El fin del pacto con Irán, otro clavo de Trump en el ataúd del legado de Obama

Donald Trump no ha ocultado nunca su intención de revertir hasta donde le fuese posible las iniciativas impulsadas y puestas en marcha por su predecesor en la Casa Blanca. Desde que asumió la presidencia el 20 de enero de 2017, el magnate ha intentado modificar, o directamente eliminar, los principales logros de Barack Obama, incluyendo algunos de los más emblemáticos, como los referidos a la sanidad o el medio ambiente. Trump no es, desde luego, el primer mandatario que trata de corregir el legado recibido, tanto en Estados Unidos como en cualquier otro país, pero pocos lo han hecho de un modo tan sistemático y tan poco sutil.

En este sentido, el anuncio hecho esta semana por el presidente de que EE UU abandona el pacto nuclear alcanzado con Irán puede interpretarse como un nuevo paso en lo que algunos expertos han definido como política negativa de Trump, más orientada a destruir lo anterior que a proponer novedades o mejorar lo alcanzado.

El acuerdo con Irán, firmado por Rusia, China, el Reino Unido, Francia y Alemania, además de por Washington y Teherán, fue conseguido tras largas y duras negociaciones durante la anterior Administración estadounidense, con un fuerte coste político para Obama, quien tuvo que enfrentarse a una enorme presión, no solo parte del Partido Republicano, sino también de tradicionales aliados de EE UU en la región, como Arabia Saudí y, especialmente, Israel (junto con el poderoso lobby pro israelí en Washington).

‘America First’

Nada más asumir el cargo, en su primera jornada de trabajo, Trump firmó una orden ejecutiva (vendrían muchas más después, todas ellas rubricadas de forma teatral ante las cámaras) para sacar a EE UU del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), un tratado impulsado por Obama y que EE UU había alcanzado junto con otros 11 países.

La decisión se enmarcaba en la nueva política proteccionista de la Casa Blanca (America First, Estados Unidos primero), que llevaría posteriormente a Washington a forzar la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con Canadá y México, y a imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio, así como altas tasas a productos chinos.

Algunas de estas decisiones comerciales están aún en suspenso (en abril el Gobierno estadounidense afirmó que se estaba planteando volver al TPP porque «cree en el libre comercio», las espadas de la negociación del TLCAN siguen en alto, y los aranceles del metal a la UE y otros países no se han materializado todavía), pero el efecto publicitario, especialmente de cara a su base electoral, ya se ha conseguido.

Adiós a París

Más definitiva fue la que quizá haya sido, junto con la ruptura unilateral del pacto iraní, su decisión internacional más trascendental hasta ahora: la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el cambio climático, en junio de 2017.

Al abandonar el tratado, Trump anunció que EE UU «cesará todas las implementaciones» de sus compromisos climáticos en el marco de París «a partir de hoy», lo que incluye la meta propuesta por Obama de reducir para 2025 las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 26% y un 28% respecto a los niveles de 2005.

El acuerdo, dijo el mandatario, fue «negociado mal y con desesperación» por el Gobierno de Obama, «en detrimento» de la economía y el crecimiento de EE UU. Después, la famosa frase: «He sido elegido para representar a los ciudadanos de Pittsburgh, no de París».

Las ‘correciones’ de las políticas de Obama con respecto al medio ambiente también han tenido lugar de puertas adentro. En diciembre del año pasado, por ejemplo, Trump ordenó la mayor reducción de tierras públicas protegidas en la historia de EE UU, al recortar más de 9.200 kilómetros cuadrados en dos parques en Utah, una medida que fue alabada por los conservadores del estado y duramente criticada por ecologistas y tribus nativas. En concreto, Trump ordenó reducir sustancialmente la superficie de dos monumentos nacionales que habían resguardado tanto Obama, como Bill Clinton.

Además, Trump ha anunciado permisos para perforar el Ártico en busca de combustibles fósiles, y ha reactivado la construcción de polémicos oleoductos congelados por su antecesor en el cargo.

Soñadores y sanidad

Otro de los grandes caballos de batalla de Trump ha sido, y sigue siendo, la inmigración, y también aquí su medida más controvertida hasta ahora (aparte de la construcción del muro en la frontera con México) es un disparo directo contra el legado de Obama: la eliminación del plan DACA, una iniciativa aprobada por el anterior inquilino de la Casa Blanca, que protege de la deportación a miles de jóvenes indocumentados que llegaron al país siendo menores de edad (los conocidos como dreamers, soñadores).

De momento, diversos reveses judiciales contra el Gobierno de Trump mantienen vivo el plan, y el propio presidente ha sido ambiguo sobre quién se vería afectado exactamente, al tiempo que es consciente del valor del DACA como moneda de cambio en la negociación que mantiene con el Congreso sobre su política migratoria (y el dinero que necesita para su muro).

Sin abandonar la política interior, la otra gran obsesión ‘anti-Obama’ de Trump es el sistema de protección sanitaria puesto en marcha por su predecesor, la norma conocida como Obamacare. Tumbarla fue una de sus promesas electorales estrella, y el magnate neoyorquino no se ha rendido aún, pero hasta ahora no ha contado con el apoyo suficiente en el Congreso para derogar y reemplazar la reforma.

El pasado mes de septiembre, la oposición de tres senadores hizo imposible aprobar el proyecto de ley impulsado por el presidente, en el que era ya su segundo intento. Días antes, no obstante, Trump anunció su intencion de asfixiar el programa, reduciendo en un 90% los fondos destinados a publicidad y ayuda para las inscripciones ciudadanas en el mercado de seguros médicos de la ley.

Frenazo en Cuba

Por último, y volviendo al exterior, Trump ha dado marcha atrás, o al menos ha frenado en seco, con respecto a una de las decisiones de la anterior Administración calificadas como «históricas»: la apertura con Cuba y la progresiva normalización de las relaciones bilaterales, tras medio siglo de hostilidades.

En un discurso pronunciado el pasado mes de junio en Miami (donde se concentra la mayor cantidad de exiliados y disidentes cubanos en EE UU), el presidente anunció un cambio, «con efecto inmediato», de la política estadounidense hacia la isla, que incluye el mantenimiento del embargo comercial y financiero que había empezado a aliviar Obama, y su oposición a las peticiones internacionales de que el Congreso lo levante.

Una vez más, sin embargo, también en el caso de Cuba es importante distinguir entre las palabras y los hechos. Pese al lenguaje habitual de cambios radicales empleado por Trump, lo cierto es que sus medidas no anulan las relaciones diplomáticas con La Habana restablecidas por Obama, ni prohíben las conexiones aéreas y marítimas con la isla. De momento, tan solo se revisan algunos aspectos de la relación bilateral encaminados a reducir los pagos de estadounidenses a empresas controladas por militares cubanos, o a aumentar las restricciones de viajes individuales a Cuba.

El agridulce legado de Barack Obama, un cambio a medias

Barack Obama, en Chicago, durante su último discurso en público como presidente de los Estados Unidos. Foto: The White House / Wikimedia Commons
Barack Obama, en Chicago, durante su último discurso en público como presidente de los Estados Unidos. Foto: The White House / Wikimedia Commons

Al 44º presidente de los Estados Unidos se le podrán reprochar muchas cosas, pero la falta de optimismo no es una de ellas. Cuando el pasado día 11, de vuelta en su querida Chicago, Barack Obama se despidió del pueblo estadounidense en su último discurso público (una nueva demostración de su brillante oratoria y de su capacidad para conectar con la gente), el todavía inquilino de la Casa Blanca recuperó, sin dudarlo, el histórico lema que le llevó hasta la presidencia por primera vez, hace ocho años. Ante una audiencia entregada que clamaba por el imposible («Four more years!», ¡cuatro años más!), y pese al ‘coitus interruptus’ de saber que en tan solo unos días ocupará su puesto un personaje como Donald Trump, Obama cerró sus palabras con el mismo mensaje de esperanza que convenció a millones de personas en 2008, haciendo posible la hazaña de situar por vez primera a un hombre negro en el cargo más importante del país, y, en muchos sentidos, del mundo: Yes, we can (Sí, podemos). Y luego añadió: Yes, we did (Sí, lo hicimos; sí, pudimos). Pero, ¿ha podido realmente?

En términos generales, Obama deja un país mejor que el que encontró, al menos en lo que respecta a la economía, pero también un buen número de expectativas frustradas o directamente incumplidas. El que fuera el candidato del «cambio» y la «esperanza»ha sido asimismo, para muchos, el presidente de las oportunidades perdidas, unas oportunidades que, a la vista de quien va a sentarse en el Despacho Oval a partir del próximo viernes, no van a volver a repetirse fácilmente. Y algunos de sus logros más importantes, como la reforma sanitaria o la migratoria, podrían tener los días contados.

En el exterior, Obama, premiado en 2009 con un Nobel de la Paz que resultó ser, probablemente, algo prematuro, tampoco puede presumir demasiado. El entusiasmo inicial que despertó en todo el mundo el cambio que el joven presidente suponía con respecto a su antecesor (George W. Bush), con sus acercamientos al mundo musulmán (qué lejos queda ya aquel famoso discurso en El Cairo), o sus decisiones de poner fin a dos guerras (Afganistán e Irak), se fue transformando poco a poco en decepción y, en muchas ocasiones, en más de lo mismo.

Quedarán, en el apartado del debe, sus fracasos en el trágico atolladero de Siria y en el moribundo proceso de paz palestino-israelí, o los miles de muertes causadas por sus drones (durante el mandato de Obama, EE UU ha bombardeado un total de siete países —Afganistán, Irak, Pakistán, Somalia, Yemen, Libia y Siria—, frente a los cuatro bombardeados por Bush —los cuatro primeros— ). En el apartado del haber, pasos históricos como la reapertura de relaciones con Cuba y el acuerdo nuclear con Irán, sus iniciativas en contra de la tortura, o momentos ‘cumbre’ como, dejando a un lado las normas del derecho internacional, el asesinato del líder de Al Qaeda y cerebro de los atentados del 11‑S, Osama Bin Laden.

Cambios profundos

No obstante, y como siempre en estos casos, tan injusto sería culpar al presidente de todos los aspectos negativos ocurridos durante su mandato, como atribuirle en exclusiva todos los logros. La sociedad estadounidense, como la global, ha experimentado durante estos ocho años cambios muy profundos, unos cambios que han acabado traduciéndose, de algún modo, en una gran polarización ideológica y una evidente desconexión entre ciudadanos y politicos, de izquierda a derecha, reflejadas en manifestaciones tan distintas como el movimiento Occupy que se extendió por EE UU en 2011 tras el 15‑M español, o la inesperada elección como presidente del millonario Donald Trump en 2016. Unos cambios que, al mismo tiempo, han permitido también hitos como el reconocimiento, en todo el país, de la legalidad del matrimonio entre homosexuales, o el hecho de que, por primera vez, una mujer (Hillary Clinton) haya estado a punto de ocupar la Casa Blanca.

