Cuatro mil muertos desde enero: México se ahoga en la sangre del narcotráfico

Más de 4.000 muer­tos en lo que va de año, dece­nas de asesina­dos casi cada día, cadáveres decap­i­ta­dos, sin piel en los ros­tros, tor­tu­ra­dos, amon­ton­a­dos en solares frente a cole­gios, hor­ri­ble­mente mutilados…

En España o en cualquiera de los país­es de nue­stro entorno seme­jante situación de vio­len­cia resul­taría incon­ce­bible. Pero en Méx­i­co, un país que no está ofi­cial­mente en guer­ra con nadie, que recibe cada año más de 21 mil­lones de tur­is­tas, y que tam­poco es pre­cisa­mente una nación del Ter­cer Mun­do (tiene el dec­i­moter­cer PIB del plan­e­ta y ocu­pa el puesto 52 en el rank­ing de desar­rol­lo de la ONU, den­tro aún de la fran­ja de «desar­rol­lo alto», donde tam­bién está España), la vio­len­cia extrema se ha con­ver­tido en el pan nue­stro de cada día.

El crimen, espe­cial­mente el crimen orga­ni­za­do, y par­tic­u­lar­mente el crimen provo­ca­do por los cárte­les del nar­cotrá­fi­co, lle­va cobrán­dose vidas en Méx­i­co des­de hace décadas. La situación, sin embar­go, se ha des­bo­ca­do en los últi­mos meses: De los men­ciona­dos 4.000 asesina­dos en 2008, más de 1.000 han muer­to sólo en los meses de sep­tiem­bre y lo que lle­va­mos de octubre.

Las guer­ras entre cárte­les, las ven­gan­zas, los secue­stros y la cor­rup­ción del sis­tema poli­cial han hecho la situación prác­ti­ca­mente insostenible, por más que, al mis­mo tiem­po, se sucedan las deten­ciones y los golpes al narcotráfico.

Éstas son, en 20 pre­gun­tas y respues­tas, las claves para enten­der qué está pasando.

1. ¿Por qué hay tanto narcotráfico en México?

Méx­i­co es el provee­dor más grande de mar­i­hua­na y la segun­da may­or fuente de heroí­na en el mer­ca­do esta­dounidense. Entre el 60 y el 70% de las metan­fe­t­a­m­i­nas que se venden en EE UU se pro­ducen en Méx­i­co, y muchos lab­o­ra­to­rios que oper­an al norte de la fron­tera, sobre todo en Cal­i­for­nia, están con­tro­la­dos por mexicanos.

En 2003, los traf­i­cantes mex­i­canos eran ya respon­s­ables del 77% de la cocaí­na que ingresa­ba en EE UU, una cifra que al año sigu­iente había subido has­ta el 92%, según datos de la Agen­cia Antidro­gas de Esta­dos Unidos (DEA).

Por su situación geográ­fi­ca, Méx­i­co hace de puente para toda la dro­ga proce­dente de Sudaméri­ca (prin­ci­pal­mente de Colom­bia, pero tam­bién de Bolivia, Ecuador y Perú) con des­ti­no a EE UU. Y se tra­ta de un nego­cio ile­gal que mueve más de 65.000 mil­lones de dólares al año.

Los cárte­les de dro­ga mex­i­canos tienen lazos con los traf­i­cantes de dro­gas colom­bianos (el cár­tel de Cali, el de Medel­lín) y con el crimen orga­ni­za­do internacional.

Otro fac­tor impor­tante es el hecho de que, según los organ­is­mos encar­ga­dos de la lucha con­tra la dro­ga en EE UU, tan­to una bue­na parte de la Admin­is­tración mex­i­cana como de las élites y, sobre todo, de la policía de este país, estén involu­cra­dos con el mun­do del narcotráfico,

Méx­i­co sufre una de las tra­mas de cor­rup­ción y de delin­cuen­cia orga­ni­za­da más duraderas y enquis­tadas del mundo.

2. ¿Cómo nacieron los cárteles mexicanos?

El ori­gen se encuen­tra en los años ochen­ta, tras la ofen­si­va esta­dounidense con­tra el nego­cio de la dro­ga en el Caribe, que dejó a Méx­i­co como prin­ci­pal puente de entra­da del nar­cotrá­fi­co proce­dente de Sudaméri­ca hacia EE UU.

