Evolución y futuro de Podemos, del auge a su primera gran crisis en un año clave

Miguel Máiquez, 3/5/2015

La ejec­u­ti­va de Podemos cel­e­brará este lunes su primera reunión tras la son­a­da sal­i­da de Juan Car­los Mon­edero, con la vista pues­ta en la cam­paña elec­toral que arran­ca la medi­anoche del jueves, y ante la com­pli­ca­da tarea de inten­tar cer­rar la heri­da abier­ta por la mar­cha de una de sus caras más vis­i­bles. La dimisión del has­ta aho­ra número tres del par­tido ha evi­den­ci­a­do la ten­sión exis­tente en el seno de la for­ma­ción, entre lo que se ha venido en lla­mar «las dos almas» de Podemos, la de quienes ven nece­sario recu­per­ar las raíces del 15‑M, y la de quienes apues­tan por seguir moderan­do el dis­cur­so para poder alcan­zar las instituciones.

De momen­to, el gran reto para el par­tido de Pablo Igle­sias está en evi­tar que la renun­cia de Mon­edero, pro­duci­da a poco más de tres sem­anas de la cita elec­toral del 24 de mayo, desplace el foco de aten­ción en una cam­paña que se adiv­ina mucho más reñi­da de lo que augura­ban las encues­tas hace ape­nas cua­tro meses. No va a ser fácil.

Si a prin­ci­p­ios de enero se hubiesen cel­e­bra­do elec­ciones, Podemos habría obtenido entre el 27% y el 28% de los votos. Eran los espec­tac­u­lares resul­ta­dos de diver­sas encues­tas, que situ­a­ban al par­tido lid­er­a­do por Igle­sias, con ape­nas un año de his­to­ria, por delante de todas las demás for­ma­ciones políti­cas, PP y PSOE inclu­i­dos. Podemos, con un dis­cur­so cen­tra­do en la críti­ca fer­oz a los des­gas­ta­dos usos del bipar­tidis­mo dom­i­nante y la cor­rup­ción, en la necesi­dad de recu­per­ar el pro­tag­o­nis­mo de los ciu­dadanos en la vida políti­ca y, en defin­i­ti­va, en muchas de las consignas par­tic­i­pa­ti­vas y regen­er­ado­ras que cristalizaron en el 15‑M, dis­fruta­ba aún del crédi­to obtenido tras su sor­pren­dente éxi­to en las elec­ciones euro­peas, cuan­do puso patas arri­ba el mapa políti­co tradi­cional español al con­seguir más de 1,2 mil­lones de votos.

Hoy, sin embar­go, las expec­ta­ti­vas de la for­ma­ción pare­cen haberse desin­fla­do, o, al menos, estanca­do, con entre un 15% y un 20% en inten­ción de voto, por­centa­jes que la sitúan aún como ter­cera o cuar­ta fuerza, y que le otor­gan un papel clave en futur­os pactos de gob­ier­no, pero que están ya lejos del que ha sido des­de el prin­ci­pio su prin­ci­pal obje­ti­vo: la victoria.

Viaje al centro de las urnas

Des­de su con­sti­tu­ción en par­tido con aspira­ciones de lle­gar al poder, y espe­cial­mente des­de el pasa­do otoño, Podemos ha ido ale­ján­dose poco a poco en su dis­cur­so de los men­sajes y ref­er­en­cias más rad­i­cales que car­ac­teri­zaron sus ini­cios, en lo que ha sido precibido como un inten­to por cap­tar los votos de los ciu­dadanos que se sien­ten más cómo­d­os en posi­ciones más cer­canas al cen­tro políti­co, una fran­ja de votantes que, aten­di­en­do a encues­tas y a resul­ta­dos elec­torales históri­cos, con­sti­tuirían la may­oría en España.

Este via­je se ha ido pro­ducien­do en para­le­lo al tam­bién espec­tac­u­lar crec­imien­to de Ciu­dadanos, un par­tido que, com­par­tien­do con la for­ma­ción de Igle­sias ele­men­tos como la novedad, la críti­ca al bipar­tidis­mo o una for­ma dis­tin­ta de hac­er políti­ca, ha logra­do con­ver­tirse sin embar­go en una opción más asum­i­ble para votantes (muchos de ellos, de cen­tro-derecha) que están des­en­can­ta­dos con los par­tidos tradi­cionales pero no tan­to con el sistema.

El cier­to acoso que ha sufri­do Podemos des­de algunos medios de comu­ni­cación, la ‘pér­di­da de la inocen­cia’ que para muchos sim­pa­ti­zantes supusieron las polémi­cas prác­ti­cas fis­cales de su has­ta aho­ra sec­re­tario de Pro­gra­ma y Pro­ce­so Con­sti­tuyente, y lo que numerosos anal­is­tas con­sid­er­an como impor­tantes errores estratégi­cos cometi­dos por la propia for­ma­ción, pueden haber con­tribui­do, jun­to con el ascen­so de Ciu­dadanos, a un estancamien­to que, en cualquier caso, aún ten­drá que com­pro­barse en las urnas. Ello, además del des­gaste que con­ll­e­va la aceptación de muchas de las reglas del duro juego políti­co tradi­cional, y del efec­to cau­sa­do por el mero paso del tiem­po des­de el impul­so obtenido en las elec­ciones europeas.

