Nuevo y polémico paso en el costoso camino hacia la integración universitaria europea

Miguel Máiquez, 1/2/2015

El Con­se­jo de Min­istros aprobó este viernes, medi­ante real decre­to, una polémi­ca refor­ma del sis­tema uni­ver­si­tario con el obje­ti­vo de «flex­i­bi­lizar» la estruc­tura de gra­dos en la uni­ver­si­dad españo­la y acer­car­la al mod­e­lo imper­ante en Europa.

El nue­vo sis­tema se pare­cerá más, efec­ti­va­mente, al exis­tente en la may­oría de los país­es europeos, pero tan­to estu­di­antes como colec­tivos docentes y sindi­catos temen que su implantación supon­ga, al final, una uni­ver­si­dad más caóti­ca y, sobre todo, más cara.

Las tasas uni­ver­si­tarias españo­las se sitúan ya entre las más ele­vadas del con­ti­nente: los gra­dos uni­ver­si­tar­ios son los octavos más caros de toda la Unión Euro­pea, y los másteres, los sép­ti­mos más cos­tosos, según el informe Estu­di­ar en Europa: pre­cios de matrícu­las y becas en las uni­ver­si­dades euro­peas, elab­o­ra­do por el Obser­va­to­rio del Sis­tema Uni­ver­si­tario y pub­li­ca­do en 2012.

Des­de la implantación del Plan Bolo­nia en España, hace ape­nas cua­tro años, todas las car­reras uni­ver­si­tarias, con algu­nas excep­ciones pun­tuales, como Med­i­c­i­na, tienen una mis­ma estruc­tura que suma 300 crédi­tos, y que se divide en cua­tro años de gra­do (240 crédi­tos) y uno, opcional, de máster (60 crédi­tos). La fór­mu­la se conoce como 4+1. En la may­or parte de Europa, sin embar­go, el sis­tema es difer­ente, con opción de tres años de gra­do y dos de máster (3+2).

Lo que per­mite el nue­vo real decre­to es que las uni­ver­si­dades españo­las puedan ele­gir libre­mente la fór­mu­la que pre­fier­an: 4+1, 3+2 o cualquiera que sume 300 créditos.

No obstante, no en todos los casos en que los gra­dos se reduz­can a tres años los másteres pasarán a ser de dos. Se establece una horquil­la que va des­de los 180 a los 240 crédi­tos en los gra­dos, y, como mín­i­mo, se deberán impar­tir todos los con­tenidos que for­man parte de las com­pe­ten­cias bási­cas definidas para cada uno de los itin­er­ar­ios académicos.

La refor­ma supone una impor­tante cor­rec­ción de la opción elegi­da en su día por España para aplicar el Plan Bolo­nia. Estas son las claves del camino recor­ri­do has­ta aquí, tan­to en nue­stro país como en otros país­es europeos:

Una estructura común

Des­de que en 1997 se aprobó el Con­ve­nio de Reconocimien­to de Lis­boa, elab­o­ra­do por la Unesco y el Con­se­jo de Europa, los diver­sos sis­temas de gra­dos uni­ver­si­tar­ios europeos han ido armo­nizán­dose a través de la pau­lati­na imple­mentación del Plan Bolo­nia, y de acuer­do a un sis­tema común de tres nive­les: gra­do (equiv­a­lente, en gen­er­al, a la antigua licen­ciatu­ra en España), máster y doctorado.

La Declaración de Bolo­nia fue una ini­cia­ti­va fir­ma­da orig­i­nal­mente en esta ciu­dad del norte de Italia, el 19 de junio de 1999, por 29 país­es de Europa: todos los que con­forma­ban entonces la Unión Euro­pea, España inclu­i­da, y otros pertenecientes al Espa­cio Europeo de Libre Com­er­cio y del este y el cen­tro del con­ti­nente. Con la fir­ma de esta Declaración se dio paso al lla­ma­do Pro­ce­so de Bolo­nia, o Plan Bolo­nia, que ha ido per­filán­dose pos­te­ri­or­mente con diver­sos cam­bios y la inclusión de más esta­dos, a través de diver­sos acuerdos.

Actual­mente han suscrito el Plan Bolo­nia un total de 47 país­es, si bien no en todos ellos ha comen­za­do a aplicarse.

