Gaza, Siria, Irak, Ucrania, Sudán del Sur… 13 conflictos que empañan el mundo ahora

Miguel Máiquez, 20/7/2014
Con­flic­tos arma­dos en el mundo

«La paz per­pet­ua no es un con­cep­to vacío, sino una idea prác­ti­ca que, medi­ante solu­ciones grad­uales, se va acer­can­do poco a poco hacia su real­ización final». La frase, del filó­so­fo alemán Immanuel Kant, encabeza, más como un deseo que como una real­i­dad, la sec­ción que la pági­na web Glob­al Secu­ri­ty ded­i­ca a reg­is­trar las guer­ras acti­vas en el mun­do. Se tra­ta de un con­trol que real­izan de man­era exhaus­ti­va numerosos sitios en Inter­net (Wars in the World, Con­flictMap, Glob­al Con­flict Track­er, Armed Con­flict Data­base…). Ninguno de ellos tiene prob­le­mas por escasez de contenido.

A pesar de que actual­mente no existe ningu­na guer­ra acti­va declar­a­da de for­ma ofi­cial entre Esta­dos difer­entes, al menos 13 país­es sufren aho­ra mis­mo con­flic­tos arma­dos. Otros muchos pade­cen des­de hace años e inclu­so décadas situa­ciones de grave vio­len­cia (la cau­sa­da por el nar­cotrá­fi­co en Méx­i­co, por ejem­p­lo, con dece­nas de miles de muer­tos), o real­i­dades béli­cas no resueltas aún y cal­i­fi­cadas, según el momen­to, como con­flic­tos de «alta» o «baja» inten­si­dad (la guer­ra en Colom­bia, aho­ra en un frágil pro­ce­so de paz).

No obstante, el número de muer­tos en el mun­do como con­se­cuen­cia direc­ta de las guer­ras tiende a ser cada vez menor, si nos remon­ta­mos lo sufi­cien­te­mente atrás y, espe­cial­mente, des­de el final de la Guer­ra Fría. Entre 1950 y 2007 la media fue de 148.000 muer­tos al año en com­bat­es (sin con­tar las víc­ti­mas civiles); entre 2008 y 2012 esta cifra bajó a 28.000. Aún así, en 2013, y según datos del Inter­na­tion­al Insti­tute for Strate­gic Stud­ies, los con­flic­tos arma­dos causaron en todo el plan­e­ta un total de 112.900 muertes (civiles inclu­i­dos), alrede­dor de 3.600 más que el año ante­ri­or. Los fal­l­e­ci­dos por con­flic­tos arma­dos supo­nen alrede­dor del 10% del total de muertes vio­len­tas, una cat­e­goría que incluye homi­cidios y suicidios.

Ucra­nia y Gaza, seguidas de cer­ca por Irak, están aca­paran­do en las últi­mas sem­anas la aten­ción infor­ma­ti­va, pero la guer­ra sigue sien­do el día a día de mil­lones de per­sonas en otras partes del mun­do cuyo olvi­do por parte de los medios de comu­ni­cación es poco menos que per­ma­nente. Son las guer­ras (Nige­ria, Repúbli­ca Cen­troafricana, Con­go, Sudán del Sur…) a las que solo nos aso­mamos en oca­siones extremas, o cuan­do afectan a ciu­dadanos o intere­ses occi­den­tales. Y eso sin con­tar otras situa­ciones de vio­len­cia estruc­tur­al y con­tin­ua que ejercen tan­tos Esta­dos con­tra sus ciu­dadanos, y que no son con­sid­er­adas téc­ni­ca­mente como «guer­ras».

Estos son los prin­ci­pales con­flic­tos arma­dos activos en este momento:

Asia

Gaza

» El con­flic­to. La cri­sis actu­al es el desen­lace de una ten­sión que fue en aumen­to des­de que el 30 de junio se con­fir­mó que habían sido asesina­dos tres jóvenes israelíes secuestra­dos sem­anas antes en Cisjor­da­nia, y cuya búsque­da dejó a su vez seis palesti­nos muer­tos, 118 heri­dos y 471 detenidos. Sin prue­bas con­cluyentes, el Gob­ier­no israelí de Ben­jamin Netanyahu acusó del secue­stro a Hamás, que negó estar impli­ca­da. La situación se agravó cuan­do dos días después ultra­na­cional­is­tas judíos se ven­garon que­man­do vivo a un joven palesti­no en Jerusalén. El hostigamien­to de Israel a la estruc­tura de Hamás durante la búsque­da de los estu­di­antes israelíes acabó tra­ducién­dose en el lan­za­mien­to de cohetes des­de Gaza con­tra ter­ri­to­rio israelí, lo que llevó al Gob­ier­no de Netanyahu a des­en­ca­denar una nue­va ofen­si­va con­tra la fran­ja, ini­ci­a­da el pasa­do día 7. De fon­do, el fra­ca­so de las nego­cia­ciones de paz entre palesti­nos e israelíes, que Israel dio por con­clu­idas tras el pacto de rec­on­cil­iación alcan­za­do por Hamás (gob­er­nante en Gaza y con­sid­er­a­da un grupo ter­ror­ista por Israel y muchos país­es occi­den­tales) y Al Fatah (gob­er­nante en Cisjor­da­nia y a car­go de la Autori­dad Nacional Palesti­na). Israel, respal­da­do por EE UU, jus­ti­fi­ca el ataque en su «dere­cho a defend­er­se». Hamás, en su resisten­cia ante la ocu­pación y la agre­sión israelíes.

» Qué está pasa­do aho­ra. Después de diez días de inten­sos bom­bardeos sobre Gaza y de cen­tenares de cohetes lan­za­dos des­de la fran­ja con­tra Israel (la may­oría sin alcan­zar sus blan­cos o inter­cep­ta­dos por el sis­tema de defen­sa aérea israelí), Israel ini­ció el jueves una ofen­si­va ter­restre, con el obje­ti­vo de destru­ir los arse­nales de cohetes de los mili­cianos palesti­nos y los túne­les a través de los cuáles real­izan éstos incur­siones en Israel. Antes, fra­casó un inten­to de alto el fuego prop­uesto por Egip­to. Hamás pone como condi­ciones el fin del blo­queo (económi­co y humano) israelí a la fran­ja y la lib­eración de pre­sos detenidos en cárce­les israelíes. Este domin­go, Israel accedió a respetar una tregua human­i­taria de dos horas al día, tal como había solic­i­ta­do Hamás, aunque solo en un bar­rio que ha sido bom­bardea­do por tier­ra y aire repeti­da­mente, provo­can­do el éxo­do de miles de per­sonas, que no saben ya dónde refugiarse.