Debate interno

La dimisión de Mon­edero puede haber colo­ca­do al par­tido ante uno de sus momen­tos más com­pli­ca­dos, por más que tal vez sea pre­maturo hablar de esa «cri­sis» con la que sueñan sus rivales.

Con­sid­er­a­do como uno de los prin­ci­pales ideól­o­gos del par­tido, Mon­edero renun­ció el pasa­do miér­coles a todos sus car­gos y aban­donó la direc­ción del par­tido, no por la men­ciona­da polémi­ca fis­cal, que con­sid­era super­a­da, sino después de haber crit­i­ca­do la estrate­gia políti­ca de la for­ma­ción. Podemos, dijo Mon­edero, «es lo más decente que hay en la políti­ca españo­la, pero a veces se parece a aque­l­los par­tidos a los que quiere super­ar». En el par­tido, admi­tió, «hay debate inter­no y ten­sión», no solo en la direc­ción, sino en toda la orga­ni­zación, entre las per­sonas «más mod­er­adas» y las que «apues­tan más por la raíz».

De momen­to, la direc­ción se mantiene firme y mantiene que no hay cam­bio de planes, mien­tras que Igle­sias se ha presura­do a ase­gu­rar que lo suce­di­do esta sem­ana no va a restar­les votos. Este mis­mo sába­do, el sec­re­tario de Orga­ni­zación de Podemos, Ser­gio Pas­cual, afirma­ba que «en abso­lu­to» su for­ma­ción nece­si­ta una refun­dación, sino que, «muy al con­trario, se va por el buen camino», al tiem­po que cal­i­fi­ca­ba de «per­son­al» la decisión de Mon­edero, en una línea pare­ci­da a la expre­sa­da por el pro­pio sec­re­tario gen­er­al en su reac­ción a la dimisión de su com­pañero. Iglesias.

Éste es un repa­so a la trayec­to­ria y los desafíos de una for­ma­ción cuya meteóri­ca his­to­ria no tiene prece­dentes en la democ­ra­cia española.

Del 15‑M a la arena política

El 12 de enero de 2014, una trein­te­na de int­elec­tuales, per­son­al­i­dades de la cul­tura, el peri­odis­mo y el activis­mo social y políti­co, pub­li­can una man­i­fiesto en el que, bajo el títu­lo de Mover ficha: con­ver­tir la indi­gnación en cam­bio políti­co, expre­san la necesi­dad de crear una can­di­datu­ra que con­cur­riese, des­de la izquier­da y reco­gien­do muchas de las prop­ues­tas e inqui­etudes del 15‑M, a las elec­ciones euro­peas de mayo de ese año. Entre sus prin­ci­pales obje­tivos, opon­erse a las políti­cas de aus­teri­dad con que la Unión Euro­pea y muchos de sus gob­ier­nos nacionales, el español inclu­i­do, están respon­di­en­do a la cri­sis económi­ca; ser la voz del 99%, y la de «la may­oría con­tra las élites».

Dos días después, Pablo Igle­sias Tur­rión, pro­fe­sor uni­ver­si­tario de Cien­cias Políti­cas y pre­sen­ta­dor en cade­nas locales de tele­visión, es anun­ci­a­do como líder de un movimien­to que, el 11 de mar­zo de ese mis­mo año, for­malizará su inscrip­ción bajo el nom­bre de «Podemos» en el Reg­istro de Par­tidos Políticos.

Igle­sias explicó entonces que se ofrecía a encabezar el nue­vo par­tido con tres condi­ciones: recibir 50.000 avales ciu­dadanos (los logró en un solo día), apos­tar por la unión de fuerzas con otras for­ma­ciones políti­cas, movimien­tos sociales e ini­cia­ti­vas ciu­dadanas, que todos los can­didatos siem­pre fuer­an elegi­dos por vol­un­tad popular.

El medio y el mensaje

Prove­niente, en parte, del entorno del par­tido par­tido troskista Izquier­da Ant­i­cap­i­tal­ista, la orga­ni­zación del proyec­to se estruc­tura, des­de un prin­ci­pio, en torno a per­sonas con un amplio conocimien­to de la teoría y la comu­ni­cación políti­cas, y muy con­scientes de la impor­tan­cia de los medios de masas, espe­cial­mente la tele­visión e Inter­net, de cara a la proyec­ción tan­to del ideario de la for­ma­ción como de la ima­gen públi­ca de su líder.

Igle­sias, madrileño naci­do en 1978 (joven), com­pag­i­na su labor docente en la Uni­ver­si­dad con su tra­ba­jo como pre­sen­ta­dor en pro­gra­mas como La Tuer­ka (Tele K y Canal 33) o Fort Apache (His­pan TV), al tiem­po que empieza a mul­ti­plicar su pres­en­cia en las ter­tu­lias tele­vi­si­vas de cade­nas nacionales (La Sex­ta, Cua­tro), donde pron­to desta­ca por su lengua­je direc­to, su ima­gen ale­ja­da de los políti­cos tradi­cionales, la fuerza de su argu­men­tario y su for­ma de afrontar los ataques más agre­sivos. Mien­tras, en las redes sociales, Podemos se con­vierte en tiem­po récord en el par­tido con más seguidores, tan­to en Face­book como en Twit­ter, a una gran dis­tan­cia del resto.

