La guerra que no cesa

Miguel Máiquez, 3/7/2015

Los Obje­tivos del Mile­nio que en el año 2000 acor­daron alcan­zar para 2015 los país­es miem­bros de la ONU no peca­ban de fal­ta de ambi­ción. La lista incluye des­de erradicar la pobreza extrema y el ham­bre has­ta lograr la enseñan­za pri­maria uni­ver­sal, pasan­do por pro­mover la igual­dad entre los géneros, reducir la mor­tal­i­dad infan­til, com­bat­ir el sida y otras enfer­medades, garan­ti­zar la sosteni­bil­i­dad del medio ambi­ente o fomen­tar una aso­ciación mundi­al para el desar­rol­lo. No se atre­vieron, sin embar­go, a añadir lo que la His­to­ria parece empeña­da en demostrar como imposi­ble: el fin de las guer­ras. Quince años después, muchos de los con­flic­tos que ate­naz­a­ban entonces el plan­e­ta siguen vivos, otros nuevos lle­van camino de enquis­tarse, y tan solo unos cuan­tos se han resuelto.

Enter­ra­da ya la Guer­ra Fría, el lla­ma­do “nue­vo orden mundi­al” duró poco. La guer­ra glob­al con­tra el ter­ror­is­mo lid­er­a­da por EE UU tras la masacre del 11‑S volvió a incen­di­ar Ori­ente Medio, la zona más caliente del plan­e­ta, donde, tras las frus­tra­ciones de la ‘pri­mav­era árabe’ y el auge del fun­da­men­tal­is­mo reli­gioso, se sola­pan guer­ras vie­jas y nuevas (Siria, Irak, Yemen, Palesti­na), las heri­das no se cier­ran, man­dan los intere­ses económi­cos y geoes­tratégi­cos, y se igno­ra la legal­i­dad inter­na­cional. En África, país­es como la R. D. del Con­go, Nige­ria, Sudán o Soma­lia con­tinúan sufrien­do con­flic­tos endémi­cos ante el olvi­do y la indifer­en­cia del mun­do. Los frentes abier­tos tras la desin­te­gración de la URSS se mueven aho­ra des­de el Cáu­ca­so hacia el este de Europa (Ucra­nia), mien­tras renace la ten­sión entre Rusia y Occi­dente. El número de refu­gia­dos no para de cre­cer, al tiem­po que el primer mun­do se blin­da con­tra la inmi­gración, resur­gen las ide­ologías de extrema derecha y la inte­gración euro­pea se ero­siona por las difer­en­cias norte-sur y los nacional­is­mos. El sud­este asiáti­co está aún lejos de alcan­zar una mín­i­ma esta­bil­i­dad. La ame­naza nuclear per­siste, y Corea del Norte se enro­ca en su agu­jero total­i­tario. Muchas partes de Lati­noaméri­ca (espe­cial­mente Méx­i­co y, aunque con algo más de esper­an­za, Colom­bia) per­manecen inm­er­sas en una vio­len­cia intol­er­a­ble. Los dere­chos humanos siguen vio­lán­dose a diario, y mil­lones de per­sonas viv­en aún bajo fér­reas dictaduras.

Las guer­ras entre Esta­dos han ido desa­pare­cien­do, pero los con­flic­tos inter­nos (pro­pios o gen­er­a­dos por otros país­es), y el ter­ror­is­mo, mantienen el niv­el de vio­len­cia. Los sigu­ientes mapas mues­tran dos instan­táneas de un mun­do en el que un obsceno por­centa­je de la población sigue con­vivien­do día a día con la guerra.

Conflictos en el año 2000

1. Nepal. La guer­ra civ­il que enfren­tó al gob­ier­no monárquico de Nepal con los rebeldes maoís­tas que pre­tendían instau­rar una “repúbli­ca pop­u­lar” comen­zó en 1996 y se pro­lon­garía durante diez años, has­ta 2006, a lo largo de los cuales morirían más de 12.700 per­sonas. El acuer­do de paz per­mi­tió a los maoís­tas entrar en el Gob­ier­no a cam­bio de entre­gar las armas a la ONU.

