Las elecciones griegas, marcadas por la fractura entre políticos y votantes

Miguel Máiquez, 4/5/2012

Sum­i­da des­de hace más de dos años en su peor rece­sión económi­ca des­de la Segun­da Guer­ra Mundi­al, con los ciu­dadanos macha­ca­dos por durísi­mas medi­das de aus­teri­dad para hac­er frente a un déficit dis­para­do y una deu­da récord, con una caí­da media del 30% en salarios y jubi­la­ciones, y con un paro que alcan­za ya al 21% de la población, Gre­cia afronta este domin­go unas elec­ciones gen­erales antic­i­padas mar­cadas por una quiebra sin prece­dentes entre el elec­tora­do y los par­tidos may­ori­tar­ios, social­is­tas y conservadores.

Según vatic­i­nan los son­deos, la rebeldía y el des­en­can­to de los votantes se expre­sarán en estos comi­cios en for­ma de un duro cas­ti­go a los políti­cos que han lidi­a­do con la cri­sis, es decir, a los social­is­tas del PASOK, vence­dores de las últi­mas elec­ciones, y a los con­ser­vadores de Nue­va Democ­ra­cia (ND), que gob­ernaron has­ta 2009, durante el peri­o­do en que se gestó la deba­cle económi­ca. Ambos, que diri­gen el país aho­ra en un ejec­u­ti­vo de unidad nacional, pueden sufrir un fuerte vara­pa­lo, que se tra­duciría en un impul­so históri­co a pequeños par­tidos, des­de la izquier­da rad­i­cal has­ta la extrema derecha, y en un posi­ble aumen­to sig­ni­fica­ti­vo de la abs­ten­ción, como refle­jo de la desconex­ión entre los ciu­dadanos y sus representantes.

El resul­ta­do podría ser el fin del mod­e­lo de alter­nan­cia bipar­tidista que ha car­ac­ter­i­za­do has­ta aho­ra a la políti­ca grie­ga. De cumplirse los pronós­ti­cos, ningu­na de las dos grandes for­ma­ciones políti­cas será capaz de for­mar may­oría absoluta.

Todo apun­ta a que serán los con­ser­vadores de ND, lid­er­a­dos por Anto­nis Samarás, quienes ganen las elec­ciones (el cam­bio de col­or políti­co ha sido una con­stante en los país­es más afec­ta­dos por la cri­sis), pero los son­deos más recientes les daban tan solo entre el 20% y el 25% de los votos, frente al 33% que lograron en 2009. El PASOK, con el exmin­istro de Finan­zas Evan­ge­los Venize­los como nue­vo líder, se quedaría entre un 15% y un 18%, muy lejos del hol­ga­do 43% de los sufra­gios que le dieron la vic­to­ria en los últi­mos comicios.

En cualquier caso, las encues­tas sitúan la inten­ción de voto a social­is­tas y con­ser­vadores jun­tos en torno a un 40%, en com­para­ción con el 80% del apoyo elec­toral que han venido obte­nien­do has­ta aho­ra. Y un par­la­men­to frag­men­ta­do, en el que podrían lograr rep­re­sentación has­ta diez par­tidos, frente a los cin­co actuales, puede pon­er en serias difi­cul­tades las nego­cia­ciones entre Gre­cia y la Unión Euro­pea, ya que el PASOK y ND son los úni­cos que han defen­di­do has­ta aho­ra los rescates y las medi­das de aus­teri­dad impues­tas por Bruse­las. El resto, con diver­sos mat­ices, está en con­tra. De los diez par­tidos que podrían obten­er escaños, siete se opo­nen al pro­gra­ma del FMI y dos defien­den la sal­i­da del euro.

A los comi­cios del domin­go se pre­sen­tan un total de 32 partidos.

Últimos cartuchos

Para inten­tar mit­i­gar esta san­gría de votos, el PASOK ha prometi­do cen­trarse en com­bat­ir el desem­pleo y bus­car una solu­ción alter­na­ti­va para los 150.000 fun­cionar­ios que la UE exige despedir.

Venize­los ase­gu­ra además que rene­go­cia­rá el mem­o­rán­dum fir­ma­do con la UE ‑un mem­o­rán­dum qué el mis­mo fir­mó y negoció‑, con el obje­ti­vo de ampli­ar de dos a tres años el pla­zo para lle­var a cabo los recortes exigi­dos por Bruse­las, cuyo val­or asciende a 11.500 mil­lones de euros. Tam­bién ha prometi­do que, a par­tir de 2015, no habrá nuevas medi­das de austeridad.

Por su parte, el líder de ND, Anto­nis Samarás, ha anun­ci­a­do que si gana las elec­ciones su gob­ier­no «cam­biará todo», a pesar de que él tam­bién se com­pro­metió por escrito a respetar el memorándum.

Los ejes de la políti­ca económi­ca del diri­gente con­ser­vador pasarían por aumen­tar las ayu­das sociales, reducir los impuestos y, a la vez, respetar los com­pro­misos con los acree­dores, algo que a pri­ori parece imposi­ble, dado que Gre­cia aún está lejos de cumplir los obje­tivos de déficit pre­supues­tario mar­ca­dos por la UE.

