Malvinas: las claves de un conflicto que continúa vivo, treinta años después de la guerra

Miguel Máiquez, 1/4/2012
Un cabo de los coman­dos anfibios argenti­nos con­duce a un grupo de pri­sioneros de los Roy­al Marines, tras la ren­di­ción británi­ca en las Malv­inas, el 2 de abril de 1982. Foto: Revista Gente / Wiki­me­dia Commons

Este lunes se cumplirán 30 años des­de que, a las 6.22 h del 2 de abril de 1982, un viernes, los primeros sol­da­dos del Regimien­to de Infan­tería número 25 del Ejérci­to argenti­no comen­zaron a desem­bar­car en las islas Malv­inas, un remo­to archip­iéla­go del Atlán­ti­co Sur bar­ri­do por los géli­dos vien­tos de la Antár­ti­da, y situ­a­do a unos 490 kilómet­ros del con­ti­nente suramer­i­cano y a más de 13.000 del Reino Unido, el país que, bajo el nom­bre de islas Falk­lands, lo ocu­pa­ba des­de hacía un siglo y medio.

La guer­ra (que nun­ca fue declar­a­da ofi­cial­mente) duró 74 días y se saldó con más de 900 muer­tos. La aplas­tante vic­to­ria británi­ca dejó las Malv­inas como esta­ban, dio la pun­til­la a la dic­tadu­ra argenti­na y supu­so un balón de oxígeno para la entonces primera min­is­tra del Reino Unido, Mar­garet Thatch­er. Tres décadas después, la heri­da, que parecía, si no cer­ra­da, sí al menos aneste­si­a­da, ha vuel­to a abrirse, en un con­flic­to donde se mez­clan el sen­timien­to nacional­ista y los intere­ses económicos.

1. ¿A qué se debe el momento actual de tensión?

A prin­ci­p­ios de 2010, las autori­dades locales de las Malv­inas, guiadas por Lon­dres, empezaron a hac­er con­ce­siones uni­lat­erales a empre­sas británi­cas para la explo­ración de gas y petróleo en la zona del archip­iéla­go. Buenos Aires, que nun­ca ha deja­do de recla­mar la sober­anía de las islas, acusó a Lon­dres de «depredar» los recur­sos nat­u­rales de la zona, y de igno­rar las res­olu­ciones de Naciones Unidas, que con­mi­nan a ambas partes a sen­tarse a negociar.

Aparte de su impor­tan­cia estratég­i­ca en el con­tex­to geopolíti­co antár­ti­co, las Malv­inas, donde viv­en unas 2.900 per­sonas, son ric­as en recur­sos pes­queros y en reser­vas prob­a­bles de hidro­car­buros, y tienen un alto poten­cial para la extrac­ción de min­erales del fon­do marino.

2. ¿Cómo ha ido aumentando?

Las reivin­di­ca­ciones argenti­nas encon­traron un amplio apoyo de los país­es lati­noamer­i­canos, y en diciem­bre de 2011 los gob­ier­nos inte­grantes del Mer­co­sur acor­daron impedir el ingre­so en sus puer­tos de bar­cos con ban­dera de las Malv­inas.

Un mes después, en enero de 2012, el primer min­istro británi­co, David Cameron, acusó a Argenti­na de ser un país «colo­nial­ista» y envió el HMS Daunt­less, el destruc­tor más mod­er­no de la Mari­na Real, al archip­iéla­go, a donde via­jó tam­bién el príncipe Guiller­mo, segun­do en la línea de suce­sión al trono, para realizar instruc­ción mil­i­tar durante seis sem­anas, un hecho que Argenti­na cal­i­ficó de acto de «provo­cación y «bravu­con­ería».

En febrero de 2012, el des­en­cuen­tro fue más allá, al acusar Argenti­na a Gran Bre­taña ante el Con­se­jo de Seguri­dad de la ONU de intro­ducir armas nuclear­es y mil­i­ta­rizar el Atlán­ti­co Sur. La denun­cia fue rec­haz­a­da por Lon­dres, que ase­guró que no tenía «ningún deseo o inten­ción de incre­men­tar la inten­si­dad» del debate en torno a la sober­anía de las islas.

