¿Las Vegas en Madrid? Las claves de un macrocentro de ocio envuelto en millones y polémica

Miguel Máiquez, 25/12/2011

Doce hote­les, seis casi­nos, un teatro para miles de espec­ta­dores, restau­rantes y cam­pos de golf, una inver­sión de casi 17.000 mil­lones de euros, la creación de 261.000 empleos, cin­co mil­lones de tur­is­tas poten­ciales… El proyec­to no es pre­cisa­mente modesto, como tam­poco lo es su pro­mo­tor, un mul­ti­mil­lonario esta­dounidense de 78 años lla­ma­do Shel­don Adel­son, cuya for­tu­na, labra­da en los tapetes, las máquinas tra­gaper­ras y las suites de lujo de los grandes casi­nos, le ha lle­va­do a con­ver­tirse en el 16º hom­bre más rico del plan­e­ta.

Adel­son, uno de los grandes mag­nates mundi­ales del juego, se ha prop­uesto con­stru­ir en Madrid el may­or cen­tro de ocio de Europa y, aunque su proyec­to impli­caría mod­i­ficar un buen puña­do de leyes (urbanís­ti­cas, lab­o­rales, fis­cales y has­ta de extran­jería), parece que esta vez, a difer­en­cia de otros proyec­tos sim­i­lares mal­o­gra­dos, como los de La Man­cha o Los Mon­e­gros, la cosa va más en serio.

Será, de salir ade­lante, lo que se conoce ya como ‘el Las Vegas europeo’ o ‘EuroVe­gas’, un macro­com­ple­jo de entreten­imien­to pen­sa­do al esti­lo de la propia Las Vegas orig­i­nal, en Esta­dos Unidos, o de Macao, en Chi­na; algo que, a ese niv­el, no existe aún en Europa.

El lugar elegi­do sería, en prin­ci­pio, la zona de Valde­be­bas, un desar­rol­lo urbanís­ti­co todavía en con­struc­ción del munici­pio de Madrid, situ­a­do al norte del Cam­po de las Naciones y al este de Sanchi­nar­ro, y que ocu­pa parte de los dis­tri­tos de Hor­taleza y Barajas.

De momen­to, el Gob­ier­no madrileño ya ha deja­do claro que cam­biará las leyes que haga fal­ta para favore­cer el proyec­to. No obstante, se tra­ta de mod­i­fi­ca­ciones legales pro­fun­das, y no todas com­pe­ten al ejec­u­ti­vo de Esper­an­za Aguirre. Algu­nas afectan al Ayun­tamien­to de Madrid y sobre otras, las más impor­tantes, ten­drá que decidir el Gob­ier­no cen­tral. Las tres admin­is­tra­ciones, en cualquier caso, son aho­ra del mis­mo col­or político.

A la polémi­ca sus­ci­ta­da por estos posi­bles cam­bios nor­ma­tivos, fru­to de las extra­or­di­nar­ias condi­ciones planteadas por Adel­son para mon­tar su empo­rio, se suman las dudas sobre la proce­den­cia del dinero que se inver­tiría. Las may­ores ganan­cias de Las Vegas Sands, el grupo empre­sar­i­al de Adel­son, proce­den actual­mente de Macao, un lugar en el que, según informes del Gob­ier­no de EE UU desve­la­dos por Wik­ileaks, la relación entre los casi­nos y la mafia chi­na es un hecho.

En el otro lado de la bal­an­za, sin embar­go, la tentación es grande: De cumplirse las expec­ta­ti­vas de empleo prometi­das, y según dijo Aguirre, cuyo entu­si­as­mo por el proyec­to no es ningún secre­to, «más de la mitad de los madrileños que hoy están desem­plea­d­os dejarían de estarlo».

Estas son las claves de uno de los proyec­tos empre­sar­i­ales más ambi­ciosos, y tam­bién más con­tro­ver­tidos, de los últi­mos años en España.

¿En qué consiste el proyecto?

La idea del grupo empre­sar­i­al Las Vegas Sands es con­stru­ir en Europa una «cap­i­tal del juego» al esti­lo de las exis­tentes en Norteaméri­ca (Las Vegas) y Asia (Macao), y el lugar elegi­do para ello es España y, conc­re­ta­mente, Madrid.

El proyec­to supon­dría la inver­sión de 16.900 mil­lones de euros y la creación de 261.000 puestos de tra­ba­jo, de los que 164.000 serían empleos direc­tos y unos 97.000, indirectos.

