Las 10 tareas de Barack Obama en el exterior

El pres­i­dente elec­to de Esta­dos Unidos tiene ante sí el tra­ba­jo de finalizar dos guer­ras, y asume el poder en medio de una de las peo­res cri­sis de los últi­mos años en Ori­ente Próx­i­mo. Tam­bién ten­drá que lidiar con Rusia, Irán, Venezuela…

Estos son los 10 temas prin­ci­pales sobre los que ten­drá que tra­ba­jar Barack Oba­ma en el exte­ri­or, tras su toma de pos­esión este martes.

1. IRAK

La tarea

Resolver la empan­tana­da situación crea­da por la guer­ra de Irak, logran­do un país esta­bi­liza­do y sin tropas esta­dounidens­es, será una de las tar­eas más impor­tantes y, a la vez, más difí­ciles del nue­vo gob­ier­no de Barack Obama.

Casi seis años después de la invasión de Irak por EE UU y sus ali­a­dos, George W. Bush dijo esta mis­ma sem­ana en su dis­cur­so de des­pe­di­da que el país árabe es «una democ­ra­cia en el corazón de Ori­ente Medio».

Al mar­gen de que el Gob­ier­no iraquí depen­da aún total­mente de EE UU, o de que la situación políti­ca esté aún muy lejos de esta­bi­lizarse, y pese a que la vio­len­cia ha dis­minui­do en los últi­mos meses, el bal­ance de la ocu­pación esta­dounidense en Irak resul­ta, sin embar­go, demoledor.

En los años pos­te­ri­ores a la invasión, y sin con­tar las bajas pro­duci­das durante la ocu­pación en sí o las de otros país­es ali­a­dos, han muer­to en Irak, en com­bat­es, enfrentamien­tos y aten­ta­dos ter­ror­is­tas, más de 4.000 sol­da­dos esta­dounidens­es y han resul­ta­do heri­dos 30.000. El número de víc­ti­mas civiles no se sabe con exac­ti­tud. Según Bush, ron­da las 30.000. Otras fuentes ele­van esta cifra a 82.000. La may­oría hablan de 600.000 iraquíes muer­tos y algunos, con­tan­do causas direc­tas e indi­rec­tas, has­ta de un millón.

La guer­ra le ha costa­do a EE UU entre 60.000 mil­lones de dólares (según Bush) y 3 bil­lones (según algunos exper­tos). Casi un ter­cio de la población iraquí nece­si­ta ayu­da de emer­gen­cia para sobre­vivir y escán­da­los como las tor­turas en Abu Ghraib o los ben­efi­cios obtenidos por empre­sas pri­vadas esta­dounidens­es han dete­ri­o­ra­do con­sid­er­able­mente la ima­gen de EE UU en el mundo.

Las promesas

Oba­ma ha dicho que su Gob­ier­no sacará de Irak a las unidades de com­bate esta­dounidens­es en un pla­zo de 16 meses. En una entre­vista a The New York Times, el pres­i­dente elec­to dijo que «en Irak no hay opciones bue­nas. No las hay des­de hace mucho tiem­po. No me sor­pren­dería que hubiera picos de vio­len­cia al ini­ciar la reti­ra­da. Pero durante esos 16 meses voy a instru­men­tar una gestión diplomáti­ca firme y sis­temáti­ca, no sólo con las fac­ciones de la región, sino tam­bién con Irán, Siria, los saudíes, Jor­da­nia y con los miem­bros del Con­se­jo de Seguri­dad de la ONU».

2. AFGANISTÁN

La tarea

Han pasa­do más de ocho años des­de que EE UU invadiera Afgan­istán y der­ro­cara al gob­ier­no tal­ibán, como parte de la lucha del Gob­ier­no de Bush con­tra el ter­ror­is­mo inter­na­cional tras los aten­ta­dos del 11‑S, y en un inten­to de cap­turar al líder de Al Qae­da, Osama Bin Laden, quien sigue libre.

Según Bush, Afgan­istán es aho­ra «una joven democ­ra­cia que lucha con­tra el ter­ror­is­mo y ani­ma a las niñas a ir a la escuela», pero la real­i­dad es que se tra­ta, tam­bién, de un país destroza­do por la guer­ra en el que aún no han cesa­do los com­bat­es entre tropas guber­na­men­tales e insur­gentes, y des­de donde se sigue pro­ducien­do un goteo ince­sante de muer­tos, tan­to civiles afganos como sol­da­dos de las tropas inter­na­cionales desple­gadas (españoles incluidos).