Para evi­tar lava­dos de dinero, los cárte­les colom­bianos empezaron a pagar a las ban­das mex­i­canas con dro­ga, en lugar de en efec­ti­vo, y éstas empezaron a crear su pro­pio mer­ca­do. Más ade­lante, los colom­bianos, acosa­dos por EE UU, se fueron con­cen­tran­do más en la pro­duc­ción que en la dis­tribu­ción, una parte del nego­cio que fue derivan­do a manos mexicanas.

3. ¿Cuáles son los principales cárteles?

El número de cárte­les que oper­an en Méx­i­co varía según las fuentes. La DEA cifra en 30 las grandes orga­ni­za­ciones crim­i­nales mex­i­canas que están a car­go del trá­fi­co de dro­gas. El Gob­ier­no suele hablar de siete grandes cárte­les: el de Juárez (crea­do por Car­ril­lo Fuentes), el del Gol­fo (con­tro­la­do por Osiel Cár­de­nas), el de Tijua­na (Arel­lano Félix), el de Col­i­ma (Amézcua Con­tr­eras), el de Sinaloa-Pací­fi­co (Guzmán Loera), el Mile­nio (Valen­cia) y el de Oax­a­ca (Díaz Para­da).
Los cua­tro may­ores son el del Gol­fo, el de Sinaloa-Pací­fi­co, el de Tijua­na y el de Juárez:

  • El cár­tel del Gol­fo. Lo fundó en los años cuarenta Juan Nepo­mu­ceno Guer­ra, y estu­vo bajo el lid­er­az­go de Juan Gar­cía Abrego has­ta 1996, año en el que, tras una lucha por el poder, le sucedió Osiel Cár­de­nas Guil­lén. Cár­de­nas fue detenido en 2003 pero con­tin­uó dirigien­do el cár­tel des­de prisión has­ta que le extra­di­taron a EE UU en 2007. Este cár­tel cuen­ta con el grupo de sicar­ios más peli­grosos, «Los Zetas», naci­do en los años noven­ta. El ex pres­i­dente mex­i­cano Car­los Sali­nas de Gor­tari y var­ios con­gre­sis­tas fueron rela­ciona­dos con casos de cor­rup­ción vin­cu­la­dos a este cár­tel. Opera alrede­dor del Gol­fo de Méx­i­co y en algunos esta­dos centrales.
  • El cár­tel de Sinaloa-Pací­fi­co. En 1989 fue cap­tura­do el jefe del gran cár­tel de Guadala­jara, Miguel Ángel Félix Gal­lar­do, y este grupo se dividió en dos cárte­les difer­entes, el de Tijua­na, con­tro­la­do por Ramón Arel­lano Félix, y el de Sinaloa, dirigi­do por Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, que fue detenido pero se fugó de la cár­cel en 2001. El car­tel de Sinaloa con­tro­la la heroí­na proce­dente de Asia, la cocaí­na de Colom­bia y la mar­i­hua­na mex­i­cana, mantiene su área de influ­en­cia en 17 esta­dos. Mantienen una guer­ra fer­oz con los jefes de los cárte­les de Arel­lano Félix. Entre sus víc­ti­mas se encuen­tra el car­de­nal Juan Jesús Posadas. Opera en un total de 17 esta­dos, en toda la cos­ta del Océano Pacífico.
  • El cár­tel de Tijua­na. Cono­ci­do tam­bién como cár­tel de Arel­lano-Félix, es uno de los más vio­len­tos en la actu­al­i­dad. Su líder, Ramón Arel­lano Félix, murió en un enfrentamien­to arma­do con la policía en febrero del 2002, y des­de entonces el cár­tel está bajo el man­do de sus her­manos, tres de los cuales han sido ya detenidos. El cár­tel de Tijua­na coopera en oca­siones con el del Gol­fo, y es respon­s­able de cien­tos de homi­cidios. Opera en Baja Cal­i­for­nia, en torno a la ciu­dad de Tijuana.
  • El cár­tel de Juárez. Fue crea­do por Ama­do Car­ril­lo Fuentes, alias El Señor de los Cie­los (trans­porta­ba la cocaí­na en una flota com­ple­ta de aviones Boe­ing 727). A Car­ril­lo se le con­sid­era el autén­ti­co ‘padre’ del nar­cotrá­fi­co en Méx­i­co. Con­solidó el lla­ma­do «trián­gu­lo de oro» (Sono­ra-Chi­huahua-Duran­go) y llegó a ten­er más de 25.000 mil­lones de dólares, lo que le con­vir­tió en el hom­bre más rico de Méx­i­co. Bajo su man­do, el cár­tel de Juárez gan­a­ba 200 mil­lones de dólares cada sem­ana (tras la muerte de Pablo Esco­bar en Colom­bia, el Car­ril­lo pasó a ser el prin­ci­pal provee­dor de cocaí­na). Tras su muerte el cár­tel quedó bajo la direc­ción de un con­se­jo. Opera prin­ci­pal­mente en Ciu­dad Juárez y en Chihuahua.