Este nue­vo macro­cen­tro de ocio ten­dría, de aquí a unos trece años, doce hote­les (con unas 35.000 habita­ciones), seis casi­nos (con 1.065 mesas y 18.000 máquinas recre­ati­vas), var­ios teatros con capaci­dad para miles de espec­ta­dores, tres cam­pos de golf, dece­nas de restau­rantes y has­ta un esce­nario de 15.000 butacas.

El plan con­siste en con­stru­ir primero un gran casi­no e ir rein­vir­tien­do después el dinero que genere en el resto de las instalaciones.

¿Por qué en Madrid?

Un proyec­to de esta nat­u­raleza nece­si­ta que el lugar elegi­do para lle­var­lo a cabo cumpla, como mín­i­mo, cua­tro condi­ciones bási­cas: Mucho espa­cio para con­stru­ir, buen cli­ma, la cer­canía de un gran aerop­uer­to y una leg­is­lación favor­able. Las tres primeras se cumplen ya en el desar­rol­lo urbanís­ti­co madrileño de Valde­be­bas, que sería el que más posi­bil­i­dades parece ten­er para acoger el macro­cen­tro de Las Vegas Sands. La cuar­ta es la que se está negociando.

Antes de decidirse por Madrid, el grupo de Adel­son entabló con­ver­sa­ciones con varias comu­nidades autóno­mas, inclu­i­da Cataluña. La nego­ciación con las autori­dades cata­lanas giró en torno a la insta­lación del proyec­to en el área de Barcelona, cer­ca del aerop­uer­to de El Prat.

¿Desde cuándo se está planteando?

El proyec­to lo ade­lan­tó el pro­pio Adel­son el pasa­do 17 de febrero en el diario británi­co The Dai­ly Tele­graph, al expre­sar su deseo de con­stru­ir un ‘mini Las Vegas’ en España, al que quería pon­er el nom­bre de «Euro-Vegas» o «Europa Vegas». Según Adel­son, la empre­sa tenía pre­vis­to realizar la inver­sión hace años, pero el estal­li­do de la cri­sis económi­ca y la mala situación financiera de la propia com­pañía le obligaron a pospon­er los planes. El 2 de noviem­bre, el vicepres­i­dente de la Comu­nidad de Madrid, Igna­cio González, con­fir­mó que las con­ver­sa­ciones con Las Vegas Sands esta­ban «muy avan­zadas».

González dijo entonces que se tra­ta de un proyec­to «grande y muy com­pli­ca­do» que requiere «hac­er cam­bios nor­ma­tivos para adap­tar las nor­mas urbanís­ti­cas», y admi­tió asimis­mo que las partes todavía no habían lle­ga­do a un acuer­do defin­i­ti­vo. La Comu­nidad lle­varía nego­cián­do­lo más de dos años y medio.

Para las con­ver­sa­ciones y nego­cia­ciones en torno a este com­ple­jo se ha crea­do una comisión mix­ta for­ma­da, entre otros, por rep­re­sen­tantes del Gob­ier­no cen­tral, de la Comu­nidad de Madrid y del Ayun­tamien­to de la capital.

¿Cuáles son las principales exigencias del empresario?

La prome­sa de empleo y revi­tal­ización económi­ca que acom­paña al proyec­to lle­va apare­jadas numerosas condi­ciones que requieren grandes cam­bios legales e impor­tantes con­ce­siones por parte de las tres admin­is­tra­ciones impli­cadas. Adel­son exige, entre otras cosas, que se reubique el vert­edero de Valdem­ingómez (el may­or basurero de España), que se le regalen 5,8 mil­lones de met­ros cuadra­dos, que se le exi­ma del pago de numerosos impuestos, que se le per­mi­ta aplicar un rég­i­men lab­o­ral espe­cial, lib­er­tad total de horar­ios com­er­ciales y has­ta que no esté pro­hibido fumaren sus casinos.

Una de las peti­ciones más sig­ni­fica­ti­vas es su pre­ten­sión de que se mod­i­fique la Ley del Juego de la Comu­nidad de Madrid para intro­ducir la figu­ra del «jun­ket» (per­sonas o gru­pos que se encar­gan de cap­tar jugadores y que cobran a comisión de los casi­nos para los que tra­ba­jan, en condi­ciones muy favor­ables y a menudo sin pagar impuestos), y para incluir tam­bién sis­temas espe­ciales de apues­tas para jugadores VIP, ori­gen de bue­na parte de sus ben­efi­cios en su com­ple­jo de Macao.