Argenti­na acep­tó entonces la ofer­ta de mediación de la ONU para «coor­di­nar una solu­ción pací­fi­ca», pero el enfrentamien­to con­tin­uó después de que Buenos Aires pro­pusiera que empre­sas argenti­nas y multi­na­cionales boicotear­an la importación de pro­duc­tos británi­cos. Lon­dres reac­cionó lla­man­do al encar­ga­do de nego­cios argenti­no para pedirle expli­ca­ciones, al tiem­po que acus­a­ba a Argenti­na de recur­rir a una «políti­ca de la con­frontación», y solic­ita­ba el apoyo de la Unión Euro­pea.

La UE instó a Argenti­na a respetar sus com­pro­misos com­er­ciales inter­na­cionales, requer­im­ien­to que Buenos Aires rec­hazó, mostran­do su «sor­pre­sa» por el «silen­cio» de la UE ante la neg­a­ti­va del Reino Unido a cumplir las res­olu­ciones de Naciones Unidas que «le exi­gen» nego­ciar por la soberanía.

3. ¿Cuál es la situación ahora?

A comien­zos del mes de mar­zo, la pres­i­den­ta argenti­na, Cristi­na Fer­nán­dez, reba­jó la ten­sión al pro­pon­er orga­ni­zar vue­los a las Malv­inas des­de Argenti­na, para mejo­rar la conex­ión aérea. El enfrentamien­to, sin embar­go, volvió a subir cuan­do, el pasa­do día 15, Argenti­na anun­ció que empren­derá «acciones admin­is­tra­ti­vas, civiles y penales» en tri­bunales locales e inter­na­cionales con­tra las empre­sas petrol­eras que par­tic­i­pan en «la explotación ilegí­ti­ma» de los recur­sos nat­u­rales en la zona.

El Gob­ier­no británi­co cal­i­ficó de «ile­gal, impropia y total­mente con­trapro­du­cente» esta «intim­i­dación» de Argenti­na, tras con­sid­er­ar que la explo­ración de hidro­car­buros en aguas de las islas del Atlán­ti­co Sur es «una acción com­er­cial legí­ti­ma» de los isleños. Las empre­sas británi­cas ya han inver­tido 1.500 mil­lones de dólares en varias platafor­mas de explo­ración y tienen pre­vis­to inver­tir otros 2.000 mil­lones en los próx­i­mos años.

Para tratar de apaciguar los áni­mos, la Unión de Naciones Suramer­i­canas (Una­sur) instó al Reino Unido a nego­ciar una solu­ción a la dis­pu­ta de sober­anía de las Malv­inas, tras reit­er­ar, no obstante, su respal­do a «los legí­ti­mos dere­chos» de Argentina.

El 22 de mar­zo, Argenti­na infor­mó a las bol­sas de Nue­va York y Lon­dres de cin­co com­pañías que se expo­nen a «cas­ti­gos» por su activi­dad petrol­era «ilegí­ti­ma» en las Malvinas.

4. ¿Cuáles son los argumentos de ambos países?

La con­tro­ver­sia sobre la sober­anía de las islas afec­ta inclu­so al des­cubrim­ien­to del archip­iéla­go. Según Argenti­na, las Malv­inas fueron des­cu­bier­tas en 1520 por la expe­di­ción del por­tugués Fer­nan­do de Mag­a­l­lanes, quien nave­g­a­ba al ser­vi­cio de España. Gran Bre­taña, sin embar­go, afir­ma que el primero en pis­ar las islas fue el capitán inglés John Strong, en 1690, y que éste les dio el nom­bre de su patrón, el viz­conde de Falkland.

A par­tir de ahí, Argenti­na sostiene que sus dere­chos sobre las Malv­inas los heredó al inde­pen­dizarse de la coroña españo­la, en 1816. España había admin­istra­do el archip­iéla­go des­de que le fuera cedi­do por los france­ses en 1767. El Reino Unido, por su parte, ase­gu­ra que una expe­di­ción británi­ca se asen­tó en las islas un año antes, en 1766, y que, aunque después se retiró, «la sober­anía nun­ca fue cedi­da ni abandonada».