En 2008 las bajas de la OTAN aumen­taron con­sid­er­able­mente, con más muer­tos en junio, julio y agos­to que en Irak. A finales de año, el país seguía en un cli­ma de guer­ra con­stante y, según pub­licó el Finan­cial Times, con un descon­tento cre­ciente con el gob­ier­no de Hamid Karzai.

Entre las tar­eas de Oba­ma, una de las más impor­tantes será el establec­imien­to de una fecha para la con­clusión de esta guerra.

Las promesas

Jun­to a la reti­ra­da de las tropas de Irak, la otra gran prome­sa de Oba­ma ha sido incre­men­tar el número de sol­da­dos esta­dounidens­es en Afgan­istán para tratar de aumen­tar las condi­ciones de seguri­dad en el país asiático.

Para el ver­a­no de 2009 podrían ser envi­a­dos a este país entre 20.000 y 30.000 mil­itares más, dupli­can­do el número de efec­tivos que se encuen­tran desple­ga­dos actualmente.

3. ORIENTE PRÓXIMO

La tarea

Oba­ma lle­ga al poder en uno de los momen­tos más críti­cos y difí­ciles den­tro de la ya de por sí com­pli­ca­da situación de Ori­ente Próx­i­mo, tras una ofen­si­va israelí sobre Gaza que, has­ta el momen­to, ha deja­do ya más de mil muer­tos (la mitad de ellos, civiles), y con las pos­turas de ambas partes com­ple­ta­mente radicalizadas.

Tras los tími­dos avances alcan­za­dos durante la era Clin­ton, la Admin­is­tración Bush ape­nas ha hecho nada para impul­sar un pro­ce­so de paz que lle­va ya más de una déca­da más muer­to que vivo, y lo que ha hecho (inclu­i­da la últi­ma con­fer­en­cia apadri­na­da por Bush hace tan sólo unos meses, de la que ya no que­da ni el recuer­do) ha sido poco efec­ti­vo o sen­cil­la­mente contraproducente.

Gran parte de lo que pase depen­derá de cómo se resuel­va la ofen­si­va actu­al, pero, en cualquier caso, Oba­ma ten­drá que medi­ar con, por un lado, un Gob­ier­no israelí en ple­na tran­si­ción políti­ca y mar­ca­do por la últi­ma inter­ven­ción mil­i­tar y sus con­se­cuen­cias, y, por otro, con unos palesti­nos com­ple­ta­mente divi­di­dos entre los nacional­is­tas laicos de la despres­ti­gia­da e inop­er­ante Autori­dad Nacional Palesti­na y los fun­da­men­tal­is­tas islámi­cos de Hamás, seri­amente diez­ma­dos tras el últi­mo ataque.

Y todo ello sin olvi­dar los otros dos frentes: Los rad­i­cales islamis­tas chiíes de Hizbulá al norte, en el Líbano, y la cuestión, eter­na­mente pen­di­ente con Siria, de los ocu­pa­dos Altos del Golán.

Cuan­do se cal­maron los aten­ta­dos en sue­lo israelí vinieron los ataques de cohetes. Tras la invasión de Gaza volverán, prob­a­ble­mente, los aten­ta­dos, y, entre tan­to, con­tinúan sin ser resuel­tos prob­le­mas como la cuestión de los dos Esta­dos (el manda­to de la ONU tiene ya 60 años), el des­ti­no de los refu­gia­dos y exil­i­a­dos palesti­nos, o el esta­tus de Jerusalén.

Las promesas

Oba­ma ape­nas se ha impli­ca­do en la cri­sis actu­al, aducien­do que Esta­dos Unidos ya tiene un pres­i­dente (lo que no le ha impe­di­do opinar de otros asun­tos, como la cri­sis económica).

En cualquier caso, el pres­i­dente elec­to ha man­i­fes­ta­do clara­mente en varias oca­siones que su Gob­ier­no jamás «dejará de lado» al esta­do de Israel, si bien tam­bién se ha declar­a­do par­tidario de la exis­ten­cia de un esta­do palesti­no: «La seguri­dad de Israel es sacrosan­ta. No es nego­cia­ble. Los palesti­nos nece­si­tan un esta­do que sea con­tiguo y que esté cohe­sion­a­do y que les per­mi­ta pros­per­ar. Pero cualquier acuer­do con el pueblo palesti­no debe preser­var la iden­ti­dad de Israel como un Esta­do judío con fron­teras seguras, recono­ci­das y defendibles. Jerusalén seguirá sien­do la cap­i­tal de Israel, y debe per­manecer indivisa’.