2. Sri Lan­ka. En el año 2000 con­tinu­a­ba la guer­ra civ­il ini­ci­a­da en 1983 entre el Gob­ier­no y los Tigres Tamiles, un grupo mil­i­tar sep­a­ratista. No con­cluirá has­ta 2009, cuan­do los Tamiles fueron final­mente der­ro­ta­dos, y su líder, Velupil­lai Prab­hakaran, muer­to en com­bate. La guer­ra causó en total unos 100.000 muertos.

3. Tim­or Ori­en­tal. La pre­sión inter­na­cional hizo que en 1999 Indone­sia accediese a cel­e­brar un refer­én­dum en Tim­or Ori­en­tal, en el que el 79% votó a favor de la inde­pen­den­cia del ter­ri­to­rio. Tras la con­sul­ta, mili­cias proin­done­sias, con la colab­o­ración, o el bene­plác­i­to, del ejérci­to y de la policía, masacraron a la población civ­il (2.000 muer­tos) y destruyeron el ter­ri­to­rio. La ONU, cuya inter­ven­ción fue per­mi­ti­da por Indone­sia, restau­ró el orden e impu­so en 2002 la opción soberanista que habían deter­mi­na­do las urnas.

4. Sier­ra Leona. La guer­ra civ­il que comen­zó en 1991 por la rebe­lión del FRU (Frente Rev­olu­cionario Unido, finan­cia­do por el líder liberi­ano Charles Tay­lor) no finalizaría has­ta 2002, después de haber cau­sa­do más de 200.000 muer­tos. El con­flic­to, entre el FRU, de may­oría Temne, y los difer­entes gob­ier­nos de may­oría Mende, se ali­men­tó de las rival­i­dades étni­cas y los intere­ses económi­cos, y se car­ac­ter­izó por las numerosas masacres, el uso masi­vo de niños-sol­da­dos y el trá­fi­co de dia­mantes como méto­do de finan­ciamien­to de las fuerzas rebeldes.

5. Etiopía y Eritrea. A finales de 2000 con­cluyó la guer­ra entre ambos país­es que había estal­la­do dos años antes, a causa de las difer­en­cias fron­ter­i­zas que per­sistieron tras inde­pen­dizarse Eritrea de Etiopía en 1993. El acuer­do de paz fijó una zona tem­po­ral de seguri­dad desmil­i­ta­riza­da, den­tro del ter­ri­to­rio de Eritrea, y ocu­pa­da por cas­cos azules de la ONU. En la guer­ra murieron entre 100.000 y 300.000 per­sonas, según las fuentes.

6. España. La vio­len­cia de ETA se inten­si­ficó en el año 2000, que arrancó con la rup­tura de la tregua que había declar­a­do uni­lat­eral­mente la ban­da ter­ror­ista en 1998. Con un total de 23 asesina­dos, fue el año con más muertes des­de 1992 y has­ta el cese de la activi­dad arma­da etar­ra, en 2011.

Conflictos en el año 2015

1. Siria. La guer­ra civ­il en Siria, que ha entra­do ya en su quin­to año, tiene su ori­gen en las protes­tas con­tra el rég­i­men dic­ta­to­r­i­al del pres­i­dente Bashar al Asad que, con el tras­fon­do de la lla­ma­da ‘Pri­mav­era árabe’, se ini­cia­ron 2011, y que el rég­i­men reprim­ió de for­ma bru­tal. La com­ple­ja real­i­dad étni­ca, social y reli­giosa del país, los intere­ses y apoyos inter­na­cionales, la descom­posi­ción de la oposi­ción mod­er­a­da y la entra­da en el tablero del yihadis­mo fun­da­men­tal­ista han estanca­do un con­flic­to que se ha sal­da­do ya con más de 210.000 muer­tos y casi cua­tro mil­lones de refugiados.

2. Lib­ia. La rev­olu­ción que, con el apoyo de la OTAN (respal­da­da por la ONU), acabó en 2011 con el rég­i­men y la vida del coro­nel Muam­mar al Gadafi no supu­so el fin de la vio­len­cia en Lib­ia. La guer­ra desa­ta­da des­de entonces por el con­trol del ter­ri­to­rio entre las diver­sas fac­ciones rebeldes, fun­da­men­tal­mente entre mili­cias islamis­tas (el grupo Esta­do Islámi­co inclu­i­do) y anti­is­lamis­tas, ha sum­i­do al país en un caos total, con dos gob­ier­nos actuan­do de for­ma paralela.

