Uno tras otro, los políticos británicos que, a favor o en contra, protagonizaron la campaña del referéndum sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea han ido abandonando el barco. Y dos semanas después de la victoria del brexit (la opción de abandonar la UE, respaldada por el 51,9% de los votantes), el país no solo sigue en un cierto estado de shock, ante las posibles consecuencias del resultado y la incertidumbre sobre cuáles serán los próximos pasos, sino que se encuentra, además, descabezado.
El primero en anunciar su renuncia fue el propio primer ministro, el conservador David Cameron, convocante del referéndum, defensor de la permanencia del Reino Unido en la UE, y quien al día siguiente de la celebración de la consulta declaró su intención de dejar el cargo en octubre. Días después, el controvertido Neil Farage dimitía como líder del UKIP, el partido nacionalista, anti inmigración y antieuropeo que apostó con más vehemencia por la salida británica de la UE. El tercero en tirar la toalla fue el exalcalde de Londres Boris Johnson: pese a haberse visto fortalecido por la victoria de un brexit que había defendido con fervor, el político conservador y principal favorito para suceder a Cameron manifestaba el pasado día 30 que no era la persona adecuada para dirigir el Ejecutivo, y se retiraba de la carrera para ocupar el pronto vacante puesto de primer ministro.
El terremoto causado por la victoria del brexit el pasado 23 de junio está acabando de redibujar el panorama político en el Reino Unido, un escenario en el que ya no queda ninguno de los líderes que se presentaron a las últimas elecciones (tanto el laborista Ed Miliban como el liberal-demócrata Nick Clegg dimitieron tras la holgada victoria de Cameron en los comicios de 2015, siendo sustituidos, respectivamente, por Jeremy Corbyn y Tim Farron), y donde al menos tres mujeres, además de la ministra principal de Escocia, se perfilan ya como las nuevas protagonistas.
En las filas conservadoras, Theresa May (ministra del Interior) y Andrea Leadsom (secretaria de Estado de Energía) se han impuesto en las votaciones para la sucesión de David Cameron al frente del partido tory, con una clara ventaja de May. En el camino se han quedado, por falta de votos, el ministro de Justicia, Michael Gove (acusado en los círculos políticos británicos de haber «traicionado» a Boris Johnson al presentar su candidatura); el ministro de Trabajo, Stephen Crabb; y el exsecretario de Defensa, Liam Fox. May y Leadsom se someterán ahora a una elección entre los 150.000 afiliados al partido, cuyo resultado se conocerá el próximo 9 de septiembre. Una de las dos será la nueva primera ministra, puesto que ocupará una mujer por primera vez desde que dimitió Margaret Thatcher, en 1990.
Entre los liberales, entre tanto, otra mujer, Angela Eagle, parece dispuesta a dar un paso adelante en el caso de que se enquiste la grave crisis que sufre el partido tras la pérdida de confianza de su líder, Jeremy Corbyn, a quien sus compañeros han acusado de no haberse empleado con la contundencia necesaria en la campaña contra el brexit.
Emergentes
- Theresa May. La actual ministra del Interior (Eastbourne, Inglaterra, 59 años) es la principal favorita para suceder a David Cameron, convertirse en la próxima primera ministra del Reino Unido, y liderar el país durante las negociaciones para la salida británica de la UE. Hija de un vicario anglicano y educada en colegios públicos, May tiene una dilatada experiencia política (ha sido también ministra de Mujer e Igualdad y presidenta del Partido Conservador) y fama de dura en sus discursos. Aunque apoyó la permanencia británica en la UE, se implicó poco en la campaña para el referéndum y apenas participó en los debates (en el fondo, es considerada una euroescéptica), lo que puede convertirla en una figura unificadora para un partido completamente dividido entre antieuropeos y proeuropeos. Se ha marcado el objetivo de «negociar el mejor acuerdo posible para abandonar la UE», y ha expresado su desacuerdo con la política migratoria comunitaria, recalcando que intentará rebajar en «decenas de miles» el número de inmigrantes que llegan cada año al país. May sostiene que el resultado de la consulta debe respetarse, y ha descartado cualquier intento de permanecer en la UE ante el temor a consecuencias económicas negativas. En todo caso, también ha dicho que no prevé activar antes de finales de este año el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que inicia la cuenta atrás de dos años para que Londres abandone el club comunitario.