» Las víc­ti­mas. En los 13 días tran­scur­ri­dos des­de que se ini­ció la lla­ma­da operación Mar­gen Pro­tec­tor han muer­to, según cifras ofi­ciales de las autori­dades de Gaza, más de 400 palesti­nos (96 de ellos solo este domin­go, la jor­na­da más san­gri­en­ta des­de el prin­ci­pio de la ofen­si­va). La may­oría son civiles, y muchos de ellos, niños. Además, des­de que comen­zó la invasión ter­restre, el número de desplaza­dos inter­nos en la fran­ja se ha dupli­ca­do, superan­do ya los 50.000 y des­bor­dan­do las pre­vi­siones de la ONU. En el lado israelí murieron este domin­go 13 sol­da­dos. Has­ta aho­ra habían fal­l­e­ci­do cin­co mil­itares y dos civiles israelíes.

Irak

» El con­flic­to. A medi­a­dos de junio, los yihadis­tas extrem­is­tas suníes del EIIL (Esta­do Islámi­co de Irak y el Lev­ante, ISIS, por sus siglas en inglés) se hicieron con el con­trol de Mosul, la ter­cera ciu­dad más grande de Irak y la más impor­tante de su zona norte, y, en una espec­tac­u­lar ofen­si­va, empezaron a avan­zar hacia Bag­dad y los san­tu­ar­ios chiíes de Ker­bala y Nayaf, ante la des­ban­da­da del ejérci­to reg­u­lar iraquí. El avance del EIIL, un grupo escindi­do de Al Qae­da y cuyos méto­dos son más bru­tales aún que los de esta orga­ni­zación, provocó la hui­da de cien­tos de miles de per­sonas, prin­ci­pal­mente hacia el Kur­dis­tán iraquí. La ofen­si­va se pro­ducía después de que los yihadis­tas se hubier­an hecho con bue­na parte del nordeste de Siria, y con el obje­ti­vo de estable­cer un esta­do islámi­co entre los dos país­es. La vio­len­cia sec­taria entre suníes y chiíes ha sido una con­stante en Irak des­de la invasión lid­er­a­da por EE UU que der­rocó a Sadam Husein en 2003. El pun­to máx­i­mo se alcanzó durante la guer­ra civ­il de 2006–2007, y la ten­sión volvió a recrude­cerse en 2013 debido al resen­timien­to de la población suní con la may­oría chií (actual­mente en el gob­ier­no lid­er­a­do por Nuri al Mali­ki), a la que los suníes acu­san de prac­ticar una dis­crim­i­nación sis­temáti­ca. La guer­ra en Siria tam­bién está afectan­do. Los lazos entre los suníes de Irak y los de Siria son fuertes, y las tribus suníes iraquíes preciben la «opre­sión chií» como algo gen­er­al, prove­niente tan­to del Gob­ier­no iraquí como de la minoría alauí siria (el alauis­mo, con­fe­sión a la que pertenece el pres­i­dente sirio, Bashar al Asad, es una rama del islam que com­parte prác­ti­cas con el chiísmo).

» Qué esta pasan­do aho­ra. A finales de junio, y coin­ci­di­en­do con el ini­cio del Ramadán, el mes sagra­do musul­mán, el EIIL, reba­u­ti­za­do como «Esta­do Islámi­co», anun­ció la instau­ración de un «cal­ifa­to» en el ter­ri­to­rio que con­tro­la, y por enci­ma de las actuales fron­teras. Unos días después, el líder del grupo y auto­procla­ma­do «cal­i­fa», el has­ta entonces esqui­vo Abu Bakr al Bag­da­di, real­izó su primera apari­ción públi­ca. Des­de entonces, los extrem­is­tas han ido imponien­do su inter­pretación rad­i­cal de la ley islámi­ca, espe­cial­mente en Mosul. Este viernes dieron un ultimá­tum a los cada vez menos cris­tianos que quedan en la ciu­dad, ame­nazán­doles de muerte si no se con­vierten o pagan un impuesto espe­cial. Miles de cris­tianos han hui­do ya hacia la veci­na región del Kur­dis­tán iraquí. Y en el resto de Irak, la vio­len­cia con­tinúa: este sába­do estal­laron var­ios coches bom­ba en Bag­dad, cau­san­do la muerte de al menos 26 per­sonas.

» Las víc­ti­mas. Des­de la invasión de Irak lid­er­a­da por EE UU en 2003 han muer­to en Irak por causas vio­len­tas unas 193.000 per­sonas, incluyen­do com­bat­ientes y civiles. En 2012 hubo casi 4.600 muer­tos, en 2013 la cifra se dis­paró has­ta los 9.500, y en lo que lle­va­mos de 2014 van ya más de 7.800. El alto comis­ario de Naciones Unidas para los Refu­gia­dos, Anto­nio Guter­res, infor­mó de que 600.000 iraquíes han sido desplaza­dos a causa de la ofen­si­va de los mil­i­tantes suníes. Se suman a otro medio mil­lón de desplaza­dos este año, cuan­do el grupo yihadista se hizo con el con­trol de varias ciu­dades en el oeste del país.

Siria

» El con­flic­to. La guer­ra civ­il en Siria, que ha entra­do ya en su cuar­to año, tiene su ori­gen en las protes­tas con­tra el rég­i­men del pres­i­dente Bashar al Asad que, con el tras­fon­do de la lla­ma­da ‘Pri­mav­era árabe’, se ini­cia­ron en mar­zo de 2011. El Gob­ier­no reprim­ió con dureza a los man­i­fes­tantes y lo que había empeza­do como una protes­ta pací­fi­ca se acabó con­vir­tien­do en una rebe­lión arma­da. Los gru­pos de la oposi­ción, que se han ido for­man­do a lo largo del con­flic­to, abar­can des­de rebeldes de ide­ología más mod­er­a­da has­ta mil­i­tantes islámi­cos extrem­is­tas, e incluyen, prin­ci­pal­mente, al Ejérci­to Libre Sirio y al Frente Islámi­co, respec­ti­va­mente. Oper­an, tam­bién, muchos gru­pos fuera de con­trol, y en la parte este del país se han ido hacien­do fuertes los yihadis­tas del denom­i­na­do aho­ra Esta­do Islámi­co. Has­ta el momen­to, y más allá de autor­izar la destruc­ción de armas quími­cas en Siria, la comu­nidad inter­na­cional no ha inter­venido direc­ta­mente. El rég­i­men de Asad cuen­ta con el apoyo de Rusia e Irán, mien­tras que EE UU, Turquía, Ara­bia Saudí y Catar trans­fieren armas a los rebeldes. En gen­er­al, los país­es occi­den­tales respal­dan a la oposi­ción mod­er­a­da siria.

