. Primer Gobierno de Felipe González. Ha sido, también, el año del Mundial de Fútbol.
El mensaje. El tono es muy general, destacando los temas que están siempre presentes en los discursos del rey: La unidad, la confianza en el futuro y, especialmente este año, la importancia de la familia. El monarca dedica un especial recuerdo a los miembros de las fuerzas del orden fallecidos en el cumplimiento de su deber y a los emigrantes españoles.
El escenario. El mensaje se inicia con una imagen de la chimenea ardiendo. El decorado es algo más hogareño.
» Vídeo: Mensaje de Navidad del rey en 1982 (YouTube)
1984
El contexto. El paro afecta al 17,81% de la población activa. España y Francia han firmado un pacto antiterrorista.
El mensaje. «España cierra filas en sus proclamados objetivos de ser una nación moderna, identificada con las otras naciones, que sienten profundamente como nosotros los efectos de una crisis mundial aguda». «Me duelo con los que estáis esperando una oportunidad para desarrollar vuestra personal capacidad, sin encontrar un puesto de trabajo. No estaremos en condiciones de avanzar hacia la modernidad mientras esto ocurra. Los jóvenes se impacientan con razón». También, referencia al terrorismo: «Los sacrificios de los españoles, de toda condición, que han sufrido sus consecuencias deben servirnos de lección como sociedad». El rey pide afrontar los problemas que, «por nuestro carácter apasionado, vehemente y a veces derrotista, parecen sin solución».
El escenario. Por primera vez, el mensaje navideño no se inicia con el himno nacional. En su lugar se emite un vídeo introductorio con el resumen de las principales actividades de la Corona durante el año.
» Vídeo: Mensaje de Navidad del rey en 1984 (YouTube)
1992
El contexto. Es el año del quinto centenario de la llegada de Colón a América, de los Juegos Olímpicos de Barcelona, de la Exposición Universal de Sevilla y de Madrid como Capital Cultural europea.
El mensaje. Además de alabar «los éxitos» de los acontecimientos protagonizados por España durante el año, el monarca hace una mención especial a los inmigrantes y al racismo: «Quiero saludar a quienes nos honran con su convivencia y comparten con nosotros las esperanzas y los esfuerzos de cada día», «España ha sabido compartir lo que tiene sin reservas ni prejuicios, y lo mismo sentimos ahora, cuando malos vientos de xenofobia soplan en algunas partes de Europa y tientan a personas o grupos que aquí entre nosotros constituyen una irrelevante, aunque violenta, minoría. […] Estén seguros [los inmigrantes] de que se encuentran en su casa y de que los consideramos hermanos». También alude a los efectos de la Primera Guerra del Golfo y, una vez más, a la crisis económica mundial.
El escenario. Como en los últimos años anteriores, el rey vuelve a aparecer en su despacho, sin papeles en la mano y con tan solo una bandera de España como fondo.
» Vídeo: Mensaje de Navidad del rey en 1992 (YouTube)
1994
El contexto. Últimos años del PSOE en el Gobierno, marcados por numerosos casos de corrupción. En uno de los más sonados, el exdirector general de la Guardia Civil, Luis Roldán, se había dado a la fuga en el mes de abril.
El mensaje. «La ley es igual para todos, tanto si ejercen actividades privadas como públicas. Pero existen deberes de responsabilidad en las personalidades públicas […]. Determinados comportamientos de corrupción han levantado sentimientos de justa inquietud e indignación, porque con el mal ejemplo que suponen erosionan la convivencia y relativizan el valor moral de la democracia». El rey destaca también los «esperanzadores» avances en el proceso de paz en Oriente Próximo, y afirma: «La paz sin justicia es violencia silenciosa». Vuelve a hacer, asimismo, referencias a la crisis económica, al desempleo y al terrorismo, y a apelar a la solidaridad y la convivencia «con los extranjeros que conviven entre nosotros».
El escenario. De nuevo con papeles en la mano (será la última vez), con la bandera más en primer plano y flores de Navidad a un lado.
» Vídeo: Mensaje de Navidad del rey en 1994 (YouTube)
1996
El contexto. Primer Gobierno de José María Aznar.