Con un dis­cur­so muy estu­di­a­do, sen­cil­lo y lo más agluti­nador posi­ble, Podemos pre­fiere hablar de may­oría con­tra élites («los de aba­jo con­tra los de arri­ba») a entrar en posi­cionamien­tos ide­ológi­cos (izquier­da-derecha). La for­ma­ción, con el aval de los cien­tos de ciu­dadanos que empiezan a orga­ni­zarse en su nom­bre y a pon­er en mar­cha proyec­tos de democ­ra­cia par­tic­i­pa­ti­va, con­sigue proyec­tar la ima­gen de un grupo de per­sonas comunes, ale­jadas de «la élite políti­ca apoltron­a­da en sus escaños», y pre­ocu­padas por los prob­le­mas reales de la población.

Tres mosqueteros

Jun­to a Pablo Igle­sias, antiguo mil­i­tante en las juven­tudes comu­nistas, exas­esor de IU y con expe­ri­en­cia políti­ca en Améri­ca Lati­na (par­ticipó en misiones de obser­vación elec­toral y fue con­sul­tor del Gob­ier­no de Bolivia), desta­can tres nom­bres: Juan Car­los Mon­edero, Miguel Urban e Iñi­go Erre­jón.

Mon­edero, uno de los fir­mantes del man­i­fiesto de enero, y tam­bién pro­fe­sor de Cien­cias Políti­cas, fue el ver­dadero ideól­o­go de Podemos. Miguel Urban, cal­i­fi­ca­do por Igle­sias como «el impre­scindible», y prove­niente de Izquier­da Ant­i­cap­i­tal­ista, es el encar­ga­do de la orga­ni­zación del par­tido. Iñi­go Erre­jón, doc­tor tam­bién en Políti­cas, miem­bro del con­se­jo ejec­u­ti­vo de la fun­dación CEPS (Cen­tro de Estu­dios Políti­cos y Sociales) y, des­de las elec­ciones euro­peas, muy pre­sente tam­bién en las ter­tu­lias, es el direc­tor de campaña.

El ideario, las propuestas y «la casta»

Podemos define su ideario en torno a tres ejes fun­da­men­tales: más democ­ra­cia (incluyen­do medi­das anti­cor­rup­ción y el fin de las «puer­tas gira­to­rias» entre car­gos públi­cos y empre­sas pri­vadas); más dere­chos («necesi­dad de recu­per­ar la sober­anía», «una Europa con tra­ba­jo, sanidad uni­ver­sal, edu­cación, vivien­da, pen­siones, y ayu­da a la depen­den­cia, bajo un mar­co de dig­nidad, además de la pro­tec­ción del medio ambi­ente»); y más «economía al ser­vi­cio de la gente» (trans­for­man­do el sis­tema financiero e impul­san­do «un mod­e­lo socio­pro­duc­ti­vo basa­do en la economía real, la economía del conocimien­to, la indus­tria y la agri­cul­tura avan­zadas, la I+D+i y las energías renovable»).

Des­de la for­ma­ción plantean ini­cial­mente actua­ciones como crear un par­que de vivien­da públi­ca, aplicar de for­ma retroac­ti­va la dación en pago, opon­erse a una refor­ma restric­ti­va de la ley del abor­to, derog­ar las leyes de extran­jería, per­mi­tir a Cataluña que deci­da sobre su inde­pen­den­cia o inclu­so sacar a España de la OTAN. El par­tido irá definien­do su pro­gra­ma con una serie de medi­das, entre las que se incluyen una audi­toría para ver qué parte de la deu­da públi­ca es ilegí­ti­ma, «apos­tar por los ser­vi­cios públi­cos», pro­mover la renta bási­ca para todas las per­sonas, ampli­ar el val­or de las ILP (ini­cia­ti­vas leg­isla­ti­vas pop­u­lares), pon­er coto a los lob­bies, fomen­tar la igual­dad, defend­er la asis­ten­cia san­i­taria y la edu­cación públi­cas, impul­sar la inves­ti­gación, garantrizar la vivien­da digna y la pro­tec­ción a los depen­di­entes, apro­bar «pre­supuestos sociales» o la reti­ra­da del Trata­do de Lis­boa por con­stru­ir una «Europa neolib­er­al y antidemocrática».

La fal­ta de con­cre­ción y cier­ta ambigüedad de algu­nas de estas prop­ues­tas hace que Podemos sea tacha­do de pop­ulista por sus rivales y en algunos medios, pero no impi­de a la for­ma­ción conec­tar ráp­i­da­mente con muchos ciu­dadanos, cas­ti­ga­dos por la cri­sis, des­en­can­ta­dos de unos políti­cos a los que, con una efi­caz insis­ten­cia, Igle­sias define como «la cas­ta», y deseosos de pasar de la indi­gnación a la acción. Igle­sias declara que su primera medi­da como pres­i­dente del Gob­ier­no sería pro­hibir los desahu­cios, y que su obje­ti­vo no es el Europar­la­men­to, sino las gen­erales de 2016.

Los círculos

El par­tido se orga­ni­za en torno a los lla­ma­dos «cír­cu­los». Como expli­ca el pro­pio Igle­sias en la web de la for­ma­ción, un Cír­cu­lo Podemos es un con­jun­to de ciu­dadanos reunidos «por la unidad, el cam­bio y la rup­tura democráti­ca»,  un espa­cio ciu­dadano de respues­ta a los prob­le­mas colec­tivos, que debate las ideas y prop­ues­tas en asamblea.

