Las 10 tareas de Barack Obama en el exterior

El pres­i­dente elec­to de Esta­dos Unidos tiene ante sí el tra­ba­jo de finalizar dos guer­ras, y asume el poder en medio de una de las peo­res cri­sis de los últi­mos años en Ori­ente Próx­i­mo. Tam­bién ten­drá que lidiar con Rusia, Irán, Venezuela…

Estos son los 10 temas prin­ci­pales sobre los que ten­drá que tra­ba­jar Barack Oba­ma en el exte­ri­or, tras su toma de pos­esión este martes.

1. IRAK

La tarea

Resolver la empan­tana­da situación crea­da por la guer­ra de Irak, logran­do un país esta­bi­liza­do y sin tropas esta­dounidens­es, será una de las tar­eas más impor­tantes y, a la vez, más difí­ciles del nue­vo gob­ier­no de Barack Obama.

Casi seis años después de la invasión de Irak por EE UU y sus ali­a­dos, George W. Bush dijo esta mis­ma sem­ana en su dis­cur­so de des­pe­di­da que el país árabe es «una democ­ra­cia en el corazón de Ori­ente Medio».

Al mar­gen de que el Gob­ier­no iraquí depen­da aún total­mente de EE UU, o de que la situación políti­ca esté aún muy lejos de esta­bi­lizarse, y pese a que la vio­len­cia ha dis­minui­do en los últi­mos meses, el bal­ance de la ocu­pación esta­dounidense en Irak resul­ta, sin embar­go, demoledor.

En los años pos­te­ri­ores a la invasión, y sin con­tar las bajas pro­duci­das durante la ocu­pación en sí o las de otros país­es ali­a­dos, han muer­to en Irak, en com­bat­es, enfrentamien­tos y aten­ta­dos ter­ror­is­tas, más de 4.000 sol­da­dos esta­dounidens­es y han resul­ta­do heri­dos 30.000. El número de víc­ti­mas civiles no se sabe con exac­ti­tud. Según Bush, ron­da las 30.000. Otras fuentes ele­van esta cifra a 82.000. La may­oría hablan de 600.000 iraquíes muer­tos y algunos, con­tan­do causas direc­tas e indi­rec­tas, has­ta de un millón.

La guer­ra le ha costa­do a EE UU entre 60.000 mil­lones de dólares (según Bush) y 3 bil­lones (según algunos exper­tos). Casi un ter­cio de la población iraquí nece­si­ta ayu­da de emer­gen­cia para sobre­vivir y escán­da­los como las tor­turas en Abu Ghraib o los ben­efi­cios obtenidos por empre­sas pri­vadas esta­dounidens­es han dete­ri­o­ra­do con­sid­er­able­mente la ima­gen de EE UU en el mundo.

Las promesas

Oba­ma ha dicho que su Gob­ier­no sacará de Irak a las unidades de com­bate esta­dounidens­es en un pla­zo de 16 meses. En una entre­vista a The New York Times, el pres­i­dente elec­to dijo que «en Irak no hay opciones bue­nas. No las hay des­de hace mucho tiem­po. No me sor­pren­dería que hubiera picos de vio­len­cia al ini­ciar la reti­ra­da. Pero durante esos 16 meses voy a instru­men­tar una gestión diplomáti­ca firme y sis­temáti­ca, no sólo con las fac­ciones de la región, sino tam­bién con Irán, Siria, los saudíes, Jor­da­nia y con los miem­bros del Con­se­jo de Seguri­dad de la ONU».

2. AFGANISTÁN

La tarea

Han pasa­do más de ocho años des­de que EE UU invadiera Afgan­istán y der­ro­cara al gob­ier­no tal­ibán, como parte de la lucha del Gob­ier­no de Bush con­tra el ter­ror­is­mo inter­na­cional tras los aten­ta­dos del 11‑S, y en un inten­to de cap­turar al líder de Al Qae­da, Osama Bin Laden, quien sigue libre.

Según Bush, Afgan­istán es aho­ra «una joven democ­ra­cia que lucha con­tra el ter­ror­is­mo y ani­ma a las niñas a ir a la escuela», pero la real­i­dad es que se tra­ta, tam­bién, de un país destroza­do por la guer­ra en el que aún no han cesa­do los com­bat­es entre tropas guber­na­men­tales e insur­gentes, y des­de donde se sigue pro­ducien­do un goteo ince­sante de muer­tos, tan­to civiles afganos como sol­da­dos de las tropas inter­na­cionales desple­gadas (españoles incluidos).

En 2008 las bajas de la OTAN aumen­taron con­sid­er­able­mente, con más muer­tos en junio, julio y agos­to que en Irak. A finales de año, el país seguía en un cli­ma de guer­ra con­stante y, según pub­licó el Finan­cial Times, con un descon­tento cre­ciente con el gob­ier­no de Hamid Karzai.

Entre las tar­eas de Oba­ma, una de las más impor­tantes será el establec­imien­to de una fecha para la con­clusión de esta guerra.

Las promesas

Jun­to a la reti­ra­da de las tropas de Irak, la otra gran prome­sa de Oba­ma ha sido incre­men­tar el número de sol­da­dos esta­dounidens­es en Afgan­istán para tratar de aumen­tar las condi­ciones de seguri­dad en el país asiático.

Para el ver­a­no de 2009 podrían ser envi­a­dos a este país entre 20.000 y 30.000 mil­itares más, dupli­can­do el número de efec­tivos que se encuen­tran desple­ga­dos actualmente.

3. ORIENTE PRÓXIMO

La tarea

Oba­ma lle­ga al poder en uno de los momen­tos más críti­cos y difí­ciles den­tro de la ya de por sí com­pli­ca­da situación de Ori­ente Próx­i­mo, tras una ofen­si­va israelí sobre Gaza que, has­ta el momen­to, ha deja­do ya más de mil muer­tos (la mitad de ellos, civiles), y con las pos­turas de ambas partes com­ple­ta­mente radicalizadas.

Tras los tími­dos avances alcan­za­dos durante la era Clin­ton, la Admin­is­tración Bush ape­nas ha hecho nada para impul­sar un pro­ce­so de paz que lle­va ya más de una déca­da más muer­to que vivo, y lo que ha hecho (inclu­i­da la últi­ma con­fer­en­cia apadri­na­da por Bush hace tan sólo unos meses, de la que ya no que­da ni el recuer­do) ha sido poco efec­ti­vo o sen­cil­la­mente contraproducente.

Gran parte de lo que pase depen­derá de cómo se resuel­va la ofen­si­va actu­al, pero, en cualquier caso, Oba­ma ten­drá que medi­ar con, por un lado, un Gob­ier­no israelí en ple­na tran­si­ción políti­ca y mar­ca­do por la últi­ma inter­ven­ción mil­i­tar y sus con­se­cuen­cias, y, por otro, con unos palesti­nos com­ple­ta­mente divi­di­dos entre los nacional­is­tas laicos de la despres­ti­gia­da e inop­er­ante Autori­dad Nacional Palesti­na y los fun­da­men­tal­is­tas islámi­cos de Hamás, seri­amente diez­ma­dos tras el últi­mo ataque.

Y todo ello sin olvi­dar los otros dos frentes: Los rad­i­cales islamis­tas chiíes de Hizbulá al norte, en el Líbano, y la cuestión, eter­na­mente pen­di­ente con Siria, de los ocu­pa­dos Altos del Golán.

Cuan­do se cal­maron los aten­ta­dos en sue­lo israelí vinieron los ataques de cohetes. Tras la invasión de Gaza volverán, prob­a­ble­mente, los aten­ta­dos, y, entre tan­to, con­tinúan sin ser resuel­tos prob­le­mas como la cuestión de los dos Esta­dos (el manda­to de la ONU tiene ya 60 años), el des­ti­no de los refu­gia­dos y exil­i­a­dos palesti­nos, o el esta­tus de Jerusalén.

Las promesas

Oba­ma ape­nas se ha impli­ca­do en la cri­sis actu­al, aducien­do que Esta­dos Unidos ya tiene un pres­i­dente (lo que no le ha impe­di­do opinar de otros asun­tos, como la cri­sis económica).