» Qué está pasan­do aho­ra. El 7 de mayo, la ciu­dad de Homs, uno de los bas­tiones rebeldes, fue entre­ga­da a las tropas guber­na­men­tales bajo una tregua, tras cer­ca de tres años de bru­tal ase­dio guber­na­men­tal. El 3 de junio se cel­e­braron elec­ciones pres­i­den­ciales en las regiones con­tro­ladas por el Gob­ier­no. Asad ganó los comi­cios con el 88,7% de los votos, entre denun­cias de fraude y de «farsa» por parte de la oposi­ción. El 14 de junio, las fuerzas guber­na­men­tales se hicieron con el con­trol del pueblo fron­ter­i­zo de Kasab, recap­turan­do así todos los ter­ri­to­rios per­di­dos pre­vi­a­mente en la ofen­si­va rebelde de Latakia. Por su parte, los rebeldes cap­turaron Tall al-Gomo, cer­ca de Nawa, en la Gob­er­nación de Daraa, y volvieron a entrar en la región de Qala­mun. Durante su ofen­si­va en Irak, los yihadis­tas del EIIL se apoder­aron de armas pesadas y equipo del ejerci­to iraquí, que han empeza­do a trasladar a Siria. Actual­mente, el Gob­ier­no sirio con­tro­la entre el 30% y el 40% del ter­ri­to­rio del país, y al 60% de la población.

» Las víc­ti­mas. La guer­ra civ­il en Siria ha deja­do has­ta el momen­to más de 150.000 muer­tos, de los cuales 51.212 son víc­ti­mas civiles. El número de refu­gia­dos supera ya los tres mil­lones. Ciu­dades enteras están com­ple­ta­mente dev­as­tadas y el daño cau­sa­do al pat­ri­mo­nio históri­co y cul­tur­al es inmen­so. El 40% de la población vive en una situación de cri­sis. Se han usa­do armas quími­cas en repeti­das oca­siones, y ambos ban­dos han sido acu­sa­dos des­de diver­sas orga­ni­za­ciones y gob­ier­nos de come­ter crímenes de guer­ra y graves vio­la­ciones de los dere­chos humanos. Se tra­ta del con­flic­to más bru­tal de los surgi­dos a raíz de la ‘Pri­mav­era árabe’, y de una de las peo­res guer­ras del siglo XXI.

Yemen

» El con­flic­to. En Yemen se super­po­nen actual­mente cua­tro con­flic­tos: el que enfrenta al Gob­ier­no con la guer­ril­la huthi en el norte del país; las revueltas en la región de Adén, moti­vadas por el esca­so desar­rol­lo del antiguo Yemen del Sur; las protes­tas cívi­cas de la ‘Pri­mav­era árabe’ (que, tras la fir­ma de un acuer­do, forzaron la sal­i­da del pres­i­dente Alí Abdul­lah Saleh, después de 33 años en el poder), y la pres­en­cia de los gru­pos arma­dos yihadis­tas aso­ci­a­dos a Al Qae­da. Uno de estos gru­pos, Ansar al Sharía tomó a medi­a­dos de 2011 el con­trol de una parte del sur del país, y llegó a declarar la instau­ración de un emi­ra­to islámi­co en la provin­cia petrol­era de Shabua. Restable­ci­da la esta­bil­i­dad guber­na­men­tal en el país tras la cri­sis provo­ca­da por la sal­i­da de Saleh, des­de febrero de 2012 el nue­vo gob­ier­no redobló su ofen­si­va con­tra las bases de Al Qae­da, cau­san­do cen­tenares de muer­tos en el sur, a la vez que se pro­du­jo un incre­men­to en la activi­dad ter­ror­ista de este grupo. Yemen es, después de Pak­istán, el país donde EE UU real­iza más ataques con drones (aparatos aére­os teledi­rigi­dos, no tripulados).

» Qué está pasan­do aho­ra. Esta sem­ana se han recrude­ci­do los enfrentamien­tos entre rebeldes chiíes y miem­bros de tribus islamis­tas del norte del país. Los rebeldes huthi, pertenecientes a una sec­ta chií, han esta­do com­bat­ien­do con­tra rivales suníes islamis­tas de una de las tribus más grandes de Yemen (respal­da­da por una unidad local del ejérci­to), en la provin­cia de Jouf.

» Las víc­ti­mas. Durante los 10 meses de 2011 que duraron las protes­tas con­tra Saleh hubo al menos 746 muer­tos en enfrentamien­tos entre leales al pres­i­dente y fuerzas de seguri­dad y los opos­i­tores. Por otra parte, en las ciu­dades bajo con­trol de Al Qae­da se ha impuesto un inter­pretación estric­ta de la ley islámi­ca, con deten­ciones arbi­trarias y eje­cu­ciones, lo que ha provo­ca­do grandes desplaza­mien­tos de población civ­il. Cien­tos de per­sonas han muer­to en aten­ta­dos ter­ror­is­tas: los más graves: el 21 de mayo de 2012 en la cap­i­tal, Saná (83 muer­tos), el 4 de agos­to en Abyan (33 muer­tos), y el 5 de diciem­bre de 2013 de nue­vo en Saná (68 muer­tos). Los com­bat­es en el norte, entre tan­to, han deja­do más de un cen­te­nar de muer­tos solo en este mes de julio.

Afganistán

» El con­flic­to. El final del rég­i­men comu­nista impuesto por la invasión soviéti­ca de los años ochen­ta dejó un país en guer­ra civ­il entre las difer­entes fac­ciones de muyahidines. Al amparo de Pak­istán, surgió entonces el movimien­to fun­da­men­tal­ista islámi­co tal­ibán, que acabó hacién­dose con el poder. La neg­a­ti­va tal­ibán a entre­gar a Osama Bin Laden tras los aten­ta­dos del 11‑S motivó una inter­ven­ción inter­na­cional lid­er­a­da por EE UU que depu­so al rég­i­men inte­grista. En 2004 Hamid Karzai fue elegi­do pres­i­dente, con el reto de exten­der el poder del Gob­ier­no más allá de la cap­i­tal, Kab­ul, con la ayu­da de una fuerza inter­na­cional integra­da por 48 país­es. La espi­ral de vio­len­cia, sin embar­go, no cesó. El dete­ri­oro de la seguri­dad fue el argu­men­to que esgrim­ió a finales de 2009 el pres­i­dente esta­dounidense, Barack Oba­ma, para relan­zar la impli­cación inter­na­cional en el con­flic­to afgano. Oba­ma estable­ció tam­bién 2011 como el año del ini­cio de la reti­ra­da de tropas, que antes de 2014 deberían haber com­ple­ta­do el repliegue. La pro­gre­si­va reti­ra­da del con­tin­gente inter­na­cional se vio acom­paña­da de una escal­a­da de vio­len­cia del movimien­to tal­ibán. El alto niv­el de cor­rup­ción y la lucha con­tra el nar­cotrá­fi­co son los otros dos grandes desafíos en un país donde los fac­tores étni­cos y de alian­zas jue­gan asimis­mo un papel fundamental.