Con respec­to a la pres­en­cia españo­la, Lon­dres mantiene que acabó en 1811, «dejan­do a las islas sin habi­tantes y sin ningu­na for­ma de gob­ier­no». Argenti­na, mien­tras, indi­ca que el Reino Unido «per­maneció en silen­cio más de 50 años», y que solo reclamó la sober­anía cuan­do Buenos Aires comen­zó a con­sol­i­dar su influ­en­cia sobre el archip­iéla­go tras la independencia.

5. ¿Cómo comenzó la ocupación británica?

El 2 de enero de 1833 llegó a las Malv­inas una fra­ga­ta de guer­ra británi­ca al man­do del capitán John James Onslow, quien comu­nicó a las autori­dades argenti­nas que se disponía a reafir­mar la sober­anía del Reino Unido y a retomar la pos­esión de las islas en nom­bre del rey de Inglater­ra. El capitán argenti­no José María Pine­do no se vio en condi­ciones de resi­s­tir y optó por reti­rar a sus hom­bres. Al día sigu­iente desem­bar­caron las fuerzas británi­cas e izaron su bandera.

6. ¿En qué se basan las reclamaciones de soberanía?

Aparte de las razones históri­c­as y de la gran can­ti­dad de años que lle­va admin­is­tran­do el ter­ri­to­rio, Lon­dres invo­ca el prin­ci­pio de autode­ter­mi­nación recono­ci­do por la ONU, ya que la gran may­oría de los isleños (en torno al 90%, según los últi­mos son­deos real­iza­dos en el Reino Unido) desean seguir pertenecien­do al Reino Unido.

Para Argenti­na, sin embar­go, este prin­ci­pio no es aplic­a­ble, ya que para que lo sea debe exi­s­tir una relación legí­ti­ma entre la población y el ter­ri­to­rio, algo que no existe en las Malv­inas, porque fueron «ocu­padas por la fuerza».

7. ¿Qué dice la ONU?

Naciones Unidas con­sid­era que la sober­anía de las Malv­inas, tan­to de las islas como de sus espa­cios marí­ti­mos cir­cun­dantes, está en liti­gio, si bien, has­ta que ambas partes resuel­van el con­tencioso, per­mite que con­tinúe la admin­is­tración británica.

El archip­iéla­go es uno de los 16 ter­ri­to­rios no autónomos que la ONU mantiene bajo la super­visión de su Comité de Des­col­o­nización, un organ­is­mo que revisa anual­mente la situación de las islas. Los otros ter­ri­to­rios inclu­i­dos en este grupo son Anguila, Bermu­das, Gibral­tar, Guam, Islas Caimán, Islas Tur­cas y Caicos, Islas Vír­genes Británi­cas, Islas Vír­genes de los Esta­dos Unidos, Montser­rat, Nue­va Cale­do­nia, Pit­cairn, Sáhara Occi­den­tal, Samoa Amer­i­cana, Isla San­ta Ele­na y Tokelau.

8. ¿Por qué decidió el régimen argentino ocupar el archipiélago?

A prin­ci­p­ios de los años ochen­ta, el mod­e­lo económi­co neolib­er­al impuesto en Argenti­na por la dic­tadu­ra (auto­de­nom­i­na­da «Pro­ce­so de Reor­ga­ni­zación Nacional») esta­ba ago­ta­do: un 90% de inflación anu­al, rece­sión pro­fun­da, inter­rup­ción de bue­na parte de la activi­dad económi­ca, empo­brec­imien­to de las clases medias, brus­co aumen­to de la deu­da exter­na, salarios cada vez más depre­ci­a­dos… La toma de las Malv­inas fue, fun­da­men­tal­mente, un deses­per­a­do inten­to del rég­i­men por man­ten­erse a flote, en un peri­o­do en el que, además de la grave situación económi­ca, las protes­tas ciu­dadanas tras años de bru­tal repre­sión eran cada vez mayores.

El gob­ier­no del gen­er­al Leopol­do Galtieri, quien había susti­tu­i­do al gen­er­al Rober­to Vio­la, suce­sor, a su vez, del jefe de la primera Jun­ta Mil­i­tar, Jorge Rafael Videla, cap­i­tal­izó el arraiga­do sen­timien­to nacional­ista argenti­no con respec­to a las «islas per­di­das», en una guer­ra que fue apoy­a­da ampli­a­mente por la población y que, al menos durante unos meses, logró incre­men­tar la pop­u­lar­i­dad del régimen.