Los miem­bros de los cír­cu­los tienen total autonomía para man­ten­er mil­i­tan­cia en otras for­ma­ciones o movimien­tos sociales, de for­ma seme­jante a las asam­bleas del 15‑M que pro­lif­er­aron por bar­rios y ciu­dades de España en 2011. «Un grupo –añade Igle­sias– que com­parte que la dramáti­ca situación que vivi­mos solo se arregla entre todos y con el pro­tag­o­nis­mo pop­u­lar y ciu­dadano, [porque] no podemos seguir con­fian­do en quienes nos han traí­do a esta situación dramática».

Los cír­cu­los se orga­ni­zan de modo local (unos 300 en toda España y una trein­te­na en el extran­jero) y tam­bién por colec­tivos cen­tra­dos en intere­ses con­cre­tos (fem­i­nis­mo, desem­pleo, dis­capaci­dad, deporte).

El subidón de las europeas

Lle­ga entonces, el 25 de mayo del año pasa­do, la primera gran prue­ba de fuego para el nue­vo par­tido: las elec­ciones euro­peas. Y Podemos, con una can­di­datu­ra elab­o­ra­da a través de pri­marias abier­tas, da la cam­pana­da. Con tan solo unos meses de vida, la for­ma­ción encabeza­da por Igle­sias logra cin­co escaños, con un total de 1.245.948 votos (el 7.97% del elec­tora­do), y se con­vierte en la cuar­ta fuerza políti­ca en España, solo por detrás del PP, (4.074.363 votos, el 26,06%), el PSOE (3.596.324 votos, el 23%), e Izquier­da Plur­al (1.562.567 votos; el 9,99%), y por delan­té de UPyD (1.015.994 votos, el 6,5%). Podemos fue, además, la ter­cera fuerza más vota­da en Aragón, Cantabria, Madrid y Asturias.

Los análi­sis políti­cos se mul­ti­pli­can bus­can­do causas, más allá de la obvia del tirón pop­u­lar con­segui­do por los recién lle­ga­dos, y de su capaci­dad para haber logra­do agluti­nar el voto indig­na­do con­tra la clase políti­ca en gen­er­al y el bipar­tidis­mo del PP-PSOE en par­tic­u­lar. Entre las más men­cionadas, el hecho de que las elec­c­ciones euro­peas sean un mar­co más favor­able para que los ciu­dadanos exper­i­menten con su voto, o de que en estos comi­cios la cir­cun­scrip­ción úni­ca com­pense el efec­to favor­able que sobre los grandes par­tidos tiene la apli­cación de la la Ley d’Hont.

Los estu­dios con­fir­man que a Podemos les votaron muchos sim­pa­ti­zantes del PSOE e IU, así como un nutri­do grupo de abs­ten­cionistas. El prin­ci­pal nicho de votantes, el 34%, había vota­do por el PSOE en las euro­peas de 2009, y el 30% lo hizo en las gen­erales de 2011. El per­fil may­ori­tario de votante de Podemos es varón, de más de 35 años y con estu­dios medios o superiores.

Además de Igle­sias, se estre­nan como eurodiputa­dos Tere­sa Rodríguez, respon­s­able de par­tic­i­pación ciu­dadana de Podemos, sindi­cal­ista, miem­bro acti­vo de la marea verde, des­en­can­ta­da de IU y pos­te­ri­or­mente can­di­da­ta del par­tido en las elec­ciones andaluzas; Car­los Jiménez Vil­lare­jo, antiguo mil­i­tante de la oposi­ción antifran­quista, exfis­cal anti­cor­rup­ción, y que dejaría su escaño del Par­la­men­to Europeo a la número seis, Tania González; Lola Sánchez, número cua­tro de Podemos en ese momen­to; y el cien­tí­fi­co del CSIC Pablo Echenique-Rob­ba, por­pu­lar por sus escritos en el blog sobre dis­capaci­dad De retrones y hom­bres. Todos anun­cian que se bajarán el suel­do de 8.000 euros a 1.930, como primera medida.

«Sí se puede»: el modelo de partido y la consolidación de Iglesias

El 15 de sep­tiem­bre de 2014, Podemos arran­ca el pro­ce­so «Sí Se Puede», con el obje­ti­vo de definir sus prin­ci­p­ios éti­cos, políti­cos y orga­ni­za­tivos, y que desem­bo­cará el 18 de octubre en Madrid con una Asam­blea Ciu­dadana a la que asis­ten más de 7.000 per­sonas, y en la que se pre­sen­tan dos prop­ues­tas de orga­ni­zación: «Claro que Podemos», defen­di­da por Igle­sias, y «Suman­do Podemos», encabeza­da por Pablo Echenique.

Igle­sias, cuya opción acabará sien­do la más vota­da, con el 80,71% de los votos (90.451 apoyos), apues­ta por la elec­ción de un sec­re­tario gen­er­al como cabeza del par­tido, por que la Asam­blea Ciu­dadana se con­voque cada tres años, y por la for­ma­ción de un Con­se­jo Ciu­dadano inte­gra­do por 81 per­sonas, de las cuales el sec­re­tario gen­er­al y los 17 sec­re­tar­ios autonómi­cos serían miem­bros natos, y los 63 miem­bros restantes serían elegi­dos direc­ta­mente por la Asam­blea por un sis­tema de lis­tas abiertas.

