La publicación, esta semana, del nuevo currículo de la asignatura de Religión Católica en el Boletín Oficial del Estado ha vuelto a reavivar una polémica que en realidad no se ha cerrrado desde que España firmó en 1979 los acuerdos con la Santa Sede. En aquel tratado, aún vigente, quedó establecido que, a pesar del recién recuperado carácter aconfesional del Estado español, la enseñanza de este credo religioso se incluiría, tanto en la educación primaria como en la secundaria, «en condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales».
En esencia, los nuevos contenidos, diseñados por la Conferencia Episcopal Española (CEE) para la asignatura en el marco de la nueva ley educativa (la LOMCE), tienden a enfatizar el aprendizaje de la doctrina católica desde la perspectiva del creyente, y se alejan de una concepción de la materia que pudiera estar más enfocada a la enseñanza de la religión como parte de un legado histórico y cultural, o al estudio comparado del cristianismo en general, y el catolicismo en particular, en el contexto de otros credos.
De este modo, en Secundaria se han suprimido las referencias a otras creencias religiosas que estaban presentes en el anterior currículo; en primer curso de Primaria los profesores deberán valorar si el niño «memoriza y reproduce fórmulas sencillas de petición y agradecimiento» (oraciones, o rezos); y en segundo curso, uno de los objetivos es que el alumno exprese «oral y gestualmente, de forma sencilla, la gratitud a Dios por su amistad».
¿Supone todo esto que, por ejemplo, los alumnos de Religión estarán obligados a rezar en la escuela, como antiguamente? Es lo que denuncian los detractores del nuevo currículo, atendiendo al hecho de que esa memorización y reprodución de «fórmulas sencillas de petición y agradecimiento» es parte de los estándares de aprendizaje evaluables.
Sus defensores, sin embargo, no lo ven así: «No se evalúan creencias, y en ninguna parte se da por supuesta la fe del alumno, como ha sido siempre en la asignatura de Religión. Otra cosa es que sea razonable que si hay que saber cosas de la religión católica, creyentes y no creyentes deben saber qué significa orar o ejemplos prácticos de oración», afirma Francesc Riu, un pedagogo salesiano que durante 25 años fue el secretario general de la Fundación Escuela Cristiana de Cataluña, en declaraciones al portal de información religiosa CatalunyaReligió.cat, recogidas por Efe. Y en el texto general introductorio del propio currículo se mantiene que «lejos de una finalidad catequética o de adoctrinamiento, la enseñanza de la religión católica ilustra a los estudiantes sobre la identidad del cristianismo y la vida cristiana».
Para los obispos, el currículo es, en cualquier caso, coherente con una asignatura cuyo objetivo no es enseñar historia de la religión (o de las religiones), sino formar a los alumnos en los valores y creencias del catolicismo, algo que, para los defensores de una enseñanza laica, no tiene cabida en la escuela pública. Y para aquellos padres que consideran importante la enseñanza del hecho religioso, pero desde una perspectiva más ‘neutral’, las opciones parecen haberse reducido.
Con la entrada en vigor de la LOMCE, aprobada el pasado mes de noviembre con los únicos votos a favor del PP, la asignatura de religión sigue siendo optativa, pero disfruta de una situación privilegiada con respecto a otras posibles opciones, o en comparación con la enseñanza de otros credos religiosos o de sistemas de pensamiento como el agnosticismo o el ateísmo. Así, la LOMCE ha vuelto a dar plena validez académica a una asignatura que ahora computa como una más en el expediente final para, por ejemplo, solicitar una beca.
Estas son las claves de la nueva asignatura de Religión Católica en la enseñanza pública española:
En Primaria
El nuevo currículo suprime algunos contenidos existentes en el currículo anterior (aprobado por la Conferencia Episcopal en 2007), como el epígrafe «El cuerpo humano obra de Dios Creador con la colaboración de los padres - La diferenciación sexual (niño-niña) como don recibido de Dios», pero añade otros. Una de las principales novedades es la mencionada consideración del aprendizaje de «fórmulas sencillas de petición y agradecimiento» como un estándar evaluable.
En el currículo anterior, uno de los contenidos de la asignatura (concretamente, en Educación Infantil), era la enseñanza de «algunos textos importantes que se refieren, sobre todo, a Jesús y María (Padre Nuestro, Ave María y algunas expresiones religiosas de nuestra tradición cristiana)», pero este aprendizaje, a diferencia de lo que ocurrirá a partir de ahora, no formaba parte de los criterios de evaluación.