9. ¿Qué creía tener a su favor?

El Gob­ier­no de Galtieri con­fi­a­ba en que la toma de las islas obten­dría el sufi­ciente apoyo inter­na­cional, amparán­dose en una serie de res­olu­ciones de la ONU que reconocían explíci­ta­mente la legit­im­i­dad de las guer­ras de liberación.

Además, la Jun­ta Mil­i­tar creía que el Reino Unido había dado señales de desin­terés por el archip­iéla­go (recortes pre­supues­tar­ios, reduc­ción de la pres­en­cia mil­i­tar) y, en cualquier caso, con­ta­ba con que la guar­ni­ción británi­ca en las islas era reduci­da. Tam­bién daba por hecho que la lejanía a la metrópoli impediría la lle­ga­da de refuer­zos a tiempo.

10. ¿Cuándo se decidió la invasión?

La lla­ma­da Operación Rosario, que incluía, además de las Malv­inas, la toma de los archip­iéla­gos de Geor­gias del Sur y Sand­wich del Sur, tam­bién en dis­pu­ta, fue dis­eña­da en estric­to secre­to entre finales de 1981 y prin­ci­p­ios de 1982 por el almi­rante Jorge Isaac Anaya, miem­bro de la Jun­ta pre­si­di­da por Galtieri.

11. ¿Qué la desencadenó?

La cri­sis comen­zó, en real­i­dad, en las islas Geor­gias del Sur, pertenecientes tam­bién al Reino Unido, cuan­do, el 25 de mar­zo de 1982, Argenti­na abaste­ció allí sus buques nodriza y unos oper­ar­ios izaron la ban­dera albice­leste en este ter­ri­to­rio. Lon­dres autor­izó el envío de un buque de guer­ra como medi­da dis­ua­so­ria y el gob­ier­no de Galtieri respondió aproban­do el despliegue de un escuadrón de fuerzas especiales.

El inci­dente pre­cip­itó el plan idea­do por los mil­itares argenti­nos para recu­per­ar las Malvinas.

12. ¿Cómo transcurrió la guerra?

El con­flic­to béli­co, paso a paso:

