En la frontera de la desesperación: la valla de Melilla

Miguel Máiquez, 28/7/2013

Para los cer­ca de seis mil­lones de españoles desem­plea­d­os que luchan cada día por lle­gar a fin de mes, la cri­sis económi­ca no tiene nada de rel­a­ti­vo. Para los miles de inmi­grantes que tratan de entrar cada año a la deses­per­a­da en España (o, más bien, en Europa) a través de la val­la de Melil­la, sin embar­go, el con­cep­to en sí debe de ser difí­cil de enten­der. En el África sub­sa­har­i­ana, la región de donde proviene la may­oría, la renta per cápi­ta no lle­ga a los 2.000 dólares por tér­mi­no medio (unos 1.500 euros, com­para­dos con los 7.200 de la media mundi­al), la esper­an­za media de vida al nac­er está en torno a los 50 años, la tasa de alfa­bet­i­zación de adul­tos ape­nas supera el 60%, y la esco­lar­ización, tan solo un 50,6%, es la más baja del plan­e­ta. Son datos que con­viene no olvi­dar ante la tentación de asom­brarse por el hecho de que sigan vinien­do a un país que, cada vez más, y por primera vez des­de hace décadas, se está con­vir­tien­do tam­bién en una nación de emigrantes.

Esta sem­ana, la pre­sión sobre la bar­rera que sep­a­ra Mar­rue­cos de la ciu­dad españo­la ha sido espe­cial­mente inten­sa, con cua­tro inten­tonas masi­vas de entra­da. Las dos primeras se pro­du­jeron en la madru­ga­da del martes, cuan­do trataron de cruzar, en dos gru­pos, más de 500 inmi­grantes sin pape­les. Lo lograron unos cien. La ter­cera tuvo lugar en la madru­ga­da del miér­coles: lo inten­taron alrede­dor de 200, y pasó una dece­na. La cuar­ta ocur­rió el jueves, tam­bién de madru­ga­da, cuan­do unos 40 inmi­grantes de un grupo de 125 con­sigu­ieron sortear tan­to a las fuerzas de seguri­dad mar­ro­quíes y españo­las, como la doble alam­bra­da. En esta últi­ma hubo dos muer­tos, uno en la parte mar­ro­quí y otro en la parte españo­la, algo que, con la excep­ción de un fal­l­e­ci­do en 2006, no ocur­ría des­de la cri­sis de 2005, cuan­do murieron nueve inmi­grantes en las avalan­chas que se reg­is­traron en Ceu­ta y Melilla.

Las trage­dias per­son­ales, casi siem­pre anón­i­mas, que ocur­ren en el momen­to deci­si­vo de cruzar la val­la son, no obstante, tan solo una parte del dra­ma. De los cien­tos de per­sonas que pier­den la vida en el camino no sabe­mos nada, como tam­poco ten­emos muchos detalles sobre la extor­sión de las mafias, sobre las grandes sumas de dinero que muchos se ven oblig­a­dos a pagar, o sobre el tra­to que reciben los indoc­u­men­ta­dos por parte de las fuerzas de seguri­dad, mar­ro­quíes y españo­las. Sí sabe­mos, en todo caso, que la deses­peración no remite, y que eso es algo que, según el del­e­ga­do del Gob­ier­no en Melil­la, Abdel­ma­lik El Barkani, se estaría tra­ducien­do en una nue­va acti­tud, «más agre­si­va», por parte de los inmigrantes.

Estas son, en diez pre­gun­tas y respues­tas, las claves de una de las fron­teras más calientes de Europa.

1. ¿Cómo es la valla de Melilla?

La val­la de Melil­la, con­stru­i­da con el propósi­to de difi­cul­tar la inmi­gración ile­gal y el con­tra­ban­do com­er­cial, es una doble bar­rera de sep­a­ración de seis met­ros de altura que se extiende a lo largo de 12 kilómet­ros en la fron­tera entre Mar­rue­cos y la ciu­dad españo­la. Fab­ri­ca­da con alam­bre, y remata­da en la parte supe­ri­or con alam­bres de púas, la val­la está equipa­da además con luces de alta inten­si­dad y videocá­maras automáti­cas de vig­i­lan­cia, así como con equipos de visión noc­tur­na. Cables sub­ter­rá­neos conectan una red de sen­sores elec­tróni­cos de rui­do y movimien­to, y exis­ten var­ios puestos de vig­i­lan­cia y caminos entre las val­las para el paso de vehícu­los. Toda la infor­ma­ción se cen­tral­iza en un úni­co pun­to de gestión. La val­la rodea todo el perímetro de la ciu­dad, aden­trán­dose inclu­so en el mar, y su con­struc­ción costó unos 33 mil­lones de euros.

