
—Muchas gracias por concederme esta entrevista, señora Monroe.
—Señorita.
—Señorita Monroe…
—No hay de qué.
—La verdad es que se ha dicho y escrito tanto sobre usted que no sabe uno por dónde empezar…
—Pregúnteme si estoy muerta.
—¿Perdón?
—Si estoy muerta. Pregúnteme si estoy muerta.
—Pero ya veo que no…
—Usted pregúntemelo.
—Muy bien, ¿está muerta?
—No lo sé.
Publicado el 26/1/2009 en Están todos vivos
Imagen: Marilyn Monroe, en Nueva York, en 1957 (foto: Richard Avedon)
En el relato: Marilyn Monroe
Deja una respuesta