Borrón y cuenta nueva para 5 millones de ‘sin papeles’: las claves de la reforma de Obama

Miguel Máiquez, 23/11/2014

«A Astrid Sil­va la tra­jeron a Esta­dos Unidos cuan­do tenía cua­tro años de edad. Sus úni­cas pos­e­siones eran una cruz, su muñe­ca y el vesti­do con volantes que llev­a­ba puesto, hecho por su madre. Cuan­do comen­zó la escuela no habla­ba nada de inglés. Para pon­erse al niv­el de los otros niños leía el per­iódi­co y veía la PBS. Se con­vir­tió en una bue­na estu­di­ante. Su padre tra­ba­ja­ba como jar­dinero. Su madre limpia­ba casas de otras per­sonas. Ellos no querían que Astrid pre­sen­tase una solic­i­tud para ingre­sar a una escuela de tec­nología por temor a que los trámites rev­e­laran que era una inmi­grante indoc­u­men­ta­da. Astrid pre­sen­tó la solic­i­tud a sus espal­das, e ingresó, pero sigu­ió vivien­do en las som­bras. Has­ta que su abuela, que venía de visi­ta todos los años des­de Méx­i­co, fal­l­e­ció, y Astrid no pudo asi­s­tir al funer­al por el ries­go de ser des­cu­bier­ta y depor­ta­da. Fue entonces cuan­do decidió abog­ar por sí mis­ma y por otros como ella. Hoy Astrid Sil­va está estu­dian­do para obten­er su ter­cer títu­lo. ¿Somos una nación que echa a una inmi­grante esper­an­za­da que se esfuerza, como Astrid, o somos una nación que encuen­tra una man­era de acogerla?».

Como suele hac­er para dar val­or humano a sus dis­cur­sos, Barack Oba­ma eligió una his­to­ria per­son­al, la de la inmi­grante indoc­u­men­ta­da Astrid Sil­va, en este caso, para reforzar sus argu­men­tos. El pres­i­dente de Esta­dos Unidos acaba­ba de anun­ciar, por la tele­visión y en horario de máx­i­ma audi­en­cia (aunque sólo Uni­visión y la públi­ca PBS lo retrans­mi­tieron en direc­to) una acción ejec­u­ti­va y al mar­gen del Con­gre­so por la que unos cin­co mil­lones de inmi­grantes indoc­u­men­ta­dos ten­drán la opor­tu­nidad de reg­u­larizar su situación de man­era tem­po­ral y evi­tar, así, ser depor­ta­dos. El aliv­io para estas per­sonas es real­mente impor­tante, tenien­do en cuen­ta que el Gob­ier­no del pro­pio Oba­ma posee una cifra récord de deporta­ciones, con unas 400.000 al año.

La medi­da, anun­ci­a­da ofi­cial­mente el pasa­do jueves, no es aplic­a­ble a todos los ‘sin pape­les’, tiene condi­ciones y no supone, en cualquier caso, la obten­ción de la ciu­dadanía. Sí es, no obstante, lo sufi­cien­te­mente impor­tante como para inyec­tar una bue­na dosis de esper­an­za a la comu­nidad lati­na (los his­panos serán los prin­ci­pales ben­e­fi­ci­a­dos), y como para provo­car el rec­ha­zo frontal de la oposi­ción repub­li­cana, que no ha tar­da­do en tachar al pres­i­dente de «emper­ador», «dic­ta­dor» y «monar­ca».

Batalla política

El paso ade­lante dado por Oba­ma, quien no se jue­ga la reelec­ción al estar ya en su segun­do y últi­mo manda­to, se pro­duce en un momen­to rel­e­vante des­de el pun­to de vista políti­co, al haber per­di­do el Par­tido Demócra­ta la may­oría, tan­to en el Con­gre­so como en el Sena­do, en las recién cel­e­bradas elec­ciones de mitad de leg­is­latu­ra.

La refor­ma migra­to­ria fue una de las prome­sas de Oba­ma durante la cam­paña elec­toral que le llevó a la Casa Blan­ca, en 2008, pero sus esfuer­zos por que el Con­gre­so la saque ade­lante han caí­do en saco roto. El día después de los últi­mos comi­cios, el pres­i­dente anun­ció que no esta­ba dis­puesto a seguir esperan­do, y que apro­baría una serie de medi­das por decre­to (acción ejec­u­ti­va). Y eso es lo que ha hecho. En real­i­dad se tra­ta de una mini-refor­ma que no afec­ta a aspec­tos como la ciu­dadanía o la res­i­den­cia per­ma­nente, porque Oba­ma no puede lle­gar tan lejos con la ley en la mano. Ese tipo de medi­das han de ser aprobadas en el Congreso.