El mensaje. El tono del discurso es optimista, destacando los logros conseguidos durante los años de democracia. «Tenemos una economía en progreso que nos proporciona mayor bienestar, y unas instituciones capaces de articular todas las tendencias». «Hemos construido una España habitable para todos. Deberíamos estar orgullosos de ello y no reprocharnos de manera sistemática nuestras insuficiencias». También alude al cambio de Gobierno: «La alternativa de poder producida tras las elecciones de marzo ha ratificado la solidez de nuestro proceso democrático y ha puesto de manifiesto el normal funcionamiento de nuestras instituciones». Y, una vez más, lamenta el desempleo y las «escandalosas» condiciones de marginalidad que afectan a parte de la sociedad española.
El escenario. Vuelve a aparecer, por primera vez en muchos años, una imagen religiosa (un cuadro).
» Vídeo: Mensaje de Navidad del rey en 1996 (YouTube)
1997
El contexto. ETA asesina a Miguel Ángel Blanco y mantiene el secuestro de José Antonio Ortega Lara, que acabaría durando 532 días. España se integra en la estructura militar de la OTAN.
El mensaje. El rey destaca el «crecimiento sostenido» que sigue experimentando la economía española y «el diálogo fluido entre los interlocutores sociales», aunque vuelve a denunciar el paro, especialmente entre los jóvenes y las mujeres. Habla del «inhumano secuestro» de José Antonio Ortega Lara y del «atroz asesinato» de Miguel Ángel Blanco, y enfatiza que «la sociedad vasca, con el resto de España, se levantó para decir ‘Basta ya’ ».
El escenario. Vuelve el belén navideño, en un fondo que incluye también la bandera, flores y fotos familiares.
» Vídeo: Mensaje de Navidad del rey en 1997 (YouTube)
Desde 2000
Los mensajes
- Accidente del Prestige (2002): «El desastre ocurrido en Galicia nos enseña que ésta debe ser una de nuestras principales preocupaciones».
- Compromiso matrimonial del Príncipe y Letizia Ortiz (2003): «Constituye un motivo de gran alegría, tanto desde el punto de vista familiar como institucional».
- Atentado del 11-M (2004): Un «emocionado homenaje a todas las víctimas del terrorismo», y en especial para «los familiares de las víctimas de los abominables atentados terroristas del pasado 11 de marzo y a cuantos heridos causó esa enorme tragedia». «Su dolor debe reforzar nuestra unidad para acabar con el terrorismo. Para ello, contamos con el Estado de Derecho, la cooperación internacional y las Fuerzas de Seguridad del Estado».
- Treinta años de reinado (2005): «Los españoles saben que siempre podrán contar con mi entrega ilusionada, mi permanente voluntad de servicio y mi empeño por sumar esfuerzos para afrontar nuevos retos y objetivos».
- Desencuentros entre PSOE y PP en la lucha antiterrorista (2006): «Apelo al más alto consenso de las instituciones y los partidos del arco constitucional». «Es hora de redoblar esfuerzos en esa dirección, desde el respeto mutuo, con un diálogo sincero y responsable, y siempre dentro del pleno respeto a nuestra Constitución».
- Crisis económica: Acapara los discursos desde 2008 a 2011. En 2008 el rey menciona la palabra «crisis» hasta cinco veces y reclama «nuevas reglas internacionales más eficaces para reforzar la estabilidad, supervisión y transparencia del sector financiero en un nuevo entorno globalizado». En 2010 pide que «los hombres y mujeres que han sufrido en su propia carne o en sus familias las pérdidas de empleos» se conviertan en una «prioridad insoslayable».
- Caso Urdangarin (2011): «La justicia es igual para todos. Todos tenemos el deber de observar un comportamiento adecuado y ejemplar. Vivimos en un Estado de derecho y cualquier actuación censurable deberá ser juzgada y sancionada con arreglo a la ley».
El escenario. A partir del año 2000 se añade una imagen del palacio de la Zarzuela al escudo de España con que comienza el mensaje navideño del rey, mientras suena la versión corta del himno nacional. El monarca aparece siempre con un belén de fondo y, en ocasiones, también un árbol de Navidad. En 2007 introduce un toque de color al ponerse una corbata amarilla. En 2009, primer año en que el mensaje es emitido también por la televisión autonómica vasca ETB, la bandera de la UE aparece junto a la española. El mensaje de 2012 se podrá leer por primera vez en las cuatro lenguas cooficiales de España en la página web de la Casa del Rey.
» Vídeo: Mensajes de Navidad del rey de 2000 a 2010 (YouTube)