El obje­ti­vo del Pro­ce­so de Bolo­nia es lle­var a cabo una pro­fun­da refor­ma del sis­tema uni­ver­si­tario en Europa, medi­ante la con­struc­ción del denom­i­na­do Espa­cio Europeo de Edu­cación Supe­ri­or (EEES), dis­eña­do a par­tir del mod­e­lo anglosajón y orga­ni­za­do, según el pro­pio trata­do, tenien­do en cuen­ta prin­ci­p­ios de cal­i­dad, movil­i­dad, diver­si­dad y com­pet­i­tivi­dad. En este sen­ti­do, el Plan pre­tende con­seguir la total movil­i­dad estu­di­antil den­tro del con­ti­nente y la homo­geneización de los estu­dios supe­ri­ores en Europa, facil­i­tan­do así las con­va­l­i­da­ciones y, en últi­ma instan­cia, mejo­ran­do las posi­bil­i­dades de empleo.

Fun­da­men­tal­mente, Bolo­nia intro­du­jo un nue­vo sis­tema de crédi­tos y de tit­u­la­ciones, una nue­va finan­ciación de los estu­dios y más movil­i­dad para estu­di­antes, docentes, inves­ti­gadores y per­son­al de admin­is­tración y servicios.

En España, la Ley Orgáni­ca de Uni­ver­si­dades (LOU) de 2001 fue mod­i­fi­ca­da en abril de 2007 por el entonces Gob­ier­no social­ista, y ese mis­mo año se aprobó la nue­va Orde­nación de las Enseñan­zas Universitarias.

«Mercantilización» de la universidad

Con­tra la refor­ma pro­movi­da por el Plan Bolo­nia se man­i­fes­taron, en los primeros años de su apli­cación, no solo los estu­di­antes, sino tam­bién pro­fe­sores y políti­cos. Madrid, Barcelona y otras muchas ciu­dades españo­las fueron esce­nario de man­i­festa­ciones y encier­ros con­tra el nue­vo modelo.

Para los estu­di­antes, la con­ver­gen­cia al EEES no era más que una recon­ver­sión com­er­cial de la uni­ver­si­dad. Habla­ban de «pri­va­ti­zación» y «mer­can­tilización» del sis­tema uni­ver­si­tario español, y rec­haz­a­ban la susti­tu­ción de las licen­ciat­uras por grados.

Con respec­to a las nuevas tit­u­la­ciones, quienes se opusieron al Plan denun­cia­ron que el incre­men­to del gas­to económi­co nece­sario para obten­er las de segun­do ciclo se tra­duciría en una eli­ti­zación de la Uni­ver­si­dad, ya que no todos los estu­di­antes podrían permitírselo.

En gen­er­al, los detrac­tores del Pro­ce­so señalan que el pre­tendi­do obje­ti­vo pos­i­ti­vo de crear un espa­cio común educa­ti­vo esconde la idea de con­ver­tir la uni­ver­si­dad euro­pea en una can­tera para las grandes empre­sas, dejan­do a un lado su papel como lugar de for­ma­ción y desar­rol­lo humanos, y pasan­do a ser una mera fábri­ca de indi­vid­u­os váli­dos para el mer­ca­do laboral.

Los defen­sores del Plan Bolo­nia, por el con­trario, sostienen que éste mejo­ra las sal­i­das lab­o­rales de los uni­ver­si­tar­ios, ya que sus títu­los están recono­ci­dos en todos los país­es fir­mantes, y los nuevos planes de estu­dios están más ori­en­ta­dos a la for­ma­ción de pro­fe­sion­ales deman­da­dos por la sociedad, con una may­or especialización.

Con respec­to al sis­tema de crédi­tos, con­sid­er­an que el Plan orga­ni­za de un modo más real el tiem­po de los estu­di­antes, estable­cien­do límites de horas y cre­an­do la posi­bil­i­dad de estu­di­ar a tiem­po par­cial para poder tra­ba­jar, matriculán­dose en menos crédi­tos. Tam­bién defien­den que se val­ore más el tra­ba­jo glob­al del alum­no y su ini­cia­ti­va que el hecho de sim­ple­mente asi­s­tir a clases magis­trales. Argu­men­tan asimis­mo que el sis­tema de gra­do y post­gra­do (o máster) es el que fun­ciona actual­mente en la may­oría de los país­es del mundo.