Por su parte, Echenique defendió la creación de una trice­falia para mejo­rar la plu­ral­i­dad, además de la con­vo­ca­to­ria de la Asam­blea Ciu­dadana cada dos años y la com­posi­ción de 99 miem­bros para el Con­se­jo Ciu­dadano, de los que 60 serían elegi­dos por la Asam­blea de for­ma direc­ta medi­ante can­di­dat­uras indi­vid­uales, otras 20 por sor­teo entre un cen­so de vol­un­tar­ios y el resto lo com­pon­drían los 17 rep­re­sen­tantes de los Con­se­jos Ciu­dadanos autonómi­cos, uno de Ceu­ta y Melil­la, y otro de los cír­cu­los de Podemos en el exte­ri­or. Obtu­vo el 12,37% de los votos (112.070 personas).

El 15 de noviem­bre, Pablo Igle­sias, es elegi­do ofi­cial­mente sec­re­tario gen­er­al del par­tido.

El cielo de las encuestas

Los primeros son­deos de inten­ción de voto con­fir­man el ascen­so ver­tig­i­noso del nue­vo par­tido. El 24 de noviem­bre el diario El Mun­do pub­li­ca una encues­ta, según la cual Podemos lograría la vic­to­ria con un 28,3% de los sufra­gios, segui­do del PP como segun­da fuerza con un 26,3%, y del PSOE con casi un 20,1%. Los buenos resul­ta­dos se mantienen aún durante var­ios meses. El 9 de enero, un son­deo real­iza­do para la Cade­na Ser les da el 27,5%, frente al 24,6% del PP y el 19% del PSOE. Dos días después, otra encues­ta, elab­o­ra­da por Met­ro­scopia para El País, tam­bién les sitúa en primer lugar, con el 20,4% de los votos, frente al 12,8% del PP y el 12,3% del PSOE.

Podemos parece estar cada vez más cer­ca de hac­er real­i­dad una de las fras­es más comen­tadas de las pro­nun­ci­adas por Pablo Igle­sias durante la Asam­blea de octubre: «El cielo no se toma por consenso,se toma por asalto».

Los ataques

Ante el ascen­so de la nue­va for­ma­ción y sus bue­nas per­spec­ti­vas elec­torales, los ataques a Podemos se inten­si­f­i­can, desta­can­do las sim­patías de algunos de sus diri­gentes hacia regímenes como el vene­zolano o el cubano, el carác­ter «anti­sis­tema» y «rad­i­cal» de sus per­files políti­cos o la fal­ta de con­cre­ción de muchas de sus prop­ues­tas. Les lla­man «pop­ulis­tas», «frikis», «boli­var­i­anos»… En pin­tadas calle­jeras, blogs y ter­tu­lias de la derecha Igle­sias es acu­sa­do de  «proetar­ra y «anties­pañol». La extrema izquier­da, por su parte, les tacha de «posi­bilis­tas», y en los foros con­ser­vadores se resaltan supues­tas conex­iones (finan­ciación inclu­i­da) con el chav­is­mo, e inclu­so con Irán. Pre­gun­ta­do en una entre­vista, Igle­sias señala: «A mí me gus­tan algu­nas políti­cas públi­cas que se han hecho en Venezuela. Aho­ra bien, si la pre­gun­ta es si pien­so que hay algún mod­e­lo políti­co lati­noamer­i­cano exportable a España, pues creo que eso es imposi­ble, una barbaridad».

El 6 de diciem­bre, Igle­sias par­tic­i­pa en el pro­gra­ma La Noche en 24H, del canal 24h de TVE. El pre­sen­ta­dor, Ser­gio Martín, comien­za la entre­vista con estas pal­abras: «Hemos vis­to a Pablo Igle­sias defend­er la sal­i­da de los pre­sos de ETA de las cárce­les. Esta sem­ana está ust­ed de enhorabue­na, entonces…». Tres días después, el Con­se­jo de Infor­ma­tivos de RTVE pide la «des­ti­tu­ción inmedi­a­ta» de Martín.

Entre tan­to, una parte de la pren­sa empieza a escar­bar en el pasa­do de los líderes del par­tido y pron­to salen a la luz pre­sun­tas irreg­u­lar­i­dades, que cobran una espe­cial sig­nifi­ca­do ante la tol­er­an­cia cero pred­i­ca­da por Podemos con respec­to a cualquier tipo de cor­rup­ción. El 17 de noviem­bre, El Mun­do pub­li­ca el con­tra­to que el sec­re­tario de Políti­ca de Podemos, Íñi­go Erre­jón, tenía des­de mar­zo con la Uni­ver­si­dad de Mála­ga, rela­ciona­do con un proyec­to de inves­ti­gación. Según el diario, Erre­jón, úni­co can­dida­to que se pre­sen­tó al proyec­to, «ape­nas dedi­caría tiem­po» a este tra­ba­jo, con­travinien­do por tan­to un con­tra­to que establecía una jor­na­da de 40 horas sem­anales, con un suel­do bru­to de 1825 euros mensuales.

