El naufragio del centro izquierda en una Europa cada vez más azul

Miguel Máiquez, 29/5/2011

Un sim­ple vis­ta­zo a los col­ores del mapa políti­co europeo es sufi­ciente para darse cuen­ta: En la UE man­da la derecha. El con­ti­nente donde nació y se desar­rol­ló la socialdemoc­ra­cia, el mis­mo que aupó y con­solidó el Esta­do del bien­es­tar de la mano de social­is­tas como el alemán Willy Brandt o el sue­co Olof Palme, el ter­ri­to­rio de Miter­rand, González o Craxi, ha deja­do de lado el rojo y se tiñe cada vez más del col­or azul con que se iden­ti­f­i­can los par­tidos conservadores.

Tan sólo seis de los 27 país­es de la Unión Euro­pea tienen actual­mente gob­ier­nos que se con­sid­er­an a sí mis­mos de izquier­das, y de ellos, dos (Chipre y Eslove­nia) ape­nas tienen peso políti­co. El resto, con la excep­ción de Aus­tria, están todos en el sur, en el arco mediter­rá­neo: En Por­tu­gal y en España los social­is­tas gob­ier­nan en minoría, y, en el caso español, a menos que se pro­duz­ca un vuel­co espec­tac­u­lar en los próx­i­mos meses, con pocas esper­an­zas de seguir hacién­do­lo después de la gran der­ro­ta que aca­ban de sufrir en las elec­ciones munic­i­pales y autonómi­cas. Sólo en Gre­cia, en pleno polvorín social y con una economía en esta­do de coma, tienen may­oría absoluta.

En 1995, de los 15 país­es que forma­ban entonces la Comu­nidad Económi­ca Euro­pea, tan sólo cin­co (Ale­ma­nia, Aus­tria, Bél­gi­ca, Lux­em­bur­go y el Reino Unido) tenían gob­ier­nos conservadores.

La ten­den­cia, además, no es sólo país por país. Tam­bién es evi­dente en las insti­tu­ciones suprana­cionales. En las elec­ciones al Par­la­men­to europeo de 2009, los par­tidos y alian­zas de cen­tro derecha obtu­vieron una clara vic­to­ria que refle­ja la Eurocá­mara actu­al: El PP europeo (democris­tianos y lib­er­al con­ser­vadores) suma 403 escaños; el resto (social­is­tas, ecol­o­gis­tas, comu­nistas e inde­pen­di­entes), 274.

Pero si la fotografía políti­ca de la Europa actu­al es clara, no lo son tan­to sus causas. Los fac­tores que han lle­va­do al actu­al declive de la socialdemoc­ra­cia en el Viejo Con­ti­nente son muchos y com­ple­jos, varían de Esta­do en Esta­do, y, en muchos casos, depen­den del pun­to de vista ide­ológi­co con que se analicen.

La sombra de la crisis

Sí parece exi­s­tir cier­to con­sen­so, no obstante, en una serie de motivos gen­erales. Por un lado, la izquier­da en Europa se enfrenta a un elec­tora­do que, a pesar de la agu­da cri­sis económi­ca, goza de unas condi­ciones de vida gen­erales mejores que hace medio siglo. Pese al aumen­to del paro y a la fal­ta de per­spec­ti­vas, hay más clase media y menos ‘lucha de clases’, y una bue­na parte de esta población, muy enve­je­ci­da además, opta por ase­gu­rar lo que tiene, con­fi­a­da en que tam­poco va a perder los logros sociales bási­cos con­segui­dos. A menudo, por otro lado, los ciu­dadanos más cas­ti­ga­dos son per­sonas que están per­di­en­do lo que tenían, más que per­sonas que nun­ca han tenido nada.

Pero para la may­oría de los exper­tos, sin embar­go, el gran des­en­ca­denante, es la cri­sis económi­ca. En líneas gen­erales, la may­or parte de los mal­os resul­ta­dos elec­torales logra­dos por la izquier­da (muy espe­cial­mente, en Europa del Este) se han pro­duci­do, sobre todo, a par­tir de 2008, el año en que que­bró Lehman Broth­ers y la rece­sión glob­al se hizo ofi­cial. Las durísi­mas políti­cas de ajuste lle­vadas a cabo por los gob­ier­nos como solu­ción (acer­ta­da o no) les han acar­rea­do un des­gaste bru­tal. Los poderes ejec­u­tivos europeos han opta­do por com­bat­ir la cri­sis y reducir sus déficits a base de recortes sociales y tijere­ta­zos pre­supues­tar­ios, y con políti­cas donde ape­nas es dis­tin­guible el col­or políti­co y ya sólo que­da un col­or, el financiero. La ide­ología, como en el caso de España, ha sali­do de la economía y ha queda­do reduci­da a otros ámbitos más rela­ciona­dos con los val­ores o las cos­tum­bres (igual­dad, abor­to), ámbitos que, con ser tam­bién impor­tantes, no afectan direc­ta­mente al bol­sil­lo de la gente.