La altura ini­cial de la val­la, que era de tres met­ros, se dobló tras las avalan­chas de 2005. De hecho, en 2006 la val­la fue susti­tu­i­da casi en su total­i­dad por una nue­va. En la actu­al, el alam­bre emplea­do no pro­duce los graves cortes que oca­sion­a­ba el ante­ri­or, pero las car­ac­terís­ti­cas retrác­tiles de la parte final hacen que resulte mucho más difí­cil traspasar­la. Y si se logra super­ar la primera línea, entre la primera val­la y la segun­da existe además un entra­ma­do a modo de tela de araña con cable de acero que ralen­ti­za la man­io­bra­bil­i­dad y retrasa el paso, lo que da a las fuerzas de seguri­dad más tiem­po para lle­gar a la zona. Según infor­mó el Gob­ier­no cuan­do pre­sen­tó la nue­va val­la, en 2006, las incor­po­ra­ciones tec­nológ­i­cas supusieron un ahor­ro de per­son­al de vig­i­lan­cia de en torno a un 50%.

La empre­sa respon­s­able de su insta­lación explicó en su día que la val­la tiene una incli­nación de diez gra­dos hacia Mar­rue­cos para impedir que los inmi­grantes trepen. «Y si alguien con­sigue pasar, la propia sir­ga [red] hace como un sis­tema de escalera para que no se caigan aba­jo», añadió. La empre­sa real­izó prue­bas con alpin­istas: en teoría, el tiem­po que se tar­da en super­ar todos los obstácu­los supera el cuar­to de hora.

2. ¿Cuántos cruzan?

La pre­sión migra­to­ria sobre la val­la de Melil­la viene sien­do con­stante des­de hace ya más de un año, lo que mantiene en aler­ta per­ma­nente a las fuerzas de seguri­dad. La Del­e­gación del Gob­ier­no en Melil­la indicó el pasa­do mes de enero en su informe anu­al que en 2011 con­sigu­ieron pasar a través de la val­la un total de 486 inmi­grantes, de los más de 4.000 que lo inten­taron, una cifra que supone un aumen­to del 771% con respec­to al año ante­ri­or, cuan­do cruzaron 63. La may­oría fueron repeli­dos entre la Guardia Civ­il y las autori­dades mar­ro­quíes, que con­taron en 2012 con el refuer­zo de la Policía Nacional y de la Policía Local de Melil­la. Según las mis­mas fuentes, en 2012 se pro­du­jeron 28 asaltos a la val­la, frente a un úni­co inten­to en 2011.

En 2012, además, las autori­dades tuvieron que hac­er frente a nuevas entradas a través de las islas y los peñones. Un total de 208 sub­sa­har­i­anos, casi una déci­ma parte de todos los que lle­garon a Melil­la en 2012, con­sigu­ieron lle­gar a Melil­la hacien­do escala en los islotes de sober­anía españo­la que hay repar­tidos por el Norte de África.

Por otra parte, se ha detec­ta­do que entre los inmi­grantes que lle­gan hay cada vez más niños y mujeres en avan­za­do esta­do de gestación. El año pasa­do nacieron 57 bebés en el sat­u­ra­do Cen­tro de Estancia Tem­po­ral de Inmi­grantes (CETI), una insta­lación con capaci­dad para 480 per­sonas que ha lle­ga­do a acoger a más de 800, lo que obligó el pasa­do mes de octubre a uti­lizar tien­das de cam­paña y lit­eras prestadas por el Ejército.

La inmen­sa may­oría de los inmi­grantes que tratan de cruzar la val­la proce­den del África sub­sa­har­i­ana. Su des­ti­no final no es Melil­la. La ciu­dad españo­la es la puer­ta de entra­da a Europa.

3. ¿A qué se debe este aumento?

