En la frontera del futuro: claves de la clonación humana

Miguel Máiquez, 19/5/2013

La con­fir­ma­ción de que un grupo de inves­ti­gadores ha con­segui­do obten­er por primera vez célu­las madre embri­onar­ias humanas medi­ante clonación ha supuesto un hito cien­tí­fi­co de primer orden. Quince años después del nacimien­to de la ove­ja Dol­ly, y uti­lizan­do la mis­ma téc­ni­ca que per­mi­tió el nacimien­to del primer mamífero clon­a­do a par­tir de una célu­la adul­ta, un equipo de la pres­ti­giosa uni­ver­si­dad esta­dounidense OHSU (Ore­gon Health & Sci­ence Uni­ver­si­ty) ha cruza­do al fin con éxi­to la fron­tera entre la teoría y la prác­ti­ca, entre la cien­cia real y lo que has­ta no hace mucho se con­sid­er­a­ba tan solo cien­cia ficción.

Al lograr clonar célu­las madre a par­tir de célu­las de piel humana, los cien­tí­fi­cos han despe­ja­do como nun­ca antes la vía hacia la clonación con fines ter­apéu­ti­cos de órganos humanos. En una sem­ana espe­cial­mente inten­sa para la biología, inves­ti­gadores brasileños anun­cia­ban a su vez, tan solo unos días después, el desar­rol­lo del primer clon de un ani­mal (una tern­era) a par­tir de una célu­la adi­posa.

Las posi­bil­i­dades que, con toda la nece­saria pru­den­cia y lógi­ca­mente sin pla­zos aún, abre el avance logra­do en Oregón en el camino hacia la curación de enfer­medades como el Parkin­son, la escle­ro­sis múlti­ple, dolen­cias car­dia­cas o lesiones de médu­la espinal, por citar solo los ejem­p­los más men­ciona­dos, son inmen­sas. Es en esa direc­ción (crear órganos para trasplantes o para reparar teji­dos daña­dos), y no en la aún fan­ta­siosa, e ile­gal, creación de seres humanos clon­a­dos, en la que lle­van años batal­lan­do los científicos.

Pero además de la puer­ta de la esper­an­za, la posi­bil­i­dad de la clonación humana y los méto­dos para con­seguir­la abren siem­pre, y aho­ra más que nun­ca, otra puer­ta, la de un debate éti­co para el que no es fácil encon­trar una respues­ta obje­ti­va, ya que tiene su ori­gen en con­cep­tos filosó­fi­cos, reli­giosos o inclu­so ter­mi­nológi­cos.

El prob­le­ma es que para obten­er las líneas celu­lares de la lla­ma­da clonación ter­apéu­ti­ca hay que par­tir de un embrión humano de cin­co o seis días, un ente al que los detrac­tores de estas téc­ni­cas con­fieren los mis­mos dere­chos invi­o­lables que a cualquier ser humano, al enten­der que se tra­ta ya de una per­sona, por más que se encuen­tre aún en las primeras fas­es de su desarrollo.

No obstante, mien­tras se resuel­ven legal­mente las impli­ca­ciones de esta dis­cusión, la noti­cia más con­cil­i­ado­ra es que la téc­ni­ca uti­liza­da en Oregón no es la úni­ca en la que están tra­ba­jan­do los cien­tí­fi­cos. La lla­ma­da repro­gra­mación celu­lar, desar­rol­la­da por el japonés Shinya Yamana­ka, de la Uni­ver­si­dad de Kioto (Japón), per­mite avan­zar en la mis­ma direc­ción, pero sin necesi­dad de uti­lizar embri­ones o donar óvu­los, ya que se basa en hac­er retro­ced­er una célu­la adul­ta has­ta esta­dios en los que se com­por­ta como embri­onar­ia, es decir, capaz de difer­en­cia­rse de nue­vo y for­mar difer­entes teji­dos. Todavía no es un méto­do lo sufi­cien­te­mente seguro como para poder hablar de un posi­ble uso gen­er­al­iza­do, pero la clave es, pre­cisa­mente, ese «todavía».