«Entre los nuevos criterios de evaluación recogidos en Primaria aparecen asimismo «reconocer la incapacidad de la persona para alcanzar por sí misma la felicidad» y «entender el Paraíso como expresión de la amistad de Dios con la humanidad».
Los alumnos de Religión estudiarán en Primaria la creación, Dios como «padre de la humanidad que quiere nuestra felicidad», la vida y muerte de Jesús, la Iglesia como familia, la Biblia, el bautismo, Adán y Eva y su «rechazo al don de Dios», el perdón, María, Moisés, la Iglesia, la Eucaristía y el matrimonio, entre otros contenidos.
Algunos de los estándares de aprendizaje evaluables del nuevo currículo para Eduación Primaria son los siguientes:
- [El alumno] conoce, respeta y cuida la obra creada.
- Expresa con palabras propias el asombro por lo que Dios hace.
- Identifica y enumera los cuidados que recibe en su vida como don de Dios.
- Conoce y aprecia a través de modelos bíblicos que el hombre es capaz de hablar con Dios.
- Memoriza y reproduce fórmulas sencillas de petición y agradecimiento.
- Señala y representa las características de la amistad de Dios con el hombre: cuidado, protección, acompañamiento, colaboración, etc.
- Asocia las características de la familia de la Iglesia con las de su familia.
- Valora y agradece que Dios le ha creado para ser feliz.
- Expresa, oral y gestualmente, de forma sencilla, la gratitud a Dios por su amistad.
- Relaciona la unidad de la Iglesia con la unidad de los órganos de su propio cuerpo.
- Recopila y pone en común con sus compañeros oraciones que la comunidad cristiana utiliza cotidianamente.
En Secundaria
En el nuevo plan para Secundaria han desaparecido las referencias a otras creencias religiosas que sí figuraban en el plan vigente hasta ahora. Así, el currículo anterior incluía en Primero de la ESO un apartado sobre «la moralidad de los actos en el Cristianismo, y su relación con la propuesta moral del Budismo (sentido de la felicidad) y del Islam (valor moral de las obras)», mientras que en el nuevo texto no hay una mención expresa a estas otras creencias.
En síntesis, los estudiantes de Secundaria aprenderán a argumentar «el origen del mundo», a explicar los sacramentos, a «valorar» la dignidad del ser humano con independencia de sus capacidades físicas, cognitivas, intelectuales y sociales, a clasificar los rasgos de las religiones monoteístas, a contrastar las características del Dios cristiano con las religiones politeístas y a «defender la influencia de la fe» en el arte, las costumbres y la educación.
Además, en Primero de la ESO hay un apartado específico sobre la historia de Israel y se evaluará que el alumno «muestre interés» y «dialogue con respeto sobre los beneficios de esta historia para la humanidad».
En Secundaria, los objetivos de la asignatura incluyen:
- Reconocer y valorar que la realidad es don de Dios (identificar el origen divino de la realidad).
- Contrastar el origen de la creación en los diferentes relatos religiosos acerca de la creación.
- Diferenciar la explicación teológica y científica de la creación (respetar la autonomía existente entre las explicaciones, teológica y científica, de la creación).
- Establecer diferencias entre el ser humano creado a imagen de Dios y los animales.
- Aprender y memorizar los principales rasgos comunes de las religiones.
- Comparar y distinguir la intervención de Dios en la historia de los intentos humanos de respuesta a la búsqueda de sentido.
En Bachillerato
Para Bachillerato, donde la Religión no es de oferta obligatoria, la Conferencia Episcopal propone un currículo en relación con «la cultura, el conocimiento y la situación actual». Los alumnos estudiarán las respuestas de sentido que ofrecen el ateísmo, el agnosticismo o el laicismo frente a las que dan las religiones; la doctrina social de la Iglesia, y el vínculo entre razón y fe, entre otros contenidos.
Asimismo, los estudiantes de Segundo de Bachillerato deberán «comprender y respetar el significado bíblico de la afirmación ‘hombre y mujer los creó’ », así como «conocer y explicar los diferentes problemas bioéticos relacionados con el origen, el desarrollo y el final de la vida». De esta forma, si en el currículo de 2007, uno de los contenidos de Secundaria era «Moral de la vida humana y problemática actual: manipulación genética, aborto, eutanasia», ahora estas cuestiones pasarán a abordarse en el Bachillerato.