» Qué está pasan­do aho­ra. El pasa­do 5 de abril se cel­e­braron elec­ciones pres­i­den­ciales, resul­tan­do ganador Abdul­lah Abdul­lah (exmin­istro de Asun­tos Exte­ri­ores). Sin embar­go, fue nece­saria una segun­da vuelta frente a Ashraf Ghani, cel­e­bra­da en junio y cuyos resul­ta­dos están aún por deter­mi­nar. En mayo, los tal­ibanes lan­zaron una nue­va ofen­si­va con­tra las fuerzas inter­na­cionales, incluyen­do un aten­ta­do con­tra el min­is­te­rio de Jus­ti­cia de Jalal­abad. El 15 de julio un aten­ta­do con coche bom­ba causó 89 muer­tos y 80 heri­dos en el dis­tri­to de Orgun.

» Las víc­ti­mas. Has­ta el pasa­do 17 de julio, y des­de la invasión de 2001, se han reg­istra­do 3.460 muertes mil­itares de la coali­ción en Afgan­istán. Más de 23.500 sol­da­dos de la coali­ción inter­na­cional han resul­ta­do heri­dos. Respec­to a la población civ­il, varias fuentes cifran en aprox­i­mada­mente 20.000 los muer­tos por acciones de vio­len­cia entre los años 2001 y 2013.Y en cuan­to a las fuerzas de seguri­dad afganas, se han con­tabi­liza­do 13.729 muer­tos y otros 16.511 heri­dos entre finales de 2001 y prin­ci­p­ios de 2014, incluyen­do tan­to a miem­bros del ejerci­to como de la policía.

Pakistán

» El con­flic­to. Aparte de la dis­pu­ta que mantiene por el esta­do de Cachemi­ra, que actual­mente pertenece a la India pero que los paquis­taníes recla­man como pro­pio, Pak­istán sufre des­de hace cer­ca de una déca­da un con­flic­to en el noroeste del país, que enfrenta al ejérci­to guber­na­men­tal con gru­pos arma­dos reli­giosos, movimien­tos locales y ele­men­tos de la delin­cuen­cia orga­ni­za­da, apoy­a­dos por gru­pos ter­ror­is­tas y con­tin­gentes de muyahidines. El con­flic­to estal­ló cuan­do las ten­siones provo­cadas por la búsque­da de miem­bros de Al Qae­da por parte del ejérci­to paquis­taní derivaron en enfrentamien­tos con com­bat­ientes de la región de Waziristán. Mien­tras, los lazos con EE UU se debil­i­taron por una serie de inci­dentes en 2011, entre los que desta­ca la muerte de Bin Laden en una operación de coman­dos de EE UU en el norte del país. Pese a ello, el difí­cil ali­a­do de Wash­ing­ton en la lla­ma­da «guer­ra con­tra el ter­ror­is­mo», un ali­a­do cuyo apara­to de seguri­dad está acu­sa­do de seguir ofre­cien­do apoyo encu­bier­to a fac­ciones tal­ibanes, jue­ga un papel clave en el pro­ce­so de paz en Afganistán.

» Qué está pasan­do aho­ra. El ejérci­to inten­ta des­de 2005 elim­i­nar a los guer­rilleros de las Áreas Trib­ales Admin­istradas Fed­eral­mente (FATA, en inglés), en el noroeste de Pak­istán, pero aho­ra con­cen­tra la ofen­si­va en Waziristán del Norte, donde los gru­pos insur­gentes oper­an libre­mente des­de que huyeron del fron­ter­i­zo Afgan­istán tras la ocu­pación de EE UU en 2001. El 15 de junio comen­zó una nue­va cam­paña mil­i­tar, moti­va­da en parte por un aten­ta­do con­tra el aerop­uer­to inter­na­cional de Karachi, que mató a 18 per­sonas. Por otra parte, el goteo de muertes cau­sadas por drones de Esta­dos Unidos sigue sien­do con­stante, con cien­tos de blan­cos alcan­za­dos des­de 2004. Este mis­mo sába­do, mis­iles lan­za­dos des­de un drone esta­dounidense causaron la muerte de ocho mil­i­tantes tal­ibanes en la fron­tera con Afganistán.

» Las víc­ti­mas. El con­flic­to en el noroeste de Pak­istan ha cau­sa­do más de dos mil­lones de desplaza­dos inter­nos, la may­oría de los cuales padecían ya situa­ciones de extrema pobreza. Al menos 500.000 per­sonas han tenido que aban­donar sus hog­a­res en la región de Waziristán del Norte, des­de que el ejérci­to ini­ció una ofen­si­va actu­al con­tra de gru­pos rebeldes. Y en cuan­to a los muer­tos en el con­flic­to, las cifras incluyen unos 5.000 sol­da­dos y 28.000 com­bat­ientes entre 2003 y 2014, así como más de 20.000 civiles. Además, cien­tos de per­sonas (entre 200 y más de 800, según las fuentes) han muer­to por ataques de drones estadounidenses.

Europa

Ucrania

» El con­flic­to. Ucra­nia, el país más poderoso, después de Rusia, surgi­do de la desin­te­gración de la Unión Soviéti­ca, fue esce­nario des­de noviem­bre del año pasa­do de protes­tas ciu­dadanas por el rec­ha­zo de las autori­dades a fir­mar un acuer­do de aso­ciación con la Unión Euro­pea. Tras ser depuesto el pres­i­dente Vík­tor Yanukóvich por la pre­sión pop­u­lar, y después de tomar el man­do un gob­ier­no pro­vi­sion­al, tropas rusas entraron en la provin­cia de Crimea, ase­gu­ran­do defend­er los intere­ses de los rusos que res­i­den allí. El 11 de mar­zo, Crimea y la ciu­dad de Sebastopol declararon uni­lat­eral­mente su inde­pen­den­cia de Ucra­nia y procla­maron la Repúbli­ca de Crimea, recono­ci­da solo por Rusia, que pro­mul­gó la anex­ión del ter­ri­to­rio. La ten­sión fue en aumen­to a par­tir del pasa­do mes de abril, con la ocu­pación por parte de gru­pos pror­ru­sos de sedes de la admin­is­tración region­al de ciu­dades del este de Ucra­nia –inclu­idas Donet­sk, Jarkov y Lugan­sk–, con la inten­ción (sigu­ien­do el ejem­p­lo crimeo) de anex­ionarse a Rusia.