Estas son, en pre­gun­tas y respues­tas, diez ele­men­tos fun­da­men­tales del impor­tante paso dado por los cien­tí­fi­cos en la esper­an­zado­ra, polémi­ca y, en cualquier caso, fasci­nante aven­tu­ra de la clonación humana:

1. ¿Qué han logrado los científicos de la Universidad de Oregón?

El equipo de inves­ti­gadores dirigi­do por Shoukhrat Mital­ipov ha con­segui­do, en resumen, sol­ven­tar los prob­le­mas téc­ni­cos que impedían la clonación por trans­fer­en­cia nuclear de célu­las madre embri­onar­ias en seres humanos.

El avance, pub­li­ca­do este miér­coles en la revista Cell, supone repro­ducir en humanos los primeros pasos que se lograron en su día con la ove­ja Dol­ly, pero esta vez no para obten­er un indi­vid­uo adul­to, sino esta­dios más tem­pra­nos de embri­ogé­ne­sis, logran­do así extraer célu­las madre embri­onar­ias. El logro de los inves­ti­gadores de Oregón ha sido definir un pro­to­co­lo que per­mite elim­i­nar toda la infor­ma­ción genéti­ca nuclear de un game­to femeni­no (óvu­lo) y trans­ferir­le el núcleo de una célu­la de piel adul­ta prove­niente de otro individuo.

Según explicó a 20minutos.es la inves­ti­gado­ra valen­ciana Nuria Mar­ti Gutiér­rez, una de las inte­grantes del equipo de la Uni­ver­si­dad de Oregón, donde tra­ba­ja des­de que se marchó de España tras ser des­pe­di­da por un ERE en su ante­ri­or empleo, la trans­fer­en­cia nuclear de estas célu­las «con­siste en la enu­cleación de un ovoc­i­to don­a­do y pos­te­ri­or­mente la intro­duc­ción de ese ovoc­i­to de una célu­la somáti­ca. Una vez fusion­a­da la célu­la con el ovoc­i­to tiene lugar la acti­vación y el embrión empieza a dividirse has­ta el esta­dio de blas­toc­i­to. Cuan­do el embrión lle­ga a este esta­dio lo sem­bramos en fibrob­las­to de ratón y deriva­mos célu­las madre de él».

2. ¿Qué aplicación práctica tiene?

La acti­vación y división del óvu­lo posi­bili­ta, por tan­to, que la célu­la orig­i­nal (aho­ra con el con­tenido genéti­co nuclear del adul­to don­ador) ini­cie el desar­rol­lo embri­onario y alcance, tras unos pocos días, la fase de blas­to­cis­to (unas 150 célu­las). De este blas­toc­i­to se pueden sacar célu­las madre embri­onar­ias que pueden usarse, entre otras cosas, para regener­ar teji­dos o crear órganos para trasplantes.

Lo esen­cial es que las célu­las gen­er­adas por este pro­ced­imien­to tienen la mis­ma infor­ma­ción genéti­ca nuclear del donante, por lo que éste las recono­cería como propias y no gener­arían rec­ha­zo de su sis­tema inmune. Esta téc­ni­ca es cono­ci­da como trans­fer­en­cia nuclear o clonación ter­apéu­ti­ca y has­ta aho­ra solo se había logra­do en animales.

«Sabi­en­do que hace fal­ta mucho tra­ba­jo para desar­rol­lar tratamien­tos seguros y efec­tivos con célu­las madre, creemos que este es un paso sig­ni­fica­ti­vo hacia el desar­rol­lo de las célu­las que podrían usarse en med­i­c­i­na regen­er­a­ti­va», ha dicho el doc­tor Mitalipov.

3. ¿Por qué han tenido éxito ahora?

