Miles de personas se agolpan en una calle devastada, en la que no es posible distinguir un solo edificio que no haya sido completamente destruido por las bombas. La masa humana ocupa toda la fotografía, y es tan densa que a primera vista parece un montaje: no queda libre ni un metro cuadrado de suelo. La imagen remite directamente a otro tiempo, a la pesadilla europea de hace 70 años, cuando millones de supervivientes del infierno bélico vagaban sin techo al terminar la Segunda Guerra Mundial. Pero está tomada hace solo unos meses. Y es real, tan real como el sufrimiento que refleja: son refugiados sirios en el campo de Yarmuk, a las afueras de Damasco, y están esperando la ración de comida que les permitirá subsistir un día más. Aislados por el régimen y a merced del fuego cruzado de las diversas facciones combatientes, estos hombres, mujeres y niños reciben la ayuda internacional con cuentagotas.
El desamparo de estos refugiados es extremo, pero está muy lejos de ser excepcional. A finales de 2013 el número de desplazados en todo el mundo alcanzaba ya los 51 millones. Para cuando acabe 2015 habrá, al menos, dos millones más. Es una cifra récord en la historia de la humanidad, una cifra que, unida a la de los conflictos armados que siguen castigando el planeta (una docena plenamente activos), a la de los 44 millones de personas que, según el Banco Mundial, viven en la absoluta pobreza, a la de los 27 millones que padecen aún situaciones de esclavitud, a la de los 800.000 que son víctimas del tráfico de seres humanos (incluyendo los miles que se ahogan en el Mediterráneo intentando alcanzar una Europa blindada), o a la de los también cientos de miles que se ven afectados por las consecuencias del cambio climático (algunos desastres naturales incluidos), no permite dibujar un cuadro muy optimista a la hora de abordar la evolución del mundo en lo que llevamos de siglo.
El año 2000 arrancó con la esperanza, irracional, pero humana, de que el nuevo milenio traería al fin algo más de paz, un poco más de justicia social, más prosperidad, progreso. Y es cierto que el mundo ha experimentado grandes cambios en estos quince años, pero los más positivos cuesta encontrarlos más allá de las fronteras de los países desarrollados. Según denunció en 2009 Jean Ziegler, relator especial de la ONU para el Derecho a la Alimentación, cada día mueren 24.000 personas de hambre y otras 100.000 por causas relacionadas con la desnutrición, lo que supone 35 millones de muertes al año.
Hablamos de un mundo totalmente conectado, de revolución digital, del uso masivo de las redes sociales, de videollamadas gratis, librerías virtuales infinitas, viajes baratos y turismo global, pero, aún siendo todos ellos factores que han marcado estos últimos quince años, la realidad es que de los 7.000 millones de personas que componen actualmente la población mundial, únicamente unos 2.200 millones (un tercio del total) tienen acceso a la Red, y tan solo una pequeña parte puede permitirse no ya comprar un billete de avión, sino salir de su país.
En el primer mundo, entre tanto, y salvando las distancias, tampoco todo son buenas noticias. La democratización de la comunicación y el potencial acceso casi ilimitado a la información que ha supuesto la revolución tecnológica, con los teléfonos inteligentes e Internet como puntas de lanza, han permitido unos niveles de conexión entre las personas y de desafío al poder sin precedentes. Movimientos populares como el 15-M y ‘occupy’, las reacciones ante las revelaciones de Wikileaks o de Edward Snowden, las protestas contra la globalización, contra la corrupción política, contra la destrucción del Estado del bienestar como única respuesta a la crisis, y contra un sistema financiero y económico cuyos planteamientos hedonistas parecen haber hecho aguas; el cuestionamiento de los principios neoliberales dominantes; la mayor concienciación sobre el cambio climático (poco eficaz aún, pero ya irreversible)…
Todo ello revela una sociedad menos indiferente y más comprometida, en un mundo donde, sin embargo, han crecido también los miedos y se han ido menoscabando las libertades en aras de la seguridad; donde brotes de esperanza como los generados por la llamada ‘primavera árabe’, en la periferia del desarrollo, pero de consecuencias planetarias, han acabado frustrándose; y donde el consumismo alentado por el uso de la propia tecnología se traduce a menudo en un efecto narcotizante y en la preservación de un modelo medioambiental insostenible.
