El desafío democrático de Hong Kong: 10 claves

Miguel Máiquez, 2/10/2014

El desafío de los man­i­fes­tantes de Hong Kong al Gob­ier­no chi­no, uno de los may­ores afronta­dos por las autori­dades de Pekín des­de las mov­i­liza­ciones de la plaza de Tianan­men en 1989, se acer­ca ya a su primera sem­ana, después de que miles de per­sonas volviesen a llenar este miér­coles, Día Nacional de Chi­na, las calles de la antigua colo­nia británica.

Los man­i­fes­tantes, que exi­gen elec­ciones «com­ple­ta­mente democráti­cas», sigu­ieron lan­zan­do consignas con­tra el Gob­ier­no, ocu­pan­do amplias zonas de la ciu­dad, e impi­di­en­do el nor­mal fun­cionamien­to de empre­sas pri­vadas, des­de ban­cos has­ta joyerías.

Lester Shum, unos de los líderes estu­di­antiles que encabezan la cono­ci­da ya como «rev­olu­ción de los paraguas», lanzó un ultimá­tum al gob­er­nador del ter­ri­to­rio: o dimite «cuan­to antes» o ten­drá que enfrentarse a man­i­festa­ciones aún may­ores que las de estos últi­mos días.

Estas son, en 10 pre­gun­tas y respues­tas, las prin­ci­pales claves de las may­ores protes­tas reg­istradas en Hong Kong des­de que Chi­na retomó su con­trol en 1997.

1. ¿Qué exigen los manifestantes?

Democ­ra­cia. En con­cre­to, que se elim­ine el fil­tro que rep­re­sen­ta el Comité Elec­toral, un órgano for­ma­do por 1.200 nota­bles hongkone­ses, la may­oría afines a Pekín, que debe dar su vis­to bueno a los can­didatos que pre­ten­dan pre­sen­tarse a las próx­i­mas elec­ciones a gob­er­nador, pre­vis­tas para 2017.

Los man­i­fes­tantes, lid­er­a­dos por gru­pos estu­di­antiles y de activis­tas prodemocráti­cos, denun­cian que este Comité Elec­toral supone una mer­ma democráti­ca y con­sid­er­an que los can­didatos que apruebe serán fieles al Gob­ier­no cen­tral chino.

2. ¿En qué se diferencia Hong Kong del resto de China?

Des­de que el Reino Unido devolvió Hong Kong a Chi­na, el 1 de julio de 1997, en el ter­ri­to­rio se ha venido ponien­do en prác­ti­ca el prin­ci­pio de «un país, dos sis­temas», que per­mite que la región ten­ga sus propias insti­tu­ciones leg­isla­ti­vas, ejec­u­ti­vas y judi­ciales inde­pen­di­entes de Chi­na, además de, al menos en teoría, cier­ta lib­er­tad de expre­sión. En cualquier otra parte de Chi­na, una man­i­festación abier­ta­mente políti­ca o antigu­ber­na­men­tal es reprim­i­da en cuestión de minutos.

La propia Ley Fun­da­men­tal de Hong Kong con­sagra que «el sis­tema y las políti­cas social­is­tas no se apli­carán en la Región Admin­is­tra­ti­va Espe­cial de Hong Kong y el sis­tema cap­i­tal­ista ante­ri­or y su modo de vida per­du­rará sin cam­bios durante 50 años».

3. ¿Por qué han estallado las protestas precisamente ahora?

La Ley Fun­da­men­tal de Hong Kong, una especie de Con­sti­tu­ción, recoge el com­pro­miso de Pekín de que los ciu­dadanos del ter­ri­to­rio podrán ele­gir a su pro­pio jefe ejec­u­ti­vo, algo que se esper­a­ba que ocur­riese al fin en las próx­i­mas elec­ciones de 2017.