En cualquier caso, el pres­i­dente elec­to ha man­i­fes­ta­do clara­mente en varias oca­siones que su Gob­ier­no jamás «dejará de lado» al esta­do de Israel, si bien tam­bién se ha declar­a­do par­tidario de la exis­ten­cia de un esta­do palesti­no: «La seguri­dad de Israel es sacrosan­ta. No es nego­cia­ble. Los palesti­nos nece­si­tan un esta­do que sea con­tiguo y que esté cohe­sion­a­do y que les per­mi­ta pros­per­ar. Pero cualquier acuer­do con el pueblo palesti­no debe preser­var la iden­ti­dad de Israel como un Esta­do judío con fron­teras seguras, recono­ci­das y defendibles. Jerusalén seguirá sien­do la cap­i­tal de Israel, y debe per­manecer indivisa’.

Fuentes cer­canas al pres­i­dente elec­to han ase­gu­ra­do que su equipo estu­dia la posi­bil­i­dad de abrir canales de diál­o­go con Hamás. La orga­ni­zación islamista, que gob­ier­na (o gob­ern­a­ba) Gaza tras haber gana­do las elec­ciones, ha esta­do has­ta aho­ra com­ple­ta­mente ais­la­da por todos los Gob­ier­nos occi­den­tales, que la con­sid­er­an una orga­ni­zación terrorista.

4. IRÁN Y COREA DEL NORTE

La tarea

Ambos país­es for­man parte del bau­ti­za­do por George W. Bush como «eje del mal», y con ambos las rela­ciones de EE UU han ido, durante estos últi­mos años, de mal en peor. A ello ha con­tribui­do la emer­gen­cia en el poder iraní del rad­i­cal y desafi­ante pres­i­dente Mah­mud Ahmadineyad, y la pos­tu­ra ais­la­cionista de la bru­tal dic­tadu­ra nor­core­ana, ésta últi­ma, además, con el aña­di­do de las armas nucleares.

La situación es espe­cial­mente grave por el peli­gro poten­cial que estos país­es, espe­cial­mente Irán, tienen a la hora de crear dese­qui­lib­rios en la zona.
La energía nuclear y su supuesto desar­rol­lo para fines mil­itares ha sido, pre­cisa­mente, el prin­ci­pal cabal­lo de batal­la con el rég­i­men de Teherán, que, no obstante, saludó como pos­i­ti­va la elec­ción de Barack Obama.

Las promesas

En prin­ci­pio, Oba­ma se ha mostra­do abier­to a cier­to diál­o­go con Teherán siem­pre y cuan­do el rég­i­men iraní acepte una serie de condi­ciones.
«No ten­go interés –ha dicho el pres­i­dente elec­to– en hablar con nue­stros adver­sar­ios sólo por hablar. Pero estaría dis­puesto a encabezar una diplo­ma­cia dura y con prin­ci­p­ios con el diri­gente iraní ade­cua­do en el momen­to y lugar que yo esco­ja, si, y sólo si, puede hac­er avan­zar los intere­ses de Esta­dos Unidos. Haré todo lo que esté en mi poder para pre­venir que Irán obten­ga un arma nuclear, todo».

5. RUSIA

La tarea

En el últi­mo año, el Gob­ier­no de Moscú ha ido dis­tan­cián­dose cada vez más de Occi­dente, en un inten­to de recla­mar su condi­ción de poten­cia mundi­al y de no perder lo que le que­da de área de influ­en­cia. Ello se ha tra­duci­do en una may­or ten­sión de las rela­ciones entre Rusia y Occi­dente en gen­er­al, y entre Rusia y la OTAN y EE UU, más en particular.

La inter­ven­ción rusa en Geor­gia del ver­a­no pasa­do supu­so el peor pun­to en las rela­ciones entre Wash­ing­ton y Moscú des­de hacía años, y la reciente guer­ra del gas ha demostra­do los pun­tos vul­ner­a­bles a los que se enfrentan las naciones euro­peas ali­adas de EE UU a causa de su depen­den­cia energética.

Otro pun­to de fric­ción ha sido el establec­imien­to de escu­d­os antimisiles esta­dounidens­es en el este de Europa, asun­to que Moscú con­sid­era un peli­gro para su seguri­dad nacional.

Oba­ma tiene por delante la tarea de nor­malizar estas rela­ciones, algo que, hoy por hoy, depen­derá en bue­na medi­da de la acti­tud del Krem­lin y de has­ta dónde esté dis­puesto a ten­sar la cuer­da el primer min­istro ruso, Vladimir Putin.

Las promesas

Más allá de desear bue­nas rela­ciones entre Wash­ing­ton y Moscú, y de «con­seguir una may­or unidad transatlán­ti­ca que nos per­mi­ta nego­ciar con Rusia con una sola voz», Oba­ma no ha deja­do muy claro cómo va a ser su pos­tu­ra respec­to a Rusia. Durante la cam­paña crit­icó la inter­ven­ción mil­i­tar en Geor­gia y, una vez elegi­do, se declaró dis­puesto a coop­er­ar con Moscú en el desarme nuclear.

6. VENEZUELA Y LATINOAMÉRICA

La tarea

Durante el manda­to de Bush, Esta­dos Unidos se ha con­ver­tido en el ene­mi­go públi­co número uno del Gob­ier­no vene­zolano de Hugo Chávez y, sigu­ien­do su estela, de los otros nuevos gob­ier­nos ‘neoso­cial­is­tas’ de Améri­ca Lati­na, como Bolivia, Ecuador y Nicaragua.

La relación con Cara­cas se ha dete­ri­o­ra­do has­ta el pun­to de la expul­sión mutua de emba­jadores y, en el caso de Chávez, del insul­to direc­to.

La impor­tan­cia estratég­i­ca de Venezuela, tan­to como pro­duc­tor de petróleo como por su influ­en­cia en muchos país­es lati­noamer­i­canos, con­vierte no obstante la mejo­ra de estas rela­ciones en una impor­tante tarea para el gob­ier­no del nue­vo presidente.

Chávez ha deposi­ta­do sus esper­an­zas en el cam­bio que pue­da rep­re­sen­tar la lle­ga­da de Oba­ma al poder.

Las promesas

El equipo de Oba­ma ha lle­ga­do a la pres­i­den­cia sin una agen­da clara sobre Lati­noaméri­ca. No obstante, Hillary Clin­ton, la des­ig­na­da por Oba­ma como sec­re­taria de Esta­do (min­is­tra de Exte­ri­ores), ya ha ade­lan­ta­do que el pres­i­dente elec­to desea «una nue­va cara» en la diplo­ma­cia de EE UU hacia Améri­ca Lati­na. «Esta­dos Unidos debe reforzar sus pro­gra­mas de coop­eración con Améri­ca Lati­na para fre­nar el dete­ri­oro de la democ­ra­cia en una región clave que Wash­ing­ton tiene abandonada».

El pro­pio Oba­ma no ha descar­ta­do la posi­bil­i­dad de «sen­tarse a hablar con Hugo Chávez bajo cier­tas condiciones».

7. CUBA

La tarea

La ene­mis­tad entre Cuba y EE UU no ha hecho más que cre­cer durante los años de gob­ier­no de George W. Bush. El férreo embar­go a la isla con­tinúa y las esper­adas refor­mas siguen hacién­dose esper­ar en el país caribeño, a pesar de la ape­nas per­cep­ti­ble aper­tu­ra que ha supuesto la reti­ra­da de Fidel Cas­tro y la lle­ga­da al poder de su her­mano Raúl.

Cuba está sum­i­da en una gravísi­ma cri­sis económi­ca y con­fía en que la nue­va admin­is­tración esta­dounidense aporte gestos que le per­mi­tan intro­ducir cam­bios sin que parez­ca que ha per­di­do su batal­la de 50 años.

Las promesas

Durante la cam­paña, Oba­ma habló de la posi­bil­i­dad de elim­i­nar las restric­ciones para via­jes y deter­mi­na­dos pro­duc­tos que ha apli­ca­do durante estos últi­mos años el Gob­ier­no de Bush, una medi­da que estaría acom­paña­da con ir nego­cian­do el embar­go com­er­cial, a cam­bio de pasos en favor de la democ­ra­ti­zación en Cuba, incluyen­do la excarcelación de todos los pre­sos políticos.