3. Egip­to. Las esper­an­zas gen­er­adas en Egip­to por la rev­olu­ción pop­u­lar que pre­cip­itó la caí­da de Hos­ni Mubarak en febrero de 2011 no han hecho más que frus­trarse des­de entonces. En 2012 el islamista Mohamed Mur­si resultó elegi­do en las primeras elec­ciones trans­par­entes en la his­to­ria del país, pero no logró con­sol­i­dar su gob­ier­no y defraudó las expec­ta­ti­vas de bue­na parte de la población y del ejérci­to. Tras numerosas protes­tas, los mil­itares, lid­er­a­dos por el gen­er­al Al Sisi, le der­ro­caron en un golpe de Esta­do en 2013, al que sigu­ió una fer­oz repre­sión de los islamis­tas. El Gob­ier­no impuesto por los mil­itares cele­bró unas elec­ciones en 2014, en las que Al Sisi fue elegi­do pres­i­dente. La vio­len­cia se mantiene, con aten­ta­dos islamis­tas (espe­cial­mente en el Sinaí) y cien­tos de con­de­na­dos a muerte y de tor­tu­ra­dos por las autoridades.

4. Yemen. En Yemen se super­ponían cua­tro con­flic­tos: el que enfrenta­ba al Gob­ier­no con la guer­ril­la hutí en el norte del país; las revueltas sep­a­ratis­tas en la región de Adén, moti­vadas por el esca­so desar­rol­lo del antiguo Yemen del Sur; las protes­tas cívi­cas de la ‘Pri­mav­era árabe’ (que, tras la fir­ma de un acuer­do, forzaron la sal­i­da del pres­i­dente Alí Abdul­lah Saleh, después de 33 años en el poder), y la pres­en­cia de los gru­pos arma­dos yihadis­tas aso­ci­a­dos a Al Qae­da. El pasa­do enero, los hutíes (chiíes) lograron con­tro­lar la cap­i­tal y forzaron la sal­i­da del nue­vo pres­i­dente, Abd Rabu Mansur Hadi. El teóri­co respal­do del rég­i­men chií de Irán a los hutíes, y el con­sigu­iente temor de Ara­bia Saudí (suní) por perder influ­en­cia en la zona, motivó la inter­ven­ción mil­i­tar de los saudíes, apoy­a­dos por otros país­es árabes suníes y por Pakistán.

5. Ucra­nia. Divi­di­da entre pror­ru­sos y antir­ru­sos, Ucra­nia fue esce­nario des­de 2014 de protes­tas ciu­dadanas por el rec­ha­zo de las autori­dades a fir­mar un acuer­do con la UE. Tras ser depuesto el pres­i­dente Vík­tor Yanukóvich por la pre­sión pop­u­lar, tropas rusas entraron en Crimea, que declaró uni­lat­eral­mente su inde­pen­den­cia de Ucra­nia. Moscú pro­mul­gó la anex­ión del ter­ri­to­rio. Los com­bat­es aumen­taron tras la ocu­pación por parte de gru­pos pror­ru­sos de ciu­dades del este. El pasa­do febrero, Ale­ma­nia y Fran­cia dis­cutieron un nue­vo plan de paz con Putin, mien­tras EE UU con­sid­er­a­ba pro­por­cionar “asis­ten­cia letal” a Ucra­nia. Los líderes europeos se opo­nen a pro­por­cionar armas a las fuerzas guber­na­men­tales porque temen que agravaría un con­flic­to que has­ta aho­ra ha cau­sa­do cer­ca de 5.000 muer­tos y miles de refugiados.