Paradójicamente, ha sido durante el mandato del primer presidente negro cuando los hondos conflictos raciales tan presentes aún en EE UU han vuelto a exacerbarse (debido, sobre todo, a la violencia discriminatoria ejercida por la Policía contra ciudadanos negros), y ha sido también durante el mandato del que iba a ser «el presidente de la gente» cuando hemos conocido, por ejemplo, el masivo espionaje cibernético al que el Gobierno estadounidense somete a sus ciudadanos. A menudo, también es cierto, Obama se ha dado de frente contra el muro de la falta de apoyo político, especialmente en el Congreso, una cámara que ha estado férreamente dominada por los republicanos en estos últimos años: para cuando el presidente quiso apretar el acelerador de sus reformas, en el tramo final de su mandato, ya era demasiado tarde. A su pesar, Guantánamo sigue abierto, y el cambio en las leyes que regulan la posesión de armas, pendiente.

Tal vez el error, visto sobre todo desde Europa, o desde la Europa más de izquierdas, haya sido creer que Obama era un auténtico revolucionario, y no tanto lo que finalmente resultó ser: un presidente con honestas intenciones transformadoras, pero dependiente, al fin y al cabo, y no siempre en contra de su voluntad, de los mecanismos de poder (políticos, económicos, militares) y los valores tradicionales (capitalismo incuestionable, cierto chauvinismo) que siguen marcando buena parte de la realidad de su país.

Lo que parece claro es que Obama se va con la popularidad prácticamente intacta, un factor al que probablemente haya contribuido el clima viciado que ha caracterizado las últimas elecciones presidenciales. Según un último sondeo de Associated Press-Norc Center for Public Affairs, el 57% de los estadounidenses encuestados aprueban su gestión, lo que le sitúa muy por delante de su predecesor (Bush se fue con un 32%) y ligeramente por encima de Ronald Reagan (51%), aunque aún lejos de Bill Clinton (63%). Para el 27%, Obama ha sido incapaz de mantener su promesa de unificar el país, y uno de cada tres opina que ha incumplido sus compromisos, si bien el 44% cree que, al menos, lo ha intentado.

Obama asumió la presidencia de EE UU con una herencia, la de George W. Bush, que incluía, entre otras cosas, dos guerras, una crisis económica interna sin precedentes desde la Gran Depresión y una imagen de Estados Unidos en el mundo por los suelos. El nuevo presidente ofrecía, para empezar, un talante completamente distinto: más inteligente y tolerante, con un mejor carácter y un fino y agudo sentido del humor, educado en Harvard pero no elitista, soñador pero realista, progresista pero en modo alguno radical, e inmune (algo que ha logrado mantener) a cualquier escándalo de corrupción o de carácter personal. Repasamos ahora su legado, recordando también sus promesas y retos de hace ocho años, tanto en política exterior como en política interior.

EL LEGADO DE OBAMA EN EL EXTERIOR

Oriente Medio

Cuando Obama llegó al poder en enero de 2009, tres años antes del estallido de la ‘primavera árabe’, y ocho antes de la sangrienta irrupción de Estado Islámico, el nuevo presidente tenía ante sí tres desafíos fundamentales en lo que respecta a la región más convulsa del planeta: retirar las tropas estadounidenses de Irak y y lograr la estabilización del país, poner fin a la guerra en Afganistán, y contribuir a un proceso de paz real entre palestinos e israelíes. Ocho años después, la retirada de los soldados es una realidad en Irak, pero el país, asolado por el terrorismo yihadista, la división sectaria y la debilidad de su gobierno tras la nefasta gestión estadounidense que siguió a la invasión de 2003, está muy lejos de ser estable; la guerra de Afganistán se cerró más bien en falso (EE UU aún mantiene tropas allí); y el proceso de paz palestino-israelí está completamente muerto.

En el camino, las nuevas realidades de la zona han supuesto un desafío constante, al que la administración estadounidense no ha sabido responder adecuadamente. La tragedia de la guerra en Siria es, tal vez, el principal ejemplo: la política contradictoria y pasiva de Washington ha contribuido a perpetuar el conflicto y ha dado alas a la Rusia de Putin, cuyo apoyo incondicional al régimen de Asad sigue haciendo imposible una salida. Por otro lado, EE UU ha intentado distanciar su discurso de la política israelí, pero no ha presionado lo suficiente como para forzar avances en el proceso de paz, e incluso ha alcanzado niveles récord en la venta de armas a este país. Y en Yemen, donde otra guerra prácticamente olvidada sigue masacrando a la población, Washington mantiene su respaldo a la coalición, liderada por Arabia Saudí, que está lanzando las bombas.

Según explica a 20minutos.es Ignacio Álvarez-Osorio, profesor de Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad de Alicante y coordinador de Oriente Medio y el Magreb en la Fundación Alternativas, «la inacción, el distanciamiento y la parálisis» que han caracterizado la política «fallida, errática e improvisada» de Obama en Oriente Medio han dejado una región «bastante peor de lo que estaba hace ocho años», incluyendo la expansión de Estado Islámico, frente al que EE UU no ha sido capaz de oponer una estrategia verdaderamente eficaz. Aún reconociendo el condicionante de la herencia de Bush, Álvarez-Ossorio no duda en hablar de «gran decepción», tras un principio que parecía esperanzador, «gracias al discurso en El Cairo, o al hecho de que se dejase caer a Mubarak en Egipto».

Sin embargo, teniendo en cuenta las duras críticas recibidas por Bush a causa de su intervencionismo en la región, ¿qué opciones reales tenía Obama? «Podía haber explorado más otras alternativas, basadas en una diplomacia más coherente y en el multilateralismo, en buscar otros actores», explica Álvarez-Osorio. «El intervencionismo militar no es la única opción, pero es difícil ganar credibilidad cuando tus principales aliados siguen siendo países autocráticos, o cuando el distanciamiento de gobiernos como el saudí o el israelí es tan tibio».

El mayor logro conseguido por la administración de Obama en Oriente Medio es, sin duda, la consecución del acuerdo con Irán, un acuerdo que permitió controlar la escalada nuclear en este país y levantar las sanciones impuestas a Teherán; que, en cualquier caso, no es atribuible en exclusiva a la diplomacia estadounidense, y que está pendiente ahora de lo que pueda hacer con él el nuevo presidente Trump.

Cuba y Corea del Norte

Junto con el acuerdo nuclear con Irán, el otro gran momento del mandato de Obama en política exterior ha sido la normalización de las relaciones con Cuba, un proceso cuya primera fase culminó en el histórico apretón de manos en La Habana entre el presidente estadounidense y el cubano, Raúl Castro, en marzo de 2016. Era la primera vez en 88 años que un mandatario de EE UU visitaba la isla, un gesto comparable, en significación histórica, a la visita que Obama hizo también a Hiroshima, la primera de un presidente estadounidense a la ciudad japonesa arrasada por la primera bomba atómica hace 50 años.

No obstante, tampoco aquí el éxito es atribuible tan solo a Obama. La situación de cierto aperturismo en la isla tras la retirada de Fidel Castro del poder, y el final de los años duros de George W. Bush fueron factores fundamentales. Y no hay que olvidar que, al igual que en lo referente a Irán, el nuevo presidente, Trump, tendrá la autoridad ejecutiva de revertir las propuestas diplomáticas de Obama para con la isla, incluyendo la relajación de las sanciones y las restricciones de viaje. Trump, de momento, mantiene abiertas «todas las opciones».

Con otro de los tradicionales antagonistas de EE UU, Corea del Norte, las cosas no han ido tan bien, aunque, en este caso, ha sido la postura aislacionista y beligerante del régimen dictatorial de Pionyang la que no ha contribuido, precisamente, a allanar el camino. La tensión nuclear, las provocaciones a los vecinos y los ensayos armamentísticos han seguido incrementándose, y los conatos de diálogo parecen haber pasado a mejor vida.

Europa y Rusia

«Cuando Obama fue elegido en 2008 se generó una gran expectación en Europa», comenta a 20minutos.es Carlota García Encina, investigadora del Real Instituto Elcano y profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid: «Parecía, sobre todo en comparación con los años de Bush, que se iniciaba una nueva relación transatlántica, pero la generación de Obama no se siente tan ligada al Viejo Continente como las anteriores y, aunque en un primer momento el trato fue cordial, EE UU empezó a mirar cada vez más a Asia y a los países emergentes, y a dejar claro su deseo de que los países europeos se fuesen haciendo cargo de su propia defensa», añade.

Esta cierta distancia, no obstante, ha ido evolucionando a lo largo de todo el mandato, especialmente ante la magnitud de problemas globales como el terrorismo o la llegada masiva de refugiados, o debido a situaciones de crisis como la guerra en Ucrania. García Encina señala, en este sentido, que «Obama fue cada vez más consciente de que necesitaba una Europa fuerte, de que no existe una alternativa, y de que estadounidenses y europeos son quienes siguen haciéndose cargo de la mayoría de los problemas del mundo». «Por eso», agrega, «Obama ha venido insistiendo, sobre todo al final de su presidencia, en la necesidad de ‘más Europa’ [cuando apoyó la opción contraria al brexit, por ejemplo], y de una Europa más activa que reactiva».

La relación con el otro lado del Atlántico, sin embargo, ha estado marcada por la creciente tensión, cuando no enemistad directa, con la Rusia de Putin. Como recuerda García Encina, los planes de Obama para mejorar las relaciones con Moscú (ese «volver a empezar» que se propuso al inicio de su segundo mandato) se vieron truncados por la guerra en Ucrania y la anexión rusa de Crimea en 2014, y, especialmente, por el apoyo del Kremlin al régimen sirio de Bashar al Asad. Tras las acusaciones a Moscú de haber intervenido en la campaña electoral estadounidense, y a pesar del ‘idilio’ político entre Vladimir Putin y Donald Trump, restablecer una mínima normalidad entre ambas potencias no va a ser tarea fácil.

Tratados comerciales

Antes de ser elegido presidente, Obama, quien llegó a ser acusado de «proteccionista encubierto» por su primer rival electoral, el republicano John McCain, se había mostrado partidario, en general, del libre comercio mundial, si bien matizando que «no todos los acuerdos son buenos». Al término de su mandato, el balance en este sentido es más bien pobre, con solo tres acuerdos implementados exitosamente (Panamá, Colombia y Corea del Sur), algo no necesariamente negativo para los detractores de este tipo de tratados, tanto desde la derecha más proteccionista («roban trabajo a los locales y favorecen a las empresas extranjeras»), como desde el activismo izquierdista («contribuyen a aumentar el poder de las grandes corporaciones frente a los gobiernos, y minan los derechos sociales y laborales»).

Los dos grandes objetivos de su administración fueron el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) y la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP). El TPP, firmado en febrero de 2016 por 12 países que, juntos, representan el 40% de la economía mundial, todavía no ha sido ratificado y, teniendo en cuenta que Trump ha anunciado la retirada estadounidense del mismo, su futuro es, siendo optimistas, incierto. Mientras, el TTIP, la controvertida propuesta de libre comercio entre EE UU y la UE, sigue negociándose, pero está siendo abandonada por cada vez más políticos a ambos lados del Atlántico. «A diferencia de lo que ocurre en Europa», indica García Encina, «el TTIP no está en el debate público en EE UU; es un asunto de Washington».