8. TRATADOS DE LIBRE COMERCIO

La tarea

Fiel a sus con­se­jeros neo­con­ser­vadores, el pres­i­dente saliente de EE UU, George W Bush, ha hecho en numerosas oca­siones lla­mamien­tos con­tra el pro­tec­cionis­mo y a favor del libre com­er­cio, medi­ante la fir­ma de trata­dos bilat­erales que supo­nen, esen­cial­mente, la elim­i­nación de arance­les y tra­bas. Ésta sido, tradi­cional­mente, una de sus solu­ciones ante la cri­sis económica.

El Gob­ier­no de Oba­ma deberá rene­go­ciar, anu­lar o impul­sar var­ios trata­dos que esta­dos Unidos tiene pen­di­entes, entre ellos, uno con Colombia.

En ple­na cri­sis económi­ca, los esta­dounidens­es se han vuel­to cada vez más pro­tec­cionistas y menos par­tidar­ios de los trata­dos de libre com­er­cio (el 53% se mostra­ba con­trario al NAFTA, el trata­do con Méx­i­co y Canadá, según una encues­ta reciente).

Las promesas

Oba­ma, que fue acu­sa­do de «pro­tec­cionista encu­bier­to» por su rival elec­toral, el repub­li­cano John McCain, se ha mostra­do par­tidario, en gen­er­al, del libre com­er­cio mundi­al, si bien mati­zan­do que «no todos los acuer­dos son buenos».

En este sen­ti­do, ha abo­ga­do por una rene­go­ciación del polémi­co trata­do de libre com­er­cio con Méx­i­co y Canadá (Naf­ta), votó en su día en con­tra del trata­do de libre com­er­cio de Améri­ca Cen­tral, y se ha opuesto a futur­os acuer­dos con Corea y Colombia.

9. CONFLICTOS Y DRAMAS OLVIDADOS

La tarea

Esta mis­ma sem­ana, la ONG Médi­cos son Fron­teras ha pub­li­ca­do el informe Las diez cri­sis humanas más desa­ten­di­das de 2008, en el que da cuen­ta de la situación en que se encuen­tran «mil­lones de per­sonas afec­tadas por guer­ras y por enfer­medades, cuyas necesi­dades de salud más inmedi­atas se ven rel­e­gadas al olvi­do y cuyo sufrim­ien­to a menudo pasa desapercibido».

Entre las cri­sis y los con­flic­tos enu­mer­a­dos, la may­oría de ellos en África, se men­cio­nan las guer­ras en Soma­lia, la Repúbli­ca Democráti­ca del Con­go o Sudán, la desnu­tri­ción y las con­se­cuen­cias de enfer­medades pandémi­cas como el sida.

Como primera poten­cia mundi­al, la labor de Esta­dos Unidos es clave a la hora de reducir la brecha exis­tente entre los país­es ricos y los país­es pobres, una labor que va a depen­der direc­ta­mente de la vol­un­tad y las pri­or­i­dades que se mar­que el nue­vo equipo de gobierno.

Las promesas

Oba­ma se ha com­pro­meti­do, entre otras cosas, a tratar de parar «lo antes posi­ble» el geno­cidio en Dar­fur, a duplicar la inver­sión anu­al de Esta­dos Unidos en ayu­da para el desar­rol­lo (has­ta 50.000 mil­lones de dólares) y a favore­cer la implantación de pequeñas empre­sas basadas en el uso de energías limpias, tan­to en África como en Latinoamérica.

Tam­bién ha ase­gu­ra­do que abrazará los Obje­tivos del Mile­nio prop­uestos por la ONU, cuyo fin es reducir a la mitad la pobreza extrema en el mun­do para el año 2015.

10. LA IMAGEN DE EE UU EN EL MUNDO

La tarea

Una de las prin­ci­pales con­se­cuen­cias de los gob­ier­nos del pres­i­dente Bush ha sido el dete­ri­oro de la ima­gen de Esta­dos Unidos en bue­na parte del mun­do, a raíz de acciones como la invasión de Irak, los escán­da­los de tor­turas per­pe­tradas por mil­itares y fun­cionar­ios esta­dounidens­es, tan­to en este país como en Guan­tá­namo; la pos­tu­ra de EE UU frente al cam­bio climáti­co; la reac­ción ante cri­sis y trage­dias como la cau­sa­da por el huracán Kat­ri­na o la neg­a­ti­va sis­temáti­ca de la Admin­is­tración Bush a entablar diál­o­go con sus rivales o ene­mi­gos en políti­ca internacional.

Todo ello se ha tra­duci­do en un descrédi­to gen­er­al de la políti­ca esta­dounidense, tan­to den­tro como fuera de las fron­teras del país, que ha mina­do la esen­cial capaci­dad de mediación de la primera poten­cia mundi­al en muchos conflictos.

Las promesas

El pres­i­dente elec­to ha afir­ma­do que su Gob­ier­no «hablará con todo el mun­do, ya sean ami­gos o ene­mi­gos». «Si Améri­ca está dis­pues­ta a acud­ir a la mesa, el resto del mun­do estará más dis­puesto a asumir el lid­er­az­go de Améri­ca a la hora de resolver prob­le­mas como Irán, Corea del Norte o el ter­ror­is­mo internacional».


Leer tam­bién: Las 10 tar­eas de Barack Oba­ma en casa

Gas ruso: la nueva guerra fría

En ple­na ola de frío y con tem­per­at­uras bajo cero en medio con­ti­nente, mil­lones de per­sonas en 18 país­es europeos han comen­za­do el año con­ge­ladas. La razón: sus cale­fac­ciones no han recibido el gas que nece­si­tan para fun­cionar, un gas que  viene de Rusia y que, para ello, ha de atrav­es­ar Ucra­nia. Rusia y Ucra­nia mantienen des­de hace años una dis­pu­ta por los pre­cios del com­bustible que no es sólo económi­ca, sino tam­bién política.

Y la guer­ra ha vuel­to a estal­lar: el pasa­do día 1, la com­pañía gasís­ti­ca rusa, Gazprom, anun­ció que corta­ba el gri­fo. Des­de entonces se han suce­di­do las nego­cia­ciones y la ten­sión, y muchos país­es han lle­ga­do a declarar el esta­do de emer­gen­cia. Final­mente, la Unión Euro­pea tomó car­tas en el asun­to, envian­do obser­vadores para super­vis­ar los envíos de gas ruso por ter­ri­to­rio ucraniano

Este viernes parecía haberse lle­ga­do a un acuer­do, pero aunque el sum­in­istro comen­zase hoy mis­mo, en muchas zonas afec­tadas por el corte el gas no lle­gará has­ta den­tro de al menos tres días.

Ésta es la cróni­ca de nueve días de ‘guer­ra fría’ en Europa, así como las claves del con­flic­to y sus orí­genes, en 20 pre­gun­tas y respuestas.

1. ¿Cuándo decidió cortar Rusia el suministro de gas?

Rusia sus­pendió el sum­in­istro de gas a Ucra­nia el pasa­do 1 de enero, tras la rup­tura, un día antes, de las nego­cia­ciones entre las empre­sas de gas de ambos país­es (la rusa Gazprom y la ucra­ni­ana Naftogaz).

2. ¿Por qué ha afectado a Europa?

Porque por Ucra­nia pasa la gran may­oría del gas nat­ur­al ruso que Gazprom expor­ta a los país­es europeos. El corte del sum­in­istro ha afec­ta­do a un total de 18 país­es, muchos de los cuales reciben de Rusia el 100% del gas nat­ur­al que nece­si­tan para, entre otras cosas, ali­men­tar sus cale­fac­ciones en invierno.

La may­oría han tiran­do de reser­vas o de fuentes alter­na­ti­vas, pero tras nueve días de enfrentamien­to y en medio de una ola de frío, las reser­vas han caí­do con rapidez.

3. ¿Qué países lo han sufrido?