6. Pak­istán. Aparte de la dis­pu­ta que mantiene por el esta­do de Cachemi­ra, que actual­mente pertenece a la India, Pak­istán sufre des­de hace una déca­da un con­flic­to en el noroeste del país, que enfrenta al ejérci­to guber­na­men­tal con gru­pos arma­dos reli­giosos, movimien­tos locales y ele­men­tos de la delin­cuen­cia orga­ni­za­da, apoy­a­dos por gru­pos ter­ror­is­tas y con­tin­gentes de muyahidines. El con­flic­to estal­ló cuan­do las ten­siones provo­cadas por la búsque­da de miem­bros de Al Qae­da por parte del ejérci­to paquis­taní derivaron en enfrentamien­tos con com­bat­ientes de la región de Waziristán. Mien­tras, los lazos con EE UU se debil­i­taron por una serie de inci­dentes en 2011, entre los que desta­ca el asesina­to del líder de Al Qae­da, Osama Bin Laden, en una operación de coman­dos de EE UU en el norte del país.

7. Repúbli­ca Cen­troafricana. El país vive una grave cri­sis des­de 2012, cuan­do fac­ciones rebeldes musul­manas agru­padas en la for­ma­ción Sélé­ka se alzaron con­tra el entonces pres­i­dente François Boz­izé. Las nego­cia­ciones entre el Gob­ier­no y Sélé­ka finalizaron con la fir­ma de un nue­vo acuer­do de paz en 2013, pero los rebeldes per­pe­traron un golpe de Esta­do que depu­so a Boz­izé y situó al frente del país al líder de Sélé­ka, Michel Djo­to­dia. Djo­to­dia dim­i­tió en enero de 2014 ante una olea­da de vio­len­cia que provocó cen­tenares de muer­tos (los mili­cianos de Sélé­ka atac­aron bar­rios y aldeas cris­tianos; los gru­pos de autode­fen­sa, enclaves musul­manes). En febrero de 2014, la ONU desplegó 3.000 sol­da­dos inter­na­cionales para reforzar a los 6.000 mil­itares de la Unión Africana y 2.000 france­ses que se encon­tra­ban ya en el país con el fin de man­ten­er la paz y pro­te­ger a los civiles.

8. Nige­ria. Des­de 2010 Nige­ria es esce­nario de una serie de bru­tales aten­ta­dos, en su may­oría per­pe­tra­dos por el grupo rad­i­cal islamista Boko Haram, aso­ci­a­do aho­ra a los yihadis­tas de Esta­do Islámi­co en Siria e Irak, y que lucha por impon­er la ley islámi­ca en Nige­ria, país de may­oría musul­mana en el norte y cris­tiana en el sur. Solo en 2014, Boko Haram mató a unas 3.000 per­sonas. Los graves abu­sos de los mil­itares allanan su camino a la hora de reclu­tar mil­i­tantes. Nige­ria sufre asimis­mo el lla­ma­do Con­flic­to del Delta del Niger, que surgió por las ten­siones entre las empre­sas petrol­eras inter­na­cionales y los pueb­los locales en la déca­da de los noven­ta. La com­pe­ten­cia por la riqueza petrol­era ha ali­men­ta­do la vio­len­cia entre los gru­pos étni­cos, lo que ha lle­va­do a la mil­i­ta­rización total del área.

9. Mali. La inesta­bil­i­dad de Mali, un país con estratégi­cos yacimien­tos de uranio, se agravó a par­tir de 2007. Al tiem­po que gru­pos rebeldes hosti­ga­ban a la población local y se pro­ducían secue­stros y asesinatos de occi­den­tales, el MNLA, una escisión de la antigua guer­ril­la tuareg, se lev­an­tó en armas para reivin­dicar la autode­ter­mi­nación del norte del país. Las autori­dades acusaron al MNLA de estar apoy­a­do por Al Qae­da, por excom­bat­ientes de las fuerzas del difun­to líder libio Muam­mar al Gadafi y por traf­i­cantes. De hecho, la rev­olu­ción tuareg, de la que, en parte, se ‘apropi­aron’ los islamis­tas, surgió al abri­go de la guer­ra en Lib­ia. En 2012 se pro­du­jo un golpe de Esta­do, y en 2013 la cri­sis empe­oró ante el avance de los rad­i­cales islámi­cos, lo que provocó la inter­ven­ción mil­i­tar de Fran­cia. En febrero de 2015 el Gob­ier­no y los rebeldes fir­maron un alto el fuego, pero los enfrentamien­tos y los aten­ta­dos continúan.