Una de las causas puede ser la prox­im­i­dad de Melil­la a la fron­tera con Argelia, donde, según orga­ni­za­ciones mar­ro­quíes citadas la Aso­ciación Pro Dere­chos Humanos de Andalucía (APDHA) en su informe Dere­chos Humanos en la Fron­tera Sur 2013, han sido «expul­sadas al desier­to» más de 2.000 per­sonas. Otro fac­tor impor­tante es el recrudec­imien­to de la inesta­bil­i­dad políti­ca en la región sub­sa­har­i­ana. Muchos inmi­grantes no lle­gan solo bus­can­do opor­tu­nidades económi­cas, sino tam­bién huyen­do de con­flic­tos bélicos.

En cualquier caso, y como denun­cia la ONG Andalucía Acoge, el flu­jo de inmi­grantes hacia Melil­la «ha sido y seguirá sien­do con­tin­uo», y «seguirá cobrán­dose numerosas vidas como ha hecho a lo largo de estos últi­mos años, en los que no han servi­do de nada los tra­ba­jos para mejo­rar la val­la y el refuer­zo de la seguri­dad». Para esta orga­ni­zación, la solu­ción pasa por que las autori­dades com­pe­tentes abor­den sus deci­siones «des­de la ópti­ca de los dere­chos humanos y no des­de la visión de la con­tención y la repre­sión, porque están con­sigu­ien­do que la inmi­gración entre África y Europa sea «una ruta de muerte para las per­sonas que lo intentan».

4. ¿En qué consiste la nueva «actitud agresiva»?

El del­e­ga­do del Gob­ier­no en Melil­la, Abdel­ma­lik El Barkani, insis­tió esta sem­ana en que se han detec­ta­do «nove­dosas prác­ti­cas de ame­nazas y pre­sión a las Fuerzas de Seguri­dad del Esta­do que vienen pro­tag­on­i­zan­do últi­ma­mente y en may­or medi­da los inmi­grantes que inten­tan acced­er a Melil­la». De acuer­do con fuentes poli­ciales citadas por la agen­cia Efe, «los sub­sa­har­i­anos vienen dis­puestos a jugarse su propia vida, sin impor­tar si ponen en ries­go la vida de los demás. En los asaltos al val­la­do, uti­lizan piedras y palos, mien­tras que, en las lle­gadas en pat­era, vienen pro­vis­tos de gar­rafas con gasoli­na e, inclu­so, ame­nazan con tirar al mar a los menores que via­jan en las embarcaciones».

Las denun­cias de «agre­sivi­dad» han sido recur­rentes por parte de las autori­dades locales en los últi­mos meses. Orga­ni­za­ciones de dere­chos humanos y de apoyo a los inmi­grantes desta­can, sin embar­go, que son los inmi­grantes quienes sufren com­por­tamien­tos agre­sivos por parte de las fuerzas de seguri­dad, y que a menudo se pro­ducen expul­siones irreg­u­lares, cuan­do no ile­gales, de inmi­grantes que ya han han logra­do lle­gar a España.

5. ¿Se producen expulsiones ilegales?

El pasa­do mes de junio, la Aso­ciación Unifi­ca­da de Guardias Civiles (AUGC) pre­gun­tó al fis­cal gen­er­al del Esta­do, Eduar­do Tor­res-Dulce, si los agentes en Melil­la pueden estar come­tien­do algu­na ile­gal­i­dad al cumplir órdenes de sus man­dos para que expulsen direc­ta­mente a los inmi­grantes que han logra­do lle­gar a la ciu­dad, lo que con­sti­tuiría un incumplim­ien­to de la Ley de Extran­jería. Esta ini­cia­ti­va provocó que el del­e­ga­do del Gob­ier­no en Melil­la señalase que «cualquier guardia debería saber cuáles son sus funciones».

Tras la entra­da en vig­or en octubre de 2012 del con­ve­nio his­pano-mar­ro­quí para la read­misión de inmi­grantes irreg­u­lares, el Min­is­te­rio del Inte­ri­or con­fir­mó al diario El Faro de Melil­la que no existe un pro­to­co­lo de actuación ante la inmi­gración ile­gal para saber en qué situa­ciones se deben eje­cu­tar las devolu­ciones a Mar­rue­cos de las per­sonas que saltan la val­la o entran en pat­era a la ciu­dad, y en cuáles se apli­ca la Ley de Extranjería.