Radicales, ultranacionalistas y neonazis

Frente a las prop­ues­tas más o menos ple­gadas a las exi­gen­cias de Bruse­las que plantean los dos par­tidos may­ori­tar­ios, muchos grie­gos han comen­za­do a mirar a for­ma­ciones pequeñas, tan­to a la izquier­da como a la derecha, en las que se incluyen algunos gru­pos clara­mente extremistas.

Por la izquier­da, es prob­a­ble que muchos de los votantes que deci­dan dar la espal­da al PASOK se decanten por la Izquier­da Democráti­ca (DIMAR, por sus siglas en griego) de Fotis Kuvélis, que cuen­ta con un 12% de inten­ción de voto en los son­deos, o por Acuer­do Social (KOISY), for­ma­ción lid­er­a­da por la exmin­is­tra Luka Kat­seli. El bloque for­ma­do por Izquier­da Democráti­ca y el Par­tido Comunista(aún marx­ista-lenin­ista, el más orto­doxo de Europa) podría alcan­zar, según algunos anal­is­tas, has­ta un 30% de los votos, mucho más que el 12% con­segui­do en 2009.

Mien­tras, los son­deos dan a la izquier­da rad­i­cal del par­tido Syriza un 13% de los votos, frente al esca­so 4,6% de las elec­ciones de 2009. Al frente de esta coali­ción está Alex­is Tsípras, un inge­niero que, sin lle­gar a pro­pon­er una sal­i­da de la euro­zona, está com­ple­ta­mente en con­tra del pro­gra­ma de recortes y refor­mas y exige, entre otras cosas, que el Esta­do con­t­role el sec­tor bancario.

Por la derecha, los des­en­can­ta­dos de ND pare­cen haber dado su apoyo a la for­ma­ción Grie­gos Inde­pen­di­entes, una escisión más derechista del par­tido con­ser­vador, lid­er­a­da por el ultra­na­cional­ista Panos Kamenos. La derecha nacional­ista podría lle­gar a lograr un 15% de los votos, frente al 5,6% de 2009, cuan­do sólo esta­ba rep­re­sen­ta­da por el par­tido LAOS, una mez­cla de pop­ulis­mo, cris­tian­is­mo orto­doxo y ultra­derecha, dirigi­da por el peri­odista Yor­gos Karatsaféris.

Pero la novedad más inqui­etante es el ascen­so exper­i­men­ta­do por el par­tido neon­azi y xenó­fobo Chrysi Avgi (Amanecer Dora­do), que, con ban­deras que recuer­dan a las cruces gamadas hit­le­ri­anas, podría entrar en el Par­la­men­to, obte­nien­do más de un 5% de votos, lo que poten­cial­mente le daría un máx­i­mo de 15 diputa­dos. Su líder, Niko­laos Michalo­li­akos, un licen­ci­a­do en matemáti­cas que for­mó parte del cuer­po de para­caidis­tas del Ejérci­to griego, y que en 1976 fue detenido por pos­esión de armas y explo­sivos, defiende la expul­sión de todos los inmi­grantes indoc­u­men­ta­dos y cal­i­fi­ca a los homo­sex­u­ales de «anom­alía».

Este esce­nario pri­varía a Nue­va Democ­ra­cia de la may­oría nece­saria para gob­ernar en solitario.

El camino hasta aquí

Gre­cia lle­ga a estas elec­ciones tras un año, 2011, en el que se sucedieron seis huel­gas gen­erales y la situación económi­ca empe­oró has­ta el pun­to de nece­si­tar un segun­do plan de rescate de 130.000 mil­lones de euros, aproba­do final­mente por la UE a finales del pasa­do mes de octubre, y que con­tem­pla­ba una qui­ta del 50% de la deu­da helena.

Sin embar­go, las duras condi­ciones impues­tas, la impop­u­lar­i­dad de las medi­das y la fal­ta de apoyo de la oposi­ción llevó al entonces primer min­istro, el social­ista Yor­gos Papan­dréu, a pro­pon­er el 31 de octubre un refer­én­dum sobre la apli­cación del plan, al que tuvo que desi­s­tir por la pre­sión de los socios comu­ni­tar­ios. Papan­dréu renun­ció a su car­go y un día después el econ­o­mista Lucas Papadi­mos, exvi­cepres­i­dente del Ban­co Cen­tral Europeo y exgob­er­nador del Ban­co de Gre­cia, fue des­ig­na­do como primer min­istro al frente de un gob­ier­no de unidad nacional.

En medio de una fuerte protes­ta social, que llegó a su pun­to más ten­so durante las man­i­festa­ciones de prin­ci­p­ios de abril, Papadi­mos ha sido el encar­ga­do de lle­var a cabo las medi­das de ajuste exigi­das por el BCE, la UE y el FMI (la lla­ma­da «troi­ka») para poder recibir el segun­do rescate, de reestruc­turar la deu­da grie­ga con una qui­ta del 53,7% de su val­or y de orga­ni­zar las elec­ciones gen­erales anticipadas.

El Par­la­men­to griego (uni­cam­er­al) está com­puesto por 300 miem­bros elegi­dos por sufra­gio uni­ver­sal direc­to para un peri­o­do de cua­tro años. La Con­sti­tu­ción, que data de 1975 y fue refor­ma­da en 1986, establece que el pres­i­dente del país sea nom­bra­do por el Par­la­men­to para un peri­o­do de cin­co años y reelegi­do una sola vez. Entre sus atribu­ciones fig­u­ran la de des­ig­nar al primer min­istro y a su gabinete.

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