Pero el pasa­do mes de agos­to, el Gob­ier­no chi­no especi­ficó que, aunque los comi­cios serían «libres», los can­didatos serán fil­tra­dos por el men­ciona­do comité, a las órdenes de Pekín. El pres­i­dente chi­no, Xi Jin­ping, dejó claro que prefer­ía asumir el ries­go de que se pro­du­jer­an man­i­festa­ciones antes que prop­i­ciar el posi­ble surgimien­to de un líder local y con un peso real legit­i­ma­do por las urnas.

A pesar del carác­ter más bien con­ser­vador de la sociedad hongkone­sa, a muchos ciu­dadanos, sobre todo a los jóvenes, se les ha ago­ta­do la pacien­cia. Ello, unido a la reac­ción por la repre­sión poli­cial en las primeras man­i­festa­ciones, y al efec­to con­ta­gio a través de los medios de comu­ni­cación, Inter­net y las redes sociales, ha saca­do a miles de per­sonas la calle.

4. ¿Quién las está impulsando?

El grupo más vis­i­ble de entre los que han orga­ni­za­do las mov­i­liza­ciones prodemocráti­cas de estos días es el denom­i­na­do Occu­py Cen­tral with Love and Peace (Ocu­pa Cen­tral –Cen­tral, o «cen­tro», es uno de los prin­ci­pales dis­tri­tos financieros de Hong Kong–, con Paz y Amor), cono­ci­do como Occu­py Cen­tral. El movimien­to surgió al calor de las protes­tas mundi­ales del 15 de octubre de 2011 prop­i­ci­adas por la Pri­mav­era Árabe, las protes­tas grie­gas y el 15‑M español, entre otras mov­i­liza­ciones ciudadanas.

Los otros orga­ni­zadores más impor­tantes son la Fed­eración de Estu­di­antes y varias orga­ni­za­ciones juve­niles, como Schol­ar­ism, que agru­pa a alum­nos uni­ver­si­tar­ios y de edu­cación secun­daria. Agunos estu­di­antes se han que­ja­do de que Occu­py Cen­tral «ha secuestra­do» su protes­ta, pero lo cier­to es que en las man­i­festa­ciones par­tic­i­pan ya todo tipo de ciudadanos.

La edi­to­ra de la BBC en Pekín, Car­rie Gra­cie, expli­ca que «la con­duc­ta de los académi­cos de medi­ana edad que lid­er­an el movimien­to Occu­py Cen­tral es fácil de pre­de­cir y con­trar­restar para el Gob­ier­no de Pekín. Pero lo que los asus­ta de ver­dad son los estu­di­antes uni­ver­si­tar­ios que quieren un cam­bio en el sis­tema y que dicen que con­tin­uarán sus deman­das has­ta que Pekín los escuche».

«A través de su sosteni­da oposi­ción a una refor­ma elec­toral –añade–, Chi­na ha crea­do un movimien­to opos­i­tor con un claro sen­ti­do de su deber y su propósi­to, en una comu­nidad donde antes esta­ban más ocu­pa­dos en sus clases y en el futuro de sus car­reras. […] En los últi­mos días, esos estu­di­antes tomaron las calles para que sus voces fuer­an escuchadas mien­tras los rocia­ban con gas pimien­ta y detenían a sus líderes. Y fue allí donde aparecieron los académi­cos de Occu­py, que sin­tieron tam­bién la necesi­dad de salir de acom­pañar a sus alumnos».

5. ¿Cuándo comenzaron y cómo?

El pasa­do mes de julio más de medio mil­lar per­sonas fueron detenidas durante una gran mar­cha prodemocráti­ca que reunió a más de 500.000 man­i­fes­tantes. La mov­i­lización tuvo lugar tras un refer­én­dum a través de Inter­net orga­ni­za­do por Occu­py Cen­tral en el que par­tic­i­paron más de 765.000 per­sonas (la región tiene algo más de 7 mil­lones de habi­tantes), a pesar de las restricciones.