Uno de los principales puntos de inflexión se haya, sin duda, en los brutales atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, y en cómo reaccionaron el entonces presidente, George W. Bush, y su gobierno neoconservador. Los ataques contra el corazón mismo del país más poderoso del planeta suscitaron una respuesta que acabó traduciéndose en la llamada guerra global contra el terrorismo, una batalla necesaria pero planteada de un modo contraproducente, que olvidó las auténticas causas de la violencia y contribuyó al auge del integrismo radical y al empantanamiento de conflictos cuya resolución parecía más cercana hace quince años. Las consecuencias, además, no se han limitado a los campos de batalla.
Especialmente en Estados Unidos, pero también en muchos otros países, los ciudadanos han visto recortados sus derechos y libertades fundamentales, con ataques a su privacidad, restricciones a la libertades de movimiento y asociación, pérdida de derechos legales en detenciones, y controles que muchos consideran abusivos en lugares como los aeropuertos, donde, en algunos casos, no resulta fácil distinguir entre la necesaria seguridad y la psicosis antiterrorista. Los atentados del 11-S y los ataques que sufrieron también después otras ciudades (Madrid, Londres, Bombay), fueron asimismo un caldo de cultivo, o una excusa, para el crecimiento de actitudes xenófobas e incluso fascistas entre las poblaciones occidentales, con los inmigrantes como principales víctimas.
Mientras, el afianzamiento de Estados Unidos como primera potencia mundial sin contrapeso, y el nuevo orden unilateral que se aventuraba tras el final de la Guerra Fría, se ha visto desafiado en los últimos años por una nueva y creciente tensión, esta vez más económica y geoestratégica que ideológica, entre Rusia y Occidente, y por las desestabilización que genera el auge de los conflictos religiosos, sectarios y nacionalistas, especialmente en Oriente Medio; China, convertida ya en segunda potencia económica, por delante de Japón y Alemania, avanza en su complicada combinación de capitalismo y comunismo dictatorial, y extiende discretamente su influencia por Asia y África; los llamados países emergentes (Brasil, India, los cuatro ‘tigres’ asiáticos), relegados hasta ahora del poder decisorio, piden sitio empujados por su potencial económico y la fuerza de sus poblaciones; buena parte de Latinoamérica gira hacia una izquierda a ratos esperanzadora e ilusionante, a ratos populista y con déficit democrático; se abren vías de diálogo en desencuentros de décadas (Cuba, Irán) y permanecen cerrados a cal y canto casos crónicos como Corea del Norte.
Entre las razones para la esperanza se encuentran, no obstante, y además de esa mayor toma de conciencia ciudadana, destacados logros conseguidos o consolidados a lo largo de estos quince años. En el terreno social, se ha avanzado, aunque muy lentamente y solo en algunos países, hacia una mayor igualdad de la mujer, con más puestos de responsabilidad, políticos y empresariales, en manos femeninas, y con medidas encaminadas, al menos en teoría, a lograr una mayor conciliación entre la vida familiar y la laboral. También, con lagunas, en la protección jurídica universal de la infancia, en el reconocimiento de los derechos de los homosexuales, y en la falta de tolerancia legal contra actitudes discriminatorias, racistas o de violencia de género.
En el terreno de la justicia internacional se han dado asimismo pasos importantes que, como explica la profesora de Derecho Público y Filosofía Jurídica Jessica Almqvist, experta en Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid, «pueden conducir, con el tiempo, a una mejor protección de los derechos humanos, sobre todo en tiempos de conflicto y postconflicto, mediante instrumentos más eficaces, equilibrados e imparciales para que se haga justicia con las víctimas de los crímenes más graves».
Almqvist destaca, en este sentido, «la creación de nuevas instituciones y órganos internacionales como la Corte Penal Internacional (en marcha desde 2002), el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (establecido en 2006), y la Comisión de Consolidación de la Paz de las Naciones Unidas (también en 2006), así como el esfuerzo por parte de la ONU de avanzar en la cooperación internacional con organizaciones regionales, como la Unión Africana y la Unión Europea, con la finalidad de mantener, restaurar o construir la paz y la seguridad». «El problema -reconoce- es que todavía no vemos resultados decisivos. Entiendo que la percepción general es que cada vez estamos peor, pero no deberíamos perder la esperanza en la posibilidad de cambio y de mejora».
De momento, en cualquier caso, millones de familias están más preocupadas por llegar a fin de mes que por la evolución de la política internacional: el mundo desarrollado se ha visto sacudido en esta última década por una crisis económica y financiera de unas dimensiones desconocidas desde los años treinta del siglo pasado, cuyas consecuencias pueden acabar redefiniendo los pilares de la economía mundial, y que ha transformado profundamente la vida cotidiana de las sociedades occidentales.