Las prin­ci­pales víc­ti­mas han sido los país­es bal­cáni­cos y los de Europa del Este. Así, el impacto ha sido espe­cial­mente grave en Bul­gar­ia y Hun­gría (país­es sin recur­sos pro­pios ni alter­na­ti­vas de sum­in­istro), Rumanía (las autori­dades ase­gu­raron que sólo qued­a­ba gas para cien días), Mace­do­nia, Croa­cia (en esta­do de cri­sis y con reduc­ciones en el sum­in­istro a algunos con­sum­i­dores indus­tri­ales), Ser­bia (los pre­cios de los cale­fac­tores eléc­tri­cos han subido has­ta en un 50%), Bosnia (el 100% del gas que se con­sume en este país pro­cede de Rusia, y los ciu­dadanos ago­taron las exis­ten­cias de est­u­fas eléc­tri­c­as en los com­er­cios) y Turquía.

Pero la decisión rusa tam­bién se ha sen­ti­do con fuerza en Europa Occi­den­tal. A Fran­cia dejó de lle­gar el 70% del gas; Ale­ma­nia, que impor­ta de Rusia el 37% de su gas, ha esta­do en aler­ta máx­i­ma y depen­di­en­do por com­ple­to del com­bustible que recibe a través de Bielor­ru­sia, y en Italia el gas ruso se ha reduci­do has­ta en un 90%.

Eslo­vaquia se vio forza­da a declarar el esta­do de emer­gen­cia tras reg­is­trar una caí­da de 70% en el sum­in­istro de gas ruso. La Repúbli­ca Checa tam­bién dejó de recibir igual can­ti­dad del car­bu­rante, y Aus­tria tuvo que recur­rir a sus reser­vas para suplir el corte del com­bustible en un 90%.

En Gre­cia tam­bién ha habido prob­le­mas, pero el corte ha podi­do paliarse con una estación de abastec­imien­to pues­ta recien­te­mente en fun­cionamien­to cer­ca de Atenas.

4. ¿Por qué cortó Rusia el suministro?

Tras meses de nego­cia­ciones, Rusia cumplió su ame­naza de cor­tar el sum­in­istro después de que las nego­cia­ciones entre Gazprom y Naftogaz se romp­iesen, el pasa­do 31 de diciem­bre. Ambas empre­sas no lograron lle­gar a un acuer­do sobre el pre­cio que deberá pagar Ucra­nia por el car­bu­rante ruso en 2009, ni sobre las tar­i­fas cor­re­spon­di­entes al trán­si­to del gas.

En noviem­bre del año pasa­do, Rusia había exigi­do a Ucra­nia que pagase a Grazpom su deu­da (2,4 mil­lones de dólares). El 4 de diciem­bre, el primer min­istro ruso, Vladimir Putin, ame­nazó ya con reducir el sum­in­istro de gas si Kiev no paga­ba lo que debía, así como una parte por las extrac­ciones ile­gales. El día 20 de ese mis­mo mes, Ucra­nia dijo haber paga­do su deu­da cor­re­spon­di­ente a noviem­bre y diciem­bre (1,5 mil­lones de dólares).

Antes de romperse las nego­cia­ciones, Moscú pro­pu­so a Ucra­nia ele­var el pre­cio del gas de 179,5 dólares por mil met­ros cúbi­cos en 2008 a 250 dólares en 2009, man­te­nien­do la tar­i­fa de trán­si­to en 1,7 dólares para el trans­porte de cada mil met­ros a cien kilómet­ros de distancia.

Kiev, por su parte pedía man­ten­er el pre­cio de 2008 y cómo máx­i­mo acept­a­ba su aumen­to has­ta los 235 dólares si tam­bién sub­ía la tar­i­fa de tran­si­to. Naftogaz declinó seguir nego­cian­do inclu­so ante las ame­nazas rusas de ele­var el pre­cio a 418 dólares por cada mil met­ros cúbicos.

5. ¿Son Gazprom y Naftogaz empresas privadas?

No. Pese a ser una empre­sa pri­va­da sobre el papel, Gazprom está con­tro­la­da por el Esta­do ruso (antes tenía has­ta un min­is­te­rio exclu­si­vo para su gestión), aunque el 6% de la com­pañía está en manos de empre­sas ale­m­anas. Su val­or de mer­ca­do, 270.000 mil­lones de dólares, según una esti­mación de 2006, la con­vierte en una de las may­ores cor­po­ra­ciones del mun­do. Grazpom con­tro­la el 15% de las reser­vas mundi­ales de gas y una gran can­ti­dad de las de petróleo. Naftogaz, por su parte, está con­tro­la­da en un 100% por el Esta­do ucraniano.

6. ¿Qué son las extracciones ilegales?

Una for­ma eufemís­ti­ca para hablar de robos de gas. Cuan­do Naftogaz acusó a Rusia de reducir en una sex­ta parte el bombeo de gas para Europa, Gazprom denun­ció que ese car­bu­rante es sus­traí­do ile­gal­mente de los gaso­duc­tos y depósi­tos sub­ter­rá­neos por Ucrania.

Gazprom acusó a Naftogaz de «desviar» (robar) el car­bu­rante expor­ta­do por su ter­ri­to­rio a Europa, y acto segui­do incre­men­tó el bombeo a través de Bielor­ru­sia y Turquía para com­pen­sar esta pre­sun­ta sus­trac­ción de gas.

Exper­tos ucra­ni­anos con­sul­ta­dos por El País expli­caron que para bombear el com­bustible a través de Ucra­nia es nece­sario que­mar gas, que se toma del flu­jo general.

7. ¿Paga Ucrania un precio de mercado por el gas?

No. Ucra­nia paga, según Rusia, menos de la mitad de lo que pagan los país­es europeos. Además, dis­fru­ta de mora­to­rias espe­ciales en el pago de sus deu­das. Ucra­nia mantiene estas condi­ciones pref­er­entes como heren­cia de la época en que esta­ba bajo la influ­en­cia soviética.

8. ¿Qué consecuencias tiene esto?

Des­de que desa­pare­ció la Unión Soviéti­ca las cri­sis se repiten de for­ma per­iódi­ca. Ucra­nia defiende su inde­pen­den­cia frente a Rusia, pero a la vez pre­tende man­ten­er sus condi­ciones espe­ciales en el pago del gas. Rusia, por su parte, se nie­ga a con­ced­er este tra­to pref­er­en­cial y tra­ta de fijar pre­cios de mer­ca­do y pla­zos para las deudas.

La pos­tu­ra de Rusia es más dura des­de que el Gob­ier­no ucra­ni­ano de Víc­tor Yúshenko, surgi­do de la Rev­olu­ción Naran­ja, en 2004, comen­zó a acer­carse a Occi­dente y a tratar de ale­jarse de la órbi­ta de Moscú, con pre­ten­siones inclu­so de ingre­sar en la OTAN.

9. ¿Cuándo se produjeron los primeros cortes?

Las primeras dis­putas comen­zaron nada más der­rum­barse la Unión Soviéti­ca, en los años noven­ta. Ale­gan­do impa­gos por parte de Ucra­nia, Rusia cortó el sum­in­istro en varias oca­siones en 1992, 1993 y 1994. Ello con­du­jo, a su vez, a las primeras extrac­ciones ile­gales de gas en sue­lo ucraniano.

10. ¿Cuándo fue la primera gran crisis?

El primer con­flic­to impor­tante tuvo lugar en enero de 2006, cuan­do, tras muchos meses de inten­sas nego­cia­ciones, Gazprom cortó las entre­gas a Ucra­nia después de haber pre­tendi­do subir el pre­cio de 50 dólares por 1.000 met­ros cúbi­cos a 230 dólares.

Como aho­ra, muchos país­es europeos se vieron entonces afec­ta­dos en ple­na ola de frío, y, tam­bién como aho­ra, Rusia acusó a Ucra­nia de robar gas. Final­mente, y tras cua­tro días con el gri­fo cer­ra­do, Gazprom y Naftogaz lle­garon a un acuer­do y fijaron el pre­cio en 230 dólares.