» Qué está pasan­do aho­ra. Tras el peri­o­do de rel­a­ti­va cal­ma que sigu­ió a la reti­ra­da de los insur­gentes del norte de Donet­sk, el con­flic­to se ha rea­v­i­va­do des­de prin­ci­p­ios de julio. El día 14 ocur­rieron inten­sos com­bat­es en los alrede­dores de Rozk­ish­nie (Lugan­sk), el 16 las tropas ucra­ni­anas se reple­garon a sus posi­ciones y el día 17 las mili­cias de la región de Donet­sk tomaron la local­i­dad fron­ter­i­za de Mariniv­ka. Ese mis­mo día se estrel­ló un avión com­er­cial de Malaysia Air­lines, con 295 pasajeros a bor­do, en la local­i­dad de Grabo­vo, en la región de Donet­sk, una zona que se dis­putan las tropas guber­na­men­tales y los rebeldes. Según han con­fir­ma­do los ser­vi­cios de Inteligen­cia de EE UU, el avión fue der­rib­a­do por un mis­il. Las autori­dades ucra­ni­anas cul­paron a las mili­cias pror­rusas, y las autori­dades de las repúbli­cas auto­procla­madas de Donet­sk y Lugan­sk cul­paron a Ucra­nia. El Ser­vi­cio de Seguri­dad de Ucra­nia difundió este domin­go en Inter­net la grabación de una supues­ta con­ver­sación tele­fóni­ca entre dos jefes de las mili­cias pror­rusas que, de ser cier­ta, incrim­i­naría a los sep­a­ratis­tas y tam­bién a Moscú en la ocultación de prue­bas del der­ri­bo. El suce­so ha reac­ti­va­do un con­flic­to que parecía estanca­do en un pun­to de no retorno.

» Las víc­ti­mas. Según el Min­is­te­rio de Sanidad de Ucra­nia, a fecha del 11 de junio, 225 per­sonas habían muer­to des­de el ini­cio de la con­traofen­si­va guber­na­men­tal. Entre 15.000 y 20.000 refu­gia­dos lle­garon a Svi­a­to­hirsk prove­nientes de Slo­vian­sk tras la inten­si­fi­cación del bom­bardeo en la ciu­dad por parte de las Fuerzas Armadas de Ucra­nia a finales de mayo. Según fuentes rusas, 70.000 refu­gia­dos han cruza­do la fron­tera hacia Rusia des­de el ini­cio de los com­bat­es. La ONU pub­licó en mayo un informe en el que observ­a­ba un «dete­ri­oro alar­mante» de los dere­chos humanos en el ter­ri­to­rio con­tro­la­do por insur­gentes, con casos de asesinatos selec­tivos, tor­tu­ra y secue­stros. Rusia con­denó el informe, afir­man­do que ignor­a­ba los abu­sos cometi­dos por el gob­ier­no ucraniano.

África

República Centroafricana

» El con­flic­to. La Repúbli­ca Cen­troafricana vive una gravísi­ma cri­sis des­de finales de 2012, cuan­do cua­tro fac­ciones rebeldes musul­manas agru­padas en la for­ma­ción Sélé­ka se lev­an­taron en armas al con­sid­er­ar que el entonces pres­i­dente François Boz­izé no había respeta­do los acuer­dos de paz de 2007. Estos acuer­dos pre­veían la inte­gración de com­bat­ientes rebeldes en el Ejérci­to cen­troafricano, la lib­eración de pri­sioneros políti­cos y el pago a los mili­cianos sub­l­e­va­dos que optaran por el desarme. Los país­es de la región enviaron entonces una fuerza multi­na­cional para defend­er la cap­i­tal, Ban­gui, del avance de los insur­gent­ess, que lle­garon a estar a sólo 160 kilómet­ros de la ciu­dad. Las nego­cia­ciones entre el Gob­ier­no y los líderes de Sélé­ka lle­vadas a cabo en enero de 2013 finalizaron con la fir­ma de un nue­vo acuer­do de paz, pero los rebeldes per­pe­traron un golpe de Esta­do en mar­zo de ese año que depu­so a Boz­izé y situó al frente del país al líder de Sélé­ka, Michel Djo­to­dia. Djo­to­dia solo se man­tu­vo en el car­go has­ta enero de 2014, fecha en que pre­sen­tó su dimisión ante la olea­da de vio­len­cia desa­ta­da en el país, que provocó cen­tenares de muer­tos. Los mili­cianos de Sélé­ka atac­aron sobre todo bar­rios y aldeas de may­oría cris­tiana; los gru­pos de autode­fen­sa, enclaves musul­manes. No obstante, la vio­len­cia inter­con­fe­sion­al es un fenó­meno reciente en el país, donde los difer­entes gru­pos reli­giosos habían con­vivi­do has­ta aho­ra en rel­a­ti­va armonía, a pesar de las históri­c­as que­jas de la minoría musul­mana del norte, que se ha sen­ti­do aban­don­a­da por los suce­sivos gob­ier­nos cris­tianos. Ambos gru­pos están uti­lizan­do el dis­cur­so reli­gioso con fines políti­cos, pero resul­ta difí­cil obviar los intere­ses económi­cos y la cor­rup­ción gen­er­a­dos en la lucha por el con­trol del trá­fi­co de dia­mantes y de madera.

» Qué está pasan­do aho­ra. El pasa­do mes de febrero, el sec­re­tario gen­er­al de la ONU pidió al Con­se­jo de Seguri­dad el despliegue de 3.000 sol­da­dos inter­na­cionales para reforzar a los 6.000 mil­itares de la Unión Africana y 2.000 france­ses que se encuen­tran ya en el país con el fin de man­ten­er la paz y pro­te­ger a los civiles. En junio, medio cen­te­nar de per­sonas murieron en la ciu­dad de Bam­bari durante un nue­vo rebrote de vio­len­cia, y en agre­siones coor­di­nadas por gru­pos arma­dos como las mili­cias cris­tianas anti-Bal­a­ka o los exre­beldes musul­manes Séléka.