Además, Adel­son quiere que se per­mi­ta jugar a crédi­to (algo expre­sa­mente pro­hibido en la leg­is­lación actu­al, y cas­ti­ga­do con mul­tas) y que se cam­bie la Ley estatal de Enjui­ci­amien­to Civ­il en lo que respec­ta a la eje­cu­ción de deu­das de juego.

Muchas de estas peti­ciones, como el trasla­do de Valdem­ingómez o mod­i­fi­ca­ciones en los arance­les (algo que com­pete a la Unión Euro­pea), pare­cen direc­ta­mente invi­ables, pero otras están sobre la mesa de negociación.

¿Qué leyes habría que cambiar?

Adel­son recla­ma una «rela­jación de los con­ve­nios colec­tivos», lo que obligaría a mod­i­ficar el Estatu­to de los Tra­ba­jadores; pide reuniones per­iódi­cas entre empre­sa, sindi­catos y Min­is­te­rio de Tra­ba­jo para resolver liti­gios, para lo que habría que cam­biar la Ley de Pro­ced­imien­to Lab­o­ral; y recla­ma que se acel­eren los pro­ce­sos de con­ce­sión de per­misos de tra­ba­jo y res­i­den­cia para tra­ba­jadores extran­jeros, un tra­to pref­er­ente para su empre­sa en lo que respec­ta a la con­ce­sión de visa­dos y mod­i­fi­ca­ciones en la exi­gen­cia de cer­ti­fi­ca­dos penales, para todo lo cual habría que mod­i­ficar la Ley de Extran­jería.

Además, según Adel­son, las cuo­tas actuales a la Seguri­dad Social en España son «demasi­a­do ele­vadas», por lo que el empre­sario pide «dos años de exen­ción en su abono, segui­do de una reduc­ción del 50% en los sigu­ientes tres años. Según infor­mó El País, tam­bién quiere incluir en las ayu­das euro­peas para “tra­ba­jadores des­fa­vore­ci­dos” a los menores de 30 años, y exige la finan­ciación de has­ta el 60% de los gas­tos de for­ma­ción a emplea­d­os, y del 100% de sus inver­siones en mejo­ra medioam­bi­en­tal durante cin­co años. En sus peti­ciones incluye asimis­mo recibir sub­ven­ciones al empleo por los puestos indi­rec­tos cal­cu­la­dos durante la con­struc­ción del complejo.

Otra de las leyes que se vería afec­ta­da sería la de blan­queo de cap­i­tales. Adel­son pre­tende que solo se oblig­ue a iden­ti­ficar al cliente cuan­do quiera com­prar o cam­biar fichas por val­or supe­ri­or a 2.000 euros, y elim­i­nar el req­ui­si­to de hac­er­lo tam­bién cuan­do el jugador trans­fiere al casi­no fon­dos para poder apostar.

Eso sin con­tar los cam­bios que sería nece­sario hac­er en la nor­ma­ti­va que rige los impuestos, ya que, entre otras cosas, el empre­sario pre­tende que los pre­mios gana­dos trib­uten en el país de res­i­den­cia del jugador, pide una bonifi­cación del 95% del impuesto sobre trans­mi­siones pat­ri­mo­ni­ales y solici­ta diez años de exen­ción del impuesto sobre bienes inmuebles.

¿Qué más pide?

La lista de Adel­son es inter­minable. Como detal­la el diario El País, entre las peti­ciones del mag­nate se encuen­tra asimis­mo una nue­va estación de metro con tar­i­fa urbana, que la red de Cer­canías llegue has­ta los casi­nos y has­ta Bara­jas, conex­ión con el AVE, un nue­vo inter­cam­bi­ador, nuevos acce­sos des­de las car­reteras cer­canas, que se elim­i­nen o se entier­ren las infraestruc­turas de gas, agua y elec­t­ri­ci­dad, la elim­i­nación de los asen­tamien­tos ile­gales cer­canos, que se refuercen los ser­vi­cios públi­cos y de emer­gen­cias, wifi en todo el complejo…

En lo que respec­ta al sue­lo, el empre­sario lle­ga a pedir al Gob­ier­no region­al y al Ayun­tamien­to que le cedan todo el sue­lo públi­co que poseen en la zona, y que «ubiquen las vivien­das pro­te­gi­das en otros emplazamientos».

Además, solici­ta al Gob­ier­no region­al una ley que le otorgue un peri­o­do de exclu­sivi­dad de 10 años y pre­tende que se per­mi­ta la entra­da a los casi­nos a los menores de edad, a las per­sonas inca­pac­i­tadas legal­mente y a aque­l­los apun­ta­dos vol­un­tari­a­mente en un reg­istro para que no se les deje acced­er a estos establecimientos.