El may­or peli­gro para el pres­i­dente aho­ra es enfrentarse a un blo­queo en las cámaras, que estarán en manos repub­li­canas a par­tir del mes de enero. Las posi­bil­i­dades de que Oba­ma pue­da pasar cualquier otra ley impor­tante son aho­ra mucho menores, y el ries­go de que el país se enfrente a un nue­vo cierre del Gob­ier­no son mucho may­ores. El pro­pio Oba­ma lo advertía ya en su dis­cur­so del jueves: «No per­mi­tan que un desacuer­do sobre un solo prob­le­ma sea el moti­vo de rup­tura con respec­to a todos los prob­le­mas. Así no es como fun­ciona nues­tra democ­ra­cia, y no hay duda algu­na de que el Con­gre­so no debería cer­rar de nue­vo nues­tra admin­is­tración sim­ple­mente porque no esta­mos de acuer­do en esto».

De momen­to, la may­oría repub­li­cana de la Cámara de Rep­re­sen­tantes ha pre­sen­ta­do ya, este mis­mo viernes, una deman­da con­tra el Gob­ier­no de Oba­ma en una corte fed­er­al por los cam­bios intro­duci­dos en la refor­ma san­i­taria, dis­puestos tam­bién por el gob­er­nante sin la autor­ización del Congreso.

«Una nación de inmigrantes»

«Somos y siem­pre ser­e­mos una nación de inmi­grantes», insis­tió el pres­i­dente durante su com­pare­cen­cia, en una afir­ma­ción tópi­ca, pero car­ga­da aho­ra de sig­nifi­ca­do para un país donde amplios sec­tores de la población pare­cen haber olvi­da­do sus orígenes.

Hace dos años, la Ofic­i­na del Cen­so de Esta­dos Unidos hizo públi­co un estu­dio según el cual, «por primera vez», la may­oría de los niños y niñas menores de un año de edad en este país no son de raza blan­ca o descen­di­entes de europeos, sino hijos de gru­pos minori­tar­ios (his­panos, negros, asiáti­cos…). Entre las muchas reac­ciones que sus­citó el dato, una viñe­ta del humorista grá­fi­co Matt Bors puso los pun­tos sobre las íes al mostrar a dos nativos indí­ge­nas escuchan­do la noti­cia en la radio, y a uno de ellos dicien­do: «Por segun­da vez».

La decisión de Oba­ma está aún lejos de recono­cer uni­ver­salmente la con­tribu­ción de cualquier per­sona a la sociedad, más allá del lugar donde, por azar, haya naci­do, o de los pape­les que ten­ga. Mil­lones de inmi­grantes irreg­u­lares seguirán con­de­na­dos a vivir al mar­gen de la ley y con la ame­naza con­stante de la deportación. Pero, como señal­a­ba a la agen­cia Efe Nita González, direc­to­ra del Foro Lati­no Col­orado, «aunque esta acción ejec­u­ti­va no es un susti­tu­to de nuevas leyes inmi­gra­to­rias, sí servirá para cam­biar la vida diaria de muchas famil­ias y de tra­ba­jadores inmigrantes».

Estas son las claves de las medi­das anun­ci­adas por el pres­i­dente de EE UU, su alcance, los afec­ta­dos, el con­tex­to legal y políti­co y las posi­bles consecuencias.

¿En qué consiste el decreto de Obama?

El plan anun­ci­a­do por el pres­i­dente de EE UU ben­e­fi­cia­rá a los indoc­u­men­ta­dos que ten­gan hijos que son ciu­dadanos esta­dounidens­es o res­i­dentes per­ma­nentes, y que demuestren que lle­van en el país des­de antes del 1 de enero de 2010 y care­cen de antecedentes crim­i­nales. Estos indoc­u­men­ta­dos evi­tarán la ame­naza de la deportación por tres años y podrán obten­er un per­miso de trabajo.

Además de ten­er que demostrar que lle­van al menos cin­co años en el país, los poten­ciales ben­e­fi­cia­r­ios deberán demostrar tam­bién que su hijo nació antes del anun­cio del pres­i­dente. Asimis­mo, deberán some­terse a una ver­i­fi­cación de sus antecedentes crim­i­nales y pagar una serie de tasas.