Fuentes cer­canas al pres­i­dente elec­to han ase­gu­ra­do que su equipo estu­dia la posi­bil­i­dad de abrir canales de diál­o­go con Hamás. La orga­ni­zación islamista, que gob­ier­na (o gob­ern­a­ba) Gaza tras haber gana­do las elec­ciones, ha esta­do has­ta aho­ra com­ple­ta­mente ais­la­da por todos los Gob­ier­nos occi­den­tales, que la con­sid­er­an una orga­ni­zación terrorista.

4. IRÁN Y COREA DEL NORTE

La tarea

Ambos país­es for­man parte del bau­ti­za­do por George W. Bush como «eje del mal», y con ambos las rela­ciones de EE UU han ido, durante estos últi­mos años, de mal en peor. A ello ha con­tribui­do la emer­gen­cia en el poder iraní del rad­i­cal y desafi­ante pres­i­dente Mah­mud Ahmadineyad, y la pos­tu­ra ais­la­cionista de la bru­tal dic­tadu­ra nor­core­ana, ésta últi­ma, además, con el aña­di­do de las armas nucleares.

La situación es espe­cial­mente grave por el peli­gro poten­cial que estos país­es, espe­cial­mente Irán, tienen a la hora de crear dese­qui­lib­rios en la zona.
La energía nuclear y su supuesto desar­rol­lo para fines mil­itares ha sido, pre­cisa­mente, el prin­ci­pal cabal­lo de batal­la con el rég­i­men de Teherán, que, no obstante, saludó como pos­i­ti­va la elec­ción de Barack Obama.

Las promesas

En prin­ci­pio, Oba­ma se ha mostra­do abier­to a cier­to diál­o­go con Teherán siem­pre y cuan­do el rég­i­men iraní acepte una serie de condi­ciones.
«No ten­go interés –ha dicho el pres­i­dente elec­to– en hablar con nue­stros adver­sar­ios sólo por hablar. Pero estaría dis­puesto a encabezar una diplo­ma­cia dura y con prin­ci­p­ios con el diri­gente iraní ade­cua­do en el momen­to y lugar que yo esco­ja, si, y sólo si, puede hac­er avan­zar los intere­ses de Esta­dos Unidos. Haré todo lo que esté en mi poder para pre­venir que Irán obten­ga un arma nuclear, todo».

5. RUSIA

La tarea

En el últi­mo año, el Gob­ier­no de Moscú ha ido dis­tan­cián­dose cada vez más de Occi­dente, en un inten­to de recla­mar su condi­ción de poten­cia mundi­al y de no perder lo que le que­da de área de influ­en­cia. Ello se ha tra­duci­do en una may­or ten­sión de las rela­ciones entre Rusia y Occi­dente en gen­er­al, y entre Rusia y la OTAN y EE UU, más en particular.

La inter­ven­ción rusa en Geor­gia del ver­a­no pasa­do supu­so el peor pun­to en las rela­ciones entre Wash­ing­ton y Moscú des­de hacía años, y la reciente guer­ra del gas ha demostra­do los pun­tos vul­ner­a­bles a los que se enfrentan las naciones euro­peas ali­adas de EE UU a causa de su depen­den­cia energética.

Otro pun­to de fric­ción ha sido el establec­imien­to de escu­d­os antimisiles esta­dounidens­es en el este de Europa, asun­to que Moscú con­sid­era un peli­gro para su seguri­dad nacional.

Oba­ma tiene por delante la tarea de nor­malizar estas rela­ciones, algo que, hoy por hoy, depen­derá en bue­na medi­da de la acti­tud del Krem­lin y de has­ta dónde esté dis­puesto a ten­sar la cuer­da el primer min­istro ruso, Vladimir Putin.

Las promesas

Más allá de desear bue­nas rela­ciones entre Wash­ing­ton y Moscú, y de «con­seguir una may­or unidad transatlán­ti­ca que nos per­mi­ta nego­ciar con Rusia con una sola voz», Oba­ma no ha deja­do muy claro cómo va a ser su pos­tu­ra respec­to a Rusia. Durante la cam­paña crit­icó la inter­ven­ción mil­i­tar en Geor­gia y, una vez elegi­do, se declaró dis­puesto a coop­er­ar con Moscú en el desarme nuclear.

