
Café Tortoni, Buenos Aires. La lluvia, densa, cubre por completo las ventanas. Como una gigantesca cortina de agua que cayese del cielo, o un mar desprendiéndose desde lo alto. Es como estar en un submarino. Afuera todo es indistinguible y oceánico, incoloro, mágico, sin formas. El traqueteo de la tormenta arrincona todos los demás sonidos. Sobre la mesa, dos vasos y una botella de whisky.
RICK: He pensado en ella cada día de toda mi jodida vida, Louie. Cada día.
LOUIE: Lo sé, amigo, lo sé.
RICK: Cada jodido día.
Publicado el 13/1/2009 en Están todos vivos
En el relato: Rick Blaine
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