Así, en España, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y los efectos de la crisis mundial hicieron que los bancos endureciesen sus préstamos, lo que perjudicó tanto a las familias (castigadas ya por un paro galopante) como al mercado inmobiliario, hasta entonces, el principal motor de un crecimiento tan espectacular como endeudado y especulativo. Las inmobiliarias no obtenían créditos para seguir construyendo y empezaron a suspender pagos y a contratar menos.
La respuesta de la mayoría de los gobiernos europeos ha sido intentar reducir el déficit para sanear las arcas públicas, garantizar la supervivencia del sistema (acorralado por ataques especulativos contra el euro) y evitar más rescates como los de Grecia, Irlanda y Portugal, con sus consecuentes políticas impuestas de austeridad y recortes, tanto económicos como sociales. Los gobiernos no han dudado en hacer llamadas al sacrificio, entre denuncias de que al final son los ciudadanos quienes están pagando años de malas políticas económicas, un sistema descontrolado, y los millones en dinero público con que se ha rescatado a los bancos.
El resultado es que la incertidumbre por el futuro y una realidad diaria que a menudo recuerda más a la de países en vías de desarrollo que a la del primer mundo (desempleo, sueldos bajos, trabajo precario, nueva emigración económica, comedores sociales, desahucios, familias que pasan hambre) se ha adueñado en muchos casos de un escenario en el que hasta hace tan solo unos años el Estado de bienestar parecía eterno y la burbuja consumista, indestructible.
El día en que todo cambió
Estados Unidos sufrió el 11 de septiembre de 2001 el atentado más grave de su historia. En una operación coordinada, un grupo de extremistas islámicos pertenecientes a la organización terrorista Al Qaeda atacó las Torres Gemelas, en Nueva York, y el Pentágono, en Washington, estrellando tres aviones de pasajeros que habían secuestrado previamente. Una cuarta aeronave fue derribada antes de alcanzar su objetivo. Según los datos del informe elaborado por la Comisión creada en 2002, el número de muertos ascendió a 2.973, cifra a la que hay que sumar los 19 secuestradores. Tras el atentado, EE UU declaró una guerra global al terrorismo que comenzó con la invasión de Afganistán y cuyas consecuencias llegan hasta nuestros días.
El colapso financiero
El engranaje financiero mundial se ha visto desafiado desde 2008 por la explosión de una grave crisis que comenzó con las ‘hipotecas basura’ en EE UU, hundió dos de los principales bancos de inversiones de este país, causó caídas históricas en las bolsas, erosionó la confianza en el sistema y extendió el pánico entre los inversores. La llama la prendió el descubrimiento de que en EE UU se habían concedido masivamente hipotecas a consumidores sin solvencia, financiadas con activos que afectaban ya a instituciones de medio mundo. Las autoridades reaccionaron inyectando grandes cantidades de dinero a los bancos para ayudarles a resistir los impagos, pero empezaron las quiebras. En un escenario marcado por la subida de los precios del petróleo y de los alimentos, por el derrumbe de la industria automovilística, por el estallido de la burbuja inmobiliaria y por la especulación, la crisis se trasladó del mundo financiero a la economía real, y de EE UU al resto de los países desarrollados.
Lo que llevamos de siglo, paso a paso
De los atentados del 11-S a la primavera árabe, pasando por la elección de Obama, la crisis económica mundial, el tsunami en el sureste asiático, el desastre de Fukushima o los nuevos papas, un breve repaso cronológico a los acontecimientos mundiales más destacados en estos quince años.
2000
Acceden al poder George W. Bush (EE UU), Vladimir Putin (Rusia), Vicente Fox (México) y Bashar al Asad (Siria). Aznar es reelegido presidente del Gobierno español. La visita de Sharon a la Explanada de las Mezquitas contribuye al estallido de la Segunda Intifada palestina. Fujimori renuncia como presidente en Perú y Chile procesa a Pinochet. La UE aprueba el Tratado de Niza. Mueren 113 personas al estrellarse un Concorde.
2001
Atentados de Al Qaeda en Washington y Nueva York, el 11 de septiembre, y posterior invasión angloestadounidense de Afganistán (cae el régimen talibán). El Tribunal de La Haya detiene y procesa a Milosevic. El presidente de la R. D. del Congo, Laurent Kabila, es asesinado. Berlusconi (Italia) y Ariel Sharon (Israel), elegidos primeros ministros. Disturbios entre la policía y grupos antiglobalización durante la reunión del G-8 en Génova, y crisis económica en Argentina (corralito). Un terremoto en Gujarat (India) deja 12.000 muertos. Holanda, primer país del mundo en legalizar el matrimonio entre homosexuales. La estación espacial Mir finaliza su servicio.