6. VENEZUELA Y LATINOAMÉRICA

La tarea

Durante el manda­to de Bush, Esta­dos Unidos se ha con­ver­tido en el ene­mi­go públi­co número uno del Gob­ier­no vene­zolano de Hugo Chávez y, sigu­ien­do su estela, de los otros nuevos gob­ier­nos ‘neoso­cial­is­tas’ de Améri­ca Lati­na, como Bolivia, Ecuador y Nicaragua.

La relación con Cara­cas se ha dete­ri­o­ra­do has­ta el pun­to de la expul­sión mutua de emba­jadores y, en el caso de Chávez, del insul­to direc­to.

La impor­tan­cia estratég­i­ca de Venezuela, tan­to como pro­duc­tor de petróleo como por su influ­en­cia en muchos país­es lati­noamer­i­canos, con­vierte no obstante la mejo­ra de estas rela­ciones en una impor­tante tarea para el gob­ier­no del nue­vo presidente.

Chávez ha deposi­ta­do sus esper­an­zas en el cam­bio que pue­da rep­re­sen­tar la lle­ga­da de Oba­ma al poder.

Las promesas

El equipo de Oba­ma ha lle­ga­do a la pres­i­den­cia sin una agen­da clara sobre Lati­noaméri­ca. No obstante, Hillary Clin­ton, la des­ig­na­da por Oba­ma como sec­re­taria de Esta­do (min­is­tra de Exte­ri­ores), ya ha ade­lan­ta­do que el pres­i­dente elec­to desea «una nue­va cara» en la diplo­ma­cia de EE UU hacia Améri­ca Lati­na. «Esta­dos Unidos debe reforzar sus pro­gra­mas de coop­eración con Améri­ca Lati­na para fre­nar el dete­ri­oro de la democ­ra­cia en una región clave que Wash­ing­ton tiene abandonada».

El pro­pio Oba­ma no ha descar­ta­do la posi­bil­i­dad de «sen­tarse a hablar con Hugo Chávez bajo cier­tas condiciones».

7. CUBA

La tarea

La ene­mis­tad entre Cuba y EE UU no ha hecho más que cre­cer durante los años de gob­ier­no de George W. Bush. El férreo embar­go a la isla con­tinúa y las esper­adas refor­mas siguen hacién­dose esper­ar en el país caribeño, a pesar de la ape­nas per­cep­ti­ble aper­tu­ra que ha supuesto la reti­ra­da de Fidel Cas­tro y la lle­ga­da al poder de su her­mano Raúl.

Cuba está sum­i­da en una gravísi­ma cri­sis económi­ca y con­fía en que la nue­va admin­is­tración esta­dounidense aporte gestos que le per­mi­tan intro­ducir cam­bios sin que parez­ca que ha per­di­do su batal­la de 50 años.

Las promesas

Durante la cam­paña, Oba­ma habló de la posi­bil­i­dad de elim­i­nar las restric­ciones para via­jes y deter­mi­na­dos pro­duc­tos que ha apli­ca­do durante estos últi­mos años el Gob­ier­no de Bush, una medi­da que estaría acom­paña­da con ir nego­cian­do el embar­go com­er­cial, a cam­bio de pasos en favor de la democ­ra­ti­zación en Cuba, incluyen­do la excarcelación de todos los pre­sos políticos.

8. TRATADOS DE LIBRE COMERCIO

La tarea

Fiel a sus con­se­jeros neo­con­ser­vadores, el pres­i­dente saliente de EE UU, George W Bush, ha hecho en numerosas oca­siones lla­mamien­tos con­tra el pro­tec­cionis­mo y a favor del libre com­er­cio, medi­ante la fir­ma de trata­dos bilat­erales que supo­nen, esen­cial­mente, la elim­i­nación de arance­les y tra­bas. Ésta sido, tradi­cional­mente, una de sus solu­ciones ante la cri­sis económica.

El Gob­ier­no de Oba­ma deberá rene­go­ciar, anu­lar o impul­sar var­ios trata­dos que esta­dos Unidos tiene pen­di­entes, entre ellos, uno con Colombia.

