Más evasión, más impuestos

Miguel Máiquez, 19/9/2013
Publicado en MiBolsillo, 20Minutos

El 94% de las empre­sas inclu­idas en el IBEX35 (el prin­ci­pal índice de ref­er­en­cia de la Bol­sa españo­la) tenían en 2011 pres­en­cia en ter­ri­to­rios con­sid­er­a­dos como paraí­sos fis­cales, y en ocu­pa­ciones que no están direc­ta­mente rela­cionadas con la pro­duc­ción de bienes o la prestación de ser­vi­cios, sino con activi­dades financieras de sociedades de cartera o de tipo hold­ing. El dato pertenece al últi­mo informe del Obser­va­to­rio de la Respon­s­abil­i­dad Social Cor­po­ra­ti­va (RSC), pre­sen­ta­do el pasa­do mes de mayo.

Otro dato: aunque no es posi­ble dar una cifra exac­ta, el sindi­ca­to de téc­ni­cos de Hacien­da, Gestha, cal­cu­la que la evasión fis­cal anu­al en España supone unos 88.000 mil­lones de euros, una can­ti­dad que hay que unir a los 245.000 mil­lones de euros (el 23,3% del PIB) a los que se cal­cu­la que asciende el vol­u­men de la economía sumergida.

Y dos datos más: un estu­dio pub­li­ca­do en 2012 por la orga­ni­zación británi­ca Tax Jus­tice Net­work señala que el dinero que los mul­ti­mil­lonar­ios ocul­tan en los paraí­sos fis­cales año a año supera los 21 bil­lones de dólares, una suma equiv­a­lente a un ter­cio del PIB mundi­al, o al PIB com­bi­na­do de EE UU y Chi­na. Por otra parte, la UE cal­cu­la que los país­es miem­bros pier­den dos bil­lones de euros anuales en evasión fis­cal, una can­ti­dad que supone cua­tro veces el dinero ded­i­ca­do a edu­cación en toda la Unión.

Los impuestos que gener­aría todo este dinero, de ser declar­a­do en los país­es de ori­gen, sig­nifi­carían, obvi­a­mente, un buen pel­liz­co para las mal­tre­chas arcas de muchos de los esta­dos afec­ta­dos, algo espe­cial­mente impor­tante en estos tiem­pos de cri­sis, sobre todo si se tiene en cuen­ta que la may­oría de los gob­ier­nos europeos (el español inclu­i­do) están apo­s­tan­do por com­bat­ir­la, además de con recortes, aumen­tan­do la pre­sión fiscal.

Y la con­clusión de muchos exper­tos es que, en con­se­cuen­cia, esta pre­sión fis­cal, es decir, los may­ores impuestos que tienen que pagar los ciu­dadanos, sería menor si el Esta­do con­tase con ese dinero que las grandes empre­sas y for­tu­nas tienen en sus ‘paraí­sos’.

Otros van más allá y estable­cen direc­ta­mente una relación de causa-efec­to: para com­pen­sar el hecho de que muchos se lle­van parte de su riqueza fuera para no trib­u­tar por ella, los esta­dos suben los impuestos a quienes no lo hacen. Dicho de otro modo: no pagar aquí impuestos supone que quien sí los paga tiene que pagar más.

En este sen­ti­do, el direc­tor del men­ciona­do informe del Obser­va­to­rio de la RSC, Car­los Cordero, señala que «esta apues­ta de gestión empre­sar­i­al por estrate­gias fis­cales elu­so­ras [eludir el pago de impuestos], aunque no es ile­gal en el mod­e­lo nor­ma­ti­vo actu­al, no es recomend­able des­de el pun­to de vista de incre­men­tar la com­pet­i­tivi­dad, pues no aumen­ta val­or, sino que aprovecha una ven­ta­ja irreg­u­lar por no pagar lo que cor­re­sponde por los beneficios».

Cordero añade que estas prác­ti­cas son «social­mente irre­spon­s­ables y éti­ca­mente reprochables, ya que la capaci­dad elu­so­ra de estas empre­sas traspasa a otras empre­sas y per­sonas la car­ga fis­cal que ellas no apor­tan, una car­ga que deberían sopor­tar, puesto que dis­fru­tan, igual que el resto, o a veces más, de los resul­ta­dos gen­er­a­dos por los bienes y ser­vi­cios públi­cos y por las políti­cas públicas».

