Me llamo Amelia, Amelia Earhart. Soy aviadora. He aterrizado a unos cuantos kilómetros de aquí. En mi avión. No sé dónde estoy. He desaparecido. Oficialmente y aún no sé si también dentro de mí misma. Es posible. Eran las 20.14 horas, las 20.14 GMT, y estaba a unas 50 millas de la isla de Howland. Apenas quedaba combustible. Aún me sentía algo enferma, enferma y cansada. Recuerdo un cielo maravilloso, y las estrellas. Una paz muy intensa, envolvente. Voy a tener que averiguar si esto es la muerte, si es un sueño, o si es un lugar real. Voy a tener que averiguar si yo soy real, si lo he sido alguna vez. Pero no ahora. Ahora me gustaría mucho tomar una taza de té y sentarme un rato junto al fuego, si no es molestia. He llamado a su casa porque tienen ustedes un jardín precioso.
La legendaria aviadora estadounidense Amelia Earhart y su acompañante, Frederic Noonan, desaparecieron sobre algún lugar del Océano Pacífico cuando completaban un vuelo alrededor del mundo. Earhart envió su último mensaje por radio el 2 de julio de 1937. Estaba a punto de cumplir cuarenta años.
Publicado el 11/12/2008
En el relato: Amelia Earhart
Imagen: Amelia Earhart, frente al Lockheed Electra en el que desapareció en julio de 1937 (foto: Smithsonian Institution, NASA, Wikimedia Commons)
3 comentarios
Hola. Soy técnico de mantenimiento de aviones. En realidad me limito a señalizar la pista de despegue. Te vi desparecer hace un año ¿dos años? en la primera frase de El Quinto en Discordia. Sólo recuerdo la bandeja metálica del camarero brillando en la penumbra del café. Y las palabras dando vueltas alrededor de las copas, desgranando acontecimientos decisivos en las vidas de los otros. Pese a mi señal roja tu avión levantó el vuelo y una nube tormentosa se lo tragó junto a sus fantasmales pasajeros. Celebro que los fantasmas no se amotinaran y me alegro de verte. No importa si no eres real. La taza de te calentará lo mismo. Y es cierto, tengo un jardín precioso. No importa si no es real del todo.
Noticias de Amelia
«Un lector en un bar americano, el barman cara de bulldog:
Me acuerdo de ella como si la viera hoy. Está de pie junto a la cabina de su avión. Parece un muchachito. Los pies juntos, la pollera hasta las rodillas, la cabeza ligeramente torcida a la izquierda, el pelo corto alborotado. Parece un muchachito. Quizá un vendedor de diarios. Otro whisky, Jimmy”
https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/subnotas/3581-357-2009-10-25.html
🙂 Qué bueno…
Aquí, el pianista Brailowsky…