No podrán ben­e­fi­cia­rse del pro­gra­ma las per­sonas que hayan sido depor­tadas pre­vi­a­mente, las que hayan sido depor­tadas y hayan regre­sa­do a Esta­dos Unidos sin autor­ización y aque­l­los que hayan cometi­do deli­tos graves.

La orden ejec­u­ti­va no suple la prop­ues­ta de ley, blo­quea­da en el Con­gre­so, de refor­mar el sis­tema migra­to­rio del país.

¿A cuántas personas afecta?

La medi­da ben­e­fi­cia­rá a al menos 5 mil­lones de los más de 11 mil­lones de indoc­u­men­ta­dos que res­i­den en Esta­dos Unidos.

Según fuentes de la Casa Blan­ca, alrede­dor de 4 mil­lones de ‘sin pape­les’ podrán acogerse a este nue­vo plan, mien­tras que el mil­lón restante se verá pro­te­gi­do por otras acciones como la ampliación de la Con­sid­eración de Acción Diferi­da (DACA, por sus siglas en inglés), un pro­gra­ma de 2012 para evi­tar la deportación de jóvenes que lle­garon al país sien­do niños.

La DACA tenía has­ta aho­ra dos req­ui­si­tos bási­cos: ser menor de 31 años y haber entra­do en el país antes del 15 de junio de 2007. De acuer­do con la Casa Blan­ca, con las medi­das ejec­u­ti­vas de Oba­ma este pro­gra­ma ben­e­fi­cia­rá aho­ra a todos los jóvenes que lle­garon a EE UU antes de cumplir 16 años y con ante­ri­or­i­dad al 1 de enero de 2010, con inde­pen­den­cia de la edad que ten­gan actualmente.

La Casa Blan­ca cal­cu­la que de los cam­bios en la DACA podrán ben­e­fi­cia­rse al menos otros 270.000 jóvenes indoc­u­men­ta­dos. Se había espec­u­la­do con que las medi­das ejec­u­ti­vas de Oba­ma iban a abar­car tam­bién a los padres de los ben­e­fi­cia­r­ios de la DACA, pero la Casa Blan­ca ha expli­ca­do que ello «va más allá de la autori­dad legal» del pres­i­dente para actu­ar por decreto.

¿A partir de cuándo?

El Ser­vi­cio de Inmi­gración y Ciu­dadanía (USCIS) no empezará a acep­tar solic­i­tudes al menos has­ta prin­ci­p­ios de 2015.

¿De dónde proceden estos inmigrantes y dónde están?

La may­oría de los inmi­grantes indoc­u­men­ta­dos que res­i­den en Esta­dos Unidos son de ori­gen his­pano, y, de ellos, en torno a la mitad proce­den de México.

El esta­do con may­or pro­por­ción de tra­ba­jadores irreg­u­lares es Neva­da, donde, según datos de 2010 pub­li­ca­dos por el Pew His­pan­ic Cen­ter, el 10% de las 1.367.000 per­sonas que com­ponían su mano de obra esta­ban en situación ile­gal. Tras Neva­da se sitúan Cal­i­for­nia, con el 9,7%; Texas, con el 9%; Ari­zona, con el 7,4%; Geor­gia, con el 7 %; Flori­da, con el 6,6%, y Mary­land, con el 6,2%.

Estas cifras dan idea del impacto y la trascen­den­cia que la inmi­gración ile­gal tiene en la economía esta­dounidense, no sólo como mano de obra y con­sum­i­dores, sino como pagadores de impuestos y recep­tores de servicios.

En cuan­to a la población his­pana en gen­er­al res­i­dente en el país, y según datos del Cen­so de 2012, el 64% son mex­i­canos, el 9,4% puer­tor­riqueños, el, 3,8% sal­vadoreños, el 3,7% cubanos, el 3,1% domini­canos y el 2,3% guatemaltecos.

¿Quiénes son «los soñadores»?

«Soñadores» (dream­ers en inglés) es como se conoce en EE UU a los jóvenes indoc­u­men­ta­dos que lle­garon ile­gal­mente cuan­do eran menores de edad, y que se han cri­a­do y edu­ca­do en el país, pero que, por su condi­ción de indoc­u­men­ta­dos, habían vis­to trun­ca­dos sus sueños de estu­di­ar en la uni­ver­si­dad o de tra­ba­jar legalmente.