La Platafor­ma 2015 y Más, un colec­ti­vo que agru­pa a 17 ONG españo­las, indi­ca que, a menudo, los esfuer­zos de los esta­dos dirigi­dos a incre­men­tar sus ingre­sos fis­cales «chocan con un vol­u­men de evasión con­sid­er­able por parte de empre­sas o par­tic­u­lares que oper­an a través de paraí­sos fis­cales». «El resul­ta­do –añade– ha sido una dis­min­u­ción de los ingre­sos fis­cales o una may­or pre­sión fis­cal sobre los per­cep­tores de rentas no móviles, sec­tores que en su may­oría se encuen­tran por deba­jo de la ban­da de renta alta, lo que redun­da en una mer­ma de la pro­gre­sivi­dad del sis­tema fiscal».

La expre­sión ‘paraí­so fis­cal’ es una tra­duc­ción incor­rec­ta del tér­mi­no inglés tax haven, que sig­nifi­ca ‘refu­gio fis­cal’. Los defen­sores de una mín­i­ma par­tic­i­pación del Esta­do en la economía y de un niv­el impos­i­ti­vo lo más bajo posi­ble sue­len aludir a la tra­duc­ción lit­er­al para destacar las teóri­c­as ven­ta­jas de que exis­tan estos territorios.

Cordero desta­ca que es nece­sario «recon­sid­er­ar la respon­s­abil­i­dad fis­cal de los dis­tin­tos actores, porque no parece razon­able, ni jus­to ni sostenible, que la car­ga fis­cal la soporten fun­da­men­tal­mente las per­sonas, ya sea a través de los impuestos a la renta o de los impuestos al con­sumo, y las pymes, mien­tras que la tasa efec­ti­va sobre los ben­efi­cios de las grandes empre­sas es cada vez menor».

Lo que hay que saber de los paraísos

1. ¿Qué es un paraí­so fis­cal? Un ter­ri­to­rio o un Esta­do que apli­ca un rég­i­men trib­u­tario espe­cial­mente favor­able a los ciu­dadanos y empre­sas no res­i­dentes en el mis­mo que se domi­cil­ian a efec­tos legales en él. Estas ven­ta­jas sue­len con­si­s­tir en una exen­ción total o en una reduc­ción muy sig­ni­fica­ti­va en el pago de los prin­ci­pales impuestos.

2. ¿Cuáles son los más usa­dos por los españoles? Por prox­im­i­dad geográ­fi­ca, Andor­ra, uti­liza­do sobre todo por las grandes for­tu­nas o empre­sas cata­lanas, y Gibral­tar, donde res­i­den ‘ofi­cial­mente’ la may­oría de los dueños de vil­las de lujo de la Cos­ta del Sol. No son extraños otros des­ti­nos más exóti­cos, como las Islas Caimán, la isla de Jer­sey o Panamá, como se desprende de las inves­ti­ga­ciones judi­ciales sobre el caso Gürtel.

3. ¿Cuán­tos paraí­sos fis­cales hay? No existe una lista ofi­cial, porque cada país tiende a elab­o­rar la suya propia. Habit­ual­mente se toma como ref­er­en­cia la que pub­li­ca la OCDE, que cam­bia de año en año, en fun­ción de si mejo­ra o no la colab­o­ración de los ter­ri­to­rios inclu­i­dos. Por otro lado, existe un doble rasero a la hora de actu­ar con­tra los paraí­sos fis­cales. La UE, por ejem­p­lo, ha car­ga­do recien­te­mente con­tra Chipre por su condi­ción de paraí­so fis­cal, pero no lo ha hecho con­tra Lux­em­bur­go o con­tra muchos ter­ri­to­rios británi­cos de ultra­mar que tam­bién son con­sid­er­a­dos paraí­sos fiscales.

4. ¿Es deli­to ten­er dinero en un paraí­so fis­cal? No, pero sí lo es no trib­u­tar por él. Cuan­do se pre­sen­ta la declaración de la renta, existe un aparta­do en el que sedeben declarar los ingre­sos obtenidos en el exte­ri­or. Si se quiere actu­ar con legal­i­dad, se declar­an estos ingre­sos, que a su vez habrán trib­u­ta­do en el país donde estén y, gra­cias al con­ve­nio para evi­tar la doble imposi­ción inter­na­cional, lo paga­do en el exte­ri­or se des­cuen­ta en España. Quienes tienen dinero en los paraí­sos fis­cales, donde la trib­utación es sim­bóli­ca, sue­len ocul­tar la exis­ten­cia de estas cuentas.

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