La guer­ra volvió a estal­lar en octubre del año sigu­iente, jus­to después de que se cel­e­brasen las elec­ciones leg­isla­ti­vas en Ucra­nia, con nuevas ame­nazas por parte de Rusia, lo que muchos anal­is­tas vieron como un «cas­ti­go» de Moscú al nue­vo Gob­ier­no pro occi­den­tal ucra­ni­ano. Esta vez ambos país­es lograron lle­gar a un acuer­do, pero en mar­zo de 2008 Gazprom redu­jo sus entre­gas a la mitad, has­ta que se fir­mó un nue­vo acuer­do sobre los precios.

Pese a que Kiev y Moscú acor­daron en octubre del año pasa­do un pro­to­co­lo para ir pasan­do poco a poco a pre­cios de mer­ca­do, el tema de la deu­da seguía pen­di­ente y las nego­cia­ciones volvieron a romperse el pasa­do 31 de diciembre.

11. ¿Por qué se repiten las crisis?

Se tra­ta de un tira y aflo­ja entre ambos gob­ier­nos. Rusia tiene en sus manos el recur­so de cor­tar el sum­in­istro, pero esto puede ser un arma de doble filo, ya que Europa es el prin­ci­pal cliente de su gas, por lo que, al final, aca­ba siem­pre cedi­en­do. Las cri­sis, no obstante, se cier­ran en fal­so una y otra vez, y sur­gen de nue­vo cuan­do la deu­da vuelve a cre­cer, varían los pre­cios de mer­ca­do o se con­ju­gan intere­ses políti­cos en ambas partes.

12. ¿Qué papel juega Ucrania?

Ucra­nia, que acusa a Rusia de «chan­ta­je», ale­ga que el prob­le­ma es políti­co y no económi­co. Sus gob­er­nantes jue­gan ante Europa el papel de víc­ti­mas, mostran­do la car­ta del «peli­gro ruso» para ganar apoyo occi­den­tal, y con­ven­ci­dos de que ni la UE ni EE UU les dejaran tira­dos frente a Rusia.

Sum­i­da en rival­i­dades inter­nas (según Moscú, el ori­gen de la cri­sis se encuen­tra en las dis­putas entre el pres­i­dente ucra­ni­ano, Víc­tor Yúshenko, y la primer min­istro, Yulia Tim­o­shenko), y sin haber hecho una nece­saria refor­ma de todo su sec­tor energéti­co, Ucra­nia está inm­er­sa en una grave cri­sis económi­ca (en noviem­bre el FMI tuvo que dar­le un crédi­to de más de 16.000 mil­lones de dólares), que pre­tende com­pen­sar con la impor­tan­cia estratég­i­ca de su situación geográ­fi­ca. Esta situación económi­ca deses­per­a­da le lle­va, al mis­mo tiem­po, a tratar de impedir con todos los recur­sos a su alcance un incre­men­to en los pre­cios del gas ruso.

Según Ucra­nia, Gazprom, con su subi­da de pre­cios, estaría tratan­do de provo­car la ban­car­ro­ta de Naftogaz para poder hac­erse con el con­trol del sis­tema de gasoductos.

13. ¿Qué intereses tiene Rusia?

Aparte de quer­er man­ten­er a Ucra­nia lo más pega­da posi­ble a su área de influ­en­cia, y de tratar de impedir que un ter­ri­to­rio tan impor­tante (tan­to en tér­mi­nos de población como geoes­tratégi­cos) pase «a manos» occi­den­tales, Moscú aprovecha las cri­sis del gas para pre­sion­ar a las empre­sas y gob­ier­nos europeos sobre la necesi­dad de que apoyen la con­struc­ción de dos grandes gaso­duc­tos (a través del Bálti­co y del Mar Negro), que per­mi­tirán aumen­tar el sum­in­istro sin ten­er que pasar ni por Ucra­nia ni por Bielorrusia.

14. ¿Cómo ha reaccionado la Unión Europea?

En un prin­ci­pio, la UE, como en ante­ri­ores oca­siones, declinó inter­venir direc­ta­mente en la cri­sis actu­al, ale­gan­do que se trata­ba de un prob­le­ma com­er­cial entre Ucra­nia y Rusia. No obstante, y ante la mag­ni­tud del prob­le­ma y el hecho de que muchos de sus miem­bros se esta­ban vien­do direc­ta­mente afec­ta­dos (entre ellos, la Repúbli­ca Checa, que osten­ta actual­mente la pres­i­den­cia de turno en la UE), Bruse­las comen­zó a adop­tar un papel más acti­vo como mediador.

El pasa­do día 6, la UE exigió el restablec­imien­to «inmedi­a­to» del sum­in­istro de gas des­de Rusia y cal­i­ficó la situación como «com­ple­ta­mente ina­cept­able», afir­man­do que los cortes se habían pro­duci­do sin avi­so pre­vio y «en clara con­tradic­ción» con las garan­tías dadas por las máx­i­mas autori­dades rusas y ucra­ni­anas de que sus ten­siones bilat­erales no afec­tarían al suministro.

Dos días después, Rusia accedió final­mente al despliegue de obser­vadores europeos en sus insta­la­ciones para revis­ar la entra­da de gas por Ucra­nia. El primer con­tin­gente del equipo de 22 obser­vadores llegó este viernes a Kiev, con la mis­ión de ver­i­ficar que no se pro­ducen por parte de Ucra­nia sus­trac­ciones del gas ruso des­ti­na­do a la UE.

15. ¿Se ha logrado una solución?

El prin­ci­pio de acuer­do alcan­za­do sobre el despliegue de obser­vadores inter­na­cionales parece haber puesto a la cri­sis en su rec­ta final. No obstante, y aún en el caso de que Rusia comen­zase a bombear gas de nue­vo hoy mis­mo, la Comisión Euro­pea explicó que el gas nece­si­tará unas 30 horas has­ta lle­gar a la fron­tera ucra­ni­ana, y entre 16 y 36 horas para atrav­es­ar toda Ucra­nia has­ta la fron­tera de la UE, con lo que a muchos país­es no lle­garía el sum­in­istro has­ta den­tro de, al menos, tres días.

16. ¿Cuánto depende Europa del gas ruso?

La cri­sis del gas entre Rusia y Ucra­nia ha rea­v­i­va­do la alar­ma sobre la depen­den­cia energéti­ca que la UE tiene del exte­ri­or, espe­cial­mente de Rusia, y sobre la difi­cul­tad de pon­er fin a esta situación, debido a su escasez de recur­sos y a su lim­i­ta­da capaci­dad de almacenamiento.

Del gas que la UE impor­ta del exte­ri­or (un 60%), el 42% viene de Rusia, que envía el 80% de sus exporta­ciones a través de Ucra­nia y el 20% vía Bielor­ru­sia. Rusia es tam­bién el prin­ci­pal provee­dor de petróleo a la UE, con un 33% de sus importa­ciones, y de car­bón, con un 26% de sus com­pras al exterior.

Los esta­dos bálti­cos, Fin­lan­dia, Eslo­vaquia, Bul­gar­ia, Gre­cia, Aus­tria, Hun­gría y la Repúbli­ca Checa depen­den de las importa­ciones rusas de gas en más de un 70%.

17. ¿Qué gasoductos hay entre Rusia y la UE?

El más impor­tante es el ucra­ni­ano, que atraviesa este país y se ram­i­fi­ca después para lle­gar a los país­es bal­cáni­cos, los de Europa del Este, los de Cen­troeu­ropa, Ale­ma­nia y Francia.

El gaso­duc­to «Yamal Europa» cruza Bielor­ru­sia y lle­ga has­ta Ale­ma­nia a través de Polo­nia, y el lla­ma­do «Cor­ri­ente Azul» une Rusia con Turquía, esquivan­do Geor­gia a través del Mar Negro.

18. ¿Qué proyectos de nuevos gasoductos hay?

Gazprom tiene dos grandes proyec­tos: los gaso­duc­tos «Cor­ri­ente del Norte» y «Cor­ri­ente del Sur». El primero recor­rerá 1.200 kilómet­ros sigu­ien­do la cos­ta del Bálti­co has­ta el norte de Ale­ma­nia, y el segun­do cruzará todo el Mar Negro has­ta Gre­cia y, después, Italia.