2002
Entra en circulación el euro. Comienza a actuar la Corte Penal Internacional. Acaban las guerras civiles de Sierra Leona y Argelia. Timor Oriental se independiza de Indonesia. Fracasa un golpe de Estado contra Chávez en Venezuela. Israel comienza a construir el muro en Cisjordania. Atentados de Al Qaeda en Bali dejan 202 muertos. El petrolero Prestige se hunde frente a las costas gallegas. Primeros casos del Síndrome Respiratorio Agudo Grave, SARS (más de 700 muertos hasta julio de 2003).
2003
La coalición liderada por EE UU invade Irak y derroca a Sadam Husein. Yugoslavia se convierte en la Unión de Serbia y Montenegro. Comienza el conflicto de Darfur. Lula da Silva, presidente de Brasil. El transbordador espacial Columbia se desintegra al entrar en la atmósfera. Surgen en Asia los primeros brotes de gripe aviar. Un terremoto en Ban (Irán) deja más de 40.000 muertos. Finaliza la secuenciación del Genoma Humano,
2004
Tsunami en el sureste asiático: más de 200.000 muertos. Masacre terrorista del 11-M en Madrid (191 muertos), y secuestro en la escuela rusa de Beslán (335 muertos). Ampliaciones de la UE y de la OTAN a los países del Este, Revolución Naranja en Ucrania y golpe de Estado en Haití. Muere Arafat. Salen a la luz las torturas de la cárcel iraquí de Abu Ghraib. Zapatero, presidente del Gobierno en España. La sonda Mars Express explora la superficie de Marte, científicos coreanos extraen por primera vez células madre de embriones humanos clonados, y Mark Zuckerberg funda Facebook.
2005
Muere el papa Juan Pablo II y le sucede Joseph Ratzinger como Benedicto XVI. Múltiple atentado terrorista en Londres (56 muertos). Siria se retira del Líbano tras el asesinato del primer ministro libanés, Rafik Hariri. Ángela Merkel es elegida canciller de Alemania; Evo Morales, presidente de Bolivia, y Mahmud Ahmadineyad, presidente de Irán. El IRA finaliza su lucha armada. El huracán Katrina devasta el sur de EE UU (un millar de muertos) y un terremoto en Cachemira deja 80.000 fallecidos. Primer transplante parcial de cara, y primer vuelo de prueba del avión gigante Airbus A380. Entra en vigor el Protocolo de Kioto.
2006
Guerra en el Líbano entre Israel y Hizbulá. Hamás gana las elecciones en Gaza. Sadam Husein es ejecutado. Felipe Calderón, elegido presidente de México; Michelle Bachelet, de Chile y Rafael Correa, de Ecuador. Reelegidos Lula en Brasil y Uribe en Colombia. Fidel Castro deja la presidencia de Cuba a su hermano Raúl. Matanza terrorista en Bombay (190 muertos). Se independiza Montenegro. Golpe de Estado en Tailandia y recrudecimiento del conflicto en Somalia. Plutón deja de ser considerado un planeta.
2007
Comienzo de la crisis financiera mundial, primeras quiebras y escándalo de las hipotecas en EE UU. Gordon Brown, elegido primer ministro británico; Nicolas Sarkozy, presidente de Francia y Cristina Fernández, de Argentina. Benazir Bhuto es asesinada en Pakistán. Hamás controla Gaza e Israel bloquea la Franja. China reconoce la propiedad privada. Un estudiante mata a una treintena de personas en la universidad de Virginia Tech. La UE se amplía a Rumanía y Bulgaria. Comienza el boom de las redes sociales y Apple comercializa el iPhone.
2008
Se agrava la crisis económica y financiera. Quiebra Lehman Brothers. Estalla la burbuja inmobiliaria en España. Israel ataca Gaza (Operación Plomo Fundido, más de 1.400 muertos). Una serie de atentados en Bombay deja 175 muertos. La Corte Penal Internacional acusa al presidente de Sudán, Omar Bashir, de genocidio. Kosovo se independiza de Serbia, y Berlusconi es reelegido primer ministro en Italia. El ciclón Nargis deja 140.000 muertos en Birmania. Se completa la construcción del gran acelerador y colisionador de partículas.
2009
La mayoría de los países occidentales entran en recesión por la crisis. Bernard Madoff es condenado por el mayor fraude fiscal cometido por una sola persona. La pandemia global causada por la Gripe A (H1N1) acaba causando más de 18.000 muertos. Entra en vigor en la UE el Tratado de Lisboa. Acaba la guerra civil en Sri Lanka. Un golpe de Estado depone al presidente Manuel Zelaya en Honduras. Grandes protestas en Irán tras el fraude electoral. En L’Aquila (Italia), un terremoto deja 308 muertos. Muere Michael Jackson.