En el caso de la izquier­da, es la con­sagración de la famosa ‘ter­cera vía’ inau­gu­ra­da por el exprimer min­istro británi­co Tony Blair. Es decir, economía de mer­ca­do total, con un toque de izquierdis­mo social. La fór­mu­la fun­cionó mien­tras duraron las vacas gor­das. Cuan­do lle­garon las fla­cas, fru­to en bue­na parte de políti­cas inspi­radas en el cap­i­tal­is­mo más puro (apues­ta por el con­sumo, endeu­damien­to espec­u­la­ti­vo), a la izquier­da, que en ese momen­to ocu­pa­ba el poder en muchos país­es, le tocó pagar los platos rotos, los hubiese roto ella o no.

Aquí, no obstante, es donde entran los mat­ices y donde hay tam­bién más espa­cio para difer­entes lec­turas. Para unos, la socialdemoc­ra­cia está sien­do víc­ti­ma de sus pro­pios peca­dos. Para otros, la izquier­da ha tenido que lidiar con una cri­sis provo­ca­da por un sis­tema que es, bási­ca­mente, de dere­chas, y ante la que no cabía actu­ar de otra man­era. Según este últi­mo pun­to de vista, los social­is­tas no han tenido más reme­dio que sac­ri­ficar su pop­u­lar­i­dad en aras de una recu­peración económi­ca que empezará a notarse cuan­do, posi­ble­mente, les hayan echa­do del poder.

En cualquier caso, la real­i­dad es que tres de los país­es más afec­ta­dos por la cri­sis (Gre­cia, Por­tu­gal y España) están gob­er­na­dos por par­tidos socialistas.

División y desencanto

Otro fac­tor impor­tante es la división del elec­tora­do socialdemócra­ta. Tradi­cional­mente, los votantes de izquier­das cas­ti­gan más a sus rep­re­sen­tantes que los de dere­chas, y muchos de ellos empiezan a optar por movimien­tos has­ta aho­ra minori­tar­ios o emer­gentes, en los que ven mejor rep­re­sen­tadas sus aspira­ciones de autén­ti­co cam­bio social, des­de los verdes (Ale­ma­nia) has­ta los indig­na­dos del 15‑M (España), y más allá del ‘voto prác­ti­co’ o inclu­so del fun­cionamien­to tradi­cional del sis­tema políti­co en sí. O, sim­ple­mente, no votan, o votan en blan­co, o votan nulo. Muchos votantes tradi­cionales de la izquier­da se empiezan a mirar más en ejem­p­los como los pro­tag­on­i­za­dos por el pueblo islandés, o inclu­so en el de las revueltas democráti­cas árabes. En este últi­mo caso, ni el con­tex­to ni lo que se pre­tende cam­biar son en abso­lu­to com­pa­ra­bles, pero tal vez sí lo sea el deseo de una políti­ca que vuel­va a estar a pie de calle, y no sólo en las sedes de los partidos.

Por con­tra, en el espec­tro políti­co de la derecha, al menos en teoría, hay menos opciones. Es difí­cil gen­er­alizar, pero nor­mal­mente se parte de la base de que los votantes con­ser­vadores des­en­can­ta­dos de gob­ier­nos de dere­chas no empiezan a votar a la izquier­da, ni migran tam­poco de un modo sig­ni­fica­ti­vo a los par­tidos de ultra­derecha. Estos últi­mos sue­len encon­trar sus apoyos (cada vez más, por otra parte) en estratos más rela­ciona­dos con ide­ologías ultra­na­cional­is­tas, antieu­ropeís­tas o antiinmigración.

Los par­tidos socialdemócratas tradi­cionales se enfrentan, además, a lo que muchos anal­is­tas cal­i­f­i­can como estruc­turas orga­ni­za­ti­vas cad­u­cas, más propias del siglo pasa­do que de una sociedad como la actu­al, donde la comu­ni­cación es cada vez más hor­i­zon­tal (Inter­net, redes sociales, glob­al­ización de la infor­ma­ción, efec­to con­ta­gio) y cada vez menos ver­ti­cal (líder, par­tido, rue­da de pren­sa, mil­i­tantes, fidel­i­dad). Unas estruc­turas que, en muchos casos, y aunque no siem­pre, son aje­nas o no saben dar respues­tas claras a los prob­le­mas de los que habla la gente en la calle. La per­cep­ción de una bue­na parte de los votantes poten­ciales de muchos par­tidos socialdemócratas es que hay más debate sobre el repar­to de poder inter­no que sobre las ideas. Los jóvenes de Sol, los indig­na­dos del 15‑M, bus­can un cam­bio pro­fun­do en la for­ma de gob­ernar, no un sim­ple cam­bio de caras.

Sobre el papel, el ideario socialdemócra­ta (equidad fis­cal, finan­ciación de ser­vi­cios públi­cos, economía mix­ta, ecol­o­gis­mo, mul­ti­lat­er­al­is­mo, esta­do del bien­es­tar, sec­u­lar­is­mo, pro­gre­sis­mo) no ha cam­bi­a­do. En la prác­ti­ca, sin embar­go, muchos de estos val­ores pare­cen haber pasa­do a un segun­do plano, dilu­i­dos entre la supues­ta necesi­dad de com­bat­ir la cri­sis económi­ca con rec­etas impop­u­lares, y las luchas inter­nas por el poder político.