Por su parte, la Unión Euro­pea con­fía en su proyec­to «Nabuc­co», en cuya finan­ciación par­tic­i­pa tam­bién Esta­dos Unidos, para acabar con la depen­den­cia del gas ruso. Este gaso­duc­to trans­portará el gas de Asia Cen­tral y el Cas­pio, des­de Turquía has­ta Aus­tria, pasan­do por Bul­gar­ia, Rumanía y Hungría.

El prob­le­ma es que se cal­cu­la que «Nabuc­co» tan sólo proveerá el 5% de las necesi­dades totales de gas de la UE. Otro incon­ve­niente es que una de las rutas de enlace has­ta el gaso­duc­to en Turquía pasa por Geor­gia, un país cuya esta­bil­i­dad sigue en entredi­cho, espe­cial­mente tras la operación mil­i­tar rusa del pasa­do ver­a­no.

19. ¿Ha afectado la crisis a España?

No. España es uno de los pocos país­es de Europa Occi­den­tal (jun­to con Gran Bre­taña o Irlan­da), cuyo apro­vi­sion­amien­to de gas nat­ur­al no depende del sum­in­istro de Gazprom.

20. ¿De dónde recibimos nosotros el gas?

Por un lado, y pese a que España depende por com­ple­to del exte­ri­or para abaste­cerse, nue­stro país ha apos­ta­do tradi­cional­mente por el gas nat­ur­al licua­do, es decir, el que se trans­porta en buques y no a través de gaso­duc­tos. Este gas cubre cer­ca del 69% de todo el con­sumo total.

Por otra parte, el gas que lle­ga por gaso­duc­tos lo hace prin­ci­pal­mente de yacimien­tos situ­a­dos en el Norte de África, sobre todo en Argelia. Este país sum­in­is­tra un ter­cio de todo el gas que se con­sume en España. El otro gran provee­dor es Nige­ria. Entre ambos cubren más de la mitad del con­sumo español.

Aparte de África, España tam­bién impor­ta gas de Ori­ente Medio (espe­cial­mente de Qatar, un 13%) y de Améri­ca (Trinidad y Toba­go sum­in­is­tra un 11%), según datos pub­li­ca­dos por la Cade­na Ser.
El gas que nos lle­ga de Europa (un 5%) lo hace des­de Noruega.

Rusia: el imperio contraataca

Hace algo menos de dos décadas, después de la desin­te­gración de la Unión Soviéti­ca en 1991, Rusia era una nación empo­bre­ci­da, depen­di­ente de la ayu­da económi­ca de Occi­dente y seri­amente toca­da en su orgul­lo históri­co tras haber per­di­do una bue­na parte del impe­rio amasa­do por los zares y man­tenido con mano de hier­ro por el Esta­do soviéti­co durante tres cuar­tos de siglo.

Actual­mente, sin embar­go, las tor­nas pare­cen haber cam­bi­a­do. Los país­es europeos nece­si­tan sus enormes recur­sos de gas y petróleo, EE UU nece­si­ta su apoyo en con­flic­tos como el de Irán y, pese a las críti­cas, Moscú se siente libre para defend­er sus intere­ses, tan­to afi­an­zan­do y exten­di­en­do sin com­ple­jos su influ­en­cia y su poder sobre las débiles repúbli­cas veci­nas, como for­t­ale­cien­do sus alian­zas tradi­cionales más allá de sus fron­teras (apoyan­do a Ser­bia en con­tra de la inde­pen­den­cia de Koso­vo, por ejem­p­lo), digan lo que digan Wash­ing­ton y Bruselas.

El reconocimien­to de la inde­pen­den­cia de las regiones sep­a­ratis­tas geor­gianas de Abja­sia y Ose­tia del Sur, tras la inter­ven­ción mil­i­tar en esta últi­ma, es el ejem­p­lo más claro y reciente de esta nue­va políti­ca inter­na­cional de desafío al mar­gen del orden mundi­al pro­movi­do por Occi­dente, una políti­ca larga­mente ensaya­da ya antes en el inte­ri­or de su pro­pio ter­ri­to­rio (Cheche­nia), cuya ame­naza sien­ten ya, en may­or o menor gra­do, otros esta­dos como Ucra­nia o los país­es bálti­cos, y que el grupo de las naciones más indus­tri­al­izadas del mun­do (el G‑7) no ha duda­do en cal­i­ficar como «expan­sion­ista».

Éstas son, de la A la Z, algu­nas de las claves del nue­vo expan­sion­is­mo ruso tras la inter­ven­ción en Geor­gia y de la respues­ta inter­na­cional a la crisis.

A

Antecedentes

Tras la caí­da de la Unión Soviéti­ca en 1991, ésta se dividió en un total de 15 repúbli­cas inde­pen­di­entes, incluyen­do la propia Rusia, cada una con su lengua y su cul­tura pero, al mis­mo tiem­po, con la heren­cia de inesta­bil­i­dad deja­da por el cen­tral­is­mo comu­nista, las deporta­ciones masi­vas del estal­in­is­mo, el rompecabezas de las minorías y la depen­den­cia del poder ruso.

Las rela­ciones de estos nuevos país­es con Moscú varían des­de el apoyo incondi­cional de Bielor­ru­sia has­ta el enfrentamien­to frontal con Geor­gia. De Asia Cen­tral al Bálti­co, y del Cáu­ca­so a Europa del Este, todas estas repúbli­cas com­parten, además de un pasa­do común, un futuro incier­to a la som­bra de la gran Rusia.

Argumentos

Rusia jus­ti­fi­ca su ingeren­cia en los asun­tos de las ex repúbli­cas soviéti­cas en la necesi­dad de pro­te­ger a las minorías de etnia rusa que viv­en en ellas y en cues­tiones rela­cionadas con ame­nazas a su seguri­dad. El hecho de que muchos de estos nuevos país­es, como Geor­gia o Ucra­nia, deseen estrechar lazos con EE UU y Europa, inte­grán­dose en la OTAN y en la UE, es vis­to tam­bién por Moscú como una pér­di­da de poder en su zona de influencia.

El nego­cio de las armas tam­bién jue­ga un papel impor­tante: Israel, por ejem­p­lo, vende armas a Geor­gia, mien­tras que Rusia hace lo pro­pio con Irán y Siria, ene­mi­gos ambos de los israelíes.

Fuentes del Gob­ier­no ruso han indi­ca­do recien­te­mente que «la nue­va Rusia debe lle­var a cabo una políti­ca inter­na­cional de dientes afi­la­dos para volver a emerg­er como poten­cia mundial».

Asia central

Rusia ha hecho valer su influ­en­cia en las ex repúbli­cas soviéti­cas de Asia Cen­tral para ase­gu­rarse el con­trol de las grandes exporta­ciones de gas proce­dentes de esta zona del mundo.

Así, el año pasa­do, el Krem­lin pactó con Turk­menistán, Kaza­jistán y Uzbek­istán la con­struc­ción de un gran gaso­duc­to bor­de­an­do el Mar Caspio.

La ini­cia­ti­va supu­so un duro golpe para la UE, que desea reducir su depen­den­cia del gas ruso con la con­struc­ción de otro gaso­duc­to des­de Turk­menistán has­ta Turquía, a través de Azer­baiyán, el Mar Cas­pio y Georgia.

B

Báltico

Mar­cadas por las trage­dias y deporta­ciones inflingi­das por Stal­in y con­scientes de su debil­i­dad económi­ca, las tres ex repúbli­cas soviéti­cas del Bálti­co (Esto­nia, Litu­a­nia y Leto­nia) son de las más sen­si­bles ante lo que con­sid­er­an el «históri­co expan­sion­is­mo ruso».

El miedo a una inter­ven­ción es espe­cial­mente grande en Leto­nia y Esto­nia, donde los rusó­fonos son un ter­cio de la población. Tras la acción mil­i­tar rusa en Geor­gia, los tres país­es bálti­cos se alin­earon con el Gob­ier­no de Tblisi, en con­tra de Moscú. «La gente tiene miedo de que Rusia pue­da agredir a Litu­a­nia, como lo ha hecho en Geor­gia», explicó a la agen­cia AFP el politól­o­go litu­ano Kestutis Girnius.