EL LEGADO DE OBAMA EN CASA

Economía

Obama llegó al poder en mitad de una crisis económica descomunal, cuyos efectos aún siguen sufriéndose en medio mundo. Con más de 9 millones de parados, el desempleo afectaba al 6,7% de la población activa; la deuda pública superaba los 10.600 millones de dólares; la industria financiera estaba a un paso del colapso, y 700.000 millones de dólares eran dedicados a gasto militar. Grandes empresas habían quebrado, la confianza de los inversores era prácticamente inexistente, había decrecido alarmantemente la capacidad adquisitiva y, por tanto, el consumo; la industria automovilística (uno de los motores del país) estaba en coma, y el déficit presupuestario alcanzaba un registro histórico de 483.000 millones de dólares, sin contar con los 700.000 millones del erario público destinados a rescatar, principalmente, a los bancos y entidades financieras a la vez causantes y víctimas de buena parte de la crisis.

Al inicio de su primer mandato, Obama impulsó un importante paquete de estímulo económico y una serie de reformas legales y financieras que, poco a poco, han ido dando frutos. Su gobierno supervisó la salvación de General Motors, implementó un Programa de Viviendas Asequibles que evitó que millones de propietarios perdieran sus casas al permitirles refinanciar sus hipotecas, y negoció un acuerdo que anuló muchos de los recortes de impuestos aprobados en la era de George W. Bush, a cambio de congelar el gasto general, e incluyendo importantes medidas fiscales como la Ley de Recuperación y Reinversión de 2009.

Ocho años después, el desempleo ha caído al 4,6%, el nivel más bajo desde 2007, y la creación de puestos de trabajo sigue estable, con 178.000 nuevos empleos registrados el pasado mes de noviembre. Además, y pese a que Obama no ha conseguido avances en su empeño por aumentar el salario mínimo federal (el Congreso, dominado por los republicanos, se ha opuesto sistemáticamente), o a que el poder adquisitivo sigue sin alcanzar los niveles esperados (el ingreso de los hogares en 2015 seguía siendo inferior al de 2007), los sueldos, en general, han empezado a recuperarse (aunque sigue existiendo desigualdad entre hombres y mujeres), y el mercado de valores está alcanzando nuevos máximos.

Según un informe del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, el crecimiento de los salarios reales ha sido en estos últimos años el más rápido desde principios de la década de los setenta, y en el tercer trimestre de 2016, la economía estadounidense creció un 11,5% por encima del máximo registrado antes de la crisis, con la renta per capita situada un 4% sobre los niveles anteriores a 2009.

Sanidad

La reforma del sistema sanitario estadounidense fue, desde un principio, la gran apuesta de Barack Obama, y también el principal blanco de los ataques al presidente provenientes de los sectores más conservadores. Su implementación, aunque fuese rebajando en parte sus ambiciosos planes iniciales, ha sido, según él mismo, su gran legado. Su futuro, considerando que Trump ha prometido hincarle el diente («suspenderla» y «aprobar una propuesta mejor») nada más asumir la presidencia, está en el aire.

Básicamente, el llamado Obamacare, el paquete de reformas sanitarias aprobado en 2010, tiene como objetivo permitir un mayor acceso de los ciudadanos al sistema de salud, en un país donde no existe una sanidad pública como tal. Los estadounidenses pueden ahora comprar seguros médicos federalmente regulados y subsidiados por el Estado, lo que ha permitido que el porcentaje de personas sin protección se haya reducido del 15,7% (un total de 30 millones) en 2011 al 9,1% en 2015.

La ley, por ejemplo, prohíbe a las compañías de seguros tener en cuenta condiciones preexistentes, y les exige otorgar cobertura a todos los solicitantes, ofreciéndoles las mismas tarifas sin importar su estado de salud o su sexo. Además, aumenta las subvenciones y la cobertura de Medicaid, el programa de seguros de salud del Gobierno.

La reforma, sin embargo, ha tenido que convivir con serios problemas, incluyendo el hecho de que varios estados gobernados por republicanos se han negado a aplicar su parte, o graves dificultades informáticas que fueron ampliamente divulgadas por la prensa y utilizadas por la oposición, disparando las críticas de sus detractores.

Inmigración

La reforma migratoria fue, junto con la sanitaria, la otra gran promesa de Obama durante la campaña electoral que le llevó a la Casa Blanca en 2008, pero sus esfuerzos por que el Congreso la sacase adelante cayeron una y otra vez en saco roto. Finalmente, nada más ser reelegido, el presidente anunció que no estaba dispuesto a seguir esperando, y que aprobaría una serie de medidas por decreto (acción ejecutiva). Lo hizo, finalmente, y entre las airadas críticas de los republicanos, en 2014.

Esta ‘minireforma’ no afectaba a aspectos como la ciudadanía o la residencia permanente (Obama no podía llegar tan lejos, con la ley en la mano), pero sí permitía regularizar la situación de cerca de la mitad de los inmigrantes indocumentados que residen en el país (unos cinco millones, de un total de 11 millones de ‘sin papeles’). En concreto, la reforma afectaba a aquellos que tienen hijos que son ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes, y que pueden demostrar que llevan en el país desde antes del 1 de enero de 2010 y carecen de antecedentes criminales. La ley está ahora suspendida por una larga batalla legal en la que se ha cuestionado su constitucionalidad.

Por otro lado, la dura y xenófoba retórica anti-inmigración del presidente electo, Donald Trump, ha hecho olvidar a menudo que la administración de Obama ostenta el récord de deportaciones de EE UU hasta la fecha, con una media de 400.000 al año. Según datos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), el gobierno de Obama deportó a cerca de 2,5 millones de inmigrantes entre 2009 y 2015. El mayor número de deportaciones se produjo en 2012, cuando fueron expulsadas 410.000 personas, alrededor del doble que en 2003. Un informe de 2013 del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE UU señalaba que alrededor de 369.000 inmigrantes irregulares fueron deportados durante ese año. La mayoría de los deportados, 241.493, eran mexicanos.

Crimen y armas

Las afirmaciones de Donald Trump según las cuales la criminalidad en EE UU está «peor que nunca» son falsas. Es cierto que en algunas grandes ciudades ha crecido la tasa de homicidios, pero, en general, los índices de delincuencia han bajado de forma constante durante los ocho años de gobierno de Barack Obama, uno de cuyos grandes objetivos (no cumplido del todo) ha sido la reforma del sistema de justicia penal y, en especial, intentar acabar con la discriminación racial que conlleva actualmente.

Como destaca la BBC en un repaso al legado de Obama en este aspecto crucial de la política doméstica, en 2010 el presidente firmó la llamada Acta de Sentencias, con la que se equiparararon las penas por posesión de crack y de cocaína en polvo. Hasta entonces, los castigos para los condenados por lo primero, la mayoría ciudadanos afroamericanoss, eran muy severas. En ese mismo año, Obama firmó otra ley que establece que el tiempo mínimo de prisión obligatoria por posesión de cocaína, que suele implicar desproporcionadamente a delincuentes de raza negra, sea más acorde con las penas de cocaína en polvo.

En enero de 2016, por otra parte, Obama tomó una serie de medidas ejecutivas destinadas a limitar el uso del aislamiento en las cárceles federales y proporcionar un mejor trato a los reclusos con enfermedades mentales. También ha utilizado su poder presidencial para conmutar las penas por drogas a más de 1.000 infractores no violentos, y ha apoyado una política del Departamento de Justicia que dio lugar a la liberación anticipada de unos 6.000 reclusos.

Su gran frustración, no obstante, ha sido no poder lograr un mayor control sobre la posesión de armas de fuego. Tras la matanza de la escuela primaria de Sandy Hook en Connecticut, el 14 de diciembre de 2012, Obama pidió mayores restricciones, algo en lo que ha insistido desde entonces, públicamente, varias veces. Sin embargo, debido al poder de presión de lobbies como la Asociación Nacional del Rifle, y a la oposición del ala más conservadora del Congreso, al final no ha podido promulgar nuevas políticas importantes al respecto.

Guantánamo

Antes de ser elegido por primera vez, Obama prometió que cerraría la base estadounidense de Guantánamo, en Cuba, lo antes posible. De hecho, en la primera semana tras su toma de posesión (el segundo día, para ser exactos), el nuevo presidente firmó un decreto que contemplaba la clausura definitiva, «en menos de un año», de esta prisión militar, un complejo penitenciario fuera de la ley por el que habían pasado entonces casi 800 hombres, considerados por EE UU «combatientes enemigos ilegales»; la mayoría de ellos, acusados de pertenecer a los talibanes o a Al Qaeda, algunos sometidos a torturas, y ninguno con el derecho reconocido a un juicio previo o a la representación de un abogado. Ocho años después, y aunque con menos prisioneros (45 en la actualidad, frente a los 242 reos que había en 2009), el gran símbolo de la ‘guerra contra el terror’ de George W. Bush sigue abierto.

A lo largo de estos ocho años, Obama ha intentado en numerosas ocasiones hacer efectivo el cierre de la prisión, pero se ha encontrado una y otra vez con el rechazo y las restricciones del Congreso, reacio, principalmente, al traslado a suelo estadounidense de prisioneros que supondría la clausura de la base. En respuesta, la administración de Obama ha ido llevando a cabo un plan de transferencia de prisioneros a otros países, pero no ha sido suficiente.

Medio ambiente y cambio climático

Obama llegó a la Casa Blanca con una agenda medioambiental muy clara y es justo reconocer que ha tratado de cumplirla. El presidente ha intentado impulsar las energías renovables, promoviendo la construcción de más plantas solares y tomando medidas para modernizar la industria y hacerla menos dependiente del carbón. También prohibió perforaciones petroleras en el Atlántico y el Ártico, y participó activamente en el debate internacional sobre el calentamiento global, contribuyendo de forma determinante a la negociación del gran acuerdo para combatir el cambio climático que 195 países firmaron durante el COP21 en París, en diciembre de 2015.

Este acuerdo, ratificado por EE UU (y amenazado ahora por la postura en contra de Trump), estableció una serie de nuevas regulaciones que controlan la contaminación de las centrales eléctricas de carbón y limitan la minería del carbón y la perforación de petróleo y gas, tanto en tierras continentales como en aguas costeras.

Además, el presidente estadounidense hizo uso de su autoridad ejecutiva para designar un total de 548 millones de acres (más de 2,2 millones de Km²) de territorio como hábitat protegido, más que cualquier presidente anterior.

Obama, sin embargo, dejó pasar también oportunidades importantes. A principios de su mandato, cuando los demócratas tenían aún mayoría, el Congreso llegó a aprobar un estricto programa para controlar las emisiones de carbono. El Senado, sin embargo, dio prioridad a las reformas financiera y sanitaria, y, para cuando la ley volvió al Congreso, los demócratas estaban ya en minoría.

Las 10 tareas de Barack Obama en el exterior

El presidente electo de Estados Unidos tiene ante sí el trabajo de finalizar dos guerras, y asume el poder en medio de una de las peores crisis de los últimos años en Oriente Próximo. También tendrá que lidiar con Rusia, Irán, Venezuela…

Estos son los 10 temas principales sobre los que tendrá que trabajar Barack Obama en el exterior, tras su toma de posesión este martes.

1. IRAK

La tarea

Resolver la empantanada situación creada por la guerra de Irak, logrando un país estabilizado y sin tropas estadounidenses, será una de las tareas más importantes y, a la vez, más difíciles del nuevo gobierno de Barack Obama.

Casi seis años después de la invasión de Irak por EE UU y sus aliados, George W. Bush dijo esta misma semana en su discurso de despedida que el país árabe es «una democracia en el corazón de Oriente Medio».