» Las víc­ti­mas. A finales de 2013, las orga­ni­za­ciones human­i­tarias sobre el ter­reno y tes­ti­gos, que respon­s­abi­liz­a­ban prin­ci­pal­mente a los exre­beldes, denun­cia­ban eje­cu­ciones extra­ju­di­ciales, tor­turas, ataques indis­crim­i­na­dos a civiles, agre­siones sex­u­ales a mujeres y niñas, pueb­los arrasa­dos, infraestruc­turas destru­idas, vivien­das y cose­chas incen­di­adas, hos­pi­tales sat­u­ra­dos, escue­las saque­adas… La fal­ta de seguri­dad, además, hacía que ni Naciones Unidas ni las agen­cias inter­na­cionales pud­iesen acced­er a los lugares más remo­tos en los que se pre­cis­a­ba ayu­da. Aprox­i­mada­mente un 70% de los niños en edad esco­lar no podían acud­ir a clase. Muchos desplaza­dos (hay cer­ca de un mil­lón en total) han bus­ca­do refu­gio en el cam­po, en la sel­va o en misiones reli­giosas, donde, según ha aler­ta­do el Comité Inter­na­cional de la Cruz Roja, las condi­ciones son muy pre­carias, sin acce­so a agua potable o a comi­da, y sin las nece­sarias medi­das de higiene, por lo que se teme la propa­gación de enfer­medades como la malaria.

Sudán del Sur

» El con­flic­to. En julio de 2011, poco después de procla­marse la inde­pen­den­cia de Sudán del Sur, el líder del Movimien­to Pop­u­lar de Lib­eración de Sudán, ala políti­ca del Ejérci­to Pop­u­lar de Lib­eración de Sudán, Sal­va Kiir, juró como primer pres­i­dente de la nue­va repúbli­ca. El primer año de inde­pen­den­cia estu­vo pro­tag­on­i­za­do de nue­vo por los con­flic­tos fron­ter­i­zos con el gob­ier­no de Sudán, y tam­bién por las luchas trib­ales en el inte­ri­or del país. Además, en enero de 2012 el con­flic­to petrolífero entre ambos país­es provocó que Sudán del Sur parase la pro­duc­ción de petróleo al no alcan­zar un acuer­do sobre la tar­i­fa de trán­si­to del crudo a través de su veci­no del norte, de momen­to la úni­ca vía de exportación con la que cuen­ta. En diciem­bre de 2013 el rég­i­men de Kiir frus­tró un inten­to de golpe de Esta­do, tras enfrentamien­tos con mil­itares disidentes que en cua­tro días provo­caron más de 500 muer­tos, prin­ci­pal­mente en la cap­i­tal y el esta­do de Jon­glei. Des­de entonces se han suce­di­do los com­bat­es, cau­san­do miles de fal­l­e­ci­dos y situan­do al país al bor­de de la guer­ra civil.

» Qué está pasan­do aho­ra. Pese a que a prin­ci­p­ios de mayo el pres­i­dente Kiir y el líder de los rebeldes, Riek Machar, fir­maron un acuer­do para el cese de las hos­til­i­dades, la situación de vio­len­cia con­tinúa. El Con­se­jo de Seguri­dad de Naciones Unidas advir­tió este miér­coles de que está dis­puesto a con­sid­er­ar «medi­das ade­cuadas» con­tra las partes en con­flic­to, en caso de que no pon­gan fin a la vio­len­cia y nego­cien un Gob­ier­no de tran­si­ción. Tan­to la ONU como la UE ya han impuesto san­ciones a los líderes mil­itares de ambos ban­dos. El Con­se­jo de Seguri­dad se ha mostra­do «alar­ma­do» por infor­ma­ciones según las cuales las dos partes están reclu­tan­do mili­cianos y hacién­dose con armas, lo que vio­la los acuer­dos de paz.

» Las víc­ti­mas. Se cal­cu­la que en 2011 alrede­dor de 1.000 per­sonas murieron en los enfrentamien­tos entre las comu­nidades Murle y Lou Nuer. En cuan­to al con­flic­to fron­ter­i­zo con Jar­tum, el número de desplaza­dos asciende ya a 150.000, según cifras de ACNUR de junio de 2012. Los cam­pos de refu­gia­dos sur­su­dane­ses, que care­cen de recur­sos para ali­men­tar y trasladar a los desplaza­dos lejos de las zonas fron­ter­i­zas de con­flic­to, están sat­u­ra­dos. Según datos facil­i­ta­dos por Oxfam, des­de que se ini­cia­ron los com­bat­es entre las tropas guber­na­men­tales y las fuerzas rebeldes el pasa­do año, más de un mil­lón de per­sonas se han vis­to oblig­adas a aban­donar sus hog­a­res y se encuen­tran desplazadas den­tro del país, y más de 350.000 han hui­do a país­es veci­nos. Muchas han tenido que atrav­es­ar el río Nilo para lle­gar has­ta Ugan­da, dejan­do atrás todas sus pos­e­siones y ponien­do en peli­gro sus vidas.A medi­a­dos del pasa­do mes de mayo se con­fir­mó un brote de cólera que hizo saltar las alar­mas ante una posi­ble emer­gen­cia san­i­taria, que se sumaría a la cre­ciente y dramáti­ca cri­sis ali­men­ta­ria. Tan sólo el 15% de la población tiene acce­so a letri­nas san­i­tarias seguras e higiéni­cas, y el 30% no tiene acce­so a agua limpia.

Mali

» El con­flic­to. La inesta­bil­i­dad de Mali, un país con estratégi­cos yacimien­tos de uranio, se hizo cada vez más patente a par­tir de 2007, cuan­do Amadou Touna­mi Touré revalidó su lid­er­az­go en las elec­ciones pres­i­den­ciales. Al tiem­po que gru­pos rebeldes hosti­ga­ban a la población y se pro­ducían secue­stros, e inclu­so asesinatos, de occi­den­tales, el Movimien­to Nacional por la Lib­eración de Aza­wad (MNLA), una escisión de la antigua guer­ril­la tuareg, se lev­an­tó en armas para reivin­dicar la autode­ter­mi­nación del norte del país. Las autori­dades de Bamako acus­a­ban al MNLA de estar apoy­a­do por Al Qae­da en Magreb Islámi­co (AQMI), por el grupo islamista rad­i­cal Ansar al Din, por excom­bat­ientes de las fuerzas del difun­to coro­nel libio Mua­mar al Gadafi y por traf­i­cantes. De hecho, el estal­li­do de la rev­olu­ción tuareg, de la que, en parte, se ‘apropi­aron’ los islamis­tas, se pro­du­jo al abri­go de la guer­ra en Lib­ia, y de las armas y mer­ce­nar­ios que salieron de este país. En mar­zo de 2012, dece­nas de mil­itares se sub­l­e­varon, y el amoti­namien­to acabó con­vir­tién­dose en un golpe de Esta­do. El 1 de abril, el pres­i­dente dim­i­tió, como parte del acuer­do alcan­za­do con la Jun­ta mil­i­tar para volver al orden con­sti­tu­cional, pero en enero de 2013 la cri­sis se agravó ante el avance de los gru­pos rad­i­cales islámi­cos, lo que provocó la inter­ven­ción mil­i­tar de Fran­cia. En junio de 2013 el Gob­ier­no y los rebeldes fir­maron un primer alto el fuego, y en agos­to Ibrahim Bubakar Kei­ta ganó las elec­ciones pres­i­den­ciales. Los enfrentamien­tos y los aten­ta­dos, sin embar­go, continúan.