  • 1 de abril de 1982. Gran Bre­taña recla­ma la reunión urgente del Con­se­jo de Seguri­dad de las Naciones Unidas, ante la inmi­nente invasión argentina.
  • 2 de abril. Diez mil sol­da­dos argenti­nos desem­bar­can en las islas. El gob­er­nador británi­co se rinde a las pocas horas. El gen­er­al Galtieri anun­cia que las tropas han toma­do tier­ra en las islas y recla­ma su sober­anía: «Si quieren venir, que ven­gan, les pre­sentare­mos batal­la», procla­mará días después ante una mul­ti­tud en Buenos Aires.
  • 3 de abril. El Con­se­jo de Seguri­dad aprue­ba la prop­ues­ta británi­ca de la reti­ra­da de las tropas argenti­nas y la aper­tu­ra de nego­cia­ciones. Gran Bre­taña rompe rela­ciones con Argentina.
  • 4 de abril. Fuerzas argenti­nas ocu­pan las islas Georgias.
  • 5 de abril. Gran Bre­taña envía tropas al Atlán­ti­co Sur, despues de que la primera min­is­tra, Mar­garet Thatch­er, diera su aprobación para recu­per­ar las Malv­inas. La Comu­nidad Económi­ca Euro­pea apoya al Reino Unido. Perú expre­sa su respal­do a Argenti­na, algo que al final se negará hac­er el Chile de Pinochet.
  • 6 de abril. El entonces pres­i­dente esta­dounidense, Ronald Rea­gan, des­igna para inter­ced­er en el con­flic­to al gen­er­al Alexan­der Haig, quien se reúne en Wash­ing­ton con el can­ciller argenti­no, Nicanor Costa.
  • 8 de abril. Haig se entre­vista con Mar­garet Thatch­er en Londres.
  • 12 de abril. Gran Bre­taña impone un blo­queo naval alrede­dor de las islas.
  • 14 de abril. Thatch­er recibe el respal­do de la Cámara de los Comunes.
  • 22 de abril. Galtieri visi­ta a las tropas acan­ton­adas en las Malvinas.
  • 25 de abril. Ataques británi­cos en las islas Geor­gias. El teniente de navío Alfre­do Astiz, al man­do de los efec­tivos argenti­nos, fir­ma la ren­di­ción sin opon­er resisten­cia. Astiz sería con­de­na­do años después por crímenes de lesa humanidad cometi­dos durante la repre­sión de la dic­tadu­ra entre 1976 y 1983.
  • 1 de mayo. Aviones y buques británi­cos bom­bardean el aerop­uer­to de la cap­i­tal de las Malv­inas (Puer­to Argentino/Port Stanley).
  • 3 de mayo. Un sub­mari­no británi­co de propul­sión nuclear tor­pedea el crucero de guer­ra argenti­no Gen­er­al Bel­gra­no fuera de las 200 mil­las de la zona de exclusión estable­ci­da alrede­dor de las islas. El bar­co se hunde y mueren más de 250 hombres.
  • 4 de mayo. Aviones argenti­nos, equipa­dos con mis­iles Exo­cet, hun­den al destruc­tor Sheffield.
  • 21 de mayo. Cin­co batal­lones británi­cos desem­bar­can en San Car­los, a 100 kilómet­ros al oeste de Stan­ley. Aviones argenti­nos hun­den la fra­ga­ta Ardent. Son abati­dos 17 caz­abom­barderos argenti­nos. Rup­tura defin­i­ti­va de negociaciones.
  • 23 de mayo. La fra­ga­ta Ante­lope es sev­era­mente daña­da por aviones argenti­nos. En la cabecera de playa de San Car­los hay ya 5.000 sol­da­dos británicos.
  • 25 de mayo. En dos ataques aére­os son hun­di­dos el destruc­tor Coven­try y la nave car­guera Atlantic Con­vey­or, que trans­porta­ba una doce­na de helicópteros de los Roy­al Marines.
  • 28 de mayo. Tropas británi­cas cap­turan Dar­win y Goose Green.
  • 8 de junio. Rea­gan rat­i­fi­ca el respal­do de EE UU al Reino Unido.
  • 12 de junio. Ofen­si­va final británi­ca sobre Port Stanley.
  • 14 de junio. Ren­di­ción de las tropas argenti­nas. Las fuerzas británi­cas toman las islas, y Galtieri anun­cia que está prepara­do para un alto el fuego. Un día después se dirige a la nación por tele­visión: «El com­bate de Puer­to Argenti­no ha final­iza­do». El 18 de junio aban­dona el cargo.

13. ¿Por qué fue derrotada Argentina?

La supe­ri­or­i­dad logís­ti­ca y tec­nológ­i­ca británi­ca acabó imponién­dose, favore­ci­da además por graves fal­los en la plan­i­fi­cación de la defen­sa argenti­na. Los sol­da­dos argenti­nos, moti­va­dos por la pro­pa­gan­da y por el sen­timien­to nacional­ista, pero, en muchos casos, jóvenes sin expe­ri­en­cia, mal equipa­dos y mal abaste­ci­dos, se enfrentaron a tropas alta­mente pro­fe­sion­ales, mucho mejor preparadas para el com­bate (uni­formes tér­mi­cos, visores noc­turnos, calza­do ade­cua­do, proyec­tiles trazadores, chale­cos antibala, las armas más mod­er­nas, ali­mentación sufi­ciente…) en un ter­reno tan hos­til como las Malvinas.

Por otra parte, mien­tras que Gran Bre­taña con­tó des­de el primer momen­to con el enér­gi­co apoyo de los país­es occi­den­tales (incluyen­do Esta­dos Unidos, algo con lo que al pare­cer no con­ta­ban los mil­itares argenti­nos, con­fi­a­dos en obten­er la rec­om­pen­sa por su colab­o­ración en las opera­ciones de Wash­ing­ton en Cen­troaméri­ca) y del Con­se­jo de Seguri­dad ‑la CE decretó inclu­so el embar­go com­er­cial a Argentina‑, Buenos Aires sólo recibió el respal­do moral de la may­or parte de la comu­nidad iberoamer­i­cana, de los País­es No Alin­ea­d­os, de la ex Unión Soviéti­ca y, en una cal­cu­la­da ambigüedad, de España (el Gob­ier­no español con­denó el uso de la fuerza, a la vez que defendió «la des­col­o­nización de las islas en favor de la inte­gri­dad ter­ri­to­r­i­al argentina»).