El sistema mixto, mayoritario

El sis­tema mix­to que aca­ba de apro­bar el Gob­ier­no español se apli­ca actual­mente en 26 país­es europeos, entre ellos Irlan­da, Holan­da, Aus­tria y el Reino Unido. Nueve país­es, incluyen­do Fran­cia o Fin­lan­dia, han opta­do por gra­dos de tres años (180 crédi­tos), y ocho (Rusia, Turquía, Gre­cia y Ucra­nia entre ellos) mantienen el has­ta aho­ra mod­e­lo español de cua­tro años (240 créditos).

A pesar de la homo­geneización con­segui­da por el Plan Bolo­nia, en la UE no existe el reconocimien­to automáti­co de los títu­los académi­cos. Es decir, que, para obten­er el reconocimien­to de los estu­dios o de la tit­u­lación en otro país miem­bro, es nece­sario seguir el pro­ced­imien­to estable­ci­do en ese país.

Las admin­is­tra­ciones de los país­es de la UE siguen sien­do respon­s­ables de sus sis­temas educa­tivos y son libres de aplicar sus propias nor­mas, que entre otras cosas con­tem­plan el reconocimien­to o no de los títu­los obtenidos en el extranjero.

Así son los sis­temas uni­ver­si­tar­ios en algunos de los país­es europeos de nue­stro entorno:

  • Ale­ma­nia. Debido al Pro­ce­so de Bolo­nia, los estu­di­antes uni­ver­si­tar­ios en Ale­ma­nia cur­san aho­ra estu­dios de bach­e­lor (gra­do) y, tras obten­er esta primera tit­u­lación (entre 6 y 8 semes­tres), pueden con­tin­uar sus estu­dios con un pro­gra­ma de máster de entre 2 y 4 semes­tres. Los títu­los de estu­dios escalon­a­dos recono­ci­dos a niv­el inter­na­cional han susti­tu­i­do los títu­los de estu­dios ale­manes tradi­cionales de diplom y mag­is­ter casi por com­ple­to. Actual­mente se sigue dis­cutien­do qué reglamentación se apli­cará para el títu­lo de Staat­sex­a­m­en (exa­m­en de Esta­do), nece­sario en las cien­cias jurídi­cas o la med­i­c­i­na. En algunos cen­tros de enseñan­za supe­ri­or ale­manes, los estu­di­antes ya solo se pueden matric­u­lar en las nuevas car­reras de bach­e­lor y máster. En 2011, en los cen­tros ale­manes, el número de pro­gra­mas de estu­dios de bach­e­lor fue de aprox­i­madamene 6.050. y el de pro­gra­mas de máster, de 5.500, con ten­den­cia ascendente.
  • Fran­cia. Las uni­ver­si­dades france­sas han armo­niza­do sus diplo­mas con los de los otros país­es europeos, adop­tan­do tam­bién el lla­ma­do sis­tema LMD (licen­ciatu­ra –gra­do–, máster, doc­tor­a­do). Cada niv­el de estu­dios se alcan­za por adquisi­ción de crédi­tos europeos ECTS, y no por val­i­dación de años de estu­dios como era el caso ante­ri­or­mente. La licen­ciatu­ra requiere 6 semes­tres de estu­dios, que per­miten la obten­ción de 180 ECTS (3 años de estu­dios). El máster requiere después 4 semes­tres de estu­dios, para la obten­ción de 120 ECTS adi­cionales (5 años de estu­dios en total, 300 ECTS); el doc­tor­a­do se obtiene nor­mal­mente después de 16 semes­tres (8 años de estu­dios en total).
  • Italia. Se apli­ca tam­bién el sis­tema armo­niza­do europeo. El primer niv­el, denom­i­na­do lau­rea, y equiv­a­lente al gra­do o licen­ciatu­ra, se obtiene tras 3 años de estu­dios y la real­ización de una especie de tesina. El segun­do niv­el, lau­rea magis­trale (máster), requiere 2 años adi­cionales de estu­dios espe­cial­iza­dos y una tesis más com­ple­ja. El ter­cer niv­el, doc­tor­a­do, suele nece­si­tar otros 3 años y con­cluye con una tesis doctoral.
  • Reino Unido. Los estu­di­antes uni­ver­si­tar­ios británi­cos sue­len prepararse para com­ple­tar un títu­lo de gra­do en una úni­ca espe­cial­ización durante 3 ó 4 años. Un máster, o MBA, dura nor­mal­mente un año y requiere de exámenes y de una tesis para grad­uarse. Algu­nas car­reras espe­cial­izadas exi­gen la real­ización de un pro­gra­ma de doc­tor­a­do, o PhD, que incluye 4 ó 5 años de estu­dio e inves­ti­gación avanzada.
  • Por­tu­gal. Tras 6 u 8 semes­tres, y con la obten­ción de entre 180 y 240 crédi­tos, se obtiene el títu­lo de licen­ci­a­do, que con­duce a los pro­gra­mas de 1 ó 2 años nece­sar­ios para lograr el de mestre (máster), después de pre­sen­tar una pequeña tesis, o dis­ser­taçao. Para con­seguir el doc­tor­a­do es nece­sario realizar una inves­ti­gación nove­dosa (tesis), para la cual hacen fal­ta entre 2 y 4 años. Existe aún otro títu­lo más, la lla­ma­da agre­gaçao, obtenido por posee­dores del títu­lo de doc­tor que demuestren, medi­ante un exa­m­en espe­cial, sus altas capaci­dades inves­ti­gado­ras y pedagógicas.
  • Rusia. Tan­to en Rusia como en Ucra­nia y otras exrepúbli­cas soviéti­cas, la primera fase de la edu­cación uni­ver­si­taria, el gra­do o licen­ciatu­ra, requiere, por lo gen­er­al, 4 años de estu­dios (los mis­mos que, has­ta aho­ra, en España). El títu­lo de «espe­cial­ista» se reconoce tras 5 años (4+1), y el de máster, tras 6 (4+2).