- Andrea Leadsom. Secretaria de Estado de Energía y firme defensora de la salida británica de la UE durante la campaña del referéndum, Andrea Leadsom (Aylesbury, Inglaterra, 53 años) es una partidaria convencida del libre comercio, pero se opone a la libre circulación de personas. Durante la campaña insistió en que «somos la quinta economía del mundo gracias a nosotros mismos, no a Europa, y floreceremos fuera de la UE». Procedente de una familia modesta, y exdirectiva bancaria, Leadsom ha afirmado que comunicará oficialmente a Bruselas la intención de Londres de abandonar el bloque comunitario tan pronto como sea posible si lidera el Ejecutivo. La diputada conservadora, que accedió a la Cámara de los Comunes en 2010, coincide con May en que uno de sus principales objetivos sería lograr un descenso en el número de inmigrantes. Ha sido criticada por participar en un negocio inmobiliario para pagar menos impuestos, y se abstuvo en la votación para legalizar el matrimonio entre homosexuales. Cuenta con el apoyo del exalcalde de Londres Boris Johnson.
- Angela Eagle. Nacida en Bridlington, Inglaterra, hace 55 años, Angela Eagle fue hasta hace unos días secretaria de Estado de Comercio en la sombra del Partido Laborista (el puesto de la oposición que controla a su equivalente en el Gobierno). Tras la victoria del brexit, Eagle abandonó el cargo, el pasado 27 de junio, junto con una treintena de otros miembros del equipo, y en desacuerdo con la gestión de la campaña llevada a cabo por el líder del partido, Jeremy Corbyn. Poco después declaró que «tengo el apoyo suficiente para presentar mi candidatura, y la voluntad para acabar con este punto muerto que tanto daño está causando al partido», añadiendo que «eso será lo que haré si Jeremy decide no actuar por sí mismo». Eagle procede de la clase trabajadora y tiene experiencia en los gobiernos de Tony Blair y Gordon Brown.
- Nicola Sturgeon. La ministra principal de Escocia, donde los partidarios de permanecer en la UE se impusieron con el 62% de los votos, ha cobrado especial relevancia desde la celebración de la consulta. No en vano, en los acuerdos que se efectuaron con los parlamentos y gobiernos de Escocia, Gales e Irlanda del Norte se reguló que los Gobiernos regionales tendrían que respaldar un abandono de la UE, con lo que algunos expertos han señalado que existiría la posibilidad de un veto. Líder del Partido Nacional de Escocia (SNP, nacionalista, centro-izquierda), Sturgeon (Irvine, Escocia, 45 años) ha intentado negociar por separado en Bruselas la permanencia de Escocia en la UE (algo a lo que ya se ha opuesto el presidente del Gobierno español en funciones, Mariano Rajoy), y no descarta la convocatoria de un nuevo referéndum de independencia en Escocia, recordando que, en el anterior, uno de los argumentos para la permanencia de la región en el Reino Unido fue la pertenencia de este país a la UE.
En retirada
- David Cameron. El aún primer ministro británico sabía que su futuro político dependía de la derrota del brexit. De hecho, los analistas ya vieron en la propia convocatoria del referéndum, el pasado mes de septiembre, un intento de Cameron por afianzar su cuestionado liderazgo en el Partido Conservador, ante la creciente presión del sector euroescéptico en la formación tory, y por tratar de frenar el ascenso de los ultranacionalistas del UKIP. Cameron (Londres, 49 años) llegó a negociar con Bruselas una serie de concesiones para intentar neutralizar el voto del ‘no’, pero, al final, la opción de la permanencia defendida por su Gobierno fue derrotada, y al día siguiente el primer ministro anunció que dejará el cargo dentro de tres meses, coincidiendo con el congreso anual del Partido Conservador, en octubre: «El Reino Unido necesita un liderazgo nuevo para este nuevo destino, y no soy yo el adecuado para ser el capitán para este nuevo destino», declaró, añadiendo que «el pueblo británico ha votado abandonar la UE y su deseo ha de ser respetado».
