Acabo de ver que el diccionario define el término «pirata» como «persona que, junto con otras de igual condición, se dedica al abordaje de barcos en el mar para robar».
Hasta ahí, y por más que ahora parezca haber piratas por todas partes, dentro y fuera de la mar, hasta ahí, digo, me parece bien.
El problema es que, a continuación, dice que un pirata es, también, una «persona cruel y despiadada».
Es cierto. Fui cruel, fui despiadado. Pero ya no lo soy. Ya no.
Y de las «trescientas o cuatrocientas guineas» que me llevé de la isla (ya serían menos, por cierto) no me queda ni una.
¿Qué dices tú, Capitán Flint? ¿He logrado convertirme en una buena persona? ¿Volvería Jim a confiar en mí?
Te confieso, compañero, que cuando aprieta la lluvia y el frío, sólo echo de menos dos cosas: mi pierna y a ese mocoso del demonio.
Publicado el 31/12/2008
En el relato: Long John Silver
Imagen: «Long John Silver» No. 1: «Lady Vivian Hastings»; Xavier Dorison, guion; Mathieu Lauffray, dibujo; 2007 (detalle de la portada)