La homofobia legal sigue destrozando vidas en medio mundo

Miguel Máiquez, 20/4/2014

Era un dis­cur­so para con­mem­o­rar los 34 años de la inde­pen­den­cia de Zim­babue, pero Robert Mugabe, pres­i­dente del país des­de 1987, de 90 años de edad y con una nada ejem­plar trayec­to­ria en lo que respec­ta a los dere­chos humanos, no pudo resi­s­tir este viernes la tentación de volver a una de sus may­ores obse­siones: la homosexualidad.

En declara­ciones ante­ri­ores, Mugabe ya había dicho que los homo­sex­u­ales son «peo­res que los cer­dos y los per­ros», que «mere­cen ser castra­dos» y que, si fuera por él, irían «dere­chos a pudrirse en el infier­no». Esta vez le tocó el turno al «absur­do homo­sex­u­al de Europa»: las naciones euro­peas, dijo, «no tienen prin­ci­p­ios; el mat­ri­mo­nio solo puede ser entre un hom­bre y una mujer. Lo que es nat­ur­al lo han hecho anti­nat­ur­al, y lo que es anti­nat­ur­al ellos quieren decir que es nat­ur­al». El pres­i­dente remató su aren­ga ame­nazan­do con expul­sar del país a los fun­cionar­ios diplomáti­cos extran­jeros que defien­dan los dere­chos de los homosexuales.

El prob­le­ma, con ser grave, no es que el pres­i­dente de un país real­ice seme­jantes declara­ciones, aunque fuese a títu­lo per­son­al. El prob­le­ma es que Mugabe habla respal­da­do por una leg­is­lación que con­tem­pla esos mis­mos prin­ci­p­ios (los mat­ri­mo­nios entre per­sonas del mis­mo sexo son ile­gales en Zim­babue, donde los homo­sex­u­ales son arresta­dos con reg­u­lar­i­dad), y ante una población (votantes) que, de for­ma muy numerosa, rec­haza tam­bién la homosexualidad.

Y Zim­babue no es, en abso­lu­to, un caso ais­la­do. Según cifras de Amnistía Inter­na­cional, 38 de los 54 país­es del con­ti­nente africano crim­i­nal­izan las rela­ciones homo­sex­u­ales entre adul­tos. En Mau­ri­ta­nia, Soma­lia o Sudán, este «deli­to» puede lle­var a una sen­ten­cia de muerte. En Nige­ria, cár­cel; en Ugan­da, cade­na per­pet­ua.

En otro ejem­p­lo de vis­cer­al­i­dad, el pres­i­dente de Gam­bia, Yahya Jam­meh, cal­i­ficó recien­te­mente a los homo­sex­u­ales de «ali­mañas» y ase­guró que su gob­ier­no se enfrentará a ellos «del mis­mo modo que com­bate a los mos­qui­tos de la malar­ia». «Por lo que a mí respec­ta, LGTB [siglas del colec­ti­vo de Les­bianas, Gays, Tran­sex­u­ales y Bisex­u­ales] sig­nifi­ca lep­ra, gonor­rea, bac­te­rias y tuber­cu­lo­sis», dijo.

Perseguidos por ley

África es, jun­to con Ori­ente Medio, el peor lugar del mun­do para ser abier­ta­mente homo­sex­u­al, pero la per­se­cu­ción y la dis­crim­i­nación se extien­den, en diver­sos gra­dos, a lo largo y ancho del plan­e­ta. Los homo­sex­u­ales son persegui­dos por ley (incluyen­do la pena cap­i­tal en algunos casos) en más de 70 país­es, según el últi­mo informe de ILGA, la Aso­ciación Inter­na­cional de Les­bianas, Gays, Bisex­u­ales, Tran­sex­u­ales y Per­sonas Inter­sex (LGBTI), pero la lista de naciones donde son víc­ti­mas de acti­tudes homó­fobas, incluyen­do varias en Europa, es mucho más larga.

Es cier­to que en los últi­mos años ha ido dis­min­uyen­do poco a poco el número de país­es donde se crim­i­nal­iza la homo­sex­u­al­i­dad, pero tam­bién lo es que las leyes en las que se recono­cen sus dere­chos se siguen midi­en­do con cuentagotas.