- Nigel Farage. Tachado frecuentemente de «populista», y líder hasta el pasado 4 de julio del partido nacionalista, derechista, anti inmigración y con tintes xenófobos UKIP (Partido de la Independencia del Reino Unido, por sus siglas en inglés, formación de la que fue uno de sus fundadores), Nigel Farage protagonizó una de las campañas más duras en contra de la permanencia del Reino Unido en la UE, incluyendo la propagación de datos falsos, como la cantidad de dinero que los británicos aportan a la Unión. Una semana y media después de la victoria del brexit, Farage anunció su dimisión como líder del UKIP, indicando que «la victoria de la campaña por la retirada significa que mi ambición política ha sido alcanzada. Entré en esta lucha desde el mundo empresarial porque quería que fuéramos una nación que se gobernase sola, y no quería ser un político de carrera». Farage nació en Downe (Inglaterra) hace 52 años, trabajó como bróker en la City londinense, y mantiene, de momento, su acta de eurodiputado, puesto que ocupa desde 1999, para desesperación del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
- Boris Johnson. Tras la victoria del brexit, el excéntrico exalcalde de Londres (2008-2016) tenía todo a favor para posicionarse como el principal candidato a sustituir a David Cameron como primer ministro. Periodista, columnista, escritor e historiador, Boris Johnson (nacido hace 52 años en Nueva York, EE UU, hijo de padres británicos) fue el miembro del Partido Conservador más visible en la campaña por la retirada británica de la UE, y tanto su popularidad (más entre las bases conservadoras que entre sus compañeros parlamentarios) como su carácter campechano ayudaron a compensar la «estrategia del miedo» puesta en marcha por los partidarios del ‘no’. No contaba, sin embargo, con que su compañero de partido Michael Gove, ‘cerebro’ de la campaña en favor del brexit y ministro de Justicia, presentase por sorpresa su propia candidatura, a pesar de haberse negado anteriormente en varias ocasiones, y tras desautorizar al propio Johnson, cuestionando la capacidad de liderazgo del exalcalde de la capital y asegurando que éste no está capacitado para dirigir el país. El 30 de junio, y tras publicar un criticado artículo en el que parecía minimizar las consecuencias del brexit, Johnson anunció en rueda de prensa que renunciaba a competir en la carrera para llegar a ser primer ministro.
Contra las cuerdas
- Jeremy Corbyn. El líder del Partido Laborista y jefe de la oposición (elegido en septiembre de 2015 tras la dimisión de Ed Miliban), vive un momento muy complicado al frente de su formación, tras haber perdido por abrumadora mayoría (172 votos en contra por 40 a favor) una moción de confianza presentada por sus compañeros de partido, el pasado 28 de junio. La moción se produjo en medio de la grave crisis que vive el laborismo británico, desatada tras la victoria del brexit, y estuvo precedida de decenas de dimisiones en el partido (entre ellas, las de una treintena de integrantes del llamado «gabinete en la sombra»). A Corbyn, considerado uno de los líderes laboristas más izquierdistas de las últimas décadas, y que se define a sí mismo como pacifista y republicano, se le acusa de no haberse empleado con la contundencia necesaria en la campaña contra la salida del Reino Unido de la UE. El jefe de la oposición, no obstante, ha declarado que no está dispuesto a dimitir porque «la votación no tiene legitimidad constitucional». Jeremy Corbyn nació en Chippenham, Inglaterra, y tiene 67 años. Es vegetariano y suele utilizar la bicicleta para sus desplazamientos.