Erre­jón, que ale­ga un «defec­to de for­ma», nie­ga cualquier irreg­u­lar­i­dad, y el pro­pio direc­tor del proyec­to declara que el diri­gente de Podemos con­ta­ba con per­miso para tra­ba­jar des­de Madrid. El 4 de diciem­bre, no obstante, Erre­jón es sus­pendi­do pro­vi­sion­al­mente de empleo y suel­do por la Uni­ver­si­dad de Mála­ga, y se le abre un expe­di­ente dis­ci­pli­nario. Des­de Podemos se insiste en que se tra­ta de una «cam­paña de difamación».

El caso Monedero

Pero el may­or golpe recibido has­ta aho­ra llegó en enero, como con­se­cuen­cia del lla­ma­do «caso Mon­edero», rela­ciona­do con un cobro de 425.000 euros por parte del has­ta aho­ra número tres de Podemos a var­ios gob­ier­nos lati­noamer­i­canos, sin haber­lo noti­fi­ca­do al cen­tro en el que tra­ba­ja como pro­fe­sor, y emple­an­do fór­mu­las fis­cales (en prin­ci­pio legales, pero cuya éti­ca ha sido cues­tion­a­da) para pagar menos impuestos.

Mon­edero, oblig­a­do por la pre­sión inter­na de mil­i­tantes y líderes de Podemos, tuvo que pre­sen­tar una declaración com­ple­men­taria para reg­u­larizar su situación con el fis­co, en un esce­nario lleno de malen­ten­di­dos y de reproches hacia el min­istro de Hacien­da, Cristóbal Mon­toro, que dete­ri­oró su ima­gen de servi­dor públi­co intach­able y moral­ista. Llegó a hac­er públi­cas sus cuen­tas cor­ri­entes, aunque no los con­tratos fru­to de la polémi­ca, y se dis­culpó ante sus seguidores, pero su reac­ción no fue muy dis­tin­ta a la de otros miem­bros de par­tidos tradi­cionales salpic­a­dos por casos similares.

«Tic-tac, tic-tac»

El 31 de enero, Podemos recu­peró impul­so tras orga­ni­zar un acto de autoafir­ma­ción en Madrid que, bajo el nom­bre de La Mar­cha del Cam­bio, logró reunir a entre 100.000 y, según los cál­cu­los de la propia for­ma­ción, 300.000 per­sonas. En la man­i­festación volvieron a cobrar fuerza los esló­ganes más emblemáti­cos del par­tido, incluyen­do los gri­tos de «sí se puede» y «tic-tac, tic-tac» (en alusión a la cuen­ta atrás para un cam­bio políti­co en España).

En su dis­cur­so, Igle­sias hizo una ref­er­en­cia (sin mucho rig­or históri­co) al Dos de Mayo, y recordó todas las oca­siones en las que, des­de 1808 has­ta el 15‑M, la Puer­ta del Sol ha sido pro­tag­o­nista de la lucha del pueblo de Madrid: «Gentes valientes y humildes, está en nue­stro ADN y esta­mos orgul­losos». «En esta Puer­ta del Sol soñamos, pero nos tomamos en serio nue­stros sueños. Este año vamos a tra­ba­jar para que el cam­bio políti­co llegue y vamos a ganar las elec­ciones al Par­tido Pop­u­lar», concluyó.

La llave de Andalucía

En las elec­ciones autonómi­cas cel­e­bradas en Andalucía el pasa­do 22 de mayo, Podemos irrumpió en el par­la­men­to andaluz como ter­cera fuerza más vota­da, con 15 escaños y el 14,8% de los votos (583.000). El par­tido, lid­er­a­do por Tere­sa Rodríguez, se con­vir­tió así en una de las piezas claves ante los pactos que nece­si­tará para gob­ernar la líder social­ista, Susana Díaz, cuya lista fue la más vota­da, pero quedó lejos de la may­oría abso­lu­ta (el 35,4% de los votos –120.000 votos menos que en las elec­ciones de 2012 y caí­da de cua­tro pun­tos– y 47 escaños).

Entre las condi­ciones impues­tas a Díaz por Podemos (y tam­bién por Ciu­dadanos, que con­sigu­ió 9 diputa­dos) para un acuer­do se encon­tra­ba la renun­cia a sus car­gos de los expres­i­dentes autonómi­cos social­is­tas Manuel Chaves y José Anto­nio Griñán, ambos imputa­dos en el caso de los ERE, lo que ha acaba­do pro­ducién­dose. Podemos tam­bién ha exigi­do la reduc­ción de altos car­gos en la Jun­ta y que esta Admin­is­tración no tra­ba­je con enti­dades financieras que pro­mue­van desahu­cios de famil­ias sin recur­sos. Al cierre de esta edi­ción, ya en vísperas de la sesión de investidu­ra, con­tinu­a­ban las nego­cia­ciones.

Ausentes en las municipales

Uno de los fac­tores que los anal­is­tas incluyen entre las causas de que Podemos haya toca­do techo es la deci­sion del par­tido de no con­cur­rir con su mar­ca a las elec­ciones munic­i­pales que, jun­to con las autonómi­cas (donde si se pre­sen­tan), se cel­e­brarán el próx­i­mo 24 de mayo. En su lugar, Podemos se ha lim­i­ta­do a respal­dar, en may­or o menor medi­da, a dis­tin­tas ini­cia­ti­vas ciu­dadanos que, a modo de fran­qui­cias, han pre­sen­ta­do can­di­dat­uras para estos comi­cios con diver­sos nombres.