Lo que cuesta estudiar

El coste de los estu­dios uni­ver­si­tar­ios en España varía según dos cri­te­rios: la nat­u­raleza del títu­lo (ofi­cial o pro­pio) y la nat­u­raleza de la uni­ver­si­dad que los imparte (públi­ca o pri­va­da). Tan­to en las uni­ver­si­dades públi­cas como en las pri­vadas, la cuan­tía que el alum­no pague vari­ará en fun­ción del número de crédi­tos de los que se matricule, de la car­rera elegi­da y del rendimien­to académi­co, ya que se pro­ducen recar­gos al matric­u­larse por segun­da o pos­te­ri­ores veces de una o más asignaturas.

En las uni­ver­si­dades pri­vadas, los pre­cios de todos sus títu­los, sean ofi­ciales o pro­pios, son estable­ci­dos por la mis­ma uni­ver­si­dad. El coste de matrícu­la para los estu­dios de gra­do, máster o doc­tor­a­do puede oscilar entre 5.000 y 15.000 euros por cur­so académi­co, según la modal­i­dad de estu­dio e insti­tu­ción elegi­da, y de acuer­do con datos ofre­ci­dos por la Fun­dación Universidad.es, un organ­is­mo pro­movi­do por el Gob­ier­no cen­tral, con­jun­ta­mente con los gob­ier­nos regionales y las propias universidades,

En las uni­ver­si­dades públi­cas, los pre­cios de todos sus títu­los ofi­ciales se estable­cen por decre­to en cada comu­nidad autóno­ma, den­tro de los límites fija­dos por la Con­fer­en­cia Gen­er­al de Políti­ca Uni­ver­si­taria. Por el con­trario, el pre­cio de los títu­los pro­pios lo decide la mis­ma uni­ver­si­dad que los imparte y no poseen ningún límite.

En el cur­so académi­co 2013–2014, y según la mis­ma fuente, el coste de la matrícu­la de estu­dios de gra­do osciló en las uni­ver­si­dades públi­cas españo­las aprox­i­mada­mente entre 750 y 2.400 euros por cur­so. Los pre­cios de la matrícu­la de los másteres uni­ver­si­tar­ios y de los doc­tor­a­dos de las uni­ver­si­dades públi­cas esta­ban den­tro de una horquil­la fija­da entre 17 euros y 65 euros por crédi­to. Un crédi­to europeo equiv­ale a entre 25 y 30 horas de tra­ba­jo del estudiante.