En declara­ciones a la revista dig­i­tal Mate­ria, la inves­ti­gado­ra Nuria Mar­ti expli­ca que uno de los fac­tores clave ha sido el uso de la cafeí­na, que ha per­mi­ti­do manip­u­lar el óvu­lo para trans­ferir el ADN del donante sin que se acti­vase antes de tiem­po. Tam­bién ha sido clave, añade, la cal­i­dad de los óvu­los usa­dos: «Con los más sanos, las posi­bil­i­dades de éxi­to son del 50%, con otros, solo del 12% y con algunos es imposi­ble gener­ar célu­las madre», indica.

4. ¿Estamos hablando de copiar individuos?

No. Den­tro de la clonación humana se dis­tinguen dos tipos según su final­i­dad: la repro­duc­ti­va, gen­eral­mente rec­haz­a­da por razones éti­cas, veta­da por la leg­is­lación, tan­to de la ONU como de muchos país­es, y cuyo fin sería crear per­sonas idén­ti­cas; y la ter­apeu­ti­ca, que, aun sien­do polémi­ca, está mucho más acep­ta­da des­de el pun­to de vista éti­co que la ante­ri­or, y cuyo obje­ti­vo es con­seguir embri­ones clóni­cos para, a par­tir de ellos, obten­er célu­las madre con las que tratar enfermedades.

En teoría, el embrión obtenido medi­ante la téc­ni­ca de trans­fer­en­cia nuclear, o clonación ter­apéu­ti­ca, daría lugar, de ser implan­ta­do en un útero femeni­no, a un ser idén­ti­co al adul­to del que se ha extraí­do el mate­r­i­al genéti­co. Pero, aparte de estar pro­hibi­da, esta posi­bil­i­dad está aún muy lejos de poder con­seguirse técnicamente.

La cuestión es que entre la pro­duc­ción de un embrión de cin­co días y el alum­bramien­to del primer clon humano por una mujer hay un camino muy largo y, de momen­to, insalv­able. El embrión nece­si­taría ser implan­ta­do por fecun­dación in vit­ro, pero la inves­ti­gación en pri­mates mues­tra que los resul­ta­dos cuan­do nace el clon no son exi­tosos. Este mis­mo equipo de Oregón con­sigu­ió en 2007 aplicar la trans­fer­en­cia nuclear en maca­cos, pero tras cin­co años de inten­tos, solo ha con­segui­do un embara­zo que acabó en aborto.

El pro­fe­sor Robin Lovell-Badge, del Insti­tu­to Nacional para la Inves­ti­gación Médi­ca del Reino Unido, indicó a la BBC que, aparte de ser ile­gal en muchos país­es, se tra­ta de «un pro­ced­imien­to inse­guro en ani­males que será igual­mente inse­guro en seres humanos». «Solo por esta razón no se debería inten­tar», afirma.

5. ¿Qué son las células madre?

Las célu­las madre, tam­bién lla­madas ger­mi­nales, tron­cales o est­a­mi­nales, son las prin­ci­pales célu­las del cuer­po, ya que son capaces de mul­ti­pli­carse indefinida­mente y de dar lugar, así, a dis­tin­tos tipos de célu­las espe­cial­izadas, como las de la san­gre, los hue­sos, los mús­cu­los o cualquier tipo de teji­do. En teoría, es posi­ble usar­las para crear teji­dos sanos que susti­tuyan a teji­dos daña­dos, ya sea por un trau­ma o por una enfer­medad. Tam­bién se puede inves­ti­gar en ellas el efec­to de fár­ma­cos exper­i­men­tales, u obser­var cómo se desar­rol­lan tan­to los teji­dos como las enfermedades.

Las célu­las madre embri­onar­ias pluripo­ten­ciales fueron ais­ladas por primera vez en 1998 por un grupo de cien­tí­fi­cos de la Uni­ver­si­dad de Madi­son (Wis­con­sin, EE UU), dirigi­do por James Thom­son. En 2001 la empre­sa esta­dounidense Advanced Cell Tech­nol­o­gy (ACT) anun­ció la primera clonación de un embrión humano para obten­er célu­las madre con fines ter­apéu­ti­cos. En 2004, el inves­ti­gador valen­ciano Car­los Simón pre­sen­tó las dos primeras líneas celu­lares obtenidas en España a par­tir de célu­las madre embri­onar­ias, sien­do, además, unas de las pocas líneas obtenidas has­ta entonces en el mun­do en condi­ciones libres de pro­duc­tos animales.