La decisión fue adop­ta­da por Pablo Igle­sias en junio del año pasa­do con la idea de cen­trar todas las energías en las autonómi­cas, y ante el temor de que si pre­senta­ba lis­tas en muchos munici­p­ios, con la difi­cul­tad de con­trol que ello con­ll­e­va, se mul­ti­pli­caría el ries­go de que entrara en ellas algún nom­bre afec­ta­do por prác­ti­cas corruptas.

El coste puede ser grande por tres razones: la opor­tu­nidad que se abre para Ciu­dadanos, par­tido que sí con­curre a las munic­i­pales; la con­fusión que en muchos munici­p­ios pue­da gener­ar el no ten­er claro cuál de las muchas opciones exis­tentes rep­re­sen­ta el proyec­to Podemos, y el no haber aprovecha­do el refuer­zo que, gen­eral­mente, supone el voto autonómi­co para el munic­i­pal, y viceversa.

La difícil convergencia con IU

Des­de el prin­ci­pio ha esta­do abier­ta en Podemos la posi­bil­i­dad de alcan­zar acuer­dos con Izquier­da Uni­da para lograr una may­or unidad en la izquier­da. Sin embar­go, la estrate­gia de con­ver­gen­cia ini­ci­a­da hace meses entre Podemos, IU, otras for­ma­ciones políti­cas, como Equo, y diver­sos movimien­tos sociales, para con­cur­rir jun­tos en las próx­i­mas elec­ciones munic­i­pales solo ha cul­mi­na­do con éxi­to, según datos recaba­dos por Europa Press, en cin­co cap­i­tales de provin­cia: A Coruña, Pon­teve­dra, Zaragoza, Bil­bao y Barcelona.

Será úni­ca­mente en estas grandes ciu­dades, por tan­to, donde IU y Podemos com­par­tan papele­ta, si bien lo harán a través de difer­entes fór­mu­las y con el req­ui­si­to de que no se iden­ti­fiquen las siglas de los inte­grantes en el nom­bre de la can­di­datu­ra. El caso más sig­ni­fica­ti­vo es el de Barcelona, donde ICV, EUiA, Podemos y difer­entes colec­tivos sociales se han puesto de acuer­do para con­cur­rir con Barcelona En Comú, la can­di­datu­ra con for­ma jurídi­ca de coali­ción elec­toral que encabeza por la activista anti­desahu­cios Ada Colau.

Madrid, sin embar­go, es una de las ciu­dades donde las difer­en­cias entre IU y Podemos se han hecho más patentes durante las nego­cia­ciones (prin­ci­pal­mente a la hora de decidir la for­ma jurídi­ca de la can­di­datu­ra), que cul­mi­naron con la sal­i­da de IU de su can­dida­to a la Alcaldía y su equipo, para inte­grarse en Aho­ra Madrid, ante las reit­er­adas neg­a­ti­vas de la direc­ción de IUCM de acep­tar la fór­mu­la de «par­tido instru­men­tal». En Aho­ra Madrid, la can­di­datu­ra ciu­dadana que encabeza la exjueza Manuela Car­me­na, par­tic­i­pan, además de mil­i­tantes de Podemos, Equo y otros movimien­tos sociales.

La amenaza de Ciudadanos

La may­oría de las encues­tas pub­li­cadas recien­te­mente indi­can que una parte del elec­tora­do más mod­er­a­do de Podemos estaría trasvasán­dose a Ciu­dadanos, aho­ra que el par­tido lid­er­a­do por Albert Rivera ha dado el salto des­de Cataluña a toda España, logran­do cap­tar la inten­ción de voto de muchos ciu­dadanos que no quieren seguir apoyan­do a los par­tidos tradi­cionales (espe­cial­mente, al PP), pero que con­sid­er­an a Podemos una opción demasi­a­do a la izquierda.

Has­ta la entra­da de Ciu­dadanos en el tablero elec­toral nacional, Podemos fue capaz de atraer a muchos votantes de cen­tro, e inclu­so de cen­tro-derecha, como úni­ca alter­na­ti­va con­tra el bipar­tidis­mo. El par­tido de Rivera, con prop­ues­tas más cer­canas al neolib­er­al­is­mo, pero igual­mente críti­co con la cor­rup­ción y los viejos usos del sis­tema, y con la ven­ta­ja, asimis­mo, de la novedad, ha logra­do ocu­par ese espacio.

Según una encues­ta que pub­li­caron el pasa­do 20 de abril los diar­ios El Per­iódi­co de Catalun­ya y La Razón, Ciu­dadanos sería ya la cuar­ta fuerza políti­ca en España, con el 17,7% de los votos, y por detrás del PP, que, con el 23,5% no podría gob­ernar en soli­tario, Podemos (20,1%), y el PSOE (19,1%).

¿Oportunidad o crisis?

En este con­tex­to, la renun­cia el pasa­do miér­coles de Juan Car­los Mon­edero a todos sus car­gos (algo que se venía a venir, aunque no antes de las elec­ciones) ha sido vista por algunos en el seno de Podemos como un autén­ti­co jar­ro de agua fría, y como la con­se­cuen­cia de la «traición» del par­tido a sus prin­ci­p­ios fun­da­men­tales. Para otros, sin embar­go, se tra­ta de una autén­ti­ca opor­tu­nidad para que la for­ma­ción siga avan­zan­do, sin las­tres, hacia la con­quista del ansi­a­do poder político.