Ante las denun­cias de var­ios gru­pos políti­cos en torno a la ile­gal­i­dad de las supues­tas devolu­ciones de inmi­grantes en Melil­la, la AUGC solic­itó primero a la Coman­dan­cia de la Guardia Civ­il de la ciu­dad la con­fec­ción de un pro­to­co­lo de actuación ante la inmi­gración ile­gal. Sin embar­go, esta insti­tu­ción denegó la peti­ción por con­sid­er­ar que  la AUGC, al pedir­lo, se extralim­ita­ba en sus dere­chos rep­re­sen­ta­tivos. La AUGC recur­rió entonces al jefe de zona de la Guardia Civ­il de Sevil­la y, pos­te­ri­or­mente, a la Fis­calía Gen­er­al del Estado.

6. ¿Qué ocurre en el lado marroquí?

A finales de junio, cua­tro ONG mar­ro­quíes –la Aso­ciación Mar­ro­quí de Dere­chos Humanos (AMDH), el Grupo Antir­racista de Acom­pañamien­to y Defen­sa de los Extran­jeros (GADEM), el Foro Alter­na­ti­vas Mar­rue­cos y la Aso­ciación Luz de la Inmi­gración Clan­des­ti­na en el Magreb (Alec­ma)– denun­cia­ron en Rabat «la repre­sión» que pade­cen los inmi­grantes en la fron­tera norte de Mar­rue­cos, y pusieron en mar­cha una cam­paña bajo el nom­bre Nº 9 — Alto a la vio­len­cia en las fron­teras, con el obje­ti­vo de com­bat­ir «la repre­sión cotid­i­ana y sis­temáti­ca de los migrantes y los abu­sos cometi­dos con­tra ellos en la ver­ja de 12 kilómet­ros y seis met­ros de altura que rodea Melilla».

Por su parte, la Aso­ciación Pro Dere­chos de la Infan­cia (Prodein), que tra­ba­ja a diario con la inmi­gración en Melil­la, indi­ca, en un recién pub­li­ca­do informe sobre la situación de los inmi­grantes en el entorno de la val­la, que «la vio­len­cia ejer­ci­da sobre estas per­sonas en situación de desam­paro no puede con­sen­tirse, ni tam­poco su entre­ga sin garan­tías a Mar­rue­cos, donde el tra­to que reciben es abso­lu­ta­mente degradante, gen­er­al­izán­dose las agre­siones y con­sec­u­ti­va­mente aban­dono en zonas lin­dantes con la fron­tera de Argelia, o montes de los alrede­dores de Melil­la, lugares donde tam­bién sufren este tipo de per­se­cu­ciones y mal­os tratos».

7. ¿Cómo ha respondido el Gobierno a los últimos asaltos?

El sec­re­tario de Esta­do de Inte­ri­or, Fran­cis­co Martínez, anun­ció este miér­coles que el Gob­ier­no realizará inver­siones «inmedi­ata­mente» en los puestos fron­ter­i­zos en Ceu­ta y Melil­la, unas inver­siones que, añadió, «ya están en mar­cha», ante los recientes asaltos a las val­las. Martínez afir­mó que los últi­mos asaltos son un ejem­p­lo de la acción «tremen­da­mente tenaz y en muchos casos tam­bién muy vio­len­ta de las mafias del trá­fi­co de seres humanos».

Según el número dos del Min­is­te­rio del Inte­ri­or, las medi­das adop­tadas en la bar­rera que sep­a­ra Melil­la de Mar­rue­cos «van bien» pese a la «lam­en­ta­ble pero muy inten­sa activi­dad de las mafias» que se lucran con los inmi­grantes que quieren entrar en ter­ri­to­rio español. En este sen­ti­do, Martínez ase­guró que la activi­dad de esas orga­ni­za­ciones delic­ti­vas obliga a tomar medi­das de acción poli­cial e inver­siones inmedi­atas en los puestos fron­ter­i­zos que «darán resultado».

Martínez recordó que en ver­a­no se pro­ducen más inten­tos masivos de entra­da, la may­oría de ellos «de carác­ter vio­len­to que ponen en situación de ries­go a las fuerzas de seguri­dad». Por ello, insis­tió en que hay que actu­ar «con mucha pru­den­cia, ata­can­do el fenó­meno de la mafias que se están lucran­do con el dra­ma de muchas per­sonas», y en que España tiene hac­er­lo «en estrecha colab­o­ración con Marruecos».