2010
Un terremoto causa 225.000 muertos en Haití y deja el país devastado. Estalla la crisis económica y social en Grecia y se extiende la crisis de la deuda en Europa. Un atentado en el metro de Moscú se salda con 40 muertos. Un total de 33 mineros son rescatados en Chile tras pasar 70 días atrapados. Wikileaks publica 250.000 documentos confidenciales que cuestionan la diplomacia de EE UU y la ética de muchos gobiernos. Dilma Rousseff, primera mujer en acceder a la presidencia de Brasil; David Cameron, primer ministro británico. Desastre ecológico por un vertido de petróleo de BP en el Golfo de México. España gana el Mundial de fútbol.
2011
Estalla la ‘primavera árabe’ con revueltas populares en todo Oriente Medio y el Magreb. Caen los presidentes de Túnez (Ben Ali) y Egipto (Mubarak). Gadafi es asesinado tras un conflicto civil en Libia, y comienza la guerra en Siria. Comandos de EE UU matan a Bin Laden en Pakistán. En España, ETA anuncia el cese de su actividad armada, Mariano Rajoy es el nuevo presidente del Gobierno y surge el movimiento del 15-M. Las protestas Occupy se extienden por Occidente. Un terremoto y un tsunami devastan el nordeste de Japón (19.000 muertos) y provocan el grave accidente de la central nuclear de Fukushima. El ultra Anders Breivik mata a 77 personas en Noruega. Muere el líder norcoreano Kim Jong-il. Berlusconi, procesado, deja el poder. La NASA pone fin a la era de los transbordadores, y anuncia que en Marte pudo haber agua.
2012
Mohamed Mursi, elegido presidente de Egipto; François Holland, de Francia; Barack Obama, reelegido en EE UU. El expresidente liberiano Charles Taylor, condenado por crímenes contra la humanidad. Golpe de Estado y rebelión tuareg en Mali. Naufraga en Italia el crucero Costa Concordia (32 muertos). El huracán Sandy causa más de 200 muertos en el Caribe y Norteamérica. La Conferencia del Clima extiende el Protocolo de Kioto hasta 2020. Los científicos del CERN detectan el bosón de Higgs. El robot Curiosity aterriza en Marte. Whatsapp irrumpe en la mensajería instantánea.
2013
Benedicto XVI renuncia al papado. Le sucede el argentino Jorge Mario Bergoglio, con el nombre de Francisco. Mueren el presidente venezolano Hugo Chávez (le sucede Nicolás Maduro), Nelson Mandela y Margaret Thatcher. Mursi, despuesto por un golpe de Estado en Egipto. Se agrava la crisis nuclear con Corea del Norte. Accidente ferroviario en Santiago de Compostela (79 muertos). Edward Snowden revela el espionaje digital masivo del Gobierno de EE UU a sus ciudadanos. La sonda Voyager 1, primer objeto de fabricación humana que sale del Sistema Solar.
2014
El rey Juan Carlos I abdica en favor de su hijo: Felipe VI, nuevo rey de España. EE UU y Cuba empiezan a normalizar sus relaciones diplomáticas. En Ucrania, el presidente Yanukóvich es destituido ante el triunfo de la revolución, y estalla después el enfrentamiento entre pro y anti rusos. Crimea proclama su anexión a Rusia. Victoria del ‘No’ en el referéndum para la independencia de Escocia. Protestas populares en Hong Kong. Asesinados 43 estudiantes en México. 2.200 muertos (2.141 palestinos y 69 israelíes) en una nueva operación israelí contra Gaza. Desaparece un vuelo comercial de Malaysia Airlines. Comienza la epidemia de ébola. La sonda Philae se posa sobre un cometa.
2015
Más de 8.000 muertos por un terremoto en Nepal. Los yihadistas extremistas de Estado Islámico se extienden por Irak y Siria, que entra en su quinto año de guerra. Masacres de Boko Haram en Nigeria. Una cadena de atentados yihadistas en París deja 17 muertos, la mayoría en la sede de la revista Charlie Hebdo. Alexis Tsipras (Syriza), primer ministro de Grecia; David Cameron, reelegido en el Reino Unido. Un piloto de Germanwings estrella un avión en los Alpes franceses, matando a las 150 personas que iban a bordo.
Publicado en el Especial 15 aniversario de 20Minutos «Así éramos, así somos»
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