En este con­tex­to, desta­ca como noti­cia alen­ta­do­ra para este colec­ti­vo la decisión del Tri­bunal Supre­mo de la India, dada a cono­cer esta mis­ma sem­ana, de recono­cer a los tran­sex­u­ales como un «ter­cer género» y ordenar al Gob­ier­no del país que los trate como tal en los doc­u­men­tos ofi­ciales. Has­ta aho­ra, los tran­sex­u­ales debían mar­car la casil­la «hom­bre» o «mujer» en los doc­u­men­tos ofi­ciales, pero tras la sen­ten­cia del Supre­mo, el Gob­ier­no deberá emi­tir pas­aportes y licen­cias de con­ducir que incluyan el nue­vo género. Además, a par­tir de aho­ra se incor­po­ran al sis­tema de «dis­crim­i­nación pos­i­ti­va» indio que des­de 1950 reser­va puestos de tra­ba­jo públi­co y en uni­ver­si­dades para los miem­bros de cas­tas bajas. India sigue así los pasos de Aus­tralia, donde, des­de 2011, los tran­sex­u­ales o her­mafrodi­tas pueden ele­gir en los pas­aportes un ter­cer tipo de sexo inde­ter­mi­na­do, difer­ente de las opciones «hom­bre» o «mujer».

Se tra­ta, sin embar­go, del mis­mo Tri­bunal Supre­mo que a finales de 2013 restablecía en la India la ile­gal­i­dad de las rela­ciones sex­u­ales con­sen­ti­das entre homo­sex­u­ales, cua­tro años después de que fuer­an despe­nal­izadas.

El papel de la religión

En junio de 2013, el cen­tro de inves­ti­ga­ciones soci­ológ­i­cas esta­dounidense Pew Research Cen­ter pub­licó un estu­dio sobre la aceptación de la homo­sex­u­al­i­dad en el mun­do. La con­clusión, tras analizar una encues­ta real­iza­da en 39 país­es, fue que los homo­sex­u­ales son más acep­ta­dos en aque­l­los país­es donde la religión jue­ga un papel menos impor­tante en la sociedad (los más laicos), y en aque­l­los que dis­fru­tan de un may­or niv­el económico.

El fac­tor reli­gioso, o la inter­pretación fun­da­men­tal­ista de algunos cre­dos, en la per­se­cu­ción legal a los homo­sex­u­ales es espe­cial­mente noto­rio en Esta­dos de may­oría musul­mana en Ori­ente Medio donde se apli­ca la sharia (ley islámi­ca), y en el África Sub­sa­har­i­ana. En los primeros, la lec­tura rad­i­cal del islam lle­ga a con­tem­plar inclu­so la pena cap­i­tal en país­es como Irán, Ara­bia Saudí o Yemen. En los segun­dos, el fac­tor clave es el auge de las igle­sias evangéli­cas de corte fundamentalista.

Jon Sis­ti­a­ga, autor, jun­to con Hernán Zin, del doc­u­men­tal Caza al homo­sex­u­al (Canal +), lo resume así en El País, refir­ién­dose al caso de Ugan­da: «El 90% de su población es, a partes iguales, católi­ca y angli­cana. La religión está muy pre­sente en la vida diaria y los pro­gra­mas de telepred­i­cadores tienen un enorme seguimien­to. Activis­tas de dere­chos humanos y obser­vadores inter­na­cionales coin­ci­den en que la lle­ga­da masi­va de dinero y misioneros des­de Esta­dos Unidos ha mod­i­fi­ca­do los prin­ci­p­ios de con­viven­cia. Ugan­da se ha con­ver­tido en la nue­va tier­ra de promisión para algu­nas igle­sias evan­ge­lis­tas norteam­er­i­canas. […]. Telepred­i­cadores como Lou Engle, fun­dador del movimien­to La Lla­ma­da, o Scott Live­ly, que escribió un libro tit­u­la­do, aten­ción, La esvás­ti­ca rosa, se han acer­ca­do por Ugan­da y han encon­tra­do en su odio al homo­sex­u­al la man­era de difer­en­cia­rse de otros cre­dos. Ellos han con­ven­ci­do a los pas­tores locales de que los gais tienen una agen­da ocul­ta para reclu­tar niños ugan­deses en las escue­las y que la homo­sex­u­al­i­dad es un hábito que se puede curar. El resul­ta­do es que muchos pred­i­cadores tra­ducen esas ideas direc­ta­mente des­de el Viejo Tes­ta­men­to en tér­mi­nos de odio, aver­sión y xenofobia».