» Qué está pasan­do aho­ra. Tras el nue­vo alto el fuego alcan­za­do en mayo, este miér­coles comen­zaron en Argelia las con­ver­sa­ciones de paz entre el Gob­ier­no y los rebeldes tuareg. En vísperas de la nego­ciación, ambos ban­dos inter­cam­biaron pri­sioneros. Un total de 45 sol­da­dos maliens­es fueron recibidos por el primer min­istro Mous­sa Mara en el aerop­uer­to de Bamako, y dos auto­bus­es lle­garon al aerop­uer­to des­de el cen­tro de la ciu­dad con 41 tuaregs que habían esta­do detenidos en la capital.

» Las víc­ti­mas. Más de un mil­lar de sol­da­dos y com­bat­ientes han muer­to en los difer­entes con­flic­tos entre Gob­ier­no, tropas extran­jeras, gru­pos tuareg y gru­pos islamis­tas. En mayo de 2012, Amnistía Inter­na­cional pub­licó un informe en el que ase­gura­ba que Mali esta­ba sufrien­do la peor situación des­de 1960 en lo que respec­ta a los dere­chos humanos, a la vez que denun­cia­ba los abu­sos cometi­dos por los fun­da­men­tal­is­tas islámi­cos en las zonas que con­tro­la­ban, y la uti­lización de niños sol­da­do. Human Rights Watch denun­ció asimis­mo vio­la­ciones de los dere­chos humanos y asesinatos de civiles por parte del ejérci­to guber­na­men­tal. Y en abril del año pasa­do, Médi­cos sin Fron­teras infor­mó de que unos 70.000 refu­gia­dos maliens­es con­tinu­a­ban en condi­ciones pre­carias en el desier­to de Mau­ri­ta­nia, con escasas esper­an­zas de regre­sar a su país de ori­gen por las ten­siones étni­cas en el norte de Mali. Por otra parte, gru­pos islamis­tas dañaron o destruyeron impor­tantes mon­u­men­tos históri­cos durante el con­flic­to, espe­cial­mente en Tim­buk­tu.

Somalia

» El con­flic­to. Soma­lia vive sin un Gob­ier­no estable cen­tral des­de que en 1991 fue der­ro­ca­do el dic­ta­dor Mohamed Barre (el Ejec­u­ti­vo actu­al tiene carác­ter tran­si­to­rio), y en medio de luchas entre los clanes, lid­er­a­dos por los «señores de la guer­ra» que se han dis­puta­do el con­trol de las regiones des­de entonces. Aunque a comien­zos de los noven­ta el país fue esce­nario de una guer­ra civ­il, con el tiem­po los dis­tin­tos domin­ios se con­sol­i­daron, si bien los enfrentamien­tos entre clanes por dis­putas ter­ri­to­ri­ales con­tin­uaron. En 2006 se creó una alian­za entre var­ios «señores de la guer­ra», con el fin de con­trar­restar el cre­ciente poder de las «cortes islámi­cas». Los «señores de la guer­ra» acus­a­ban a las «cortes islámi­cas» de estar apoy­adas por Al Qae­da. Los com­bat­es entre ambas partes se sal­daron, en menos de tres meses, con más de 350 muer­tos. Frente al apoyo mil­i­tar que Etiopía dio al pres­i­dente Yusuf Ahmed, Eritrea envió armas a las «cortes islámi­cas». Los com­bat­es entre mili­cianos islamis­tas y fuerzas guber­na­men­tales y etíopes no cesaron, a pesar de los diver­sos anun­cios de alto el fuego y de las efímeras treguas, y causaron miles de muer­tos. La vio­len­cia alcanzó en 2009 a tres min­istros, que murieron jun­to a otras 12 per­sonas en un aten­ta­do en Mogadiscio.

» Qué está pasan­do aho­ra. En 2004 difer­entes fac­ciones lle­garon a un acuer­do para con­for­mar un Gob­ier­no de tran­si­ción y unificar el país, y en 2012 se aprobó una nue­va Con­sti­tu­ción pro­vi­sion­al. Pero, a pesar de los avances políti­cos logra­dos en los últi­mos años, Soma­lia sigue inm­er­sa en el con­flic­to arma­do. El Pala­cio Pres­i­den­cial de Mogadis­cio, sede del Gob­ier­no tran­si­to­rio, sufrió a prin­ci­p­ios de julio un fuerte ataque (8 muer­tos), el segun­do en este año, que fue reivin­di­ca­do por la mili­cia islamista Al Shabab. Este grupo, que anun­ció en febrero de 2012 su unión for­mal a Al Qae­da, lucha para instau­rar un esta­do islámi­co de tipo wahabí en Soma­lia, y comete asimis­mo numerosos actos ter­ror­is­tas en Kenia.

» Las víc­ti­mas. Des­de 1991, el con­flic­to soma­lí ha cau­sa­do más de 400.000 muer­tos (3.150 en 2013). En 2012, la Agen­cia para los Refu­gia­dos de la ONU infor­mó de que más de un mil­lón de soma­líes habían hui­do ya hacia los país­es veci­nos, y de que la may­oría cita­ban la inse­guri­dad y la escasez ali­men­ta­ria como prin­ci­pales motivos de su hui­da. Además, más de 1,3 mil­lones de soma­líes se encon­tra­ban desplaza­dos inter­na­mente en el país. En total, un ter­cio de la población de Soma­lia, esti­ma­da en 7,5 mil­lones de per­sonas, se encuen­tra desplaza­da forzosamente.