Al margen de que el Gobierno iraquí dependa aún totalmente de EE UU, o de que la situación política esté aún muy lejos de estabilizarse, y pese a que la violencia ha disminuido en los últimos meses, el balance de la ocupación estadounidense en Irak resulta, sin embargo, demoledor.

En los años posteriores a la invasión, y sin contar las bajas producidas durante la ocupación en sí o las de otros países aliados, han muerto en Irak, en combates, enfrentamientos y atentados terroristas, más de 4.000 soldados estadounidenses y han resultado heridos 30.000. El número de víctimas civiles no se sabe con exactitud. Según Bush, ronda las 30.000. Otras fuentes elevan esta cifra a 82.000. La mayoría hablan de 600.000 iraquíes muertos y algunos, contando causas directas e indirectas, hasta de un millón.

La guerra le ha costado a EE UU entre 60.000 millones de dólares (según Bush) y 3 billones (según algunos expertos). Casi un tercio de la población iraquí necesita ayuda de emergencia para sobrevivir y escándalos como las torturas en Abu Ghraib o los beneficios obtenidos por empresas privadas estadounidenses han deteriorado considerablemente la imagen de EE UU en el mundo.

Las promesas

Obama ha dicho que su Gobierno sacará de Irak a las unidades de combate estadounidenses en un plazo de 16 meses. En una entrevista a The New York Times, el presidente electo dijo que «en Irak no hay opciones buenas. No las hay desde hace mucho tiempo. No me sorprendería que hubiera picos de violencia al iniciar la retirada. Pero durante esos 16 meses voy a instrumentar una gestión diplomática firme y sistemática, no sólo con las facciones de la región, sino también con Irán, Siria, los saudíes, Jordania y con los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU».

2. AFGANISTÁN

La tarea

Han pasado más de ocho años desde que EE UU invadiera Afganistán y derrocara al gobierno talibán, como parte de la lucha del Gobierno de Bush contra el terrorismo internacional tras los atentados del 11‑S, y en un intento de capturar al líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, quien sigue libre.

Según Bush, Afganistán es ahora «una joven democracia que lucha contra el terrorismo y anima a las niñas a ir a la escuela», pero la realidad es que se trata, también, de un país destrozado por la guerra en el que aún no han cesado los combates entre tropas gubernamentales e insurgentes, y desde donde se sigue produciendo un goteo incesante de muertos, tanto civiles afganos como soldados de las tropas internacionales desplegadas (españoles incluidos).

En 2008 las bajas de la OTAN aumentaron considerablemente, con más muertos en junio, julio y agosto que en Irak. A finales de año, el país seguía en un clima de guerra constante y, según publicó el Financial Times, con un descontento creciente con el gobierno de Hamid Karzai.

Entre las tareas de Obama, una de las más importantes será el establecimiento de una fecha para la conclusión de esta guerra.

Las promesas

Junto a la retirada de las tropas de Irak, la otra gran promesa de Obama ha sido incrementar el número de soldados estadounidenses en Afganistán para tratar de aumentar las condiciones de seguridad en el país asiático.

Para el verano de 2009 podrían ser enviados a este país entre 20.000 y 30.000 militares más, duplicando el número de efectivos que se encuentran desplegados actualmente.

3. ORIENTE PRÓXIMO

La tarea

Obama llega al poder en uno de los momentos más críticos y difíciles dentro de la ya de por sí complicada situación de Oriente Próximo, tras una ofensiva israelí sobre Gaza que, hasta el momento, ha dejado ya más de mil muertos (la mitad de ellos, civiles), y con las posturas de ambas partes completamente radicalizadas.

Tras los tímidos avances alcanzados durante la era Clinton, la Administración Bush apenas ha hecho nada para impulsar un proceso de paz que lleva ya más de una década más muerto que vivo, y lo que ha hecho (incluida la última conferencia apadrinada por Bush hace tan sólo unos meses, de la que ya no queda ni el recuerdo) ha sido poco efectivo o sencillamente contraproducente.

Gran parte de lo que pase dependerá de cómo se resuelva la ofensiva actual, pero, en cualquier caso, Obama tendrá que mediar con, por un lado, un Gobierno israelí en plena transición política y marcado por la última intervención militar y sus consecuencias, y, por otro, con unos palestinos completamente divididos entre los nacionalistas laicos de la desprestigiada e inoperante Autoridad Nacional Palestina y los fundamentalistas islámicos de Hamás, seriamente diezmados tras el último ataque.

Y todo ello sin olvidar los otros dos frentes: Los radicales islamistas chiíes de Hizbulá al norte, en el Líbano, y la cuestión, eternamente pendiente con Siria, de los ocupados Altos del Golán.

Cuando se calmaron los atentados en suelo israelí vinieron los ataques de cohetes. Tras la invasión de Gaza volverán, probablemente, los atentados, y, entre tanto, continúan sin ser resueltos problemas como la cuestión de los dos Estados (el mandato de la ONU tiene ya 60 años), el destino de los refugiados y exiliados palestinos, o el estatus de Jerusalén.

Las promesas

Obama apenas se ha implicado en la crisis actual, aduciendo que Estados Unidos ya tiene un presidente (lo que no le ha impedido opinar de otros asuntos, como la crisis económica).

En cualquier caso, el presidente electo ha manifestado claramente en varias ocasiones que su Gobierno jamás «dejará de lado» al estado de Israel, si bien también se ha declarado partidario de la existencia de un estado palestino: «La seguridad de Israel es sacrosanta. No es negociable. Los palestinos necesitan un estado que sea contiguo y que esté cohesionado y que les permita prosperar. Pero cualquier acuerdo con el pueblo palestino debe preservar la identidad de Israel como un Estado judío con fronteras seguras, reconocidas y defendibles. Jerusalén seguirá siendo la capital de Israel, y debe permanecer indivisa’.

Fuentes cercanas al presidente electo han asegurado que su equipo estudia la posibilidad de abrir canales de diálogo con Hamás. La organización islamista, que gobierna (o gobernaba) Gaza tras haber ganado las elecciones, ha estado hasta ahora completamente aislada por todos los Gobiernos occidentales, que la consideran una organización terrorista.

4. IRÁN Y COREA DEL NORTE

La tarea

Ambos países forman parte del bautizado por George W. Bush como «eje del mal», y con ambos las relaciones de EE UU han ido, durante estos últimos años, de mal en peor. A ello ha contribuido la emergencia en el poder iraní del radical y desafiante presidente Mahmud Ahmadineyad, y la postura aislacionista de la brutal dictadura norcoreana, ésta última, además, con el añadido de las armas nucleares.

La situación es especialmente grave por el peligro potencial que estos países, especialmente Irán, tienen a la hora de crear desequilibrios en la zona.
La energía nuclear y su supuesto desarrollo para fines militares ha sido, precisamente, el principal caballo de batalla con el régimen de Teherán, que, no obstante, saludó como positiva la elección de Barack Obama.

Las promesas

En principio, Obama se ha mostrado abierto a cierto diálogo con Teherán siempre y cuando el régimen iraní acepte una serie de condiciones.
«No tengo interés –ha dicho el presidente electo– en hablar con nuestros adversarios sólo por hablar. Pero estaría dispuesto a encabezar una diplomacia dura y con principios con el dirigente iraní adecuado en el momento y lugar que yo escoja, si, y sólo si, puede hacer avanzar los intereses de Estados Unidos. Haré todo lo que esté en mi poder para prevenir que Irán obtenga un arma nuclear, todo».

5. RUSIA

La tarea

En el último año, el Gobierno de Moscú ha ido distanciándose cada vez más de Occidente, en un intento de reclamar su condición de potencia mundial y de no perder lo que le queda de área de influencia. Ello se ha traducido en una mayor tensión de las relaciones entre Rusia y Occidente en general, y entre Rusia y la OTAN y EE UU, más en particular.

La intervención rusa en Georgia del verano pasado supuso el peor punto en las relaciones entre Washington y Moscú desde hacía años, y la reciente guerra del gas ha demostrado los puntos vulnerables a los que se enfrentan las naciones europeas aliadas de EE UU a causa de su dependencia energética.

Otro punto de fricción ha sido el establecimiento de escudos antimisiles estadounidenses en el este de Europa, asunto que Moscú considera un peligro para su seguridad nacional.

Obama tiene por delante la tarea de normalizar estas relaciones, algo que, hoy por hoy, dependerá en buena medida de la actitud del Kremlin y de hasta dónde esté dispuesto a tensar la cuerda el primer ministro ruso, Vladimir Putin.

Las promesas

Más allá de desear buenas relaciones entre Washington y Moscú, y de «conseguir una mayor unidad transatlántica que nos permita negociar con Rusia con una sola voz», Obama no ha dejado muy claro cómo va a ser su postura respecto a Rusia. Durante la campaña criticó la intervención militar en Georgia y, una vez elegido, se declaró dispuesto a cooperar con Moscú en el desarme nuclear.

6. VENEZUELA Y LATINOAMÉRICA

La tarea

Durante el mandato de Bush, Estados Unidos se ha convertido en el enemigo público número uno del Gobierno venezolano de Hugo Chávez y, siguiendo su estela, de los otros nuevos gobiernos ‘neosocialistas’ de América Latina, como Bolivia, Ecuador y Nicaragua.

La relación con Caracas se ha deteriorado hasta el punto de la expulsión mutua de embajadores y, en el caso de Chávez, del insulto directo.

La importancia estratégica de Venezuela, tanto como productor de petróleo como por su influencia en muchos países latinoamericanos, convierte no obstante la mejora de estas relaciones en una importante tarea para el gobierno del nuevo presidente.

Chávez ha depositado sus esperanzas en el cambio que pueda representar la llegada de Obama al poder.

Las promesas

El equipo de Obama ha llegado a la presidencia sin una agenda clara sobre Latinoamérica. No obstante, Hillary Clinton, la designada por Obama como secretaria de Estado (ministra de Exteriores), ya ha adelantado que el presidente electo desea «una nueva cara» en la diplomacia de EE UU hacia América Latina. «Estados Unidos debe reforzar sus programas de cooperación con América Latina para frenar el deterioro de la democracia en una región clave que Washington tiene abandonada».

El propio Obama no ha descartado la posibilidad de «sentarse a hablar con Hugo Chávez bajo ciertas condiciones».

7. CUBA

La tarea

La enemistad entre Cuba y EE UU no ha hecho más que crecer durante los años de gobierno de George W. Bush. El férreo embargo a la isla continúa y las esperadas reformas siguen haciéndose esperar en el país caribeño, a pesar de la apenas perceptible apertura que ha supuesto la retirada de Fidel Castro y la llegada al poder de su hermano Raúl.

Cuba está sumida en una gravísima crisis económica y confía en que la nueva administración estadounidense aporte gestos que le permitan introducir cambios sin que parezca que ha perdido su batalla de 50 años.

Las promesas

Durante la campaña, Obama habló de la posibilidad de eliminar las restricciones para viajes y determinados productos que ha aplicado durante estos últimos años el Gobierno de Bush, una medida que estaría acompañada con ir negociando el embargo comercial, a cambio de pasos en favor de la democratización en Cuba, incluyendo la excarcelación de todos los presos políticos.

