Biden y Trump chocan por la pandemia, la inmigración y el racismo en un último debate muy duro pero menos caótico

Miguel Máiquez, 22/10/2020

El can­dida­to repub­li­cano a la pres­i­den­cia de EE UU y actu­al pres­i­dente, Don­ald Trump, y su rival demócra­ta, el ex vicepres­i­dente Joe Biden, pro­tag­oni­zaron este jueves en la Uni­ver­si­dad de Bel­mont, en Nashville (Ten­nessee), un segun­do y últi­mo debate elec­toral menos caóti­co que el ante­ri­or cara a cara, pero en el que no fal­taron, al igual que en el primer encuen­tro, graves acusa­ciones y duros inter­cam­bios dialécticos.

A la may­or flu­idez con­tribuyó, sin duda, la medi­da imple­men­ta­da por los orga­ni­zadores de silen­ciar el micró­fono del can­dida­to que no esta­ba en uso de la pal­abra durante los primeros min­u­tos de la inter­ven­ción de su rival, al prin­ci­pio de los dis­tin­tos tramos, para evi­tar inter­rup­ciones. Tam­bién, el hecho de que la mod­er­ado­ra, la peri­odista de la cade­na NBC Kris­ten Welk­er, no lle­gara a perder del todo las rien­das, como le ocur­rió en el ante­ri­or debate a su cole­ga de Fox News, Chris Wallace.

Los can­didatos chocaron en todos los tramos, pero espe­cial­mente en los referi­dos a la inmi­gración y los menores indoc­u­men­ta­dos sep­a­ra­dos de sus famil­ias, la gestión de la pan­demia del coro­n­avirus, el racis­mo, y el supuesto dinero que ambos se acusaron mutu­a­mente de haber recibido de gob­ier­nos extran­jeros. Y Chi­na volvió a ocu­par, como en el ante­ri­or encuen­tro, un lugar predominante.

Una vacuna «en semanas» frente a «un invierno oscuro»

El debate arrancó con la pan­demia de COVID-19 sobre la mesa, una cri­sis san­i­taria que este jueves se sald­a­ba ya con 8.399.689 casos y 222.965 muer­tos en Esta­dos Unidos.

Los dos can­didatos dibu­jaron un panora­ma com­ple­ta­mente difer­ente del reto al que se enfrenta el país. «Creo que habrá una vac­u­na den­tro de sem­anas, y será dis­tribui­da muy rápi­do, está lista», ase­guró Trump. Inter­pela­do por la mod­er­ado­ra, el pres­i­dente recono­ció, no obstante, que no tiene «garan­tías» de que la vac­u­na vaya a dis­tribuirse en ese pla­zo, pero insis­tió en que cree que lle­gará «antes de que acabe el año», a pesar de que muchos cien­tí­fi­cos apun­tan más bien a 2021.

Pre­gun­ta­do sobre cuál será la far­ma­céu­ti­ca que lo con­seguirá, Trump respondió: «Johnson&Johnson lo está hacien­do muy bien, Mod­er­na lo está hacien­do muy bien, Pfiz­er lo está hacien­do muy bien».

Por su parte, Biden acusó al pres­i­dente de no asumir «su respon­s­abil­i­dad» por el impacto de la pan­demia en el país, y sen­ten­ció: «Cualquiera que sea respon­s­able por tan­tas muertes no debería seguir sien­do presidente».

«Esta­mos a pun­to de entrar en un invier­no oscuro, y él no tiene un plan claro» para com­bat­ir la COVID-19, sub­rayó el can­dida­to demócra­ta, a lo que Trump replicó: «[A Biden] le gus­ta meterse en un sótano y quedarse ahí, pero la gente no puede hac­er eso, ten­emos que apren­der a vivir con ello. El 99% de la gente se recu­pera. No podemos cer­rar la nación, ten­emos que abrir las escuelas».

«Dice que esta­mos apren­di­en­do a vivir con esto, ¡increíble! Esta­mos apren­di­en­do a morir con esto», le respondió Biden.

El dinero de Rusia y los impuestos

Otro de los momen­tos ten­sos del debate se pro­du­jo cuan­do ambos se acusaron mutu­a­mente de haber recibido dinero de gob­ier­nos extran­jeros, lo que los dos negaron.

Trump acusó a Biden de haber recibido dinero de Rusia, de haber puesto a su hijo Hunter en una com­pañía gasís­ti­ca ucra­ni­ana y de haber facil­i­ta­do nego­cios para sus her­manos en sitios como Irak: «Joe con­sigu­ió 3,5 mil­lones de dólares de Rusia y vinieron de Putin porque fue muy ami­ga­ble con el exal­calde de Moscú, y fue la esposa del alcalde de Moscú [sic], y ust­ed obtu­vo 3,5 mil­lones de dólares», dijo.