República Democrática del Congo

» El con­flic­to. La per­ma­nen­cia en las provin­cias fron­ter­i­zas con­goleñas de las mili­cias hutus de Ruan­da, huidas de su país tras per­pe­trar el geno­cidio de los tut­sis en 1994, ha con­sti­tu­i­do el prin­ci­pal fac­tor de deses­ta­bi­lización en la his­to­ria más reciente de la Repúbli­ca Democráti­ca del Con­go (RDC). La pres­en­cia de las Fuerzas Democráti­cas para la Lib­eración de Ruan­da (FDLR, hutus) motivó que Ruan­da (gob­er­na­da des­de entonces por tut­sis) invadiera dos veces la RDC, en 1996 y 1998, des­en­ca­de­nan­do sendas guer­ras. Por su parte, la minoría tut­si con­goleña ale­ga vivir bajo la ame­naza de un nue­vo geno­cidio de la mano de las mili­cias hutus ruan­desas. Para defend­er­los, el gen­er­al disidente con­golés Lau­rent Nkun­da, de etnia tut­si, se hizo con una fuerza de 3.000 hom­bres, supues­ta­mente apoy­a­dos por Ruan­da, y, a finales de 2007, se plan­tó a las puer­tas de Goma. Solo la inter­ven­ción de la Mis­ión de la ONU les impidió tomar la ciu­dad (Naciones Unidas tiene casi 17.000 cas­cos azules en la RDC, su may­or despliegue en el mun­do). Ape­nas seis años después del fin de una cru­el guer­ra civ­il en la que habían muer­to más de cin­co mil­lones de per­sonas, el país volvía a estar sacu­d­i­do por la vio­len­cia. Aunque el Gob­ier­no fir­mó en enero de 2008 un acuer­do de cese de las hos­til­i­dades, los enfrentamien­tos entre el Ejérci­to y las mili­cias de Nkun­da se reanudaron en octubre de ese año. Nkun­da, acu­sa­do de crímenes de guer­ra y con­tra la humanidad, fue final­mente arresta­do en Ruan­da en enero de 2009. La parte ori­en­tal de la RDC es una zona muy rica en dia­mantes, oro y otros recur­sos nat­u­rales, como el coltán, que han sido, al mis­mo tiem­po, parte impor­tante en el ori­gen de la guer­ra y fuente de finan­ciación para los combatientes.

» Qué está pasan­do aho­ra. El fin de décadas de con­flic­to arma­do en el este de la Repúbli­ca Democráti­ca del Con­go parece estar más cer­ca, después de los logros políti­cos y mil­itares con­segui­dos en 2013, incluyen­do el aumen­to de la coop­eración region­al y la dis­olu­ción del grupo mil­i­tar rebelde Movimien­to 23 de Mar­zo, que opera fun­da­men­tal­mente en la provin­cia de Kivu del Norte.

» Las víc­ti­mas. Más de 2,7 mil­lones de per­sonas se han vis­to oblig­adas a huir de sus hog­a­res en el país, muchas de ellas de var­ios sitios en pocos meses, y más de 398.000 viv­en en 31 cam­pos de desplaza­dos y depen­den exclu­si­va­mente de la ayu­da human­i­taria. Según expli­ca la ONG Oxfam, las comu­nidades de Kivu del Norte y Sur aún se enfrentan a asesinatos, vio­la­ciones, secue­stros, tor­turas y extor­siones económi­cas a manos de muchos gru­pos arma­dos que todavía con­trolan gran parte de la región. Las fuerzas de seguri­dad del Gob­ier­no tam­bién han lle­va­do a cabo abu­sos con­tra la población civ­il. Las famil­ias viv­en destrozadas por la con­tin­ua ten­sión de vivir bajo la vio­len­cia y la explotación, con niños que no pueden asi­s­tir a la escuela, una escasez de ali­men­tos gen­er­al­iza­da y la con­sigu­iente desnu­tri­ción, una aten­ción san­i­taria inade­cua­da y la fal­ta de insta­la­ciones de agua potable y saneamiento.

Nigeria

» El con­flic­to. Des­de octubre de 2010 Nige­ria es esce­nario de una serie de bru­tales aten­ta­dos, en su may­oría per­pe­tra­dos por el grupo rad­i­cal islamista Boko Haram. Boko Haram, cuyo nom­bre sig­nifi­ca «La edu­cación no islámi­ca es peca­do», es una sec­ta que lucha por impon­er la ley islámi­ca en Nige­ria, país de may­oría musul­mana en el norte y cris­tiana en el sur. La sec­ta ini­ció su cam­paña vio­len­ta en 2009 cuan­do su fun­dador, Mohamed Yusuf, murió en un inten­to de fuga mien­tras se encon­tra­ba bajo cus­to­dia poli­cial. Boko Haram fue el grupo respon­s­able del aten­ta­do del 26 de agos­to de 2011 con­tra la sede de la ONU en Abuya ( 24 muer­tos), y del per­pe­tra­do el 25 diciem­bre de ese mis­mo año, cuan­do murieron al menos 44 per­sonas en cin­co ataques con­tra tem­p­los cris­tianos en los que se cel­e­bra­ban los ser­vi­cios reli­giosos de Navi­dad. Los últi­mos inci­dentes pro­tag­on­i­za­dos por el grupo datan del pasa­do 15 de abril, cuan­do cer­ca de 200 niñas fueron secuestradas en una escuela-res­i­den­cia en Chi­bok, al noroeste, horas después de que en Abuya, muri­er­an otras 75 per­sonas por un aten­ta­do con bom­ba en una estación de auto­bus­es. Un total de 44 de las esco­lares secuestradas lograron escapar, y el 5 de mayo el líder del grupo, Abubakar Shekau, reivin­dicó en un vídeo la autoría del secue­stro. Por otra parte, Nige­ria sufre asimis­mo el lla­ma­do Con­flic­to del Delta del Niger, que surgió por las ten­siones entre las empre­sas petróleras inter­na­cionales y los pueb­los locales en la déca­da de los noven­ta, espe­cial­mente con los pueb­los ogo­ni y ijaw. La com­pe­ten­cia por la riqueza petrol­era ha ali­men­ta­do la vio­len­cia entre los innu­mer­ables gru­pos étni­cos, lo que ha lle­va­do a la mil­i­ta­rización com­ple­ta del área, a la for­ma­ción de mili­cias trib­ales y al aumen­to de efec­tivos de las fuerzas armadas y la policía nigerianas.

» Qué está pasan­do aho­ra. La sem­ana pasa­da, al menos 45 per­sonas murieron en un ataque de Boko Haram a la población de Damboa, en el norte de Nige­ria. Los ter­ror­is­tas ase­di­aron la población durante la noche, dis­paran­do con­tra sus habi­tantes y lan­zan­do explo­sivos a sus vivien­das. Según tes­ti­gos cita­dos por Efe, las calles quedaron «sem­bradas de cadáveres».

» Las víc­ti­mas. El pasa­do mes de mar­zo, un informe de Amnistía Inter­na­cional denun­cia­ba que el incre­men­to de los ataques de Boko Haram, así como las repre­salias incon­tro­ladas de las fuerzas de seguri­dad, habían provo­ca­do la muerte de al menos 1.500 per­sonas al noreste Nige­ria (más de la mitad, civiles) en los tres primeros meses del año. Según diver­sas fuentes, el grupo islamista ha mata­do ya a más de 3.000 per­sonas des­de que ini­ció su cam­paña vio­len­ta. En el Con­flic­to del Delta del Níger han muer­to des­de 2004 entre 4.000 y 5.000 personas.

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