8. TRATADOS DE LIBRE COMERCIO

La tarea

Fiel a sus consejeros neoconservadores, el presidente saliente de EE UU, George W Bush, ha hecho en numerosas ocasiones llamamientos contra el proteccionismo y a favor del libre comercio, mediante la firma de tratados bilaterales que suponen, esencialmente, la eliminación de aranceles y trabas. Ésta sido, tradicionalmente, una de sus soluciones ante la crisis económica.

El Gobierno de Obama deberá renegociar, anular o impulsar varios tratados que estados Unidos tiene pendientes, entre ellos, uno con Colombia.

En plena crisis económica, los estadounidenses se han vuelto cada vez más proteccionistas y menos partidarios de los tratados de libre comercio (el 53% se mostraba contrario al NAFTA, el tratado con México y Canadá, según una encuesta reciente).

Las promesas

Obama, que fue acusado de «proteccionista encubierto» por su rival electoral, el republicano John McCain, se ha mostrado partidario, en general, del libre comercio mundial, si bien matizando que «no todos los acuerdos son buenos».

En este sentido, ha abogado por una renegociación del polémico tratado de libre comercio con México y Canadá (Nafta), votó en su día en contra del tratado de libre comercio de América Central, y se ha opuesto a futuros acuerdos con Corea y Colombia.

9. CONFLICTOS Y DRAMAS OLVIDADOS

La tarea

Esta misma semana, la ONG Médicos son Fronteras ha publicado el informe Las diez crisis humanas más desatendidas de 2008, en el que da cuenta de la situación en que se encuentran «millones de personas afectadas por guerras y por enfermedades, cuyas necesidades de salud más inmediatas se ven relegadas al olvido y cuyo sufrimiento a menudo pasa desapercibido».

Entre las crisis y los conflictos enumerados, la mayoría de ellos en África, se mencionan las guerras en Somalia, la República Democrática del Congo o Sudán, la desnutrición y las consecuencias de enfermedades pandémicas como el sida.

Como primera potencia mundial, la labor de Estados Unidos es clave a la hora de reducir la brecha existente entre los países ricos y los países pobres, una labor que va a depender directamente de la voluntad y las prioridades que se marque el nuevo equipo de gobierno.

Las promesas

Obama se ha comprometido, entre otras cosas, a tratar de parar «lo antes posible» el genocidio en Darfur, a duplicar la inversión anual de Estados Unidos en ayuda para el desarrollo (hasta 50.000 millones de dólares) y a favorecer la implantación de pequeñas empresas basadas en el uso de energías limpias, tanto en África como en Latinoamérica.

También ha asegurado que abrazará los Objetivos del Milenio propuestos por la ONU, cuyo fin es reducir a la mitad la pobreza extrema en el mundo para el año 2015.

10. LA IMAGEN DE EE UU EN EL MUNDO

La tarea

Una de las principales consecuencias de los gobiernos del presidente Bush ha sido el deterioro de la imagen de Estados Unidos en buena parte del mundo, a raíz de acciones como la invasión de Irak, los escándalos de torturas perpetradas por militares y funcionarios estadounidenses, tanto en este país como en Guantánamo; la postura de EE UU frente al cambio climático; la reacción ante crisis y tragedias como la causada por el huracán Katrina o la negativa sistemática de la Administración Bush a entablar diálogo con sus rivales o enemigos en política internacional.

Todo ello se ha traducido en un descrédito general de la política estadounidense, tanto dentro como fuera de las fronteras del país, que ha minado la esencial capacidad de mediación de la primera potencia mundial en muchos conflictos.

Las promesas

El presidente electo ha afirmado que su Gobierno «hablará con todo el mundo, ya sean amigos o enemigos». «Si América está dispuesta a acudir a la mesa, el resto del mundo estará más dispuesto a asumir el liderazgo de América a la hora de resolver problemas como Irán, Corea del Norte o el terrorismo internacional».


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Las 10 tareas de Barack Obama en casa

El presidente electo de Estados Unidos ha situado la crisis económica como gran prioridad para el principio de su mandato. Deberá afrontar también otros temas candentes, como la reforma del sistema sanitario, el cierre de Guantánamo o el uso de energías alternativas.

Estos son los 10 temas principales sobre los que tendrá que trabajar Barack Obama en el interior, tras su toma de posesión este martes.

1. LA CRISIS ECONÓMICA Y FINANCIERA

La tarea

Estados Unidos está al borde de un auténtico abismo económico y financiero. En los últimos meses, miles de personas han perdido sus puestos de trabajo (2,6 millones sólo en 2008), han quebrado grandes empresas, la confianza de los inversores es prácticamente inexistente, ha decrecido alarmantemente la capacidad adquisitiva y, por tanto, el consumo; la industria automovilística (uno de los motores del país) está en coma, y el déficit presupuestario ha alcanzado un registro histórico de 483.000 millones de dólares, sin contar con los 700.000 millones del erario público destinados a rescatar, principalmente, a los bancos y entidades financieras a la vez causantes y víctimas de buena parte de esta crisis.

El Gobierno de Obama tendrá que corregir un modelo financiero basado en la libertad total y la falta de control, que ha hecho aguas de la mano de la llamada crisis de las hipotecas y de la codicia de Wall Street, con la inestimable ayuda del alza de los precios del petróleo y de los alimentos, y de una política poco previsora de la Reserva Federal cuando la situación económica era más favorable.

Además de tratar de poner orden en las finanzas, el nuevo equipo será el encargado de poner en práctica los últimos planes de rescate económico y deberá hacer frente, asimismo, a las necesidades de los ciudadanos desempleados o que no disponen de recursos para encarar los gastos de salud, alimentación o combustible.

Las promesas

Obama ha insistido en que la crisis económica será su primera prioridad al comenzar su mandato, y en que para enfrentarla buscará la mayor unidad posible entre demócratas y republicanos.

Entre las medidas que ha adelantado desde que fue elegido se encuentran un plan de estímulo económico especial para la clase media con alivios fiscales, mayores ayudas a los desempleados y a las empresas que creen empleo, más control de los sistemas financieros, políticas para ayudar a adaptarse a la industria automovilística y una mayor protección legal para los contribuyentes y propietarios de viviendas.

Obama ha propuesto asimismo un plan de construcción nacional de obras públicas (puentes, carreteras, escuelas, edificios públicos), con el que espera inyectar efectivo en el sistema de forma rápida y crear empleo.

2. GUANTÁNAMO

La tarea

Hace apenas una semana se cumplieron siete años desde la llegada de los primeros presos a la cárcel de Guantánamo, en la base militar que EE UU tiene en Cuba. La prisión fue habilitada por el Gobierno de George W. Bush como parte de la lucha contra el terrorismo y para retener, principalmente, a los prisioneros capturados en las guerras de Afganistán e Irak.

Desde entonces, casi 800 hombres, considerados por EE UU «combatientes enemigos ilegales», y la mayoría de ellos, acusados de pertenecer a los talibanes o a Al Qaeda, han pasado por esta prisión fuera de la ley. Algunos de ellos han sido sometidos a torturas y a ninguno se le ha concedido el derecho a un juicio previo o a la representación de un abogado, algo que ha sido criticado por gobiernos y organizaciones de derechos humanos de todo el mundo. Todavía quedan 250 detenidos.

Las promesas

El presidente electo ha prometido varias veces que cerrará Guantánamo lo antes posible. De hecho, y según revelaron dos de sus asesores, Obama podría firmar la orden para el cierre de la prisión en su primera semana de mandato, nada más llegar a la Casa Blanca.

No obstante, Obama no ha aclarado aún qué hará con los detenidos que se encuentran en ella actualmente. El desafío, ha dicho, es «establecer un proceso legal para juzgarlos que respete el estado de derecho, pero que no resulte en la liberación de personas que quieren asesinarnos».

3. EL SISTEMA DE SALUD

La tarea

Un total de 47 millones de estadounidenses –entre ellos, casi 15 millones de latinos– carecen de seguro médico. Además, las primas de los seguros médicos han subido cuatro veces más rápido que los salarios en los últimos seis años, en un país que afronta auténticas epidemias de obesidad y enfermedades crónicas.

A pesar de estos datos, y según el Partido Demócrata, el Gobierno invierte menos de 4 centavos de cada dólar destinado al cuidado de la salud en la prevención y en el sistema sanitario público.

Las promesas

Obama ha prometido destinar 100.000 millones de dólares para que todos los estadounidenses tengan seguro médico. Su proyecto incluye un nuevo plan nacional de salud que, sin ser obligatorio, estará a disposición de todos los ciudadanos, con un paquete de beneficios «similar al ofrecido para los empleados federales y del que disfrutan los miembros del Congreso».

Para llevar a cabo su reforma, Obama deberá enfrentarse a las empresas aseguradoras y farmacéuticas, y ganarse el apoyo de los senadores republicanos que necesita para que el plan sea aprobado.

4. LA ENERGÍA Y EL CAMBIO CLIMÁTICO

La tarea

Estados Unidos es el mayor emisor del mundo de los gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global (es responsable de un cuarto del total de emisiones de todo el planeta), y el último de los países que integran el grupo de las naciones más industrializadas (G8) en lo que respecta a medidas y políticas de prevención y lucha frente al cambio climático.

El Gobierno de George W. Bush se ha negado a firmar el Protocolo de Kyoto contra el cambio climático, aludiendo que perjudica a la industria estadounidense y que es ineficiente e injusto, al involucrar sólo a los países industrializados y excluir de las restricciones a algunos de los mayores emisores de gases en vías de desarrollo, como China e India.

Las promesas

Obama se ha comprometido a que el 10% de la electricidad del país provenga de energías renovables para el año 2012, un porcentaje que crecerá hasta el 25% en 2025. También espera que, para el año 2050, las emisiones de gases de efecto invernadero se hayan reducido en un 80%.

Por lo pronto, ha propuesto invertir 150.000 millones de dólares en la producción de combustibles alternativos durante los próximos 10 años, y tiene pensado llevar a cabo este mismo año un programa que regule los derechos de emisión de las empresas.

Entre otras cosas, Obama prometió durante la campaña un millón de automóviles híbridos (fabricados en EE UU) en las carreteras para el año 2015.

5. EL TERRORISMO

La tarea

La lucha contra la amenaza terrorista ha sido la gran obsesión del Gobierno de George W. Bush desde los atentados del 11 de septiembre de 2001. Ello ha implicado que los mayores incrementos en las partidas presupuestarias estadounidenses hayan sido para el Ejército y para medidas de seguridad interna.

Aparte de las guerras en Irak y Afganistán, la política antiterrorista del Gobierno de Bush ha supuesto, en el propio país, una restricción en las libertades de los ciudadanos (según la Asociación estadounidense para las Libertades Civiles, más de un millón de «sospechosos» figuran en la lista de vigilancia antiterrorista confeccionada por las autoridades para ser enviada a las compañías aéreas, agencias de viajes y aduanas).

Según el Partido Demócrata, no obstante, siete años después del 11‑S EE UU «todavía no está preparado para un ataque terrorista», y las recomendaciones de la Comisión creada tras los atentados –mejor protección de las plantas químicas y de los sistemas de tránsito, mejoras en los sistemas de revisión de los aeropuertos y puertos– «han sido ignoradas y su financiamiento ha sido insuficiente».