4. ¿Cómo funcionan?

Los cárte­les mex­i­canos son, jun­to con los de Colom­bia (a los que están reem­plazan­do des­de hace años en el mer­ca­do esta­dounidense de la dro­ga) los más poderosos del mundo.

En las zonas donde oper­an, los nar­co­traf­i­cantes impul­san, a su modo, la economía local, y ejercen un con­trol abso­lu­to sobre la población, entre la que sus­ci­tan una mez­cla de ter­ror, con ame­nazas, asesinatos y sobor­nos, y admiración por el niv­el de vida de que disfrutan.

Clara­mente iden­ti­fi­ca­bles (via­jan­do en sus todoter­renos a prue­ba de bala), con­trolan cada movimien­to que se real­iza en sus zonas de influ­en­cia, toman fotografías de cada per­sona que lle­ga o se va.

La may­oría de los cárte­les están dirigi­dos por ex poten­ta­dos agrí­co­las o ex policías proce­dentes de las zonas, como Sinaloa o el Pací­fi­co, donde flo­recieron los cul­tivos de dro­ga durante la pro­hibi­ción de los años veinte y trein­ta en EE UU.

Los nar­co­traf­i­cantes cuen­tan con la com­pli­ci­dad de muchos policías cor­rup­tos, y con la impunidad que supone el hecho de que el 85% de las denun­cias pre­sen­tadas con­tra ellos quede sin resolver.

5. ¿Quiénes son sus víctimas?

Prin­ci­pal­mente, miem­bros de cárte­les ene­mi­gos, pero tam­bién cualquiera que se les opon­ga, des­de agricul­tores a empre­sar­ios y políti­cos, pasan­do por mil­itares (la sem­ana pasa­da aparecieron degol­la­dos 13 miem­bros del Ejérci­to en la zona de León) o peri­odis­tas (des­de el año 2000, Reporteros sin Fron­teras ha con­tabi­liza­do medio cen­te­nar de asesinatos y una dece­na de desapari­ciones de peri­odis­tas en Méx­i­co. Más de la mitad esta­ban inves­ti­gan­do casos lig­a­dos al narcotráfico).

6. ¿Cómo son los asesinatos?

Muy cru­eles y pen­sa­dos para que sean expuestos como ejem­p­lo públi­co, ya sea como ame­naza, como demostración de poder o como cumplim­ien­to de una ven­gan­za o un castigo.

Algunos ejem­p­los:

En Tijua­na fueron asesinadas 50 per­sonas sólo en la primera sem­ana de octubre. Dos de los cadáveres esta­ban en ple­na vía públi­ca. Uno tenía la cabeza sobre las pier­nas; el otro, a un lado. Otros cuer­pos aparecieron amor­daza­dos y mani­ata­dos, desnudos o sin parte de su ropa, con la cabeza cubier­ta con una bol­sa de plás­ti­co y con un dis­paro. Algunos pre­senta­ban amputa­ciones de dedos y lengua.

En Chi­huahua, cua­tro per­sonas fueron decap­i­tadas y sus cabezas fueron entre­gadas por un ser­vi­cio de paque­tería en una coman­dan­cia de la Policía.
Un ganadero de Sinaloa fue asesina­do de seis bal­a­zos en la cama de un hos­pi­tal de León, Gua­na­ju­a­to, donde con­va­lecía de un aten­ta­do que había sufri­do en su casa.

En mayo, Edgar Guzmán, de 22 años, e hijo de El Chapo, líder del cár­tel de Sinaloa, fue asesina­do en el aparcamien­to de un cen­tro com­er­cial de su natal Culi­acán. Le dis­pararon más de 500 balas.

7. ¿Cuándo comenzaron las guerras entre cárteles?