14. ¿Cuántas víctimas hubo?

Por el lado argenti­no se con­tabi­lizaron 649 muer­tos y más de 1.200 heri­dos; por el británi­co, 255 muer­tos y más de 750 heri­dos. Entre las víc­ti­mas hubo tam­bién tres civiles (tres mujeres isleñas).

Además, se cal­cu­la (no hay cifras ofi­ciales) que más de 450 excom­bat­ientes argenti­nos y otros 300 británi­cos se han sui­ci­da­do des­de entonces. Un estu­dio pub­li­ca­do por el Gob­ier­no argenti­no al cumplirse el 25 aniver­sario de la guer­ra indicó que has­ta el 40% de los sol­da­dos argenti­nos que par­tic­i­paron en el con­flic­to pen­só en sui­ci­darse después de la contienda.

15. ¿Cuáles fueron las consecuencias políticas?

En Argenti­na, la der­ro­ta acabó políti­ca­mente con la dic­tadu­ra de los gen­erales. Cua­tro días después de la ren­di­ción, Galtieri fue des­ti­tu­i­do y Rey­nal­do Bignone, su susti­tu­to, comen­zó a dar los primeros pasos hacia la tran­si­ción democrática.

En el Reino Unido, la vic­to­ria sacó al gob­ier­no con­ser­vador de Mar­garet Thatch­er del agu­jero de pop­u­lar­i­dad en que se encon­tra­ba por sus duras políti­cas sociales. La ‘dama de hier­ro’ ganó las elec­ciones de 1982 con la más amplia may­oría con­segui­da por un can­dida­to des­de 1935.

16. ¿Cómo evolucionó después el conflicto?

Al año sigu­iente de la guer­ra, y con la democ­ra­cia, pre­si­di­da por Raúl Alfon­sín, recién estre­na­da en Argenti­na, la ten­sión entre las dos naciones se fue reducien­do, aunque sin grandes avances. Sin embar­go, el suce­sor de Alfon­sín, Car­los Men­em, se vol­có des­de el prin­ci­pio de su manda­to en pro­mover las nego­cia­ciones para el restablec­imien­to de las rela­ciones diplomáticas.

En octubre de 1989 quedaron restau­radas las rela­ciones con­sulares y el 17 de febrero de 1990, tras cua­tro días de con­ver­sa­ciones en Madrid, se reanudaron las rela­ciones diplomáti­cas, con la condi­ción de que el tema de la sober­anía de las Malv­inas quedara bajo un «paraguas diplomáti­co», figu­ra jurídi­ca que sig­nifi­ca que se dis­cu­tirán todos los asun­tos bilat­erales a excep­ción del con­tencioso ter­ri­to­r­i­al, igno­ran­do así el pun­to de la res­olu­ción 502 que insta­ba a las dos partes a ini­ciar nego­cia­ciones para decidir el futuro de las islas. La reivin­di­cación de Buenos Aires sobre la sober­anía del archip­iéla­go volvió a sus cauces habituales.

En mar­zo de 2007, el gob­ier­no de Nés­tor Kirch­n­er anun­ció la final­ización del acuer­do de coop­eración suscrito entre Argenti­na y el Reino Unido en 1995 para la explotación de los hidro­car­buros en las islas Malvinas.

17. ¿Qué pasó con los veteranos?

Algunos vet­er­a­nos argenti­nos de la guer­ra de las Malv­inas han denun­ci­a­do las malas condi­ciones en que se les envió al com­bate y ase­gu­ran que fueron mal­trata­dos por sus supe­ri­ores, al tiem­po que siguen exigien­do ind­em­niza­ciones y que se haga justicia.

Según indicó a la agen­cia Efe Ernesto Alon­so, del Cen­tro de Ex-com­bat­ientes Islas Malv­inas de La Pla­ta (Cec­im), los pro­ce­sos por abu­sos en las Malv­inas suman más de un cen­te­nar e involu­cran a 80 ofi­ciales y sub­o­fi­ciales. Pese que var­ios tri­bunales han dado la razón a los vet­er­a­nos, «ningún man­do mil­i­tar ha sido con­de­na­do has­ta aho­ra», denunció.