Becas insuficientes

El men­ciona­do informe Estu­di­ar en Europa: pre­cios de matrícu­las y becas en las uni­ver­si­dades euro­peas clasi­fi­ca la trein­te­na de sis­temas uni­ver­si­tar­ios europeos, nacionales y regionales, anal­iza­dos en tres bol­sas según el pre­cio de las tit­u­la­ciones: los que ofre­cen gra­dos gra­tu­itos –8 país­es, entre los cuales están Dina­mar­ca, Esto­nia, Gre­cia y Sue­cia–; los esta­dos en los que el pre­cio máx­i­mo ron­da a los 1.000 euros –11 país­es, entre ellos Fran­cia, Islandia, Bél­gi­ca y Polo­nia–, y el grupo más caro, for­ma­do por país­es anglosajones y de la Europa del Este, con pre­cios de entre 2.000 y 18.000 euros. España se incluiría en la parte alta del segun­do grupo, con una media de 1.400 euros al año de pre­cio de grado.

Según explicó el autor del informe y pro­fe­sor de la Uni­ver­si­tat de Barcelona (UB) Enric Tel­lo, los datos refle­jan que, a excep­ción del Reino Unido –66% de becas–, el resto de país­es más caros no com­pen­san sufi­cien­te­mente los altos pre­cios de los estu­dios supe­ri­ores con becas, ya que en España, por ejem­p­lo, solo cobran estas ayu­das el 23% de los estu­di­antes, mien­tras que en los esta­dos del primer grupo «pagan a los alum­nos para tra­ba­jar» con becas-salario al 100% de los alum­nos en algunos casos.

La het­ero­genei­dad del ter­cer grupo, añade Tel­lo, se expli­ca por «las políti­cas neolib­erales» empleadas en país­es anglosajones o bien, como es el caso de la Europa del Este, porque «son democ­ra­cias muy débiles con sociedades civiles destrozadas que no son sufi­cien­te­mente potentes para defenderse».

Según Tel­lo, el esce­nario que ilus­tran estos datos, con el incre­men­to de pre­cios sin la cor­re­spon­di­ente com­pen­sación de becas, es que «se refuerza la ten­den­cia hacia una sociedad mucho más desigual», a través de políti­cas que restrin­gen el acce­so a la uni­ver­si­dad, a pesar de que el dis­cur­so ofi­cial es que se avan­za «hacia la sociedad del conocimiento».

Las dos posturas

Con la refor­ma aproba­da este viernes, el Gob­ier­no ase­gu­ra que pre­tende «flex­i­bi­lizar la ofer­ta académi­ca y facil­i­tar la con­ver­gen­cia de los gra­dos españoles con los itin­er­ar­ios uni­ver­si­tar­ios de la may­oría de país­es europeos, con el obje­ti­vo de facil­i­tar la movil­i­dad». Según el Min­istro de Edu­cación, José Igna­cio Wert, una may­or seme­jan­za de la estruc­tura de los estu­dios facil­i­tará tan­to que estu­di­antes extran­jeros acu­d­an a realizar sus estu­dios a España como que los españoles puedan cur­sar estu­dios en otras universidades.

Los sindi­catos de estu­di­antes, así como diver­sos colec­tivos docentes, la oposi­ción y movimien­tos como Marea Verde, han crit­i­ca­do la refor­ma por, entre otras cosas, enten­der que, si se pasa a tres años de gra­do y dos de máster, se incre­men­tará el gas­to de las famil­ias, ya que los post­gra­dos tienen unas tasas más altas. El Gob­ier­no responde que solo un 20% de los estu­di­antes cur­san másteres no oblig­a­to­rios. Pero la nue­va medi­da puede hac­er, según sus críti­cos, que a par­tir de aho­ra sean menos aún, con la con­se­cuente pér­di­da de niv­el formativo.

Anto­nio Cas­tro, rep­re­sen­tante de Marea Verde, indi­ca que la refor­ma es «una for­ma indi­rec­ta de con­tribuir a la finan­ciación de la uni­ver­si­dad pri­va­da»; Gon­za­lo Elbert, de la Asam­blea Estatal de Rep­re­sen­tantes de Estu­di­antes (AERE), denun­cia que con esta refor­ma, las famil­ias pagarán cua­tro veces más para recibir la mis­ma educación.