Gra­cias a la men­ciona­da DACA, unos 600.000 jóvenes indoc­u­men­ta­dos han podi­do obten­er un per­miso de tra­ba­jo, sacarse el car­net de con­ducir y estu­di­ar en la uni­ver­si­dad. Este pro­gra­ma les garan­ti­za que durante un peri­o­do de dos años, pror­ro­gables, no serán depor­ta­dos a sus país­es de ori­gen, pero no les con­cede la res­i­den­cia legal.

Los padres indoc­u­men­ta­dos de los «soñadores» viv­en aho­ra una mez­cla de sen­timien­tos: sus hijos seguirán pro­te­gi­dos bajo la DACA, pero sus esper­an­zas de salir de las som­bras se han desvaneci­do al no haber sido inclu­i­dos en la acción ejec­u­ti­va del pres­i­dente Oba­ma, ya que sus hijos no son ciu­dadanos esta­dounidens­es o con res­i­den­cia legal.

¿Se frenarán las deportaciones?

No. Pero, por manda­to de Oba­ma, el Depar­ta­men­to de Seguri­dad Nacional (DHS) elab­o­rará una nue­va guía de acción para que la políti­ca de deporta­ciones se cen­tre en los crim­i­nales, las per­sonas con deli­tos vin­cu­la­dos a la seguri­dad nacional (sospe­chosos de ter­ror­is­mo, por ejem­p­lo) y aque­l­los que cruzaron la fron­tera des­de el 1 de enero pasa­do. Quienes hayan cruza­do la fron­tera a par­tir de esa fecha serán con­sid­er­a­dos casos de «pri­or­i­dad» para su expulsión.

La Casa Blan­ca ha desta­ca­do que las acciones que está adop­tan­do el pres­i­dente «aumen­tan las posi­bil­i­dades de que cualquier per­sona que intente cruzar la fron­tera ile­gal­mente sea cap­tura­da y expulsada».

Durante el Gob­ier­no de Oba­ma, las deporta­ciones han alcan­za­do nive­les récord, con unas 400.000 al año. Ello ha gen­er­a­do muchas críti­cas entre los activis­tas defen­sores de los inmi­grantes. El may­or número de deporta­ciones se pro­du­jo en 2012, cuan­do fueron expul­sadas 410.000 per­sonas, alrede­dor del doble que en 2003. Un informe de 2013 del Ser­vi­cio de Inmi­gración y Con­trol de Adu­a­nas de EE UU señal­a­ba que alrede­dor de 369.000 inmi­grantes irreg­u­lares fueron depor­ta­dos durante ese año. La may­oría de los depor­ta­dos, 241.493, eran mex­i­canos. Del resto de nacional­i­dades desta­can guatemal­te­cos (47.769), hon­dureños (37.049), y sal­vadoreños (21.602).

En la últi­ma déca­da se han dupli­ca­do los recur­sos fed­erales para seguri­dad fron­ter­i­za y para cubrir los suel­dos de los emplea­d­os, inclu­i­dos los 22.000 agentes de la Patrul­la Fron­ter­i­za, las 700 mil­las de cer­ca en la fron­tera con Méx­i­co, y ocho sis­temas de aviones no tripulados.

¿Qué mecanismos de control habrá?

El Gob­ier­no advierte que revis­ará cada caso cuida­dosa­mente y, como sucede con cualquier otra solic­i­tud de inmi­gración, recuer­da que ocul­tar hechos o fal­tar a la ver­dad puede ser moti­vo para la aper­tu­ra de una causa penal y la posi­ble expul­sión del país. El Gob­ier­no tam­bién advierte a quienes van a solic­i­tar acogerse al pro­gra­ma de que estén aten­tos a posi­bles estafas de per­sonas que se ofrez­can a ayu­dar­les como inter­me­di­ar­ios con los ser­vi­cios de inmigración.

Por su parte, el Depar­ta­men­to de Seguri­dad Nacional lle­vará a cabo un plan para for­t­ale­cer la fron­tera sur y los esfuer­zos de las agen­cias que tra­ba­jan en ase­gu­rar los límites ter­ri­to­ri­ales. El Depar­ta­men­to de Jus­ti­cia realizará una serie de refor­mas en las cortes de inmi­gración para desa­tas­car los casos pen­di­entes, y tra­ba­jará con el DHS para adju­dicar más ráp­i­da­mente los casos de los indi­vid­u­os que cumplen con las nuevas pri­or­i­dades de expul­sión y cer­rar los casos de indi­vid­u­os que no son con­sid­er­a­dos prioritarios.