Den­tro de las célu­las madre se dis­tinguen dos tipos: las célu­las madre adul­tas, que se encuen­tran prin­ci­pal­mente en la médu­la ósea, el cordón umbil­i­cal y la pla­cen­ta, y pueden dar lugar a otro tipo de célu­las, sobre todo san­guíneas, mus­cu­lares y nerviosas, aunque su posi­bil­i­dad de repro­gra­mación es lim­i­ta­da; y las célu­las madre embri­onar­ias, que solo están pre­sentes en los embri­ones, pero tienen muchas más posi­bil­i­dades de difer­en­ciación. Estas últi­mas son las más ver­sátiles y prom­ete­do­ras para la inves­ti­gación, si bien este poten­cial está aún lejos de con­seguirse. Son, tam­bién, las que más rec­ha­zos éti­cos generan.

6. ¿Por qué es polémico investigar con células madre embrionarias?

Porque al extraer­las del embrión, éste muere, ya que no puede seguir desarrollándose.

Los detrac­tores de esta téc­ni­ca con­sid­er­an que un embrión es poten­cial­mente una per­sona, inde­pen­di­en­te­mente de su esta­do de desar­rol­lo (las célu­las madre se extraen de embri­ones con solo unos cuan­tos días de gestación). En este sen­ti­do, la destruc­ción del embrión equiv­al­dría a un aborto.

Los par­tidar­ios, sin embar­go, con­sid­er­an que los exper­i­men­tos se real­izan antes de que el embrión desar­rolle un sis­tema nervioso y, que, por tan­to, no puede ser definido como ser humano. Recuer­dan tam­bién que exis­ten cien­tos de miles de embri­ones con­ge­la­dos, proce­dentes de pro­ce­sos de fecun­dación asis­ti­da, que actual­mente se tiran a la basura.

7. ¿De dónde proceden los embriones?

Los embri­ones para inves­ti­gar con célu­las madre pueden pro­ced­er de los ban­cos de embri­ones con­ge­la­dos sobrantes de las clíni­cas de repro­duc­ción asis­ti­da o de embri­ones clon­a­dos con fines médi­cos. Esta últi­ma téc­ni­ca evi­ta prob­le­mas de rec­ha­zo en los tratamien­tos, pero tam­bién provo­ca muchas más reser­vas éti­cas. El cul­ti­vo de célu­las madre embri­onar­ias en lab­o­ra­to­rio (de muchos tipos de ellas, al menos) es rel­a­ti­va­mente fácil. El de célu­las madre adul­tas es mucho más complicado.

La inves­ti­gado­ra Nuria Mar­ti señala en Mate­ria que «uno de los prob­le­mas que teníamos cuan­do tra­ba­jábamos en España era que solo podíamos usar los óvu­los descar­ta­dos de las téc­ni­cas de repro­duc­ción asis­ti­da, por lo que su cal­i­dad no era ópti­ma». En EE UU, sin embar­go, a cam­bio de entre 3.000 y 6.000 dólares, y según la revista Nature, las vol­un­tarias del estu­dio han don­a­do óvu­los, los primeros que se ha logra­do clonar para obten­er célu­las madre con el per­fil de un segun­do donante.

8. ¿Dónde está permitido investigar con células madre embrionarias?

Aus­tria, Litu­a­nia y Polo­nia tienen leyes que pro­híben la inves­ti­gación con célu­las madre de embri­ones humanos, pero ya se tra­ba­ja con ellas en España, Sue­cia, el Reino Unido, Canadá, Bél­gi­ca, Rusia, Japón, Corea del Sur, Sin­ga­pur, Nue­va Zelan­da, Israel y China.