Las promesas

La seguridad frente a la amenaza terrorista es otra de las prioridades de Obama, quien ha tratado durante la campaña electoral de no dejar que este tema sea visto como uno de sus posibles puntos débiles.

En este sentido, el presidente electo ha prometido una mayor protección y vigilancia de plantas químicas y nucleares, así como de los sistemas de agua potable.

Por otra parte, y según informó el diario The New York Times, Obama tiene intención de modernizar la forma en que el Gobierno coordina la lucha antiterrorista. Para ello, aboliría la oficina del asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca y transferiría sus responsabilidades al Consejo de Seguridad Nacional. Un viceasesor de seguridad nacional supervisaría los planes para protegerse contra actos terroristas y también la respuesta frente a los desastres naturales.

6. LA EDUCACIÓN

La tarea

Según puso de manifiesto el propio Obama durante la campaña electoral, seis millones de alumnos de escuela intermedia y secundaria en EE UU leen muy por debajo de su nivel, una tercera parte de los graduados de secundaria no entran inmediatamente en la universidad, los estudiantes estadounidenses de 15 años ocupan el puesto número 28 entre los alumnos de 40 países en matemáticas, y el 19 en ciencias.

Además, los EE UU tienen una de las tasas más altas de deserción escolar del mundo industrializado, y los estudiantes afroamericanos y latinos aún tienen muchas menos probabilidades de graduarse que los estudiantes blancos.

Las promesas

Obama ha prometido incrementar las subvenciones para educación y las ayudas a las escuelas públicas, con nuevos proyectos de actuación como el plan «De cero a cinco», así como la creación de más créditos fiscales para los estudiantes universitarios.

También quiere mejorar las condiciones de los maestros y ampliar su número. En un discurso en Los Ángeles, el pasado 20 de octubre, dijo: «Reconstruyamos nuestras escuelas y reclutemos a un ejército de maestros, porque lo que más impacto tiene en la educación de un niño es la persona que está al frente del aula»

7. LA INMIGRACIÓN

La tarea

La cantidad de inmigrantes indocumentados en EE UU ha aumentado en más de un 40% desde el año 2000, y cada año, más de medio millón de personas entran ilegalmente en el país, o se quedan ilegalmente en él.

Las condiciones de vida de los inmigrantes legales, por otra parte, siguen siendo muy precarias.

Las promesas

Al igual que hiciera George W. Bush, Obama basará su política migratoria en abrir más el camino para la naturalización de los actuales inmigrantes sin papeles, y en fortalecer al máximo la seguridad en la frontera, incluyendo nuevos tratados de colaboración con México.

8. EL CONTROL DE LAS ARMAS

La tarea

Se calcula que actualmente existen en EE UU unos 200 millones de armas de fuego en manos privadas. Según cifras oficiales, entre 2000 y 2004 más de 140.000 personas (14.000 de ellas, menores) murieron por arma de fuego en un país donde este tipo de armas está presente en aproximadamente el 30% de los hogares.

Según informó la agencia Efe, la venta de fusiles, pistolas y munición se incrementó considerablemente en varias zonas de Estados Unidos tras las últimas elecciones, ante el temor de que la elección de Obama pueda suponer recortes y limitaciones en la compra de armamento.

Las promesas

Obama manifestó su apoyo al derecho a poseer y portar armas recogido en la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense, pero aboga por la prohibición de las armas de asalto, como los fusiles semiautomáticos, y por la aplicación de medidas «de sentido común» para que las armas estén lejos de los menores y los criminales.

En 1999 dio su apoyo a un incremento del 500% en el impuesto federal sobre las armas de fuego y la munición.

9. EL CONTROL DE LOS ‘LOBBIES’

La tarea

El Gobierno de George W. Bush (y la mayoría de los de sus predecesores) ha estado marcado por la fuerte influencia de diversos lobbies (grupos de presión), tanto ideológicos (los llamados neoconservadores o los grupos favorables a la política de Israel, entre otros), como económicos.

Los demócratas han denunciado, por ejemplo, que el grupo de industrias energéticas del vicepresidente Dick Cheney, integrado por representantes de la industria de hidrocarburos, ha estado detrás del diseño de toda la política energética de la Administración Bush.

Las promesas

El equipo de Obama ha prometido gobernar al margen de la presión de los lobbies, aunque está por ver si será capaz de hacerlo. Cuenta con la ventaja de haber financiado la mayoría de su campaña electoral a través de pequeñas donaciones por Internet, y no de la contribución de grandes empresas u organizaciones.

10. LOS JUBILADOS

La tarea

Los ahorros para la jubilación en Estados Unidos están cerca de los niveles más bajos de la historia, y, según denunció Obama, unos 75 millones de ciudadanos carecen actualmente de planes de jubilación ofrecidos por sus empresas.

Las promesas

Además de promover planes generales de apoyo al ahorro para la jubilación, Obama ha prometido eliminar todos los impuestos sobre los ingresos de las personas mayores que ganen menos de 50.000 dólares al año. También exigirá la divulgación de las inversiones de las empresas con fondos de pensiones.


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Los 20 trabajos de Barack Obama

El próximo martes Barack Obama hará historia al convertirse oficialmente en el presidente número 44 de los Estados Unidos de América. Y será un día histórico no sólo por el hecho de ser Obama el primer presidente negro de este país, o por que habrá concluido al fin uno de los mandatos, el de George W. Bush, más nefastos que se recuerdan en esta nación, sino también por la cantidad de esperanzas depositadas en el nuevo líder, y por la magnitud de los trabajos que éste tiene por delante.

En teoría, la tarea del presidente del país más poderoso del planeta podría encuadrarse en términos tan generales y ambiciosos como se quiera, desde sentar las bases para la paz mundial a erradicar la pobreza, pasando por frenar el cambio climático.

En la práctica, sin embargo, las tareas de Obama, al menos en su primer año de mandato, serán mucho más concretas, aunque no por ello, en muchos casos, menos complicadas.
La primera parte de su presidencia estará marcada por el legado de su antecesor, que se marcha con el peor nivel de popularidad de la historia moderna de EE UU (sólo aprueban la gestión de Bush el 29% de los ciudadanos), superado sólo por Richard Nixon.

El legado

La herencia de Bush incluye, entre otras cosas, dos guerras (Irak y Afganistán), una crisis económica interna sin precedentes desde la Gran Depresión, una deuda pública de 10.699 millones de dólares, casi 9 millones de parados (el 6,7% de la población activa), 700.000 millones de dólares dedicados a gasto militar, y una imagen de Estados Unidos en el mundo por los suelos.

De los medios que pongan Obama y su equipo para tratar de resolver todos estos desafíos dependerá, en buena medida, la estabilidad mundial en los próximos años.

Probablemente, el nuevo presidente decepcionará a los que han visto en él a un revolucionario (no tiene previsto, que se sepa, abolir la pena de muerte, exigir a Israel que cumpla las resoluciones de la ONU, o medir a la dictadura comunista china con el mismo rasero con que mide EE UU a la dictadura comunista cubana, por ejemplo), pero, sin duda, supondrá un cambio.

Éstas son las 20 tareas más importantes a las que se enfrentará, a partir de esta misma semana, el nuevo Gobierno estadounidense:

En el interior

Ver en detalle

  1. Afrontar la crisis económica.
  2. Cerrar Guantánamo.
  3. Reformar el sistema de salud.
  4. Promover nuevas fuentes de energía y combatir el cambio climático.
  5. Hacer frente a la amenaza terrorista.
  6. Reformar el sistema educativo.
  7. Disminuir el número de inmigrantes indocumentados.
  8. Controlar la posesión de armas de fuego.
  9. Reducir la presión de los lobbies.
  10. Mejorar las condiciones de los pensionistas.

En el exterior

Ver en detalle

  1. Retirada de Irak y estabilización del país.
  2. Poner fin a la guerra en Afganistán.
  3. Contribuir a un proceso de paz real en Oriente Próximo.
  4. Diseñar una nueva política hacia Irán y Corea del Norte.
  5. Normalizar las relaciones con Rusia.
  6. Mejorar las relaciones con Latinoamérica, especialmente con Venezuela, Bolivia y Ecuador.
  7. Diseñar una nueva política para con Cuba.
  8. Resolver los conflictos con los tratados de libre comercio y el sistema de aranceles.
  9. Actuar de forma más efectiva sobre los conflictos olvidados en el mundo y las crisis humanas.
  10. Mejorar la imagen de EE UU en el mundo.

Obama: «Hemos tardado mucho en llegar, pero esta noche el cambio ha llegado»

Tranquilo, con el gesto serio y contenido, y acompañado por su esposa Michelle y por sus dos hijas, el recién electo primer presidente negro de los Estados Unidos, Barack Obama, compareció ante la multitud que le aclamaba en el Parque Grant de Chicago al filo de las seis de la mañana (hora española).

«Si alguien duda aún de que en América todo es posible, de que se pueden conseguir los sueños de nuestros padres, si alguien duda aún del poder de la democracia, aquí tienen la respuesta», dijo Obama, continuamente interrumpido por los aplausos. «Hemos tardado mucho en llegar hasta aquí, pero esta noche, el cambio ha llegado», afirmó.

«La victoria es vuestra, de la gente», aseguró, dirigiéndose a todos los ciudadanos y, en especial, a todos los que han colaborado en su campaña electoral.

McCain, «un gran líder»

Obama comenzó su discurso alabando a su rival, el candidato demócrata John McCain, de quien dijo que «ha sacrificado por América mucho más de lo que podemos imaginar», y gracias al cual «América es un lugar mejor». «Es un gran líder», dijo, «y le felicito». También felicitó a Sarah Palin, la candidata republicana a la vicepresidencia.

El nuevo presidente electo tuvo a continuación palabras de agradecimiento al que será su vicepresidente, Joe Biden («mi compañero de viaje»), y afirmó después que «no estaría aquí sin el apoyo de mi mejor amiga, mi gran amor, mi esposa Michelle». A continuación se dirigió a sus hijas: «Os quiero, os quiero mucho», dijo.

También recordó a su abuela materna, que ayudó a criarlo cuando era niño, y que falleció de cáncer este lunes, en vísperas de las elecciones.

«La peor crisis»

Obama, que prometió ser el presidente tanto de los que le han votado como de los que no lo han hecho, tuvo asimismo palabras para las tropas estadounidenses en Afganistán e Irak. Con respecto a estas dos guerras, afirmó: «Habrá algún revés y vuelta a empezar, pero siempre seremos honestos con los desafíos a los que nos enfrentamos».

Pasó después a hablar del difícil momento económico que atraviesa el país, que calificó como «la peor crisis financiera del siglo», y expresó su confianza en que «juntos podremos superarlo». «No voy a olvidar a las familias que tienen problemas para pagar sus facturas», destacó.

Obama concluyó su discurso con el que ha sido el lema de toda su campaña: «Yes, we can» (sí, podemos).

La victoria de Obama en las primarias, de la A a la Z

Cincuenta claves para entender la designación del primer candidato negro a la presidencia de EE UU. Quién es, qué propone, por qué ha ganado a Hillary Clinton. Los detalles de cinco meses de batalla electoral.