Las luchas más impor­tantes comen­zaron en 1989, tras la deten­ción de Miguel Ángel Félix, que con­tro­la­ba la prác­ti­ca total­i­dad del nego­cio de la cocaí­na en Méx­i­co. La vio­len­cia cesó un poco a finales de los noven­ta, pero volvió a empe­o­rar de for­ma pro­gre­si­va des­de el año 2000.

Has­ta aho­ra, los peo­res años habían sido 2005, por las luchas entre los cárte­les del Gol­fo y Sinaloa, y 2006, cuan­do cer­ca de 500 per­sonas fueron asesinadas en dis­putas por el con­trol del ter­ri­to­rio de Michoacán.

8. ¿Por qué hay tantas muertes ahora?

Por un lado, los cárte­les están respon­di­en­do con mucha vio­len­cia al acoso al que les está some­tien­do el Gob­ier­no de Felipe Calderón, un acoso basa­do en dos ejes prin­ci­pales: la lucha con­tra la cor­rup­ción poli­cial y la uti­lización del ejérci­to en la guer­ra con­tra el narcotráfico.

Por otra parte, los cárte­les han pasa­do de cen­trarse en las rutas de dis­tribu­ción de dro­ga hacia Esta­dos Unidos a pre­ocu­parse, sobre todo, por el con­trol de ter­ri­to­rios en el mis­mo Méx­i­co, lo que ha des­en­ca­de­na­do fero­ces guer­ras entre ellos.

9. ¿Por qué están luchando por los territorios?

Al haber descen­di­do el vol­u­men del com­er­cio de dro­ga hacia EE UU, las orga­ni­za­ciones crim­i­nales están miran­do más hacia el mer­ca­do inte­ri­or. No les intere­sa tan­to el abrir nuevas rutas hacia el norte como con­tro­lar los dis­tin­tos Esta­dos en los que oper­an, des­de las ciu­dades más grandes has­ta las aldeas.

10. ¿Por qué ha descendido el tráfico hacia EE UU?

El descen­so se debe, prin­ci­pal­mente, a dos razones: la deman­da de cocaí­na en Esta­dos Unidos está bajan­do, y los con­troles en la fron­tera son cada vez más difí­ciles de sortear.

11. ¿Qué otras consecuencias tiene este cambio?

Aparte de las guer­ras entre cárte­les y la frag­mentación de éstos, el menor com­er­cio con EE UU sig­nifi­ca que grandes can­ti­dades de cocaí­na se están quedan­do en Méx­i­co, y a esta dro­ga hay que dar­le sal­i­da. Para ello, los cárte­les están bajan­do los pre­cios y cada vez es may­or el número de mex­i­canos, sobre todo jóvenes, que se están enganchando.

12. ¿Qué cárteles están en guerra ahora?

Los cárte­les del norte se encuen­tran sum­i­dos des­de hace meses en una despi­ada­da lucha, tan­to por el con­trol de ter­ri­to­rios como por el poder.

La jefatu­ra del cár­tel de los her­manos Arel­lano Félix, en Tijua­na, está sien­do dis­puta­da por uno de los sicar­ios (El Teo), quien rec­haza como jefe al históri­co al capo Sánchez Arel­lano, alias El Inge­niero. Pese a que han sido detenidos var­ios de sus miem­bros, la famil­ia Arel­lano Félix se nie­ga a aban­donar el con­trol del grupo.

Los sicar­ios disidentes de este cár­tel estarían sien­do apoy­a­dos por el poderoso cár­tel del Gol­fo, ene­mi­go acér­ri­mo, a su vez, del de Sinaloa-Pací­fi­co, con el que lucha a san­gre y fuego por el con­trol de var­ios ter­ri­to­rios para la ven­ta de dro­ga en el mer­ca­do local y las rutas hacia Esta­dos Unidos.

Por otro lado, en Chi­huahua (el esta­do donde se están pro­ducien­do más muertes), los cárte­les de Juárez y el Gol­fo luchan tam­bién por el con­trol de las rutas de cocaí­na hacia Esta­dos Unidos.

13. ¿Dónde están ocurriendo la mayoría de los crímenes?

En la parte norte del país (el noroeste, sobre todo), la más cer­cana a la fron­tera con EE UU. Son las zonas con­tro­ladas por los prin­ci­pales cárte­les de la dro­ga, y los lugares des­de donde se prac­ti­can la may­oría de los nego­cios rela­ciona­dos con la intro­duc­ción de dro­ga en EE UU.