El Reino Unido fue el primer país que autor­izó, en 2001, la clonación de embri­ones humanos con fines ter­apéu­ti­cos y tam­bién donde se con­cedieron las primeras autor­iza­ciones para realizar ensayos de este tipo (en 2004).

Esta­dos Unidos se sumó a la lista en 2009, tras el lev­an­tamien­to por parte del pres­i­dente Barack Oba­ma del veto impuesto por su ante­cesor en el car­go, George W. Bush, a la finan­ciación públi­ca de este tipo de ensayos.

9. ¿Cuáles han sido los principales hitos en la historia de la clonación?

  • 1997. Cien­tí­fi­cos del Insti­tu­to Roslin, en Esco­cia, encabeza­dos por Ian Wilmut, anun­cian el nacimien­to de la ove­ja Dol­ly, el primer mamífero clonado.
  • 1998. Un equipo de la Uni­ver­si­dad de Madi­son (Wis­con­sin, EEUU), dirigi­do por James Thomp­son, con­sigue ais­lar por primera vez célu­las madre embri­onar­ias pluripotenciales.
  • 2001. La empre­sa esta­dounidense Advanced Cell Tech­nol­o­gy anun­cia que ha clon­a­do el primer embrión humano para la obten­ción de célu­las madre con fines terapéuticos.
  • 2002.  Cien­tí­fi­cos de la Uni­ver­si­dad A&M (Texas, EE UU) pre­sen­tan un gato clon­a­do de dos meses, bau­ti­za­do como «CC», siglas de «copia al car­bón». Comien­za la clonación de ani­males domésticos.
  • 2003. La ove­ja Dol­ly es sac­ri­fi­ca­da debido a una grave enfer­medad. Inves­ti­gadores de Advanced Cell Tech­nol­o­gy anun­cian que han con­segui­do cul­ti­var un embrión humano clon­a­do has­ta la fase de 16 células.
  • 2004. El Reino Unido autor­iza el primer ensayo de clonación ter­apéu­ti­ca en Europa.
  • 2005. La Asam­blea Gen­er­al de la ONU adop­ta una declaración no vin­cu­lante que ins­ta a los gob­ier­nos a adop­tar medi­das para pro­hibir todas las for­mas de clonación. Por otra parte, se con­fir­ma que el cien­tí­fi­co core­ano Hwang Woo-suk fal­si­ficó los resul­ta­dos de sus exper­i­men­tos con célu­las madre. Hwang había anun­ci­a­do en 2004 la clonación de embri­ones humanos, y en mayo de 2005 dijo haber extrai­do célu­las madre de embri­ones clon­a­dos de pacientes con enfermedades.
  • Junio de 2006. Cien­tí­fi­cos de EE UU logran devolver algo de movimien­to a ratas par­alíti­cas gra­cias a un injer­to de célu­las madre extraí­das de los embri­ones de los roedores.
  • Febrero de 2007. Cien­tí­fi­cos esta­dounidens­es clo­nan ratones a par­tir de célu­las madre adul­tas proce­dentes de la piel. El hos­pi­tal Gre­go­rio Marañón de Madrid real­iza el primer implante del mun­do de célu­las madre en el corazón.
  • Abril de 2007. Un equipo británi­co crea válvu­las cardía­cas a par­tir de célu­las madre. De esta for­ma se super­aría el prob­le­ma del rec­ha­zo cuan­do un cuer­po tiene que asim­i­lar un agente exter­no del pro­pio sistema.
  • Mayo de 2007. Advanced Cell Tech­nol­o­gy anun­cia que ha encon­tra­do una man­era direc­ta de sacar célu­las pre­cur­so­ras de los vasos san­guí­neos. De esta for­ma, las célu­las madre obtenidas de embri­ones humanos podrían tratar enfer­medades en los ojos, el corazón y las arte­rias de ratones y ratas y, aparente­mente, ini­ciar reparaciones.