A

1. Afroamericano

El senador por Illinois Barack Obama (47 años) ha marcado esta semana un hito en la historia de los Estados Unidos al haber sido elegido candidato por el Partido Demócrata a la presidencia del país. Es el primer candidato afroamericano y de raza negra (mulato, en realidad, al ser su padre negro y su madre blanca) que luchará por ocupar la Casa Blanca.

2. Abolición

La elección de Obama se produce 143 años después de la abolición de la esclavitud en EE UU.

3. Apoyo

Obama recibirá hoy sábado el apoyo de su gran rival hasta esta semana, la también demócrata Hillary Clinton, quien, pese a que llegó a compararse a sí misma con Rocky, porque «nunca tira la toalla», tiene previsto anunciar su retirada como aspirante a la presidencia tras un proceso de acercamiento que ambos inciaron en una reunión el pasado jueves por la noche.

De haber sido elegida, Clinton habría marcado también un hito histórico como primera mujer candidata a la presidencia.

B

4. Baza

En los últimos días se han multiplicado las conjeturas sobre la posibilidad de que Obama ofrezca a Clinton ser su número dos, como gran baza para recuperar a los seguidores de la senadora de cara a su enfrentamiento con el republicano McCain.

Partidarios de Hillary aseguran que, si finalmente se le ofrece, aceptará el puesto. Hasta ayer, ella se había limitado a afirmar que no busca el cargo de vicepresidenta, aunque tampoco había dicho que no esté interesada.

C

5. Cinco meses

La elección de Obama ha puesto fin a más de cinco meses de encarnizada lucha entre ambos aspirantes a la candidatura demócrata. Finalmente, el pasado martes Obama consiguió los 2.118 delegados necesarios para asegurar la candidatura. Alcanzó esta cifra tras la decisión del partido de incluir a los delegados de Florida y Michigan, y gracias al apoyo que le otorgaron más de 20 integrantes de la élite del partido, conocidos como superdelegados.

En total, Obama lleva conseguidos 2.156 delegados, frente a los 1.923 de Hillary Clinton.

6. Claves de la victoria de Obama

Novedad. Ha hecho suya la palabra «cambio» y ha logrado representar «lo nuevo» frente a candidatos mejor conocidos o mayores que él y con más experiencia.

Estrategia acertada. Una buena campaña, diseñada a largo plazo y enfocada no sólo en el ‘supermartes’ (la primera gran votación, tras la que solía estar claro el candidato), sino también en los ‘caucus’ (asambleas de votantes) y votaciones posteriores.

Oratoria. Un discurso brillante en público, capaz de ilusionar y arrastrar a las masas.

Equipo. Un sólido y unido equipo de campaña, dirigido por el estratega David Axelrod.

Delegados. Obama entendió que no podría ganar en número total de votos al no poder competir con Clinton en grandes estados como California o Nueva York, y se centró en estados pequeños para conseguir más delegados.

Internet. Ha ganado la batalla en la Red, tanto a la hora de vender su imagen y su mensaje como, especialmente, al usarla para recaudar fondos.

Dinero. Pese a tener el apoyo de las grandes fortunas de su partido, Clinton ha contraído una deuda de 30 millones de dólares en esta campaña, y tuvo incluso que prestarse 20 millones a sí misma. En total, recaudó 215 millones frente a los 265 millones de Obama.

Irak. Obama se ha opuesto claramente a la guerra, mientras que sus rivales no han sido claros al respecto.

7. Claves de la derrota de Clinton

El rival. Muy probablemente, Clinton habría ganado sin problemas de no haber sido Obama su oponente.

Exceso de confianza. Gran favorita en diciembre del año pasado, no valoró suficientemente a su rival.

Estrategia equivocada. Segura de que ganaría pronto, no tenía un plan claro para después del supermartes (fotogalería).

Mensaje equivocado. Apostó por su veteranía y experiencia, pero los votantes han preferido el cambio. No quiso venderse como la primera mujer candidata, pero tampoco supo hacerse con el voto negro.

División. Su equipo se mostró desunido. Primero dimitió su jefa de campaña, y luego su principal asesor.

Ataques. La campaña de Clinton se ha centrado demasiado en atacar a Obama, lo que ha dado como resultado una imagen de negatividad contraproducente.

Bill Clinton. La presencia constante y el apoyo del ex presidente Bill Clinton, marido de Hillary, tampoco ha ayudado. Además de algunas declaraciones desafortunadas que han lastrado su campaña, su activa participación ha sido interpretada como vuelta al pasado y «más de lo mismo».

¿Sexismo? Los principales analistas políticos están divididos a la hora de valorar el papel que ha tenido el sexismo en la derrota de Clinton. Mientras que unos aseguran que su condición de mujer no ha influido, otros concluyen que, finalmente, el machismo de una parte de los votantes puede haber sido mayor incluso que el racismo, señalando que muchas de las reacciones o facetas de la personalidad de Hillary (la sinceridad o no de sus lágrimas en público cuando las votaciones empezaron a ponérsele en contra, por ejemplo, o los debates sobre si es fría y calculadora o no) no se habrían juzgado ni analizado igual si hubiese sido un hombre.

CH

8. Chicago

Ciudad en la que reside actualmente Barack Obama, y donde ha desarrollado su carrera profesional. El 35,3% de su población son negros; el 30,6%, blancos; el 28,2%, hispanos, y el 4,9%, asiáticos.

D

9. Discurso

Uno de los momentos clave de la campaña fue el discurso sobre las razas que pronunció Obbama en Filadelfia el 18 de marzo. Tras haber eludido el tema hasta entonces, y presionado por la polémica desatada por su pastor en Chicago, el reverendo radical Jeremiah Wright, Obama abordó el problema en un discurso que se ha llegado a comparar con los de Martin Luther King. Obama se distanció de Wright y reconoció las penas y las dificultades de los negros, así como la ira de generaciones de afroamericanos, una ira que, dijo, no será fácil superar.

10. Debates

Clinton y Obama se han enfrentado en 21 debates a lo largo de toda la campaña. El candidato republicano, John McCain, ha retado a Obama ha mantener con él 10 debates en los que las preguntas serían formuladas por la audiencia.

E

11. Encuestas

Las últimas encuestas publicadas en los medios estadounidenses muestran que Obama y McCain están casi empatados. El demócrata lograría el 49% de los votos frente al 46% del republicano.

También revelan que uno de cada cinco votantes podría cambiar de opinión antes de las elecciones, y que el 54% de los que se declaran demócratas quieren que Clinton figure como candidata a la vicepresidencia.

12. Estados

Obama ha ganado en Iowa, Carolina del Sur, Illinois, Georgia, Alabama, Delaware, Kansas, Dakota del Norte, Utah, Connecticut, Colorado, Idaho, Minnesota, Alaska, Missouri, Nebraska, Washington, Luisiana, Islas Vírgenes, Maine, Virginia, Maryland, Columbia, Wisconsin, Vermont, Misisipí, Guam, Carolina del Norte, Montana y Oregón.

Clinton venció en Florida, Michigan, New Hampshire, Nevada, Oklahoma, Tennessee, Arkansas, Massachusetts, Nueva York, New Jersey, Arizona, California, Nuevo México, Rhode Island, Ohio, Texas, Samoa, Pensilvania, Indiana, Dakota del Sur, Puerto Rico, Kentucky y Virginia Occidental.

13. España

Los estadounidenses seguidores del Partido Demócrata residentes en España prefirieron a Obama. De los más de 600 ciudadanos que votaron, el 63,5% lo hizo por el senador por Illinois, y el 35% por Hillary Clinton. Entre los ciudadanos españoles, el 38% se inclina a favor de Obama como sucesor de George W. Bush, frente al 23% que optó por Clinton, según una encuesta del Real Instituto Elcano.

14. Experiencia

La falta de experiencia de Obama en cuestiones de Gobierno ha sido uno de los ejes centrales de los ataques dirigidos contra él por Hillary Clinton, quien ha invocado frecuentemente su larga trayectoria política, tanto como senadora por Nueva York como en la Casa Blanca, incluyendo sus inciativas en temas de Sanidad durante la presidencia de su marido o su papel como primera dama en la escena internacional.

Esto último, no obstante, se volvió contra ella cuando se descubrió que no era cierta su afirmación de que en un viaje a Bosnia tuvo que aterrizar bajo el fuego de francotiradores. También afirmó que había contribuido a «traer la paz a Irlanda del Norte», que negoció con Macedonia para que abriera sus fronteras a los refugiados de Kosovo y que «se enfrentó» al Gobierno chino por el trato a las mujeres en su país.

15. Edwards, John

Candidato a la nominación demócrata hasta que se retiró a finales de enero, dejando la carrera en un cuerpo a cuerpo entre Obama y Clinton, Edwards anunció después su apoyo al senador por Illinois.

F

16. Famosos

Entre las celebridades que han mostrado ya públicamente su apoyo a Barack Obama se encuentran Bob Dylan, Tom Hanks, Scarlett Johansson, Oprah Winfrey, George Clooney, Will Smith, Jane Fonda, Bruce Springsteen, Jennifer Aniston, Sharon Stone, Stevie Wonder, Ben Affleck, Susan Sarandon, Sean Penn, Robert De Niro, Halle Berry y los protagonistas de la series Anatomía de Grey, CSI y Sin Rastro. Microsoft, al igual que The New York Times, apoyó a Hillary Clinton, mientras que Google y Yahoo optaron por Obama.

17. «Formidable»

Es el adjetivo con el que el candidato republicano, John McCain, definió a Barack Obama, tras la elección de éste. «Es un adversario formidable», dijo.

G

18. Giuliani, Rudolph

La popularidad alcanzada por el ex alcalde de Nueva York tras los atentados del 11‑S no le sirvió de mucho en su intención de ser el candidato republicano a la presidencia. Desanimado por el escaso número de votos que estaba recibiendo, Giuliani se retiró a finales de enero y respaldó la candidatura de McCain.

19. Gasolina

Otro de los momentos más importantes de las primarias demócratas tuvo que ver con el cada vez más alto precio de la gasolina en EE UU (una de las principales preocupaciones de los estadounidenses). Obama se mostró en contra de la idea de bajar el impuesto a este carburante durante los meses del verano, una medida que apoyaban tanto Clinton como el republicano McCain.

H

20. Hispanos

Lograr el respaldo de la comunidad hispana de EE UU, que ha apoyado mayoritariamente a Hillary Clinton, es uno de los principales retos a los que se enfrenta ahora Obama.

21. Honolulu

Capital del estado de Hawai y lugar de nacimiento de Barack Obama.

22. Hussein

Segundo nombre de Obama, cuyo nombre completo es Barack Hussein Obama Junior. El hecho de que se trate de un nombre típicamente musulmán dio lugar a una campaña, sobre todo en Internet, en la que se llegó a ligar al candidato demócrata con el fundamentalismo islámico.

I

23. Indonesia

Lugar de nacimiento del padrastro de Obama, y en cuya capital, Yakarta, paso éste gran parte de su infancia, cursando allí sus estudios primarios, concretamente en una escuela de orientación musulmana (otro hecho, junto a la publicación de una foto donde Obama aparecía ataviado con un turbante durante un viaje a Somalia, que dio pie a los rumores sobre su relación con el Islam).

24. Iglesia Unida de Cristo

Congregación cristiana a la que pertenece Barack Obama. Es una rama protestante nacida en 1957 de la unión de iglesias evangélicas y reformistas, con aproximadamente 1,2 millones de fieles.