El Depar­ta­men­to de Tra­ba­jo, por últi­mo, aumen­tará las opciones de pro­tec­ción de las víc­ti­mas de deli­tos y de trá­fi­co de per­sonas que coop­eren en inves­ti­ga­ciones del Gobierno.

¿Cuáles son las medidas adicionales del plan?

  • El sis­tema actu­al de visas y per­misos de res­i­den­cia ten­drá en espe­cial con­sid­eración a emprende­dores extran­jeros que per­mi­tan atraer inver­sión y crear empleos en el país, así como a estu­di­antes de cam­pos como tec­nología, inge­niería, cien­cia y matemáticas.
  • Se creará un mecan­is­mo para que los inmi­grantes pasen un con­trol de antecedentes penales y entren en el sis­tema de pago de impuestos.
  • Se reforzará la políti­ca exis­tente para pro­por­cionar ayu­das a los cónyuges e hijos de ciu­dadanos esta­dounidens­es que bus­can alis­tarse en el Ejército.
  • Se ampli­arán los per­misos de via­je al país de ori­gen mien­tras los solic­i­tantes esper­an la con­ce­sión de per­miso de res­i­den­cia legal.

¿Se ha excedido Obama en su autoridad?

Para los repub­li­canos, que le acu­san de no estar actuan­do como un pres­i­dente someti­do a las reglas rep­re­sen­ta­ti­vas de una democ­ra­cia, sí. Pero lo cier­to es que la ley le per­mite apro­bar este tipo de decre­tos ejec­u­tivos, y que Oba­ma no ha anun­ci­a­do ningu­na medi­da cuya imple­mentación ten­ga que ser rat­i­fi­ca­da nece­sari­a­mente por el Congreso.

Así lo recordó el pro­pio Oba­ma en Las Vegas un día después de anun­ciar su plan: «He habla­do con todos los exper­tos legales, con la Ofic­i­na de Asesoría Legal… No podemos hac­er todo lo que quer­e­mos, pero sí me han dicho lo que puedo hac­er», dijo.

¿Qué es una orden ejecutiva?

Es una medi­da que puede fir­mar el pres­i­dente de Esta­dos Unidos para leg­is­lar por decre­to o para mod­i­ficar la apli­cación de una ley ya existente.

¿Puede revocarse?

La medi­da puede ser recur­ri­da en los tri­bunales, y puede ser tam­bién revo­ca­da por el suce­sor del pres­i­dente. Tam­bién podría ser blo­quea­da por el Con­gre­so si se le nie­gan los fon­dos pre­supues­tar­ios nece­sar­ios para aplicarla.

¿Hay precedentes?

Oba­ma no es el primer pres­i­dente que uti­liza sus poderes ejec­u­tivos para hac­er cam­bios políti­cos lim­i­ta­dos cuan­do no puede lograr una mod­i­fi­cación más per­ma­nente a través del Con­gre­so. De hecho, el Con­se­jo para la Migración Esta­dounidense, una orga­ni­zación no guber­na­men­tal con sede en Wash­ing­ton, detal­ló en un informe pub­li­ca­do el pasa­do mes de octubre que todos los pres­i­dentes (repub­li­canos y demócratas) des­de 1956 –cuan­do Dwight Eisen­how­er esta­ba en el poder– han aproba­do ben­efi­cios migra­to­rios tem­po­rales para diver­sos gru­pos. En con­cre­to, el informe con­tabi­liza un total de 39 decre­tos ejec­u­tivos des­de esa fecha des­ti­na­dos a suavizar la ley migratoria.

Entre los prece­dentes recientes más impor­tantes se encuen­tran las ayu­das y medi­das de asis­ten­cia dec­re­tadas por el pres­i­dente Kennedy para los miles de cubanos que huyeron del rég­i­men de Cas­tro en 1961; los per­misos espe­ciales con­ce­di­dos a refu­gia­dos viet­na­mi­tas por los pres­i­dentes Ford y Carter entre 1975 y 1979, como con­se­cuen­cia de la vic­to­ria del rég­i­men comu­nista de Viet­nam del Norte en la guer­ra; la acogi­da dec­re­ta­da por Carter para unos 25.000 haitianos que lle­garon a Flori­da en 1980, escapan­do de la pobreza en su país tras la dic­tadu­ra de Duva­lier; la reg­u­lar­ización por parte de Ronald Rea­gan de 200.000 refu­gia­dos nicaragüens­es en 1987; la pro­tec­ción otor­ga­da tam­bién por Rea­gan a los hijos menores de padres recien­te­mente reg­u­lar­iza­dos (una medi­da que fue rat­i­fi­ca­da por George H. W. Bush en 1990, ben­e­fi­cian­do a 1,5 mil­lones de per­sonas); o la decisión de Bill Clin­ton en 1997 de no depor­tar a entre 20.000 y 40.000 refu­gia­dos haitianos.