  • Junio de 2007. España aprue­ba la Ley de Inves­ti­gación Bio­médi­ca, que autor­iza la clonación ter­apéu­ti­ca. Cien­tí­fi­cos de las uni­ver­si­dades británi­cas de Cam­bridge y Oxford des­cubren una nue­va clase de célu­las madre embri­onar­ias en el organ­is­mo de ratones y ratas, muy sim­i­lar a las humanas y que podría pro­fun­dizar en la relación entre las célu­las madre humanas y animales.
  • Sep­tiem­bre de 2007. El Reino Unido autor­iza la creación de embri­ones híbri­dos de ani­mal y humano (cono­ci­dos como «quimeras») para la inves­ti­gación médica.
  • Noviem­bre de 2007. Cien­tí­fi­cos esta­dounidens­es y chi­nos dirigi­dos por Shoukhrat Mital­ipov cre­an por primera vez embri­ones clon­a­dos a par­tir de simios adul­tos. Dos equipos cien­tí­fi­cos, japonés y esta­dounidense, pub­li­can sendos tra­ba­jos en los que expli­can cómo han con­segui­do repro­gra­mar célu­las de la piel para que actúen como si se tratara de célu­las madre embri­onar­ias. Este pro­ced­imien­to evi­ta recur­rir a la uti­lización y destruc­ción de embriones.
  • Enero de 2008. Cien­tí­fi­cos de EE UU pro­ducen embri­ones a par­tir de la clonación de célu­las de dos per­sonas, en un inten­to de pro­ducir célu­las madre. Con­sigu­ieron crear embri­ones con mate­r­i­al genéti­co idén­ti­co al de los donantes, pero no extra­jeron las célu­las madre.
  • Noviem­bre de 2008. Médi­cos del Gre­go­rio Marañón implan­tan célu­las madre adul­tas para recon­stru­ir una mama a cin­co pacientes oper­adas de cáncer de pecho con grasa obteni­da por una lipo­suc­ción real­iza­da a la propia paciente horas antes.
  • Junio de 2009. Inves­ti­gadores de la Uni­ver­si­dad Autóno­ma de Barcelona con­siguen la primera clonación ani­mal con éxi­to en España: tres hem­bras de ratón bau­ti­zadas como Cloe, Cleo y Clona.
  • Mayo de 2010. Nace en Palen­cia el primer toro de lidia clon­a­do, un becer­ro lla­ma­do «Got».
  • Enero de 2012. Inves­ti­gadores de la Uni­ver­si­dad de Oregón cre­an los primeros monos quiméri­cos, con mez­cla de célu­las de has­ta seis geno­mas diferentes.
  • Mayo de 2013. El equpo cien­tí­fi­co encabeza­do por Shoukhrat Mital­ipov obtiene medi­ante clonación célu­las madre embri­onar­ias humanas. Desar­rol­lan en Brasil el primer clon de un ani­mal a par­tir de una célu­la adiposa.

10. ¿Quién es Shoukhrat Mitalipov?

El direc­tor del equipo de la Uni­ver­si­dad de Oregón respon­s­able del exi­toso tra­ba­jo con célu­las humanas nació en Almaty, Kaza­jistán, en 1961, y ha cen­tra­do toda su car­rera en el estu­dio de la genética.

Mital­ipov estudió biología evo­lu­ti­va y se espe­cial­izó en célu­las madre en el Cen­tro de Inves­ti­gación de Genéti­ca Médi­ca de Moscú, y a medi­a­dos de los años noven­ta se marchó a Esta­dos Unidos para con­tin­uar su for­ma­ción en la Uni­ver­si­dad de Utah State. En 1998 se trasladó a Oregón, donde comen­zó a inves­ti­gar con pri­mates. Tras cer­ca de diez años de tra­ba­jo, Mital­ipov dio el gran salto de su car­rera al con­seguir clonar embri­ones de mono, lo que fue inter­pre­ta­do como la ante­sala de la clonación humana.


Con infor­ma­ción de Efe

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