J

25. Jackson, Jesse

Activista por los derechos civiles y ministro baptista estadounidense, es el precedente más cercano, aunque no llegó tan lejos como Obama. Jackson, también de raza negra, fue candidato, sin éxito, a las primarias presidenciales demócratas en 1984 y 1988.

26. Juventud

A sus 47 años, Barack Obama es, después de Theodore Roosevelt y John F. Kennedy, el candidato más joven a la presidencia de los EE UU (Kennedy tenía 43 años cuando fue elegido presidente, y Roosevelt, 42). Su oponente republicano, John McCain, de 72 años, podría ser su padre.

K

27. Kennedy

El clan de los Kennedy ha planeado con fuerza sobre las primarias demócratas. Además de haber sido comparado frecuentemente con el asesinado presidente John F. Kennedy, Obama ha recibido el apoyo del senador Edward (Ted) Kennedy, de la sobrina de éste, Caroline, y su de hijo Patrick.

Por otra parte, Hillary Clinton tuvo que disculparse por haber citado el asesinato de Robert F. Kennedy en 1968 como una razón para seguir en la campaña.

L

28. Luther King, Martin

La raza de Barack Obama y sus mensajes sobre la vigencia de la lucha por los derechos civiles han hecho que la figura de Martin Luther King, el legendario defensor de la igualdad racial, y de cuyo asesinato en 1968 se cumplieron en abril 40 años, haya sido una de las más invocadas durante estas primarias.

29. Libros

Obama ha escrito dos libros: The Audacy of Hope: Thoughts on Reclaiming the American Dream (La audacia de la esperanza: Reflexiones sobre cómo restaurar el sueño americano), publicado en 2006, y Dreams from my Father: A Story of Race and Inheritance (Sueños de mi padre: una historia de raza y herencia), en 1995.

M

30. Marihuana

Obama ha reconocido que fumó marihuana y consumió ocasionalmente cocaína en su juventud.

31. McCain, John

El candidato republicano a la Casa Blanca es senador por Arizona desde 1987. Fue también aspirante a candidato presidencial en 2000. Durante la Guerra de Vietnam, McCain fue hecho prisionero y torturado. Pese a ser un republicano «de toda la vida», ha apoyado algunas iniciativas alejadas de la línea tradicional del partido. Se ha especulado con su estado de salud, ya que en 1993 le detectaron un cáncer de piel y en 2000 le extrajeron un melanoma maligno en el lado izquierdo de su cara del que se recuperó. Tiene 72 años. Está divorciado y tiene tres hijos (uno que tuvo con su ex mujer y dos anteriores de ésta, que adoptó).

N

32. Nader, Ralph

El abogado estadounidense, activista y crítico del bipartidismo estadounidense, volverá a presentarse como candidato independiente a presidente en estas elecciones. Sus críticos le reprochan que «roba» votos a los candidatos demócratas.

33. NAFTA

Una polémica sobre el acuerdo de libre comercio entre EE UU, México y Canadá (NAFTA, en sus siglas en inglés), poco popular entre los votantes, resultó ser un duro revés para Obama durante estas primarias.

Obama criticó duramente a Clinton por su apoyo al Tratado, y después se supo que un miembro de la campaña del senador había confesado a un representante del Gobierno canadiense que se trataba tan sólo de «retórica política».

34. Noviembre, 4

Fecha de las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos.

35. Números

En las primarias demócratas se han celebrado un total de 54 votaciones, en las que han votado casi 38 millones de personas. Obama y Clinton se han disputado la nominación durante cerca de 500 días. Ambos han pronunciado unas 375.000 palabras en los debates que han mantenido.

Obama ha gastado en estas primarias 47,6 millones de dólares en los medios de comunicación, 26,1 millones en viajes, 1.951 dólares en pizzas y 3.765 en Starbucks.

O

36. Obama, Sarah

Abuela paterna de Barack Obama. Nació en Kenia, donde sigue residiendo en la actualidad, concretamente en la pequeña aldea de Kogelo, al oeste del país. Tiene 85 años y ha seguido la campaña de su nieto por la radio, ya que no tiene televisión.

P

37. Portland

El pasado 18 de mayo Obama logró congregar en Portland (Oregón) a más de 75.000 personas, batiendo por más del doble el récord que él mismo ostentaba en estas primarias (35.000 personas en Filadelfia).

38. Propuestas

Se acusa a Obama de tener un mensaje demasiado general y poco concreto, basado más en generar ilusión de un modo abstracto que en propuestas claras. No obstante, estos son algunos de sus puntos de vista:

Irak. Oposición a la guerra. Retirada en fases de las tropas. Aboga por impulsar el papel de la ONU para la reconciliación.

Israel. Ha expresado su claro apoyo al Estado israelí, prometiendo defenderlo y respaldarlo armamentísticamente. Ha dicho que «Jerusalén debe ser la capital, sin dividirse», y que ayudará para que haya «un Estado judío y otro palestino».

Enemigos. Diálogo con los supuestos enemigos de EE UU, incluyendo al presidente de Venezuela, Hugo Chávez y al de Irán, Mahmoud Ahmadunejad.

Sanidad. Introducción paulatina de un sistema de salud pública universal.

Cambio climático. Reducción en un 80% de las emisiones causantes del efecto invernadero. Liderazgo de EE UU en la lucha contra el calentamiento global. Inversión de 150.000 millones de dólares en 10 años en energías limpias.

Inmigración ilegal. Más policía en la frontera con México y multas más altas para quien contrate inmigrantes sin papeles.

Economía. Más ayudas para las familias de clase media.

Aborto. Libre elección de la mujer, asesorada por su médico y su familia.

39. Perfil

Barack Obama es hijo de Barack Obama Sr., un economista negro de Kenia, y de Shirley Ana Dunham, una antropóloga blanca de Kansas (EE UU). Sus padres se conocieron cuando ambos estudiaban en la Universidad de Hawai, y se divorciaron cuando Barack tenía dos años. La madre volvió a casarse con un indonesio y se mudó a este país, en cuya capital, Yakarta, vivió Barack entre 1967 y 1971. Creció con su hermanastra Maya Kassandra, y tiene otros seis hermanastros.

Ya en EE UU, estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Columbia y, después, Derecho en la de Harvard, donde se graduó con magna cum laude.

En Chicago comenzó a trabajar en una consejería jurídica por los derechos civiles y como profesor de Derecho Constitucional. Como abogado, ha ejercido en Chicago entre 1993 y 2004.

Fue elegido miembro del Senado de Illinois en 1997, y representante de este Estado en el Senado de EE UU en 2004. Es el quinto legislador afroamericano que ha conseguido llegar al Senado de los Estados Unidos (el segundo demócrata).

Vive en Chicago (Illinois) y está casado con Michelle Robinson desde 1992. El matrimomnio tiene dos hijas: Malia, nacida en 1999, y Natasha, nacida en 2001. Su deporte favorito es el baloncesto, que practica asiduamente.

Fuma, pero asegura que no mucho y que está intentando dejarlo. De no haber sido político le habría gustado ser arquitecto. Afirma que es un buen jugador de póquer.

Q

40. Quejas

Además de su desliz sobre el Tratado de Libre Comercio, Obama recibió numerosas quejas y fue tachado de elitista y condescendiente cuando habló de la «amargura» creada por la crisis económica: «no es sorprendente que [los trabajadores] se amarguen, que se amarren a las armas o a la religión o a la antipatía de gente que no son como ellos o al sentimiento antiinmigrante como una forma de explicar sus frustraciones», dijo.

R

41. Rezko, Antoin

Magnate inmobiliario de Chicago, antiguo conocido (para otros, amigo) de Barack Obama y ex colaborador de éste en la recogida de fondos para su campaña. Ha puesto en un aprieto al senador demócrata al haber sido declarado culpable de corrupción en su labor como asesor y recolector de dinero del gobernador de Illinois, Rod Blagojevich.

S

42. Sistema electoral

Tras el complejo mecanismo de las primarias (basado en votaciones en todos los estados, tanto en asambleas de representantes como en sufragios populares, así como en los votos de calidad de los llamados superdelegados) , en las elecciones del próximo 4 de noviembre habrá 538 votos electorales divididos entre los 50 estados y el Distrito de Columbia.

Cada estado tiene un elector por cada uno de sus miembros en el Congreso, uno por cada legislador de la Cámara de Representantes (determinado por la población estatal) y uno por cada senador (cada estado tiene dos). Un candidato necesita la mitad más uno de los votos electorales para llegar a la presidencia..

T

43. Travesía

En su primer discurso tras conocerse su elección como candidato demócrata, Obama dijo que «hoy empieza una travesía que traerá un nuevo y mejor día para América».

U

44. Unidad

Hillary Clinton tiene previsto apelar hoy a la unidad del Partido Demócrata, seriamente dañada tras la dura lucha de las primarias, para poder vencer al candidato republicano. Los demócratas temen que muchos seguidores de la senadora no respalden a Obama en noviembre frente a McCain.

V

45. Vídeos

La comunicación audiovisual ha sido clave en estas primarias. Los vídeos con los actos y mítines de ambos candidatos se han seguido como nunca antes, gracias a su difusión en Internet, a través de YouTube y de la cada vez mayor inclusión de vídeos en los periódicos on line.

También en la red se colgaron el polémico vídeo con el sermón del pastor Jeremiah Wright o el de la canción que grabaron algunos de los famosos que apoyan a Obama. Una de las grabaciones del discurso de Obama en Filadelfia, por ejemplo, ha sido vista en YouTube más de 5 millones de veces.

W

46. Web

Consulta todo sobre Barack Obama y las elecciones estadounidenses en el especial de 20minutos.es.

47. Wright, Jeremiah A.

El pastor de la congregación a la que ha pertenecido Obama durante 20 años, conocido por sus posturas radicales y polémicas, ha sido la mayor pesadilla para el senador demócrata durante las primarias, dada la estrecha relación que unía a ambos (Wright casó a Obama y bautizó a sus dos hijas).

El reverendo ha maldecido a los EE UU por cómo trata a su población afroamericana («el Gobierno les da drogas, construye cárceles más grandes, … y aún quiere que digamos ‘Dios bendiga a America’. No, no, no, Dios maldiga a América») y responsabilizó al Gobierno estadounidense de los ataques del 11‑S, añadiendo que los EE UU «mataron a mucha más gente en Hiroshima y Nagasaki sin pestañear».

Obama tuvo que desmarcarse de Wright, repudiando sus declaraciones en repetidas ocasiones y de forma explícita.

X

48. X, Malcolm

Algunas de las ideas del pastor Wright beben directamente del discurso del líder y activista negro de los años sesenta Malcolm X, principal portavoz del grupo Nación del Islam, y asesinado en 1965.

Y

49. «Yes, We Can»

«Sí, nosotros podemos». El lema de la campaña de Barack Obama durante estas primarias, coreado por miles de personas en cada mitin, se ha convertido en un auténtico himno para sus seguidores.

Z

50. Zapatero, José Luis

El presidente del Gobierno español ha apostado por Barack Obama frente a John McCain, y ha manifestado su deseo de ver al senador demócrata en la Casa Blanca, así como de lograr una mejor relación con Estados Unidos.