10. Soma­lia. Mar­ca­da por las luchas entre los clanes que lid­er­an los lla­ma­dos “señores de la guer­ra”, Soma­lia carece de un gob­ier­no estable cen­tral des­de que en 1991 fue der­ro­ca­do el dic­ta­dor Mohamed Barre. Tras la guer­ra civ­il de los noven­ta, los domin­ios ter­ri­to­ri­ales se con­sol­i­daron, pero los enfrentamien­tos entre clanes con­tin­uaron. En 2006 se creó una alian­za entre var­ios “señores de la guer­ra” para con­trar­restar el poder de las “cortes islámi­cas”. Etiopía apoyó al pres­i­dente Yusuf Ahmed, y Eritrea envió armas a los islamis­tas. En 2004 varias fac­ciones acor­daron un Gob­ier­no de tran­si­ción, y en 2012 se aprobó una Con­sti­tu­ción pro­vi­sion­al. Pero, a pesar de los últi­mos avances políti­cos, Soma­lia sigue inm­er­sa en luchas armadas, agravadas por la pres­en­cia de la mili­cia ter­ror­ista Al Shabab, conec­ta­da a Al Qae­da, y que lucha para instau­rar un esta­do islámi­co. Des­de 1991, el con­flic­to ha cau­sa­do más de 400.000 muer­tos y mil­lones de refu­gia­dos y desplaza­dos internos.

Con­flic­tos activos durante estos quince años
Muchos con­flic­tos exis­tentes en 2000 con­tinúan en 2015. Israel y Palesti­na (1), con el pro­ce­so de paz enter­ra­do, han pasa­do por la Segun­da Intifa­da, la expan­sión de las colo­nias y las opera­ciones con­tra Gaza. Irak (2) ha sufri­do una invasión, una guer­ra civ­il, el ter­ror­is­mo de Al Qae­da y, aho­ra, la expan­sión de Esta­do Islámi­co. Des­de 2001, los tal­ibanes luchan en Afgan­istán (3) con­tra la OTAN. Fil­ip­inas (4) aún no ha resuel­to su lucha con los sep­a­ratis­tas e islamis­tas. Bir­ma­nia (5) vive una situación de vio­len­cia des­de su inde­pen­den­cia, primero por causas étni­cas, luego con­tra la jun­ta mil­i­tar, y actual­mente con­tra el inde­pen­den­tismo Kachin. En Colom­bia (6), el con­flic­to con las FACR, el más antiguo del Hem­is­fe­rio Occi­den­tal y aho­ra en un frágil pro­ce­so de paz, ha cau­sa­do ya 220.000 muer­tos. En Méx­i­co (7), la vio­len­cia del nar­cotrá­fi­co vivió sus peo­res momen­tos a par­tir de 2008, con la guer­ra con­tra los cárte­les declar­a­da por el Gob­ier­no. Dece­nas de miles han muer­to en los últi­mos años. En la R. D. del Con­go (8) tam­poco se ha con­segui­do aún la esta­bil­i­dad, aunque el fin de décadas de guer­ra (cien­tos de miles de muer­tos) parece estar más cer­ca. Tras la inde­pen­den­cia de Sudán del Sur (9) en 2011, se reanudaron los con­flic­tos fron­ter­i­zos con Sudán y las luchas trib­ales en el nue­vo país. Y el Sáhara Occi­den­tal (10) sigue esperan­do un referéndum.

El 10% de las muertes violentas

Pese a que el número de muer­tos en guer­ras tiende a ser cada vez menor (entre 1950 y 2007 la media fue de 148.000 al año, sin con­tar civiles, y entre 2008 y 2012 esta cifra bajó a 28.000), en 2013 los con­flic­tos arma­dos causaron 112.900 muertes (civiles inclu­i­dos), alrede­dor de 3.600 más que el año ante­ri­or. Los fal­l­e­ci­dos por guer­ras supo­nen el 10% del total de muertes vio­len­tas, una cat­e­goría que incluye homi­cidios y suicidios.


Pub­li­ca­do en el Espe­cial 15 aniver­sario de 20Minutos «Así éramos, así somos»
Ver tam­bién: Un plan­e­ta en cri­sis, Bares sin humos y bodas gays

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