8. ¿Qué pasa en el monte Gurugú?

El monte Gurugú es el pun­to más ele­va­do del cabo de Tres For­cas, la penín­su­la donde se hal­la Melil­la. El Gurugú, que dom­i­na la ciu­dad españo­la, es actual­mente el refu­gio de muchos inmi­grantes sin pape­les proce­dentes del África sub­sa­har­i­ana, que aguardan en sus laderas una opor­tu­nidad para cruzar la val­la. Los inmi­grantes acam­pa­dos en esta zona se encuen­tran en condi­ciones muy pre­carias y son hosti­ga­dos a menudo por la policía marroquí.

9. ¿Cuáles han sido los asaltos más numerosos a la valla?

Una cronología de las avalan­chas más impor­tantes, con infor­ma­ción de la agen­cia Efe:

  • 8 de agos­to de 2004. Más de 250 inmi­grantes inten­tan entrar vio­len­ta­mente en Melil­la a través del Frente de la Purísi­ma, en un asalto que duró quince min­u­tos, durante los cuales unos cuarenta inmi­grantes con­sigu­ieron su propósi­to. Cin­co inmi­grantes y dos miem­bros de la Guardia Civ­il resul­taron heridos.
  • 23 de junio de 2005. La Guardia Civ­il impi­de la entra­da de unos 250 inmi­grantes sub­sa­har­i­anos por la zona val­la­da de Pinares de Ros­tro­gor­do, que sep­a­ra Melil­la de Mar­rue­cos, en un asalto en el que var­ios agentes resul­taron heri­dos. Pos­te­ri­or­mente, la Gen­darmería mar­ro­quí detu­vo en su ter­ri­to­rio a 87 inmi­grantes que par­tic­i­paron en el inten­to de salto.
  • 26 de agos­to de 2005. Unos 250 inmi­grantes sub­sa­har­i­anos inten­tan entrar de for­ma masi­va en España hacien­do uso de escaleras para saltar la val­la, por la zona de Pinares de Ros­tro­gor­do. Var­ios de los inmi­grantes resul­taron heri­dos al caerse de las mis­mas, mien­tras que una dece­na de ellos con­sigu­ió pen­e­trar en ter­ri­to­rio español.
  • 28 de agos­to de 2005. Un grupo for­ma­do por unos 300 sub­sa­har­i­anos vuelve a inten­tar saltar la val­la por la mis­ma zona de Pinares de Ros­tro­gor­do, donde fal­l­e­ció un joven camerunés, en unas cir­cun­stan­cias que aún están sien­do inves­ti­gadas. En esta ocasión, más de ochen­ta inmi­grantes con­sigu­ieren su propósi­to pese a la pre­sión ejer­ci­da por la Guardia Civil.
  • 27 de sep­tiem­bre de 2005. Medio mil­lar de inmi­grantes asaltan entre las 5.30 y las 6.30 el perímetro fron­ter­i­zo de Melil­la, con­sigu­ién­do­lo más de un cen­te­nar. Unas quince horas después, cer­ca de 400 lo volvieron a inten­tar, y lo con­sigu­ieron unos 200. Fue la may­or avalan­cha reg­istra­da has­ta entonces.
  • 29 de sep­tiem­bre de 2005. Cin­co inmi­grantes sub­sa­har­i­anos fal­l­e­cen tirotea­d­os durante un asalto masi­vo pro­tag­on­i­za­do por cer­ca de 700 inmi­grantes a la val­la de Ceu­ta. Un total de 214 con­sigu­ieron entrar en la ciudad.
  • 3 de octubre de 2005. Unos 650 sub­sa­har­i­anos inten­tan un nue­vo asalto a la val­la de Melil­la, con­sigu­ién­do­lo al menos 350. En esta ocasión, los inmi­grantes tum­baron dos tramos de veinte met­ros cada uno del val­la­do, en la zona donde había sido ele­va­do recien­te­mente de 3 a 6 met­ros. Durante el asalto, que se saldó con 135 heri­dos, entre ellos siete guardias civiles, los inmi­grantes hicieron uso de una agre­sivi­dad «descono­ci­da has­ta el momen­to», según la Del­e­gación del Gob­ier­no en la ciudad.
  • 5 de octubre de 2005. Unos 500 inmi­grantes pro­tag­on­i­zan un nue­vo asalto a la val­la de Melil­la, con­sigu­ien­do entrar en la ciu­dad al menos 65. El asalto se pro­du­jo en Pinares de Ros­tro­gor­do, una zona en la que todavía no se había aumen­ta­do la altura de la val­la. Ya por la noche, las fuerzas de seguri­dad mar­ro­quíes impi­dieron que otros 150 inmi­grantes saltaran de nue­vo la val­la melillense.
  • 6 de octubre 2005. Seis inmi­grantes mueren al repel­er con fuego las fuerzas ofi­ciales de Mar­rue­cos un nue­vo asalto a la val­la de Melil­la en el que par­tic­i­paron cer­ca de 400 inmi­grantes. Mar­rue­cos afir­ma que sus agentes actu­aron en «legí­ti­ma defensa».
  • 10 de julio de 2012. Dos gru­pos, que sum­a­ban 350 inmi­grantes, inten­tan saltar la val­la y un sol­da­do mar­ro­quí fal­l­ece al tratar de evitarlo.
  • 18 de agos­to 2012. Alrede­dor de 300 inmi­grantes inten­tan saltar a la altura de un tramo de val­la que dis­curre por el río de Oro en Melil­la, 60 de los cuales lograron su propósito.
  • 16 de octubre de 2012. En torno a un cen­te­nar de inmi­grantes sub­sa­har­i­anos con­siguen acced­er a Melil­la, tras saltar la val­la por la zona del río de Oro, por segun­do día con­sec­u­ti­vo, en un asalto pro­tag­on­i­za­do por unas 300 per­sonas, tam­bién a ple­na luz del día. La Del­e­gación del Gob­ier­no cal­i­fi­ca el asalto como «una invasión en toda regla». Los que fueron detenidos cam­ina­ban gri­tan­do «lib­er­tad».
  • 12 de noviem­bre de 2012. Mar­rue­cos impi­de un asalto masi­vo de inmi­grantes a la val­la de Melil­la pro­tag­on­i­za­do por cer­ca de 200 personas.
  • 26 de de abril de 2013. Un grupo de unas 200 per­sonas inten­ta saltar la val­la. Alrede­dor de 50 lo consiguen.
  • 26 de junio de 2013. Logran cruzar alrede­dor de cien inmi­grantes, de un grupo de unos 300.
  • 23–25 de julio de 2013. Un mil­lar de inmi­grantes tra­ta de saltar la val­la en varias oleadas durante tres días. Lo con­siguen alrede­dor de 150.