Biden, que negó haber recibido «ni un cen­ta­vo» de gob­ier­nos extran­jeros, respondió que los nego­cios de su hijo en Ucra­nia fueron «éti­cos». «El tipo que se metió en prob­le­mas en Ucra­nia fue este [Trump], que inten­tó sobornar al Gob­ier­no ucra­ni­ano para que dijera algo neg­a­ti­vo sobre mí, lo que no hicieron», añadió el demócrata.

Biden aprovechó tam­bién para recor­dar que Trump «paga más impuestos en el extran­jero que en Esta­dos Unidos» y que tiene «una cuen­ta ban­car­ia sec­re­ta en Chi­na». «Yo he pub­li­ca­do mis impuestos durante toda mi vida, algo que tú no has hecho, ¿por qué? Pub­li­ca tus impuestos». 

Trump replicó, sin pre­sen­tar prue­bas, que él ha «‘prepa­ga­do’ mil­lones y mil­lones de dólares en impuestos». Sobre la supues­ta cuen­ta ban­car­ia en Chi­na, el pres­i­dente alegó que estu­vo acti­va entre 2013 y 2015 cuan­do esta­ba ded­i­ca­do a nego­cios inmobiliarios.

La separación de familias inmigrantes, «criminal»

En el aparta­do ded­i­ca­do a la inmi­gración, Biden, tachó de «crim­i­nal» la políti­ca de sep­a­ración de famil­ias inmi­grantes sin pape­les en la fron­tera, mien­tras que Trump defendió que su Gob­ier­no «tra­ta muy bien» a los 545 niños cuyos padres todavía no ha local­iza­do después de imple­men­tar esa medida.

«Es algo crim­i­nal. Hace que seamos el hazmer­reír del mun­do y vio­la todo los con­cep­tos de lo que somos como nación», dijo el demócra­ta. Trump respondió que su gob­ier­no está «inten­tan­do muy en serio» localizar a los padres de esos menores, a pesar de que no es cier­to que sea su Ejec­u­ti­vo sino que los que lo hacen son abo­ga­dos y gru­pos de dere­chos humanos. 

«Los esta­mos tratan­do tan bien, están en insta­la­ciones que son tan limpias», afir­mó el pres­i­dente, en ref­er­en­cia a los niños sep­a­ra­dos de sus padres. «A los niños los han traí­do ‘coy­otes’ [traf­i­cantes] y mala gente», agregó, algo que Biden rebatió de inmedi­a­to al insi­s­tir en que vinieron «con sus padres».

Trump, además, insultó a los indoc­u­men­ta­dos que, una vez den­tro de EE UU, siguen la ley y se pre­sen­tan ante los tri­bunales de inmi­gración: «Odio decir­lo, pero los úni­cos que podrían apare­cer son los que tienen el coe­fi­ciente int­elec­tu­al más bajo», dijo.

«El menos racista de esta sala», «el más racista de la historia»

«Creo que ten­go bue­nas rela­ciones con todo el mun­do, soy la per­sona menos racista de esta sala», dijo Trump, en el bloque del cara a cara ded­i­ca­do al racis­mo en el país. El pres­i­dente recordó asimis­mo que su rival fue el impul­sor en el Sena­do de una ley del crimen en 1994 que provocó que «miles de afroamer­i­canos ter­mi­nasen entre rejas», y que él aprobó una refor­ma en el sen­ti­do con­trario poco después de lle­gar al poder.

Tam­bién afir­mó que ha sido el pres­i­dente que «más ha hecho por la comu­nidad negra en la his­to­ria de Esta­dos Unidos, con la posi­ble excep­ción de Abra­ham Lin­coln», quien abolió la esclav­i­tud en 1863.

Biden, por su parte, repasó el his­to­r­i­al de comen­tar­ios racis­tas de Trump y recordó que en 1989 abogó por la pena de muerte para un grupo de ado­les­centes afroamer­i­canos cono­ci­dos como los «Cen­tral Park Five» que fueron acu­sa­dos de un crimen que no cometieron.

«Nun­ca hemos respon­di­do del todo a nue­stro ide­al de que todos somos crea­d­os iguales, pero siem­pre nos hemos movi­do hacia allí, paso a paso. Este es el primer pres­i­dente que ha para­do eso, es el pres­i­dente más racista de la his­to­ria mod­er­na de EE UU», dijo el demócrata.

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