Por su parte, los estu­di­antes uni­ver­si­tar­ios con­vo­caron, el 22 de sep­tiem­bre, sus propias man­i­festa­ciones prodemocráti­cas, con una huel­ga a la que se unieron después los alum­nos de secun­daria. El viernes, los estu­di­antes mar­charon has­ta la sede del gob­ier­no de Hong Kong, lo que provocó una escal­a­da de la ten­sión a lo largo del fin de sem­ana, y que Occu­py Cen­tral se sumara a sus protes­tas, ade­lan­tan­do la cam­paña de des­obe­di­en­cia civ­il no vio­len­ta que este movimien­to había conovo­ca­do a par­tir del 1 de octubre (65 aniver­sario de la procla­mación de la Repúbli­ca Pop­u­lar de Chi­na, y fies­ta nacional del país).

La dura repre­sión poli­cial y el ines­per­a­do uso de la fuerza atra­jo a más man­i­fes­tantes a las calles.

6. ¿Está habiendo violencia?

La Policía ha emplea­do aerosoles de pimien­ta y gas­es lacrimógenos con­tra los man­i­fes­tantes, y algunos medios han infor­ma­do de que podría estar usan­do tam­bién balas de goma, aunque esto últi­mo no ha sido con­fir­ma­do. Por otro lado, y a difer­en­cia de protes­tas ante­ri­ores, esta vez los man­i­fes­tantes están mejor orga­ni­za­dos, y han inten­ta­do ocu­par edi­fi­cios públicos.

Has­ta aho­ra las protes­tas están sien­do con­tro­ladas por las autori­dades locales hongkone­sas. A menos que la situación derive en vio­len­cia más grave, o que Pekín con­sidere que se le está yen­do de las manos, no es prob­a­ble que vaya a pro­ducirse una inter­ven­ción de las fuerzas de seguri­dad chi­nas, algo que con­ll­e­varía graves reper­cu­siones inter­na­cionales y económicas.

7. ¿Por qué la llaman «revolución de los paraguas»?

Porque muchos man­i­fes­tantes uti­lizan paraguas para defend­er­se de los gas­es lacrimógenos y los aerosoles de pimien­ta con que les ata­ca la policía. Occu­py Cen­tral, que insiste en lograr sus obje­tivos sin recur­rir a la vio­len­cia, dis­tribuyó por Inter­net un man­u­al en el que se detal­la­ba qué lle­var a las manifestaciones.

8. ¿Pueden conseguir algo los manifestantes?

Aunque Hong Kong se encuen­tra bajo sober­anía chi­na, mov­i­liza­ciones ciu­dadanas ante­ri­ores con­sigu­ieron tum­bar ini­cia­ti­vas como la ley anti­sub­ver­si­va de 2003, cono­ci­da como Artícu­lo 23. Pekín tam­bién dio mar­cha atrás en su inten­ción de implan­tar la «edu­cación patrióti­ca» en Hong Kong, tras otra serie de manifestaciones.

En esta ocasión, las mov­i­liza­ciones son más inten­sas, pero a la vez afectan a cues­tiones más estruc­turales y, sobre todo, supo­nen un reto direc­to a la influ­en­cia y la autori­dad de Pekín en la antigua colo­nia, con el con­sigu­iente ries­go de sen­tar un prece­dente para otros pun­tos ‘calientes’ del país, por lo que no es fácil que el Gob­ier­no chi­no vaya a ced­er demasi­a­do. A pesar de la ya impa­ra­ble e irre­versible aper­tu­ra económi­ca, una rev­olu­ción democráti­ca mul­ti­par­tidista no es pre­cisa­mente lo que Chi­na tiene en mente para el futuro próximo.

Por otro lado, en los dos años que lle­va al frente del Par­tido Comu­nista Chi­no, Xi Jin­ping se ha crea­do impor­tantes ene­mi­gos inter­nos debido, prin­ci­pal­mente, a las cam­pañas anti­cor­rup­ción impul­sadas por su gob­ier­no. Un error (o una «der­ro­ta») en la gestión de la cri­sis de Hong Kong podría salir­le muy cara.