Por otra parte, los alumnos también serán evaluados en esta etapa previa a la Universidad por su capacidad para «proponer proyectos o soluciones que podrían llevarse a cabo en las políticas nacionales o internacionales para hacer el mundo más humano». Asimismo, estudiarán la economía a la luz de la doctrina eclesial.
Críticas de la oposición
El portavoz de Educación del PSOE en el Congreso, Mario Bedera, ha reclamado una comparecencia urgente del ministro de Educación, José Ignacio Wert, para que explique lo que denominó como «pasada de frenada» de la Conferencia Episcopal Española en la definición de los contenidos de la asignatura de religión. Los socialistas creen que la CEE se ha «echado al monte» y ha fijado unos contenidos que pasan por el «túnel del tiempo» hasta 1978, «antes de la promulgación de la Constitución». Bedera culpó de ello al Gobierno de Rajoy, por haber dado «alas» a la Conferencia Episcopal durante toda la legislatura.
El diputado rechazó «frontalmente» que en Bachillerato se explique el «creacionismo», lo que supone, a su juicio, «enseñar a un alumno el origen divino del cosmos y que éste no proviene del caos ni del azar, y evaluarlo por eso». También se moistró convencido de que en Primaria se va a «volver a los rezos», ya que en la asignatura «se dice que hay que expresar oral y gestualmente la gratitud hacia Dios».
Por su parte, el portavoz adjunto de CiU en el Congreso, Pere Macías, criticó la visión «anticuada» del PP sobre la asignatura de Religión, cuando hasta el Papa «está cambiando» sobre la forma de entender la fe en la actualidad. Macías lamentó el desarrollo que el Ministerio de Educación ha dado a la asignatura de Religión en la LOMCE: «Mientras aquí publicamos esta visión anticuada de la religión, el Papa nos dice cosas como que pagar salarios en negro constituye un pecado gravísimo. Este mundo está cambiando. El Papa, la religión católica, los cristianos estamos cambiando, y algunos parecen anclados en su mayoría absoluta en el pasado», afirmó, añadiendo que «cuando he leído este currículum de religión, no he podido más que sonrojarme como cristiano».
«Al servicio de la jerarquía católica»
La Federación de la Enseñanza de CC OO también ha criticado duramente el nuevo currículo, así como, en general, la enseñanza de la religión en la escuela pública. El sindicato ha pedido la «derogación definitiva» de los acuerdos con la Santa Sede, y afirma que la actual oferta obligatoria de Religión y su materia alternativa (Valores) «no garantiza que todo el alumnado curse en algún momento de la escolaridad obligatoria contenidos relativos a la educación ciudadana y democrática que el sistema educativo debería garantizar, por ser un acuerdo de los estados miembros de la UE».
Según este sindicato, el texto normativo publicado el pasado martes en el BOE «es coherente con los acuerdos firmados con la Santa Sede en las postrimerías del franquismo, aún vigentes y más empoderados que nunca». CC OO defiende una escuela laica y se opone «con rotundidad» a que la religión se imparta dentro del horario lectivo del alumnado y a «cualquier tipo de adoctrinamiento a través del currículo».
La asignatura de Religión dentro de la LOMCE, sostiene el sindicato, «se rinde a los intereses de la jerarquía católica porque satisface dos de sus demandas históricas, que haya una asignatura alternativa a la Religión que legitime una oferta obligatoria en horario escolar y que la Religión sea evaluada».
La postura de los obispos
El director del Secretariado de la Comisión de Enseñanza de la Conferencia Episcopal Española, José Miguel García, indicó, en declaraciones a Europa Press, que «una cosa es que [la asignatura] no sea catequesis y otra cosa que no se explique la realidad del cristianismo en esas horas». «Este currículum está claro que tiene que ser confesional si queremos decir qué es la religión católica», añadió.
García explicó asimismo que en diciembre de 2013 ya redactaron un nuevo currículo en previsión de la aplicación de la LOMCE, pero desde el Ministerio de Educación les exigieron modificarlo para que se adaptara a los parámetros de la nueva Ley, aunque sin enjuiciar los contenidos.
Según la Conferencia Episcopal, el nuevo currículo, además de a los parámetros de la LOMCE se adapta a la «nueva situación» que crea la ley al reducir a la mitad las horas de la clase de Religión en Ceuta y Melilla, pues «no es lo mismo establecer unos contenidos para dos horas que para 45 minutos».