Este es un resumen, región por región, de la per­se­cu­ción legal a la que son someti­dos los homo­sex­u­ales en el mundo:

África subsahariana

El con­ti­nente africano se ha con­ver­tido en los últi­mos años en el lugar del mun­do donde es más peli­groso ser homo­sex­u­al. El caso más reciente y con más reper­cusión inter­na­cional ha sido el de Ugan­da, cuyo pres­i­dente, Yow­eri Musev­eni, fir­mó a finales del pasa­do mes de febrero una ley que aumen­ta las penas de prisión con­tra los homo­sex­u­ales, incluyen­do la cade­na per­pet­ua para aque­l­los que ‘rein­ci­dan’, y que cas­ti­ga a famil­iares y alle­ga­dos que no denun­cien estas prác­ti­cas. En la mis­ma línea de Mugabe, el pres­i­dente ugandés quiso dejar claro con la aprobación de esta nor­ma su «inde­pen­den­cia frente a las pre­siones occidentales».

En Nige­ria, el pres­i­dente del país, Good­luck Jonathan, ha prop­uesto otra ley que cas­ti­ga el mat­ri­mo­nio entre per­sonas del mis­mo sexo con 14 años de prisión para cada miem­bro de la pare­ja. Además, cualquier per­sona que muestre en públi­co, de for­ma direc­ta o indi­rec­ta, una relación homo­sex­u­al será con­de­na­da a diez años de cár­cel, según la nue­va leg­is­lación. La ley cuen­ta con un amplio apoyo entre la población, muy devota y may­ori­tari­a­mente cris­tiana y musulmana.

Según denun­ció Amnistía Inter­na­cional en un informe sobre la crim­i­nal­ización de las rela­ciones del mis­mo sexo en la región, tit­u­la­do Trans­for­man­do al amor en un crimen y pub­li­ca­do en junio de 2013, «los ataques y la per­se­cu­ción a homo­sex­u­ales en el África sub­sa­har­i­ana son cada vez más vis­i­bles, la homo­fo­bia está alcan­zan­do nive­les peli­grosos». El doc­u­men­to añade que «en muchos casos los ataques han sido alen­ta­dos por políti­cos y líderes religiosos».

«En Camerún, las per­sonas son arrestadas con fre­cuen­cia después de ser denun­ci­adas a las autori­dades por ser gays o les­bianas, en base a su apari­en­cia o rumores. Algunos indi­vid­u­os fueron encar­ce­la­dos has­ta por tres años sin pro­ce­so judi­cial o car­gos en base a esas denun­cias», añade el informe. Exde­tenidos dijeron a Amnistía que fueron gol­pea­d­os con fre­cuen­cia y someti­dos a «pro­ced­imien­tos inva­sivos como exámenes anales forzosos».

No obstante, y como expli­ca el peri­odista Hernán Zin en su blog Via­je a la guer­ra, en 20minutos.es, «no todos los país­es africanos pade­cen esta retrógra­da y desver­gon­za­da fobia a los gays y les­bianas. Sudáfrica es un ejem­p­lo de lib­er­tad y tol­er­an­cia. Kenia, en menor medi­da tam­bién. No es raro ver en bares de West­land como el Black Dia­mond o Gip­sies a jóvenes que no nece­si­tan escon­der su homosexualidad».

Oriente Medio y Magreb

La men­ciona­da encues­ta del Cen­tro PEW rev­ela que los país­es de Ori­ente Medio son, jun­to con los del África Sub­sa­har­i­ana, los menos tol­er­antes del mun­do en lo que respec­ta a la homo­sex­u­al­i­dad. A la pre­gun­ta «¿Debería la sociedad acep­tar la homo­sex­u­al­i­dad?», la may­oría de los encues­ta­dos en Israel, Líbano, Turquía, Egip­to, Jor­da­nia, Túnez y los ter­ri­to­rios palesti­nos responde «No». En Egip­to, Jor­da­nia, Palesti­na y Túnez esta may­oría supera el 90%.

En Ara­bia Saudí, todas las rela­ciones sex­u­ales que no sean efec­tu­adas den­tro del tradi­cional mat­ri­mo­nio het­ero­sex­u­al son con­sid­er­adas un crimen, cas­ti­ga­do, en algunos casos, con la pena de muerte. Al no exi­s­tir un códi­go penal escrito, la pena con­tra per­sonas con­vic­tas por homo­sex­u­al­i­dad o sodomía varía des­de cas­ti­gos como cár­cel, mul­tas, pal­izas o, para un extran­jero, la expul­sión, has­ta con­fi­namien­tos en una insti­tu­ción men­tal o eje­cu­ción pública.