¿En qué se centran las críticas entonces?

Para los repub­li­canos, la difer­en­cia entre decre­tos ejec­u­tivos aproba­dos ante­ri­or­mente y el anun­ci­a­do aho­ra por Oba­ma se encuen­tra, prin­ci­pal­mente, en la mag­ni­tud. La medi­da de Oba­ma ha sido cal­i­fi­ca­da como el prin­ci­pal cam­bio en tres décadas en la políti­ca migra­to­ria estadounidense.

En este sen­ti­do, los exper­tos legales (y críti­cos con la políti­ca de Oba­ma) John Mal­colm y Hans von Spakovsky indi­can que, mien­tras que Bush padre y Ronald Rea­gan hicieron «cor­rec­ciones admin­is­tra­ti­vas», Oba­ma está actuan­do «en con­tra de la vol­un­tad del Con­gre­so». «Rea­gan y Bush tra­ba­jaron de cer­ca con el Con­gre­so para imple­men­tar la leg­is­lación com­ple­ta que el Con­gre­so había aproba­do (en el caso de Rea­gan) o apro­baría poco después (en el caso de Bush), Oba­ma está evi­tan­do al Con­gre­so total­mente», señalan, aña­di­en­do que el pres­i­dente está «cam­bian­do leyes exis­tentes de man­era incon­sti­tu­cional, e imponien­do nuevas que han sido rec­haz­adas explíci­ta­mente por el Con­gre­so una y otra vez».

Los repub­li­canos ase­gu­ran que la «con­ce­sión de dere­chos» a inmi­grantes que han entra­do ile­gal­mente se tra­ducirá un efec­to lla­ma­da, atrayen­do a más inmi­grantes indoc­u­men­ta­dos al país. El líder de la Cámara de Rep­re­sen­tantes, el repub­li­cano John Boehn­er, acusó el viernes al pres­i­dente de actu­ar como un «emper­ador o un rey»: «En lugar de tra­ba­jar jun­tos para arreglar nue­stro sis­tema migra­to­rio fal­li­do, el pres­i­dente actúa por su cuen­ta. Y así no es como fun­ciona una democ­ra­cia», dijo.

¿Cuáles son los argumentos de Obama?

El pres­i­dente expu­so sus razones en el dis­cur­so pro­nun­ci­a­do el pasa­do jueves:

  • «Somos un país de inmi­grantes. Las inmi­gración nos define como país».
  • «Nue­stro sis­tema de inmi­gración no fun­ciona […]. Los inmi­grantes indoc­u­men­ta­dos que deses­per­ada­mente quieren abrazar sus respon­s­abil­i­dades no ven más opción que per­manecer en las som­bras, o arries­garse a que sus famil­ias se vean separadas».
  • «Si la Cámara de Rep­re­sen­tantes hubiese per­mi­ti­do a ese tipo de proyec­to de ley una sim­ple votación a favor o en con­tra, habría sido aproba­do con el apoyo de ambos par­tidos, y hoy en día sería la ley. Pero durante un año y medio, los líderes repub­li­canos de la Cámara se han nega­do a per­mi­tir esa sim­ple votación».
  • «Las acciones que estoy toman­do no sólo son legales, son los tipos de medi­das adop­tadas por cada pres­i­dente repub­li­cano y cada pres­i­dente demócra­ta durante el últi­mo medio siglo. Y para aque­l­los miem­bros del Con­gre­so que cues­tio­nan mi autori­dad para hac­er que nue­stro sis­tema de inmi­gración fun­cione mejor, o cues­tione mi juicio de actu­ar en donde el Con­gre­so ha fal­la­do, yo ten­go una respues­ta: Aprueben una ley».
  • «No es una amnistía. Amnistía es el sis­tema que ten­emos hoy, en el que mil­lones de per­sonas viv­en aquí sin pagar impuestos o estar al día con la ley, mien­tras los políti­cos uti­lizan el prob­le­ma para asus­tar a la gente y obten­er votos en las elec­ciones. Esa es la ver­dadera amnistía, dejar el sis­tema como está, roto».
  • «La amnistía gen­er­al sería injus­ta. La deportación total sería a la vez imposi­ble y con­traria a nue­stro carác­ter como nación. Lo que estoy descri­bi­en­do es respon­s­abil­i­dad, abor­dar el tema con sen­ti­do común y lle­gan­do a un jus­to medio: Si ust­ed cumple con los cri­te­rios, puede salir de las som­bras y estar den­tro de la ley. Si ust­ed es un crim­i­nal, sera depor­ta­do. Y sepa que si está pen­san­do en entrar en EE UU ile­gal­mente, han aumen­ta­do las posi­bil­i­dades de que sea cap­tura­do y envi­a­do de regreso».