La LOMCE permite la adaptación de la clase de Religión por parte de las autonomías con competencia, algo que no satisface a los obispos, para quienes esta regulación debería competer «a un rango superior, ya que los acuerdos con la Santa Sede fueron firmados con el Estado español y no con las autonomías». En cualquier caso, el currículo propuesto por la CEE es igual para toda España y su adaptación en cada comunidad compete a los obispos de las diferentes diócesis.
Optativa, pero con más peso
Con la aprobación, el pasado mes de noviembre, de la LOMCE, la asignatura de Religión y su alternativa —Valores Sociales y Cívicos en Primaria y Valores Éticos en Secundaria (las sustitutas de Educación para la Ciudadanía)— seguirán siendo optativas en los seis cursos de Primaria y los cuatro de Secundaria. La novedad es que, a partir de ahora, serán evaluables y la nota contará para la media del curso, ya sea para optar a una beca o para calcular el resultado de las pruebas externas.
Los alumnos no deberán examinarse de ellas en la prueba final de etapa que hay que superar para poder titularse en ESO, pero la nota final de ese ciclo se obtendrá entre la media de las calificaciones de las materias cursadas (70% de valor) y el resultado de esa evaluación externa final (30%).
Ambas materias tienen un régimen especial, porque es obligado ofertarlas en Primaria y Secundaria, en línea con los acuerdos con la Santa Sede. En Bachillerato, la Religión será de oferta optativa y no tendrá alternativa, es decir, que queda a la discreción de los institutos su inclusión o no, siendo una de las 11 asignaturas de libre designación entre las que deben elegir dos.
Una de las principales quejas de las asociaciones pro laicismo es que esta asignatura resta horas en el currículo a otras con más peso. Como explica Paco Delgado, portavoz de la asociación Europa Laica, en eldiario.es, con la libertad que otorga la LOMCE, las comunidades autónomas decidirán si imparten una o dos sesiones de 45 minutos, «que no se dedican a otras materias». En el País Vasco, añade, se llegó a calcular que impartir Religión restaría 70 horas de materias troncales u optativas.
Menos alumnos
Según los datos ofrecidos por la propia Conferencia Episcopal Española, el número de alumnos que elige la asignatura de Religión Católica en España está en continuo descenso: en 1996, un 75% optaba por esta asignatura en los colegios públicos, frente al 25% que acudía a las clases de Ética, la alternativa en aquel entonces. Para el curso 2013-2014 el porcentaje había caído hasta un 56%.
No obstante, y según la asociación Europa Laica, este dato corresponde a la primera etapa, y se ve drásticamente reducido a medida que crecen los estudiantes: «En Secundaria apenas son el 22% y en Bachillerato, el 15%».
En Europa
En la gran mayoría de los países europeos, la asignatura de religión (educación confesional) es, como en España, optativa, y en aproximadamente la mitad cuenta asimismo para la nota final. Un caso aparte es Francia, donde, salvo en tres departamentos del noreste que pertenecían a Alemania antes de 1918, la religión está excluida por completo de las escuelas.
En Alemania, donde las clases son optativas y computan, la educación confesional debe ser ofertada por los centros de enseñanza en la mayoría de los Länder, pero con una asignatura alternativa de «ética». En Bélgica existe una asignatura de religión confesional pagada por el Gobierno, así como una asignatura de humanismo laico, también pagada por el Estado. En Hungría, la educación confesional se suele ofrecer en escuelas subsidiadas por organizaciones eclesiásticas.
En Irlanda, la educación confesional debe incluirse en el currículo educativo, pero los estudiantes pueden negarse a cursar la asignatura. En Italia existe un currículo nacional establecido por ley, y todas las escuelas deben ofrecer educación confesional, pero también en este país los estudiantes pueden optar por no cursar la asignatura (si optan por la clase de religión, reciben puntuación, pero en una hoja separada del boletín general de notas).
En Holanda la educación religiosa se imparte generalmente en escuelas confesionales, y es de libre elección. En el Reino Unido, las escuelas con subsidio estatal deben proporcionar educación confesional, y los estudiantes, de forma individual, pueden desistir.
De acuerdo con un resumen difundido por el arzobispado de Pamplona, publicado por Forum Libertas, y citado por eldiario.es, la división en la Unión Europea sobre la asignatura de religión y su alternativa sería así:
- Enseñanza obligatoria y evaluable: Alemania, Austria, Dinamarca, Finlandia, Grecia, Luxemburgo, Malta, Noruega, Reino Unido, Rumania, Suecia, Turquía, Ucrania.