La direc­ción del par­tido insiste en que el debate es sano, y sostiene que la sal­i­da de su has­ta aho­ra número 3 no cam­bia los planes, desta­can­do que Mon­edero ha man­i­fes­ta­do su inten­ción de con­tin­uar «en primera línea para empu­jar más fuerte» des­de fuera y con las bases. Igle­sias ya ha man­i­fes­ta­do que la dimisión de Mon­edero no va a «restar votos» a su for­ma­ción, aña­di­en­do que seguirán «tra­ba­jan­do para ganar» las elecciones.

El sec­re­tario gen­er­al de Podemos cal­i­ficó de «muy dolorosa» la sal­i­da del sec­re­tario de Pro­gra­ma y Pro­ce­so Con­sti­tuyente, a quien se refir­ió como «un int­elec­tu­al» que tiene que «volar», recono­cien­do, no obstante, que nece­si­tan su «capaci­dad críti­ca». «Juan Car­los sigue en Podemos», recal­có. En su reunión de este lunes, la ejec­u­ti­va del par­tido hará una prop­ues­ta al Con­se­jo Ciu­dadano sobre quién debería sustituirle.

Otro de los que con­sid­era que la mar­cha de Mon­edero no pasará fac­tura al par­tido es el aho­ra can­dida­to de Podemos a la Pres­i­den­cia de Aragón, Pablo Echenique, quien, en declara­ciones a Efe, indicó que «se debe man­ten­er la ten­sión democráti­ca» y fomen­tar la impor­tan­cia de los cír­cu­los. Tam­bién el sec­re­tario de Orga­ni­zación, Ser­gio Pas­cual, se ha apresura­do a min­i­mizar las con­se­cuen­cias, descar­ta hablar de «refun­dación», y afir­ma que la dimisión no va a influir en las deci­siones respec­to a la cam­paña o la políti­ca de pactos en Andalucía. Rafael May­oral, respon­s­able de rela­ciones con la Sociedad Civ­il, ha afir­ma­do por su parte que la vida políti­ca de un par­tido como Podemos «no es solo estar en los órganos direc­tivos, sino tam­bién tra­ba­jar en otras esferas donde Mon­edero puede estar más cómodo».

En defin­i­ti­va, des­de den­tro pare­cen creer que se está mag­nif­i­can­do «la cri­sis Mon­edero» y pien­san que su dimisión va a ayu­dar a abrir debates sobre el papel de las bases o sobre otros espa­cios políti­cos con los que hay que man­ten­er rela­ciones. Así lo sug­ería, tam­bién a Efe, Ariel Jerez, miem­bro del Con­se­jo Ciu­dadano estatal, quien con­sid­era que ha habido reflex­iones que se han vis­to «en bue­na medi­da poster­gadas» por el «ver­tig­i­noso peri­o­do de orga­ni­zación de Podemos».

«El error Vistalegre»

Menos opti­mis­tas y con­cil­i­adores, sin embar­go, se mues­tran los inte­grantes más ant­i­cap­i­tal­is­tas de la cor­ri­ente críti­ca. Como recuer­da Álvaro Car­va­jal en El Mun­do, muchas de las claves de este des­en­can­to se encuen­tran en el artícu­lo La cen­tral­i­dad es la rup­tura, pub­li­ca­do en Públi­co por Emmanuel Rodríguez, y en el que el autor plantea una rup­tura más rad­i­cal de los actuales estatu­tos de Podemos, que fueron impul­sa­dos por Igle­sias y aproba­dos may­ori­tari­a­mente por las bases en la Asam­blea cel­e­bra­da en el Pala­cio Vistale­gre de Madrid el pasa­do mes de octubre:

«El error Vista Ale­gre debe ser reversible. El jacobin­is­mo y el cen­tral­is­mo de Podemos se han lev­an­ta­do sobre demasi­a­dos cadáveres: el despil­far­ro de un esfuer­zo y un poten­cial de inteligen­cia colec­ti­va pre­ciosos por miedo al des­bor­damien­to inter­no y en aras de un blitzkrieg (una guer­ra relám­pa­go) que se ha demostra­do imposi­ble. O en otras pal­abras, la recu­peración de Podemos pasa por su refun­dación: una suerte de inge­niería inver­sa de Vista Ale­gre que per­mi­ta una amplia descen­tral­ización y democ­ra­ti­zación inter­na, al tiem­po que se da paso a una modal­i­dad orga­ni­za­ti­va fun­da­da en el pro­tag­o­nis­mo de los cír­cu­los y de direc­ciones cole­giadas, plu­rales y com­ple­jas», escribe Rodríguez.

En otro artícu­lo cita­do tam­bién por Car­va­jal, y tit­u­la­do Bus­can­do la cen­tral­i­dad… apare­ció el con­flic­to, Brais Fer­nán­dez y Jaime Pas­tor mantienen que Podemos se encuen­tra actual­mente ante dos opciones: «con­tin­uar con­streñi­do a un cam­po de dis­pu­ta que ya ni siquiera le va a ser rentable en lo elec­toral», porque los posi­cionamien­tos «vacíos» han encon­tra­do en Ciu­dadanos u otras fuerzas «un for­mu­lador más creíble», o «lan­zarse» a con­stru­ir un ver­dadero cam­bio «vin­cu­la­do no solo a las deman­das sino tam­bién a las necesi­dades obje­ti­vas de las clases populares».

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