¿Qué dicen las encuestas?

La opinión públi­ca esta­dounidense parece estar muy divi­di­da. Según una encues­ta pub­li­ca­da el pasa­do mes de sep­tiem­bre por el diario The New York Times y la cade­na de tele­visión CBS, el 51% de los ciu­dadanos entre­vis­ta­dos apoy­a­ban la fir­ma de un decre­to pres­i­den­cial por parte de Oba­ma en mate­ria de inmi­gración ante la fal­ta de res­olu­ción en el Congreso.

¿Qué consecuencias electorales puede haber?

Los próx­i­mos comi­cios pres­i­den­ciales de 2016 serán muy difer­entes a las recién cel­e­bradas elec­ciones leg­isla­ti­vas, una cita de carác­ter más bien local, en la que los repub­li­canos cosecharon una apab­ul­lante vic­to­ria, gra­cias, según los anal­is­tas, a la baja par­tic­i­pación (menos de un 36%), a la may­or edad de los votantes (sólo acud­ió a las urnas el 21% de los jóvenes con dere­cho a voto) y al may­ori­tario ori­gen blan­co-europeo de los electores.

En las elec­ciones de 2016, sin embar­go, el peso de las minorías volverá a ser clave. Por un lado, los afroamer­i­canos, muchos de los cuales no votaron el pasa­do día 4, con­sti­tuyen casi un cuar­to del Par­tido Demócra­ta. Por otro, el poder deci­si­vo de los lati­nos es cada vez may­or. Según una encues­ta del Cen­tro de Inves­ti­gación Pew, el voto his­pano al Par­tido Repub­li­cano en 2016 caerá del 36% al 30%, mien­tras que el por­centa­je de his­panos que votarán a los demócratas subirá del 62% al 68%. En las últi­mas elec­ciones pres­i­den­ciales Oba­ma obtu­vo el 71% del voto his­pano; el can­dida­to repub­li­cano, Mitt Rom­ney, el 27%.

Con la acción ejec­u­ti­va anun­ci­a­da este jueves, Oba­ma puede estar ase­gurán­dose más votos aún, sino para él mis­mo (éste es su últi­mo manda­to), sí para el futuro can­dida­to o can­di­da­ta de su par­tido. De hecho, la men­ciona­da encues­ta señala que para dos de cada tres his­panos la nue­va medi­da migra­to­ria es «impor­tante» o «muy importante».

¿Cuál ha sido el camino hasta aquí?

Una cronología del pro­ce­so políti­co que ha dado lugar a la aprobación del decre­to ejec­u­ti­vo sobre inmigración:

2012

  • 15 de junio. Oba­ma anun­cia la orden ejec­u­ti­va cono­ci­da como Acción Diferi­da (DACA).
  • 15 de agos­to. Entra en vig­or la DACA, que ha evi­ta­do la deportación de más de 580.000 jóvenes indoc­u­men­ta­dos. No obstante, solo un 55 % de los 1,2 mil­lones de poten­ciales ben­e­fi­cia­r­ios habían solic­i­ta­do ben­e­fi­cia­rse de esa medi­da has­ta agos­to pasa­do, de acuer­do con el Insti­tu­to de Políti­ca Migratoria.