¿Qué han dicho las administraciones implicadas?

La Comu­nidad de Madrid ha indi­ca­do que, den­tro de sus com­pe­ten­cias, hará «las mod­i­fi­ca­ciones reglamen­tarias, leg­isla­ti­vas o del tipo que sean» para favore­cer el proyec­to. La pres­i­den­ta region­al, Esper­an­za Aguirre, recordó que la idea de Shel­don Adel­son «no es nue­va», y que des­de 2008 se han suce­di­do «numerosísi­mas reuniones» con rep­re­sen­tantes de la Comu­nidad para estu­di­ar las posi­bil­i­dades de eje­cu­ción del plan. Aguirre ase­guró que «var­ios ayun­tamien­tos» se han intere­sa­do en este cen­tro de ocio y que, «aunque el cuer­po le pedía con­tar cuáles eran», prefer­ía seguir la recomen­dación de su vicepres­i­dente, Igna­cio González, y no desve­lar el nom­bre de ninguno de ellos. «Es una cosa muy seria que nos afec­ta a todos», dijo.

El Ayun­tamien­to de Madrid, por su parte, se ha mostra­do más ambiguo. En respues­ta a una pre­gun­ta de UPyD en la Comisión munic­i­pal de Urban­is­mo, y a pesar de las declara­ciones de Aguirre, la del­e­ga­da del área, Pilar Martínez, dijo que el Gob­ier­no munic­i­pal «no se pro­nun­ci­a­so­bre la via­bil­i­dad del proyec­to porque entiende que las admin­is­tra­ciones com­pe­tentes, la Comu­nidad de Madrid y el Esta­do, tam­poco lo han hecho». Pos­te­ri­or­mente, sin embar­go, Martínez expresó su con­fi­an­za en que final­mente sea Madrid «la ciu­dad del sur de Europa que eli­ja el propi­etario del grupo Las Vegas Sands para lev­an­tar su com­ple­jo de ocio».

Por últi­mo, el entonces min­istro de Indus­tria, Miguel Sebastián, dijo el pasa­do 3 de noviem­bre que no veía «mal» la posi­bil­i­dad de abrir una especie de mini-Las Vegas en Madrid. Sebastián pidió «cautela» («no hay que lan­zar las cam­panas al vue­lo», dijo), porque se tra­ta de una ini­cia­ti­va que aún «no está madu­ra», pero destacó que Las Vegas Sands es «la mejor com­pañía del mun­do en este tipo de proyec­tos» y ase­guró que el Min­is­te­rio esta­ba en con­tac­to per­ma­nente con el Gob­ier­no de la Comu­nidad de Madrid . «Es ver­dad que las nego­cia­ciones están ahí y que ojalá se pue­da lle­gar a un acuer­do, porque puede supon­er la lle­ga­da de muchos mil­lones de tur­is­tas y puede crear empleo», man­i­festó. «Es pez, pero no pesca­do», concluyó.

¿Quién es Sheldon Adelson?

El pres­i­dente y prin­ci­pal accionista del grupo empre­sar­i­al Las Vegas Sands Corp. nació en Boston (EE UU) en 1933. Reside en Las Vegas y actual­mente es dueño de una for­tu­na que la revista Forbes cal­cu­la en 21.500 mil­lones de dólares, lo que le con­vierte en el 16ª hom­bre más rico del mun­do.
Hijo de inmi­grantes litu­anos, Adel­son empezó ven­di­en­do per­iódi­cos y a los 45 años era ya dueño de una las may­ores ferias de orde­nadores del mun­do (Comdex), un nego­cio que le per­mi­tió abrir en Las Vegas, en 1999, el gran hotel-casi­no The Venet­ian, el may­or de su tipo en todo el con­tienente amer­i­cano, con más 4.000 habita­ciones, y cuyo cos­to ini­cial fue supe­ri­or a los 1.000 mil­lones de dólares. El Venet­ian se con­vir­tió en la base de Las Vegas Sands.

La empre­sa pasó una grave cri­sis y rozó la ban­car­ro­ta, pero la for­tu­na per­son­al de Adel­son y, sobre todo, la bue­na mar­cha de sus nego­cios en Macao (la úni­ca ciu­dad de Chi­na donde se puede apos­tar, y que supera ya a Las Vegas como cap­i­tal mundi­al del juego) la sac­aron a flote.

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