Por otro lado, a muchos vet­er­a­nos, trauma­ti­za­dos por la guer­ra o muti­la­dos, y la may­oría proce­dentes de clases económi­cas des­fa­vore­ci­das, les resultó imposi­ble encon­trar un empleo para poder rehac­er sus vidas.

Tuvieron que pasar más de diez años des­de el final del con­flic­to para que los vet­er­a­nos empezaran a recibir pen­siones men­su­ales, y la primera clíni­ca psiquiátri­ca ded­i­ca­da a su aten­ción abrió el mes pasa­do. La úni­ca encues­ta sobre la salud men­tal de los vet­er­a­nos, real­iza­da en 1995, rev­eló que más del 80% todavía padecían ansiedad e irri­tabil­i­dad, y que el 58% sufrían depre­siones frecuentes.

18. ¿Qué opinan hoy los británicos?

Hace dos sem­anas, una encues­ta encar­ga­da por el diario británi­co The Guardian señal­a­ba que los ciu­dadanos del Reino Unido se mues­tran may­ori­tari­a­mente a favor de «pro­te­ger el archip­iéla­go» de las Malv­inas, «mien­tras sus habi­tantes quier­an ser pro­te­gi­dos, y sin impor­tar el coste». Según el son­deo, el 61% optaría por esta pos­tu­ra, mien­tras que el 32% cree que el Reino Unido «debería estar prepara­do para nego­ciar con Argenti­na una even­tu­al entre­ga de las islas».

19. ¿Y los argentinos?

En Argenti­na, donde la causa de las Malv­inas ha recibido recien­te­mente el apoyo de artis­tas españoles como Joaquín Sabi­na y Joan Manuel Ser­rat, un son­deo elab­o­ra­do por el Cen­tro de Opinión Públi­ca de la Uni­ver­si­dad de Bel­gra­no, en Buenos Aires, y pub­li­ca­do por el diario La Nación, indi­ca que, mien­tras el 69% de los encues­ta­dos cree impor­tantes los inten­tos diplomáti­cos que real­ice el gob­ier­no argenti­no para recu­per­ar la sober­anía, el 91% rec­haza una inter­ven­ción vio­len­ta. El 65% pien­sa que el país está en mejores condi­ciones hoy para nego­ciar la sober­anía, pero la mitad de los encues­ta­dos están con­ven­ci­dos de que nun­ca se resolverá el con­flic­to. La may­oría no acep­taría solu­ciones nego­ci­adas, como com­par­tir la sober­anía con Gran Bre­taña, y el 70% afir­ma que los británi­cos jamás estarán dis­puestos a sen­tarse a nego­ciar. Solo para el 18% la sober­anía sobre las islas pertenece a Gran Bre­taña, y un 10% cree que ambos país­es tienen iguales derechos.

20. ¿Cómo son las Malvinas?

El archip­iéla­go de las Malv­inas, con unos 2.900 habi­tantes, aprox­i­mada­mente el 70% de ori­gen británi­co, está for­ma­do por algo más de 200 islas, entre las que desta­can dos prin­ci­pales: la isla Gran Malv­ina, al oeste, con una super­fi­cie de 4.377 km²; y la isla Soledad, al este, con 6.353 km².

El cli­ma es oceáni­co sub­an­tár­ti­co, muy influ­en­ci­a­do por el mar.  La tem­per­atu­ra máx­i­ma prome­dio en enero es de 12,8 °C, mien­tras que en julio es de cer­ca de 3,9 °C. Más de la mitad del año los días son llu­viosos, y la humedad y los vien­tos son con­stan­te­mente altos.

La economía esta­ba basa­da tradi­cional­mente en la ganadería, prin­ci­pal­mente la cría ovina, pero hoy en día la pesca con­sti­tuye el núcleo prin­ci­pal de la actividad.

A los res­i­dentes de las Malv­inas se les conoce como kelpers, un gen­ti­li­cio que deri­va de las algas que se encuen­tran alrede­dor de las islas (kelp en inglés). No obstante, ellos pre­fieren lla­marse islanders (isleños). En español, el gen­ti­li­cio es «malvi­nens­es».

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