2013

  • 28 de enero. El «Grupo de los 8», com­puesto por senadores demócratas y repub­li­canos, pre­sen­ta un con­jun­to de «prin­ci­p­ios» comunes para avan­zar hacia una refor­ma migra­to­ria inte­gral que incluya una vía a la ciu­dadanía para parte de los indocumentados.
  • 29 de enero. Oba­ma defiende una refor­ma que incluya el for­t­alec­imien­to de la seguri­dad fron­ter­i­za, una vía para la legal­ización y ciu­dadanía de los indoc­u­men­ta­dos, un sis­tema para ver­i­ficar el esta­tus migra­to­rio de los emplea­d­os y mejo­ras en el sis­tema de visas.
  • 27 de junio. El Sena­do aprue­ba con amplio con­sen­so bipar­tidista (68 votos a favor y 32 en con­tra) el proyec­to de ley para una refor­ma del «Grupo de los 8», respal­da­do por Oba­ma y que ni siquiera ha sido someti­do a voto en la Cámara de Representantes.

2014

  • 14 de mar­zo. Oba­ma encar­ga a su sec­re­tario de Seguri­dad Nacional, Jeh John­son, «una revisión» de las políti­cas de deportación para ase­gu­rarse de que «den­tro de los límites de la ley» se eje­cu­tan «de la for­ma más humana posi­ble». En esos momen­tos, con unas 1.000 deporta­ciones por día, la cifra total ron­da los dos mil­lones des­de que Oba­ma llegó a la Casa Blanca.
  • 28 de mayo. Oba­ma pide a John­son aplazar la pub­li­cación de esa revisión para dar espa­cio a una posi­ble aprobación de la refor­ma migra­to­ria en el Congreso.
  • 30 de junio. El pres­i­dente anun­cia que tomará medi­das ejec­u­ti­vas sobre inmi­gración antes de que ter­mine el ver­a­no, después de que el líder repub­li­cano John Boehn­er le comu­ni­ca que la cámara baja no va a votar la refor­ma este año.
  • 6 de sep­tiem­bre. Oba­ma decide retrasar el anun­cio de esas medi­das ejec­u­ti­vas has­ta después de las elec­ciones leg­isla­ti­vas del 4 de noviem­bre para no per­ju­dicar a los can­didatos demócratas que se jue­gan algo en esos comicios.
  • 4 de noviem­bre. En las elec­ciones leg­isla­ti­vas los repub­li­canos arrebatan el con­trol del Sena­do a los demócratas y ten­drán may­oría en ambas cámaras del Con­gre­so a par­tir de enero.
  • 5 de noviem­bre. Oba­ma reafir­ma que tomará acciones ejec­u­ti­vas para mejo­rar el sis­tema de inmi­gración antes de final de año, pero prom­ete que esas medi­das quedarán sin validez si el Con­gre­so aprue­ba una refor­ma migra­to­ria que cuente con su respaldo.

¿Qué ocurre con las leyes restrictivas de algunos estados?

En los últi­mos años la leg­is­lación nacional sobre inmi­gración ile­gal se ha vis­to desafi­a­da por la aprobación o pre­sentación de varias leyes emanadas de dis­tin­tos esta­dos, y que en muchos casos podrían lim­i­tar los dere­chos bási­cos de las per­sonas afectadas.

Des­de el Gob­ier­no cen­tral se sostiene que la Con­sti­tu­ción mar­ca que la inmi­gración es un asun­to fed­er­al que no puede estar suje­to a cam­bios por medi­das tomadas por los difer­entes esta­dos. Además, aso­cia­ciones de dere­chos civiles y de apoyo a inmi­grantes cues­tio­nan la con­sti­tu­cional­i­dad de los pun­tos más polémi­cos de estas nor­mas, como la oblig­a­to­riedad de por­tar doc­u­mentación, o la deten­ción por parte de la policía de per­sonas sospe­chosas de estar en situación irregular.

La primera de estas leyes fue la SB1070, impul­sa­da por el Par­la­men­to de Ari­zona, esta­do que tiene un 6% de población en condi­ciones irreg­u­lares. Después fueron aprobadas otras ini­cia­ti­vas leg­isla­ti­vas en Utah, Geor­gia, Alaba­ma, Car­oli­na del Sur e Indiana.

Sin embar­go, la apli­cación de algunos pun­tos de estas leyes ha sido blo­quea­da por tri­bunales de jus­ti­cia mien­tras se dic­t­a­m­i­na sobre su con­sti­tu­cional­i­dad. La últi­ma sen­ten­cia fue dic­ta­da por el Tri­bunal Supre­mo el 25 de junio de 2012, que anuló tres de las cua­tro cláusu­las más con­flic­ti­vas de la ley de Ari­zona, aunque man­tu­vo la que per­mite a la policía pedir la doc­u­mentación a aque­l­los que sospechen se encuen­tran irreg­u­lar­mente en el país.


Con infor­ma­ción de Efe

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