Tras las oleadas de vio­len­cia que en años ante­ri­ores sacud­ieron esta­dos como Michoacán o Guer­rero, los prin­ci­pales Esta­dos afec­ta­dos aho­ra son la Baja Cal­i­for­nia (325 muertes des­de enero de 2008, 157 de ellas des­de el pasa­do 2 de sep­tiem­bre), Chi­huahua (más de 1.600 asesina­dos este año, 422 des­de sep­tiem­bre), Sinaloa (695 muer­tos en 2008, 139 en los últi­mos dos meses), Duran­go (209 muer­tos este año, 44 des­de sep­tiem­bre) y, en el cen­tro del país, el Esta­do de Méx­i­co (118 asesina­dos en 2008, 54 des­de septiembre).

14. ¿Cuáles han sido las últimas matanzas?

15. ¿Qué está haciendo el Gobierno?

El Pres­i­dente de Méx­i­co, Felipe Calderón, ha hecho de la lucha con­tra el nar­cotrá­fi­co uno de los ejes de su políti­ca. En una operación sin prece­dentes, desplegó a más de 30.000 efec­tivos del ejérci­to y la policía fed­er­al, lo que, a su vez, ha provo­ca­do una respues­ta vio­len­ta de los cárte­les, que han asesina­do a cien­tos de policías y soldados.

Otra de las armas del Gob­ier­no son los pro­ce­sos de extradi­ción. En el últi­mo año y medio Méx­i­co ha extra­di­ta­do a EE UU a más de 120 delincuentes.

16. ¿Cuáles han sido los últimos golpes comtra el narcotráfico?

Esta mis­ma sem­ana, las autori­dades han ases­ta­dos dos duros golpes al nar­cotrá­fi­co en México.

El lunes, la policía detu­vo en la cap­i­tal a 15 pre­sun­tos miem­bros del cár­tel colom­biano de Cali mien­tras cel­e­bra­ban una fies­ta. Entre los detenidos se encon­tra­ba uno de los pre­sun­tos cabecil­las de este cár­tel, el colom­biano Teodoro Mauri­cio Fino Restre­po, alias El Gavio­ta, que comand­a­ba el trá­fi­co de cocaí­na hacia Méx­i­co por vía marítima.

Dos días después caía Jesús Zam­ba­da Gar­cía, alias Rey Zam­ba­da, con­sid­er­a­do uno de los cabecil­las del car­tel del Paci­fi­co, jun­to con otros 15 sospe­chosos de estar impli­ca­dos en esta organización.

Zam­ba­da, de 47 años, es uno de los prin­ci­pales nar­co­traf­i­cantes de Méx­i­co y socio de El Chapo Guzmán, líder del men­ciona­do cár­tel. Se ocu­pa­ba de la activi­dad crim­i­nal del car­tel en el Valle de Méx­i­co y de la importación de cocaína.

El pasa­do día 8, en otra gran operación, fueron detenidos otros 14 pre­sun­tos miem­bros de este mis­mo cártel.

En todo 2007 fueron detenidas 15.000 per­sonas y una vein­te­na de capos.

17. ¿Qué ocurre en las cárceles?

Los jefes del nar­cotrá­fi­co encar­ce­la­dos con­tinúan mane­jan­do los hilos de sus nego­cios des­de las pri­siones, y lle­van has­ta los penales las guer­ras que se libran fuera, al tiem­po que con­trolan a su anto­jo a un buen número de fun­cionar­ios y policías (en enero de 2001, el jefe del cár­tel de Sinaloa y uno de los nar­co­traf­i­cantes más impor­tantes de Méx­i­co, se fugó sin prob­le­mas de una prisión de máx­i­ma seguridad).

Esta situación, uni­da a la masi­fi­cación que pade­cen muchas cárce­les mex­i­canas, hace de las pri­siones autén­ti­cos polvorines donde estal­la la violencia.

A prin­ci­p­ios de esta sem­ana murieron 21 reos en el cen­tro pen­i­ten­cia­rio del Esta­do de Tamauli­pas, ape­nas un mes después del asesina­to de otra vein­te­na de pre­sos en una cár­cel de Tijuana.

18. ¿Cómo viven los grandes narcos?