En ple­na cri­sis económi­ca, los esta­dounidens­es se han vuel­to cada vez más pro­tec­cionistas y menos par­tidar­ios de los trata­dos de libre com­er­cio (el 53% se mostra­ba con­trario al NAFTA, el trata­do con Méx­i­co y Canadá, según una encues­ta reciente).

Las promesas

Oba­ma, que fue acu­sa­do de «pro­tec­cionista encu­bier­to» por su rival elec­toral, el repub­li­cano John McCain, se ha mostra­do par­tidario, en gen­er­al, del libre com­er­cio mundi­al, si bien mati­zan­do que «no todos los acuer­dos son buenos».

En este sen­ti­do, ha abo­ga­do por una rene­go­ciación del polémi­co trata­do de libre com­er­cio con Méx­i­co y Canadá (Naf­ta), votó en su día en con­tra del trata­do de libre com­er­cio de Améri­ca Cen­tral, y se ha opuesto a futur­os acuer­dos con Corea y Colombia.

9. CONFLICTOS Y DRAMAS OLVIDADOS

La tarea

Esta mis­ma sem­ana, la ONG Médi­cos son Fron­teras ha pub­li­ca­do el informe Las diez cri­sis humanas más desa­ten­di­das de 2008, en el que da cuen­ta de la situación en que se encuen­tran «mil­lones de per­sonas afec­tadas por guer­ras y por enfer­medades, cuyas necesi­dades de salud más inmedi­atas se ven rel­e­gadas al olvi­do y cuyo sufrim­ien­to a menudo pasa desapercibido».

Entre las cri­sis y los con­flic­tos enu­mer­a­dos, la may­oría de ellos en África, se men­cio­nan las guer­ras en Soma­lia, la Repúbli­ca Democráti­ca del Con­go o Sudán, la desnu­tri­ción y las con­se­cuen­cias de enfer­medades pandémi­cas como el sida.

Como primera poten­cia mundi­al, la labor de Esta­dos Unidos es clave a la hora de reducir la brecha exis­tente entre los país­es ricos y los país­es pobres, una labor que va a depen­der direc­ta­mente de la vol­un­tad y las pri­or­i­dades que se mar­que el nue­vo equipo de gobierno.

Las promesas

Oba­ma se ha com­pro­meti­do, entre otras cosas, a tratar de parar «lo antes posi­ble» el geno­cidio en Dar­fur, a duplicar la inver­sión anu­al de Esta­dos Unidos en ayu­da para el desar­rol­lo (has­ta 50.000 mil­lones de dólares) y a favore­cer la implantación de pequeñas empre­sas basadas en el uso de energías limpias, tan­to en África como en Latinoamérica.

Tam­bién ha ase­gu­ra­do que abrazará los Obje­tivos del Mile­nio prop­uestos por la ONU, cuyo fin es reducir a la mitad la pobreza extrema en el mun­do para el año 2015.

10. LA IMAGEN DE EE UU EN EL MUNDO

La tarea

Una de las prin­ci­pales con­se­cuen­cias de los gob­ier­nos del pres­i­dente Bush ha sido el dete­ri­oro de la ima­gen de Esta­dos Unidos en bue­na parte del mun­do, a raíz de acciones como la invasión de Irak, los escán­da­los de tor­turas per­pe­tradas por mil­itares y fun­cionar­ios esta­dounidens­es, tan­to en este país como en Guan­tá­namo; la pos­tu­ra de EE UU frente al cam­bio climáti­co; la reac­ción ante cri­sis y trage­dias como la cau­sa­da por el huracán Kat­ri­na o la neg­a­ti­va sis­temáti­ca de la Admin­is­tración Bush a entablar diál­o­go con sus rivales o ene­mi­gos en políti­ca internacional.

Todo ello se ha tra­duci­do en un descrédi­to gen­er­al de la políti­ca esta­dounidense, tan­to den­tro como fuera de las fron­teras del país, que ha mina­do la esen­cial capaci­dad de mediación de la primera poten­cia mundi­al en muchos conflictos.

Las promesas

El pres­i­dente elec­to ha afir­ma­do que su Gob­ier­no «hablará con todo el mun­do, ya sean ami­gos o ene­mi­gos». «Si Améri­ca está dis­pues­ta a acud­ir a la mesa, el resto del mun­do estará más dis­puesto a asumir el lid­er­az­go de Améri­ca a la hora de resolver prob­le­mas como Irán, Corea del Norte o el ter­ror­is­mo internacional».


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