- Libre elección o no evaluable: Bélgica, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, España, Países Bajos, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Polonia, Portugal, República Checa.
El camino hasta aquí
- 1953. El Concordato regula todo lo relativo a la asignatura de Religión en España. La materia es ordinaria y obligatoria en todos los centros docentes. En los centros de Primaria los maestros son los competentes para impartir la asignatura, y en los estatales, los sacerdotes o religiosos.
- 1978. La Constitución garantiza, en su artículo 27.3, «el derecho de los padres a que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus convicciones».
- 1979. El Gobierno español (UCD) y la Santa Sede firman el Acuerdo Específico de Enseñanza y Asuntos Culturales, que recoge lo relativo a la asignatura de Religión. Desde Preescolar hasta BUP se incluye la enseñanza de Religión Católica en todos los centros de educación en condiciones equiparables a las demás disciplinas. No tiene carácter obligatorio para los alumnos, pero los centros deben ofrecerla obligatoriamente. El obispo propone a la autoridad académica a la persona competente para impartir la materia.
- 1980. El Gobierno (UCD) negocia con la Iglesia el Estatuto de Centros Escolares y las órdenes en materia religiosa, que proponen la Ética como asignatura alternativa a la asignatura de Religión, ambas obligatorias y con valor académico.
- 1983. Bajo el nuevo gobierno del PSOE se suprime de los centros experimentales de la Reforma de las Enseñanzas Medias la asignatura de Ética como alternativa a la Religión y el horario de esta materia se reduce a una hora.
- 1989. Javier Solana, ministro de Educación (PSOE), incluye en el Libro Blanco para la Reforma del Sistema Educativo un área de Religión de oferta obligada para los centros, pero voluntaria para los alumnos.
- 1991. La LOGSE y los decretos de Enseñanzas Mínimas reducen el horario de la asignatura de Religión y su alternativa, la Ética, que es sustituida por un «estudio asistido o vigilado». Ambas disciplinas quedan como un apéndice del currículo sin repercusión académica.
- 1994. El Tribunal Supremo anula el «estudio asistido» como alternativa a la Religión en Primaria, Secundaria y Bachillerato. La enseñanza de Religión Católica «no se hace en condiciones equiparables a las demás áreas o materias fundamentales», según sentencia el Alto Tribunal.
- 1995. Entra en vigor el Real Decreto aprobado en diciembre de 1994 por el que la asignatura de Religión Católica es de obligado ofrecimiento por los centros y optativa para los alumnos; es materia evaluable, pero no computa en la nota media para el acceso a la universidad.
- 2003. La Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE), aprobada por el Gobierno del PP, introduce la creación del área Sociedad, Cultura y Religión, con dos vertientes, una confesional, Religión Católica, y otra aconfesional, Hecho Religioso. Ambas materias serán evaluables y computables para la nota media desde Primaria hasta Bachillerato.
- 2004. Se paralizan algunos aspectos de la LOCE, entre ellos, lo referido a la asignatura de Religión. Ese año, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) pone en marcha la Ley Orgánica de Educación, LOE, sustituta de la anterior y cuyo proyecto mantiene la asignatura de Religión, que se «ajustará» a los Acuerdos de 1979 y 1992 con otras confesiones.
- 2006. Se aprueba la LOE, que establece que la asignatura de Religión será de oferta obligatoria para los centros y optativa para los alumnos. La LOE señala que esta materia se ajustará a los acuerdos suscritos con la Santa Sede. Tendrá dos vertientes: la confesional (de religión católica u otras) y la aconfesional, denominada Historia y Cultura de las Religiones.
- 2007. El Consejo de Ministros aprueba un Real Decreto de desarrollo de la LOE por el que los profesores de Religión de los centros públicos tendrán un contrato laboral indefinido, y la confesión religiosa que los propuso para la docencia tendrá que hacer una propuesta de revocación ajustada a derecho cuando dejen de cumplir los requisitos para impartir las clases.
- 2013. El Gobierno (PP) aprueba la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), que vuelve a dar plena validez académica a la asignatura de Religión y establece una «alternativa fuerte» a la misma, las dos demandas fundamentales de la jerarquía de la Iglesia Católica desde que se aprobó la LOGSE en 1990. La materia alternativa pasa a denominarse Valores Sociales y Cívicos en Primaria y Valores Éticos en la ESO, desapareciendo definitivamente la materia Educación para la Ciudadanía. En Bachillerato la Religión forma parte de las asignaturas específicas optativas, tanto en Primero como en Segundo.