Según el sindi­ca­to ANPE, la implantación de este real decre­to va a gener­ar inesta­bil­i­dad en el pro­fe­so­ra­do y en la orga­ni­zación de los cen­tros uni­ver­si­tar­ios. «Pero lo más grave es que reper­cu­tirá en el alum­na­do, en su for­ma­ción y en el coste de sus estu­dios. Esta refor­ma gener­ará nuevas dis­fun­ciones en el sis­tema uni­ver­si­tario al intro­ducir mod­i­fi­ca­ciones que per­mi­tirán que un mis­mo títu­lo ten­ga difer­ente duración y car­ga lec­ti­va en cada uni­ver­si­dad», añade. CC OO, UGT, CSIF y Con­fed­eración Inter­sindi­cal Gal­le­ga (CIG) rec­haz­an asimis­mo la refor­ma porque, además, creen que no ha tenido «debate políti­co ni social».

La Con­fer­en­cia de Rec­tores de Uni­ver­si­dades Españo­las (CRUE) tam­bién se opone. A su pare­cer, sería «impru­dente» cam­biar el sis­tema de tit­u­la­ciones uni­ver­si­tarias cuan­do ape­nas han ter­mi­na­do sus estu­dios las primeras gen­era­ciones del Plan Bolo­nia, y cuan­do aún quedan inclu­so estu­di­antes del plan ante­ri­or. Además, los rec­tores dicen que no se han hecho estu­dios pre­vios a la aprobación de la nue­va nor­ma­ti­va, y que ésta gener­ará «caos» en las uni­ver­si­dades y el pro­ce­so de reconocimien­to de los títulos.

En tér­mi­nos pare­ci­dos se ha pro­nun­ci­a­do el Con­se­jo de Esta­do, que recomendó en su día al Gob­ier­no aplazar la refor­ma, ya que el actu­al sis­tema de gra­dos se ter­minó de implan­tar en España en 2010, por lo que las primeras gen­era­ciones se grad­uaron en 2014. El Con­se­jo de Esta­do, al igual que los rec­tores y los alum­nos, con­sid­era que el hecho de que una car­rera dure tres años en una uni­ver­si­dad y cua­tro en otra puede supon­er una gran con­fusión para la ciu­dadanía y para los empleadores.

El PSOE, por su parte, crit­i­ca la posi­ble «elim­i­nación de car­reras» y la «deval­u­ación del títu­lo de gra­do» al con­tar con un año menos de apren­diza­je, y teme que se pro­duz­can recortes en el pro­fe­so­ra­do al reducirse el número de horas lec­ti­vas. IU denun­cia «costes ina­sum­i­bles» en másteres nece­sar­ios para com­ple­tar la for­ma­ción uni­ver­si­taria y ase­gu­ra que las tit­u­la­ciones de gra­do no serán sufi­cientes para adquirir la cual­i­fi­cación impre­scindible para desem­peñar una pro­fe­sión de alta cual­i­fi­cación en el ter­reno lab­o­ral de la abo­gacía, el peri­odis­mo o la ingeniería».

Mien­tras, el Gob­ier­no insiste en que la implantación de los gra­dos es «vol­un­taria», como lo es tam­bién hac­er un máster, y sostiene que «solo en el 10% de los supuestos» se pide un máster para acced­er a un trabajo.

El Ejec­u­ti­vo desta­ca asimis­mo que España optó por un «sis­tema rígi­do» durante la implantación de Bolo­nia, con gra­dos de cua­tro años y másteres de uno, mien­tras que «país­es más avan­za­dos» pre­firieron un sis­tema más flex­i­ble en el que los gra­dos duran tres, cua­tro o cin­co años y los másteres entre uno y dos.

Según la sec­re­taria de Esta­do de Edu­cación, Uni­ver­si­dades y For­ma­ción Pro­fe­sion­al, Mon­ser­rat Gomen­dio, la refor­ma per­mi­tirá ahor­rar a los estu­di­antes, ya que el sis­tema actu­al los oblig­a­ba a cur­sar un año más, con el con­sigu­iente gas­to en tasas uni­ver­si­tarias (que cal­cu­la en unos 150 mil­lones de euros), man­ten­imien­to y transporte.


Más infor­ma­ción: Claves: un remien­do al ‘plan Bolo­nia’ con gra­dos de tres años, ‘ahor­ro’, másteres y «con­fusión»

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