10. ¿Cuántos muertos ha habido?

Al menos 22 inmi­grantes han muer­to durante los últi­mos años en las fron­teras que sep­a­ran Mar­rue­cos de Melil­la y Ceu­ta. Trece de ellos perecieron mien­tras intenta­ban saltar la val­la de Melil­la, o en el ter­ri­to­rio col­in­dante. Nueve murieron durante 2005 –siete en ter­ri­to­rio mar­ro­quí y dos en España–, tres fal­l­ecieron en 2006 –dos en ter­ri­to­rio mar­ro­quí y uno en español–; uno en 2009 –en ter­ri­to­rio mar­ro­quí– y dos en 2013 –uno en España y otro en Marruecos–.

En Ceu­ta, fueron seis los inmi­grantes fal­l­e­ci­dos. Cin­co murieron el 29 de sep­tiem­bre durante un asalto masi­vo a la val­la de Ceu­ta (dos perecieron en el lado español, y tres en sue­lo mar­ro­quí. El sex­to murió en 2009 tras quedar atra­pa­do en la con­certi­na de la valla.

Un comentario en “En la frontera de la desesperación: la valla de Melilla

  1. El prob­le­ma, ha dicho, es que Bruse­las con­sidere que los cer­ca de 2.200 inmi­grantes que con­sigu­ieron entrar el año pasa­do «no son tan­tos y no hacen fal­ta tan­tas actua­ciones». «A lo mejor están pen­san­do eso», ha afir­ma­do para bus­car razones por las que Europa no se mueve para aliviar esta pre­sión migra­to­ria como ya hizo en la cri­sis de las val­las de 2005.

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