El Gob­ier­no esto­nio señaló, por su parte, que «cuan­do una agre­sión mil­i­tar está jus­ti­fi­ca­da en la necesi­dad de pro­te­ger los intere­ses de los ciu­dadanos rusos en Geor­gia, ello plantea serios prob­le­mas a los país­es que tienen res­i­dentes que gozan de la ciu­dadanía rusa».

Bielorrusia, Ucrania y Moldavia

De las tres ex repúbli­cas soviéti­cas de Europa del Este, sólo Bielor­ru­sia, cuyas rela­ciones con EE UU y otros país­es occi­den­tales son pési­mas, y cuyo pres­i­dente, Alezan­dr Lukashenko, es con­sid­er­a­do por la oposi­ción como «el últi­mo dic­ta­dor de Europa», mantiene una posi­ción de alian­za incondi­cional con Rusia.

Mien­tras, Ucra­nia ha denun­ci­a­do la ingeren­cia políti­ca de Moscú des­de la instau­ración en Kiev de un Gob­ier­no pro occi­den­tal tras la Rev­olu­ción Naran­ja de 2004. Por otro lado, los ucra­ni­anos temen que la próx­i­ma inter­ven­ción rusa en el exte­ri­or se pro­duz­ca en la penín­su­la de Crimea, la úni­ca parte de Ucra­nia donde los rusos étni­cos son may­oría, ya que muchos de ellos piden abier­ta­mente una anex­ión con Rusia que Moscú ha fomen­ta­do durante años.

En Mol­davia, por últi­mo, Rusia posee un gran depósi­to de muni­ciones y tiene desta­cadas fuerzas de paz des­de el con­flic­to que enfren­tó al Esta­do mol­da­vo con la región sep­a­ratista (y rusó­fona) de Transni­tria, en 1992.

C

Cáucaso

La zona más con­flic­ti­va de la antigua URSS y una de las más volátiles e inesta­bles del plan­e­ta tiene una impor­tan­cia geoes­tratég­i­ca fun­da­men­tal, tan­to para Moscú como para Occi­dente, dada su condi­ción de lugar oblig­a­do de paso de recur­sos vitales de gas y petróleo.

En el norte, las aspira­ciones inde­pen­den­tis­tas de Cheche­nia fueron aplas­tadas por Moscú en dos arremeti­das mil­itares (1994 y 2000) que dejaron miles de víc­ti­mas, pero el con­flic­to, que ha inclu­i­do tam­bién bru­tales acciones ter­ror­is­tas chechenas como la toma de rehenes en un teatro de Moscú en 2002 o el asalto en 2004 a la escuela de Beslan, en la pro rusa Ose­tia del Norte, sigue sin resolverse.

Y en el sur, la lla­ma­da ‘guer­ra con­ge­la­da’ de Geor­gia aca­ba de estal­lar. Tras un supuesto ataque geor­giano con­tra los sep­a­ratis­tas de Ose­tia del Sur, Rusia inter­vi­no mil­i­tar­mente en esta región aducien­do la necesi­dad de pro­te­ger a sus ciu­dadanos, pro rusos en su may­oría y favor­ables a una futu­ra unión con la región rusa de Ose­tia del Norte. Final­mente, Moscú ha recono­ci­do la inde­pen­den­cia tan­to de Ose­tia del Sur como de la otra región sep­a­ratista de Geor­gia, Abja­sia, una aspiración que ambas man­tenían des­de la caí­da de la URSS.

CH

China

El Gob­ier­no de Pekín ha apoy­a­do a Rusia en la cri­sis de Geor­gia, pero sólo a medias, ya que, con prob­le­mas sep­a­ratis­tas en su pro­pio sue­lo (Tibet), Chi­na ha respal­da­do la inter­ven­ción mil­i­tar rusa pero no el reconocimien­to de la inde­pen­den­cia de Abja­sia y de Ose­tia del Sur por parte de Moscú.

D

Dependencia energética

En los últi­mos años, Moscú no ha duda­do en cor­tar los sum­in­istros de gas y petróleo para sus veci­nos en momen­tos de cri­sis o o con­flic­tos políti­cos, lo que ha lle­va­do a la UE a impul­sar proyec­tos, como el gaso­duc­to Nabuc­co, que cir­cun­valen Rusia para ase­gu­rarse las importa­ciones energéticas.

La UE depende de Rusia para la obten­ción de un cuar­to de su gas y de una gran parte de su petróleo. Además, se pre­vé que las importa­ciones aumen­tarán más aún por la caí­da de la pro­duc­ción del Mar del Norte.

E

Expansionismo

El pasa­do día 27, los siete país­es más indus­tri­al­iza­dos (el G7) con­denaron de man­era unán­ime y rotun­da la «políti­ca expan­sion­ista» de Rusia. Canadá, Fran­cia, Ale­ma­nia, Italia, Japón, el Reino Unido y Esta­dos Unidos afir­maron que el reconocimien­to de la inde­pen­den­cia de Ose­tia del Sur y Abja­sia por parte de Moscú «vio­la la inte­gri­dad ter­ri­to­r­i­al y la sober­anía de Geor­gia y es con­trario a las res­olu­ciones del Con­se­jo de Seguri­dad de la ONU».

Estados Unidos

Wash­ing­ton ha con­de­na­do firme­mente tan­to la inter­ven­ción mil­i­tar rusa en Geor­gia como el reconocimien­to de la inde­pen­den­cia de las dos regiones sep­a­ratis­tas. No obstante, la necesi­dad de recibir apoyo de Moscú en la ONU para su enfrentamien­to con Irán hace dudar de que el Gob­ier­no esta­dounidense pue­da ir mucho más lejos.

Por su parte, el primer min­istro ruso, Vladimir Putin, ha expre­sa­do sus sospe­chas de que el con­flic­to béli­co en Geor­gia fue provo­ca­do por fuerzas políti­cas esta­dounidens­es para favore­cer la elec­ción del can­dida­to pres­i­den­cial repub­li­cano, John McCain, cuyos ataques a Moscú se habrían incre­men­ta­do estos días, aupán­dole en las encues­tas electorales.

F

Francia

El pres­i­dente francés, Nico­las Sarkozy, se ha con­ver­tido en uno de los pro­tag­o­nistas de la cri­sis al dis­eñar un plan de paz que fue acep­ta­do, en prin­ci­pio, tan­to por Rusia como por Geor­gia. Sarkozy, no obstante, ha recal­ca­do que «no puede haber y no habrá una solu­ción que no incluya el respeto de la sober­anía, la inde­pen­den­cia y la inte­gri­dad ter­ri­to­r­i­al de Geor­gia en sus fron­teras inter­na­cional­mente reconocidas».

G

Guerra Fría

El con­flic­to de Geor­gia ha hecho renac­er el fan­tas­ma de la Guer­ra Fría, el enfrentamien­to políti­co, ide­ológi­co, económi­co, tec­nológi­co, mil­i­tar e infor­ma­ti­vo que libraron EE UU y la antigua Unión Soviéti­ca jun­to a sus ali­a­dos respec­tivos entre 1947 y 1991.

En este sen­ti­do, el pres­i­dente ruso, Dmitri Medvedev, ha lle­ga­do a decir que «no ten­emos miedo a nada, ni siquiera a la per­spec­ti­va de una guer­ra fría, aunque no la queremos».

H

Historia

El Impe­rio ruso, bajo el que fueron con­quis­ta­dos los ter­ri­to­rios que con­for­marían luego la Unión Soviéti­ca, se pro­longó des­de 1721 has­ta la rev­olu­ción comu­nista de 1917. A finales del siglo XIX ocu­pa­ba casi 23 mil­lones de kilómet­ros cuadra­dos y alber­ga­ba a más de 100 gru­pos étni­cos difer­entes. En 1917 incluía ter­ri­to­rios de los actuales esta­dos bálti­cos, Bielor­ru­sia, parte de Polo­nia, Mol­davia, el Cáu­ca­so, Fin­lan­dia, la may­oría del Asia Cen­tral y una parte de Turquía. Entre 1732 y 1867 poseyó tam­bién Alaska.