En Yemen, la homo­sex­u­al­i­dad, aparte de un estig­ma social, es ile­gal, y los cas­ti­gos que recoge la leg­is­lación pueden ir des­de la fla­gelación has­ta la pena de muerte. Yemen es uno de los cin­co país­es en todo el mun­do, jun­to con Mau­ri­ta­nia, la men­ciona­da Ara­bia Saudí, Sudán e Irán, que con­tem­plan, aunque sea en teoría, la pena cap­i­tal por la prác­ti­ca de rela­ciones sex­u­ales con­sen­ti­das entre per­sonas adul­tas del mis­mo sexo. Las pági­nas web gays y lés­bi­cas son blo­queadas por el Gob­ier­no yemení, y no exis­ten lugares públi­cos o semi­públi­cos para gays o lesbianas.

En 2005, en Irán, otro de los país­es donde la homo­sex­u­al­i­dad puede estar pena­da con la muerte, dos jóvenes reci­bieron 228 latiga­zos y fueron ahor­ca­dos en medio de una gran mul­ti­tud en la ciu­dad de Mash­had por man­ten­er una relación homo­sex­u­al entre ellos. El Gob­ier­no acusó a los jóvenes de haber vio­la­do a un niño pequeño, pero otras fuentes desmintieron estos car­gos. A raíz de esta eje­cu­ción, algunos país­es europeos como Sue­cia, Holan­das, Ale­ma­nia, el Reino Unido y Rusia, con­tem­plaron deten­er las extradi­ciones de gays a Irán.

En Mar­rue­cos, y según denun­ció Amnistía Inter­na­cional, un tri­bunal con­fir­mó en enero de 2008 con­de­nas de has­ta 10 meses de prisión impues­tas a seis hom­bres declar­a­dos cul­pa­bles de «con­duc­ta homo­sex­u­al». Y en Egip­to, 24 hom­bres fueron detenidos por «prác­ti­ca habit­u­al de lib­erti­na­je» y 20 de ellos fueron con­de­na­dos en 2008 a entre uno y tres años de prisión. La may­oría fueron oblig­a­dos a some­terse a explo­raciones anales para «demostrar» que habían tenido con­duc­tas homosexuales.

En país­es cuyas leg­is­la­ciones son más tol­er­antes, como Líbano, donde los homo­sex­u­ales cuen­tan con la primera aso­ciación para gays en ori­ente Medio, la fun­dación Helem, y donde exis­ten tam­bién bares y clubs noc­turnos gays, los homo­sex­u­ales se enfrentan a menudo a un gran rec­ha­zo social.

La homo­sex­u­al­i­dad ya no es deli­to en Turquía, que hace cada vez más esfuer­zos por aprox­i­mar su leg­is­lación a la de Europa, si bien existe aún una con­sid­er­able homo­fo­bia entre la población, espe­cial­mente fuera de la cos­mopoli­ta Estam­bul. Tam­poco es deli­to en Irak y Jordania.

Asia Oriental y del Sur

La homo­sex­u­al­i­dad es legal en la may­oría de los país­es del Lejano Ori­ente (Chi­na, las dos Core­as, Japón, Mon­go­lia, los país­es de la penín­su­la de Indochi­na y Tai­wán). En Bir­ma­nia y Uzbek­istán es ile­gal y se apli­can penas menores. Corea del Sur, Japón y Tai­lan­dia se encuen­tran en una situación sim­i­lar a algunos país­es europeos y lati­noamer­i­canos, y con­tem­plan la legal­ización de las uniones civiles. En el sud­este asiáti­co la homo­sex­u­al­i­dad es ile­gal en Mala­sia y legal en Indone­sia, donde existe, no obstante, una fuerte homo­fo­bia. Tam­bién es ile­gal en Brunéi y Sin­ga­pur, con cas­ti­gos, en este últi­mo caso, que pueden lle­gar a la cade­na perpetua.

En todo el sur de Asia, Nepal es actual­mente la úni­ca nación donde las rela­ciones entre gays son ple­na­mente legales. A medi­a­dos del pasa­do mes de diciem­bre, India anun­ció el reestablec­imien­to de la ile­gal­i­dad de las rela­ciones entre homo­sex­u­ales, cua­tro años después de que fuer­an despe­nal­izadas. La decisión, toma­da por el Tri­bunal Supre­mo indio, anu­la­ba una sen­ten­cia de un tri­bunal en Del­hi que había legal­iza­do la homo­sex­u­al­i­dad en 2009, tras una cam­paña de más de una déca­da por orga­ni­za­ciones civiles locale. El Gob­ier­no ha solic­i­ta­do a la Corte Supre­ma que revise su dictamen.