A todo tren. La may­oría poseen grandes for­tu­nas y lujosas man­siones y vehícu­los. Su poder es incontestable.

En la reda­da real­iza­da por la policía esta sem­ana en la man­sión donde miem­bros aso­ci­a­dos al cár­tel de Cali cel­e­bra­ban una fies­ta, la policía encon­tró un pequeño zoológi­co con tigres y pan­teras, una sala usa­da como local de strip­stease, una casa de tres plan­tas con­stru­i­da entera­mente con madera labra­da y vidrio, 14 coches de alta gama…

La man­sión per­manecía ocul­ta a la vista de los veci­nos por dos hileras de árboles, y a ella se accedía a través de una gran puer­ta de piedra esculp­i­da con for­ma de ani­males y cus­to­di­a­da por un vigilante.

19. ¿Cómo responde la sociedad?

Bajo el lema «Ilu­minemos Méx­i­co», el pasa­do 31 de agos­to dece­nas de miles de mex­i­canos se man­i­fes­taron durante más de tres horas en Ciu­dad de Méx­i­co con­tra la vio­len­cia del crimen orga­ni­za­do. Muchos vestían ropas blan­cas y porta­ban velas, al tiem­po que gri­ta­ban consignas como «Ya bas­ta», «Quer­e­mos paz y seguri­dad» o «Méx­i­co unido jamás será vencido».

Era la ter­cera gran mar­cha en 11 años, todas con la mis­ma exi­gen­cia. La primera fue en 1997 y la segun­da, a la que asis­tió un cuar­to de mil­lón de per­sonas, en 2004.

Según una encues­ta real­iza­da este año por la BBC, el nar­cotrá­fi­co es el segun­do may­or prob­le­ma del país, después de la cor­rup­ción, para los mexicanos.

El 68% aprue­ba las medi­das mil­itares empren­di­das por el Gob­ier­no y el 58% cree que la guer­ra con­tra las dro­gas puede ser gana­da, a pesar de lo cual el 80% con­sid­era que es nece­sario encon­trar otras alter­na­ti­vas para ganar esta lucha.

Para el 62%, el crec­imien­to de los cárte­les tiene su ori­gen en prob­le­mas sociales como el paro o el esta­do actu­al de la economía. El 22% dijo cono­cer direc­ta­mente a alguien que estu­vo o está vin­cu­la­do al nego­cio del nar­cotrá­fi­co, y el 9% ase­gu­ra haber sido afec­ta­do direc­ta­mente por la vio­len­cia vin­cu­la­da al narcotráfico.

Por otro lado, el 80% de los encues­ta­dos con­sid­era que la cul­tura de las pandil­las nar­co­traf­i­cantes está sien­do cada vez más exal­ta­da en Méx­i­co, y el 81% opina que el nar­cotrá­fi­co está pen­e­tran­do dis­tin­tos aspec­tos de la cul­tura del país.

20. ¿Qué es la narcocultura?

Cen­tra­da sobre todo en la músi­ca (los lla­ma­dos nar­co­cor­ri­dos) y el cine, en torno al nar­cotrá­fi­co ha cre­ci­do toda una cul­tura en la que, a medio camino entre el dra­ma y la auto­jus­ti­fi­cación, se can­tan y a veces has­ta se glo­ri­f­i­can las «ges­tas» de los nar­cos, a modo de nuevos héroes de la sociedad: la for­ma en cómo lograron hac­erse sitio par­tien­do de la pobreza más abso­lu­ta, los prin­ci­pales even­tos, sus amores y odios, el mun­do de la dro­ga y la violencia…

Los pro­tag­o­nistas de esta cul­tura tam­bién son víc­ti­mas de la vio­len­cia. Entre 2006 y 2007 fueron asesina­dos en Méx­i­co nueve músi­cos del nar­co­cor­ri­dos, la may­oría por deu­das con los nar­co­traf­i­cantes o por ensalzar las vir­tudes de gru­pos rivales.

Los prin­ci­pales expo­nentes del nar­co­cor­ri­do son Los Tigres del Norte, grupo fun­da­do en 1968.

El mer­ca­do de can­ciones y pelícu­las sobre nar­co­traf­i­cantes está pro­hibido, tan­to en emiso­ras de radio como en salas de exhibi­ción, pero pro­lif­er­an los dis­cos piratas y las pelícu­las en DVD.