Las opciones de los man­i­fes­tantes depen­den de que las autori­dades hongkone­sas impulsen un plan de refor­ma políti­ca en el Par­la­men­to, con el fin de que pue­da apli­carse el sufra­gio direc­to en la elec­ción del gob­er­nador. Pero para ello, expli­ca Reuters, deberán ten­er el apoyo de los par­tidos prodemocráti­cos, con rep­re­sentación sufi­ciente como para fre­nar cualquier ini­cia­ti­va que asuma los pos­tu­la­dos de Pekín.

9. ¿A quien culpa Pekín de las protestas?

Como era pre­vis­i­ble, a «extran­jeros» que, según uno de los argu­men­tos usa­dos en los últi­mos días por los prin­ci­pales rep­re­sen­tantes del Gob­ier­no chi­no, estarían aren­gan­do a los man­i­fes­tantes con el obje­ti­vo de dañar la esta­bil­i­dad y la pros­peri­dad de Hong Kong y, debil­i­tar, así, a la Chi­na continental.

Como ejem­p­lo, la BBC infor­mó de que uno de los per­iódi­cos favor­ables al Gob­ier­no chi­no que cir­cu­lan en Hong Kong pub­licó el pasa­do fin de sem­ana que uno de los más cono­ci­dos líderes estu­di­antiles del movimien­to, Joshua Wong, tenía vín­cu­los con el gob­ier­no de Esta­dos Unidos.

Este miér­coles, el min­istro de Exte­ri­ores chi­no, Wang Yi, advir­tió a Wash­ing­ton de que las protes­tas prodemocráti­cas en Hong Kong son «asun­tos inter­nos», al tiem­po que ase­guró que ningún país «tol­er­aría actos ile­gales que violen el orden público».

«Los asun­tos de Hong Kong son asun­tos inter­nos de Chi­na, y todos los país­es deberían respetar la sober­anía de Chi­na», señaló Wang antes de reunirse en Wash­ing­ton con el sec­re­tario de Esta­do de EE UU, John Ker­ry, quien reit­eró, por su parte, que Wash­ing­ton apoya la recla­mación de los man­i­fes­tantes de un sufra­gio universal.

10. ¿Quién es Joshua Wong?

Joshua Wong es uno de los prin­ci­pales líderes estu­di­antiles del grupo Schol­ar­ism. Tiene solo 17 años, pero su pre­coz activis­mo (des­de los 15), su desafi­ante oposi­ción a las autori­dades chi­nas, sus fras­es con­tun­dentes y su pres­en­cia en los medios le han con­ver­tido en el ros­tro inter­na­cional de las protestas.

El pasa­do viernes, tras las man­i­festa­ciones que la Policía reprim­ió con gas­es lacrimógenos, Wong pasó 40 horas detenido sin car­gos (jun­to con otras 70 per­sonas), has­ta que sus abo­ga­dos con­sigu­ieron lib­er­ar­le. Otros diri­gentes estu­di­antiles, como Lester Shum y Alex Chow, per­manecieron arrestados.

Algu­nas de sus fras­es de estos días: «La mov­i­lización ya no pertenece a los lid­eres de Occu­py Cen­tral, de la Fed­eración de Estu­di­antes o de Schol­ar­ism. Aho­ra pertenece a los ciu­dadanos de Hong Kong». «La gente no debería ten­er miedo de su Gob­ier­no; es el Gob­ier­no quien debería ten­er miedo de su gente». «No creo que nues­tra batal­la sea muy larga. Si tienes la men­tal­i­dad de que la lucha por la democ­ra­cia es una larga e inter­minable guer­ra, te lo tomarás con cal­ma y nun­ca lo con­seguirás. Hay que ver cada batal­la como la batal­la final, solo entonces ten­drás la deter­mi­nación de luchar».


Con infor­ma­ción de agencias

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