América

Nicaragua era el úni­co país de Lati­noaméri­ca que man­tenía la homo­sex­u­al­i­dad como deli­to. El ante­ri­or gob­ier­no nicaragüense instó a que se dero­gase el artícu­lo 204, y, des­de mar­zo de 2008, en la nue­va ver­sión del códi­go penal, con el gob­ier­no del pres­i­dente Daniel Orte­ga, la homo­sex­u­al­i­dad ya no es ilegal.

En Cuba, donde durante décadas se pro­du­jo una impor­tante per­se­cu­ción de los homo­sex­u­ales, la homo­sex­u­al­i­dad tam­poco está ya pena­da. En los últi­mos años, el país caribeño ha bus­ca­do la man­era de recono­cer algunos dere­chos de las minorías sex­u­ales, y de penalizar la homofobia.

A pesar de los avances logra­dos en toda la región, un informe pub­li­ca­do en 2006 indi­ca­ba que cada dos días se asesina a una per­sona homo­sex­u­al en Améri­ca Lati­na. Solo en Méx­i­co fueron asesinadas por motivos rela­ciona­dos con la homo­fo­bia un total de 1.000 per­sonas entre 2003 y 2007. Y en Hon­duras, activis­tas locales denun­cia­ron que más de 186 homo­sex­u­ales fueron asesina­dos en el país cen­troamer­i­cano entre 2009 y 2012, y que la may­oría de los crímenes no han sido castigados.

La lista de país­es amer­i­canos que penal­izan en algu­na for­ma las rela­ciones homo­sex­u­ales incluye a Bar­ba­dos, Belice, Grana­da, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago.

Europa

Amnistía Inter­na­cional denun­ció en 2012 la «dis­crim­i­nación con­stante» que sufren las per­sonas homo­sex­u­ales en país­es europeos como Leto­nia, Litu­a­nia, Bul­gar­ia, Croa­cia, Ser­bia, Hun­gría, Mol­davia o Rusia. En un informe ante­ri­or, de 2009, la orga­ni­zación señal­a­ba que las autori­dades de var­ios país­es europeos «con­tinúan fomen­tan­do un cli­ma de intol­er­an­cia y dis­crim­i­nación con­tra les­bianas, gays, bisex­u­ales y per­sonas trans­género, lo que difi­cul­ta aún más que se escuchen sus voces y se pro­te­jan sus derechos».

Durante 2008 y el primer semes­tre de 2009, las autori­dades pro­hi­bieron actos públi­cos en apoyo de las comu­nidades de les­bianas, gays, bisex­u­ales y per­sonas trans­género en Bielor­ru­sia, Litu­a­nia y Mol­davia. En mayo de 2009, tuvo lugar la mar­cha del Orgul­lo Esla­vo en Moscú, en la Fed­eración Rusa. Las autori­dades habían pro­hibido su cel­e­bración y la policía antidis­tur­bios cargó con­tra los man­i­fes­tantes y detu­vo a entre 25 y 80 activistas.

El caso de Rusia es espe­cial­mente sig­ni­fica­ti­vo, como se puso de man­i­fiesto recien­te­mente con la aprobación, por parte del Gob­ier­no de Vladimir Putin, de dos leyes que pro­híben la «pro­pa­gan­da homo­sex­u­al» y la adop­ción de niños rusos por homo­sex­u­ales extran­jeros. Otras prop­ues­tas pre­tenden impedir a los homo­sex­u­ales donar san­gre y reti­rar la patria potes­tad a padres homo­sex­u­ales. Además, gru­pos neon­azis ata­can, a menudo impune­mente, a homo­sex­u­ales en el país, y el 74% de los rusos con­sid­era que la homo­sex­u­al­i­dad no debe ser acep­ta­da por la sociedad.

En junio de 2009 el Par­la­men­to de Litu­a­nia decidió seguir ade­lante con un proyec­to de ley que, según Amnistía, «insti­tu­cional­iza la homo­fo­bia y supon­dría pro­hibir el debate sobre la homo­sex­u­al­i­dad en las escue­las, así como toda ref­er­en­cia a ella en cualquier infor­ma­ción públi­ca que puedan ver menores». La ONG añade que «la refor­ma prop­ues­ta equipara la homo­sex­u­al­i­dad a la vio­len­cia físi­ca o psi­cológ­i­ca, a la exhibi­ción de un cuer­po humano muer­to o cru­el­mente muti­la­do y a infor­ma­ción que sus­cite temor u hor­ror o fomente la auto­mu­ti­lación o el suicidio».

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