I

Intervención exterior

Las tropas rusas no habían cruza­do una fron­tera inter­na­cional en mis­ión de com­bate des­de la creación del país en 1991. La últi­ma inter­ven­ción de sol­da­dos soviéti­cos en el extran­jero fue en 1979, durante la invasión de Afganistán.

J

Josef Stalin

El dic­ta­dor soviéti­co (1878–1953), naci­do, además, en Geor­gia, fue el prin­ci­pal respon­s­able de las deporta­ciones masi­vas y limpiezas étni­cas en las que se encuen­tra el ger­men de gran parte de los prob­le­mas que sufren las actuales repúbli­cas de la ex URSS.

Se cal­cu­la que un total de 14 nacional­i­dades fueron depor­tadas por com­ple­to y 48 par­cial­mente. Sólo entre las etnias del Cáu­ca­so se deportó a 650.000 per­sonas en tres opera­ciones militares.

K

Kosovo

El reconocimien­to, el pasa­do mes de febrero, de la declaración uni­lat­er­al de inde­pen­den­cia de Koso­vo por parte de muchos Gob­ier­nos europeos y de Esta­dos Unidos ha sido invo­ca­do por Rusia como jus­ti­fi­cación para recono­cer la inde­pen­den­cia de Abja­sia y Ose­tia del Sur.

Moscú ha crit­i­ca­do asimis­mo el doble rasero de Occi­dente al con­denar la acti­tud del Krem­lin para con las regiones sep­a­ratis­tas de Geor­gia. Occi­dente, por su parte, ha hecho lo pro­pio con Rusia, ya que ésta se negó a recono­cer la inde­pen­den­cia koso­var invo­can­do el mis­mo dere­cho inter­na­cional que aho­ra parece ignorar.

Cabe recor­dar que Ser­bia, país del que se inde­pen­dizó Koso­vo, es un ali­a­do tradi­cional de Rusia, mien­tras que Geor­gia lo es de Esta­dos Unidos.

L

Legislación internacional

La OTAN ha acu­sa­do a Rusia de vio­lar la leg­is­lación inter­na­cional con su inter­ven­ción en Geor­gia y ha solic­i­ta­do a los ali­a­dos que con­sid­eren reducir sus vín­cu­los con Moscú para que respete el acuer­do de paz.

El Krem­lin, por su parte, respondió que la Alian­za «sigue ancla­da en la Guer­ra Fría» y ha anun­ci­a­do que tiene inten­ción de revis­ar su coop­eración con la orga­ni­zación atlántica.

M

Misiles

Poco después de que que Esta­dos Unidos y Polo­nia fir­maran un acuer­do para el despliegue de un sis­tema de defen­sa antimisiles estadunidense en ter­ri­to­rio pola­co, y en ple­na ten­sión inter­na­cional por el con­flic­to entre Moscú y Geor­gia, Rusia con­fir­mó que ha proba­do un mis­il balís­ti­co inter­con­ti­nen­tal «capaz de atrav­es­ar la tec­nología de un escu­do antimisiles enemigo».

N

Naciones Unidas

El hecho de que Rusia sea miem­bro per­ma­nente del Con­se­jo de Seguri­dad de la ONU, con dere­cho a veto, hace muy improb­a­ble que el organ­is­mo inter­na­cional pue­da apro­bar una res­olu­ción de con­de­na por lo ocur­ri­do en Geor­gia. No obstante, el Con­se­jo anun­ció el viernes que cel­e­brará una nue­va reunión sobre la crisis.

O

Oso

El oso es el sím­bo­lo tradi­cional de Rusia. Los car­i­ca­tur­is­tas ingle­ses del siglo XIX y prin­ci­p­ios del XX rep­re­senta­ban el impe­ri­al­is­mo ruso en la for­ma de este ani­mal (frente al león inglés). El políti­co y estadista esta­dounidense Hen­ry Kissinger solía decir que «hay que dejar­le espa­cio al oso ruso».

P

Putin, Vladimir

El ex pres­i­dente y actu­al primer min­istro ruso sigue tenien­do un papel pre­pon­der­ante en la políti­ca de Moscú, y es uno de los prin­ci­pales vale­dores de la políti­ca de resurgimien­to de Rusia como poten­cia mundi­al. De hecho, cuan­do estal­ló la guer­ra en Geor­gia, fue él y no el nue­vo pres­i­dente de Rusia, Dmitri Medvedev, quien explicó las razones de la intervención.

Durante su manda­to se cal­cu­la que has­ta 70.000 ciu­dadanos de Ose­tia del Sur que se con­sid­er­an rusos reci­bieron pas­aportes de Rusia, lo que con­tra­ven­dría el dere­cho internacional.

Q

Queja

El ex pres­i­dente soviéti­co Mijaíl Gor­ba­chov, prin­ci­pal artí­fice del final de la URSS, se que­jó de que Occi­dente «enva­len­tonara» a Geor­gia para atacar la región sep­a­ratista de Ose­tia del Sur. Añadió que «acu­san a Rusia de agredir a los pobres e inde­fen­sos geor­gianos, pero eso no sólo es hipócri­ta, sino que mues­tra una fal­ta de humanidad».

R

Revoluciones

Rusia ha acu­sa­do a Occi­dente, y, más conc­re­ta­mente, a Esta­dos Unidos, de estar detrás de la Rev­olu­ción Naran­ja y de la Rev­olu­ción Rosa, los movimien­tos ciu­dadanos que auparon al poder, respec­ti­va­mente, a los gob­ier­nos pro occi­den­tales de Vík­tor Yushenko en Ucra­nia y Mijail Saakashvili en Georgia.

S

Sanciones

Pese a ame­nazar con ello hace unos días, la UE ha deci­di­do final­mente no adop­tar aún san­ciones con­tra Rusia en su cum­bre extra­or­di­nar­ia de este lunes.

T

Terrorismo

El Ser­vi­cio Fed­er­al de Seguri­dad ruso llegó a acusar a Geor­gia de plan­ear ataques ter­ror­is­tas en Rusia como respues­ta al con­flic­to mil­i­tar man­tenido por ambos país­es por Ose­tia del Sur, infor­ma­ción que fue des­men­ti­da por el Min­is­te­rio del Inte­ri­or georgiano.

U

Unión Europea

Los líderes de los Vein­tisi­ete, que asi­s­tirán este lunes en Bruse­las a una reunión extra­or­di­nar­ia con­vo­ca­da por el pres­i­dente francés y de turno de la UE, Nico­las Sarkozy, insi­s­tirán en que el acuer­do de alto el fuego, de seis pun­tos, debe cumplirse en su total­i­dad. Mien­tras ese acuer­do no esté ple­na­mente respeta­do, las rela­ciones entre la UE y Rusia seguirán «bajo observación».

V

Vashadze, Grigor

El vicem­i­nistro de Rela­ciones Exte­ri­ores de Geor­gia fue el encar­ga­do de anun­ciar la decisión de este país de romper rela­ciones diplomáti­cas con Rusia, a raíz del reciente con­flic­to béli­co y del reconocimien­to por Moscú de la inde­pen­den­cia de Abja­sia y Ose­tia del Sur.

Geor­gia reti­rará en los próx­i­mos días a todos sus diplomáti­cos de su emba­ja­da en Moscú, mien­tras que Rusia va a cer­rar la emba­ja­da en la cap­i­tal georgiana.

Y

Yushenko, Víktor

El pres­i­dente ucra­ni­ano señaló que el reconocimien­to por parte de Rusia de la inde­pen­den­cia Abja­sia y Ose­tia del Sur «sig­nifi­ca una ame­naza para la paz en toda la región y en Europa». Tam­bién ha pedi­do que se acelere el ingre­so de su país en la OTAN. En Ucra­nia, el con­flic­to arma­do entre Rusia y Geor­gia ha exac­er­ba­do la división entre los pro occi­den­tales del cen­tro y el oeste y los pro rusos, con­cen­tra­dos en el sur y el este del país.

Z

Zar

El últi­mo zar (emper­ador) de Rusia fue Nicolás II. Fue fusila­do jun­to a su famil­ia por los bolcheviques en 1918.