El sigu­iente cuadro es un breve resumen del panora­ma políti­co actu­al de la Europa comu­ni­taria, incluyen­do el líder políti­co y la situación actu­al. En azul, los país­es con gob­ier­nos dom­i­na­dos por par­tidos con­ser­vadores; en rojo, los país­es con gob­ier­nos socialistas.

País Líder Gob­ier­no y situación política
Ale­ma­nia Angela Merkel, can­ciller (CDU, cen­tro derecha) Coali­ción entre el CDU (cen­tro derecha) y el SPD (cen­tro izquier­da, lib­erales). Los recortes y los prob­le­mas de gob­ernar en coali­ción (los min­is­te­rios están repar­tidos a partes iguales) han hecho a Merkel y al CDU bajar en los son­deos y en elec­ciones regionales, pese a los buenos datos económi­cos. Aún así, el SPD ape­nas lle­ga al 20% en los son­deos. La oposi­ción a Merkel está cada vez más en manos de Los Verdes.
Aus­tria Wern­er Fay­mann, can­ciller (socialdemócra­ta) Coali­ción de socialdemócratas y democ­rat­acris­tianos. Auge de la ultraderecha.
Bél­gi­ca   Sin gob­ier­no des­de hace más de un año, cuan­do el primer min­istro, el democris­tiano Yves Leterme, dim­i­tió e ini­ció una cri­sis forza­da por las difer­en­cias entre las comu­nidades fla­men­ca y val­ona. Ejec­u­ti­vo en funciones.
Bul­gar­ia Boiko Borisov, primer min­istro (GERB, cen­tro derecha) El cen­tro derecha bar­rió a los socialdemócratas, ase­di­a­dos por casos de cor­rup­ción, en 2009.
Chipre Dim­itris Christofias, pres­i­dente (AKEL, comunista) El Par­tido Pro­gre­sista de los Tra­ba­jadores de Chipre (nom­bre del Par­tido Comu­nista a par­tir de 1941, cono­ci­do como AKEL) gob­ier­na el Parlamento.
Dina­mar­ca Anders Fogh Ras­mussen, primer min­istro (Ven­stre, lib­er­al­is­mo conservador) El cen­tro derecha lib­er­al gob­ier­na en minoría con apoyo de la ultra­derecha populista.
Eslo­vaquia Ive­ta Radičová, primera min­is­tra (SDKÚ-DS, cen­tro derecha) La coali­ción de cen­tro derecha entre el SDKÚ-DS, el SaS, el KDH y el Most–Híd desplazó a la izquier­da del poder, pese a que fue la fuerza más vota­da en las últi­mas elecciones.
Eslove­nia Borut Pahor, primer min­istro (socialdemócra­ta) Coali­ción de par­tidos de izquier­da y cen­tro izquierda.
España José Luis Rodríguez Zap­a­tero, pres­i­dente del Gob­ier­no (PSOE, socialdemócrata) Gob­ier­no en minoría. Pactos de esta­bil­i­dad con minorías nacional­is­tas. Erosión y caí­da en los son­deos tras los ajustes económi­cos y la der­ro­ta en las últi­mas elec­ciones munic­i­pales y autonómi­cas, en las que ven­ció ampli­a­mente el Par­tido Pop­u­lar (con­ser­vador). En medio de una grave cri­sis inter­na, el PSOE con­fía en remon­tar tras la reti­ra­da de Zap­a­tero y la ascen­sión de Alfre­do Pérez Rubal­ca­ba como nue­vo can­dida­to para las próx­i­mas elec­ciones generales.
Esto­nia Andrus Ansip, primer min­istro (reformista, cen­tro derecha) Coali­ción entre reformis­tas, con­ser­vadores y socialdemócratas, con may­oría de carteras min­is­te­ri­ales para los dos primeros.
Fin­lan­dia Jyr­ki Katainen, primer min­istro elec­to (Coali­ción Nacional, conservador) Seis de los ocho par­tidos políti­cos fin­lan­deses con rep­re­sentación par­la­men­taria nego­cian la for­ma­ción de un Gob­ier­no de coali­ción, dirigi­dos por Katainen, vence­dor en las elec­ciones del 17 de abril. Avance de la ultra­derecha antieuropea.
Fran­cia Nico­las Sarkozy, pres­i­dente (UMP, cen­tro derecha) May­oría del cen­tro derecha en la Asam­blea Nacional. Pese a su pro­tag­o­nis­mo inter­na­cional, Sarkozy ha baja­do en los son­deos y los social­is­tas eran opti­mis­tas para las próx­i­mas elec­ciones, espe­cial­mente tras sus buenos resul­ta­dos en las regionales. La deten­ción de Dominique Strauss-Kahn, sin embar­go, ha deja­do a la izquier­da sin uno de sus posi­bles can­didatos más impor­tantes cuan­do parecía haber super­a­do sus fuertes ten­siones inter­nas entre la orto­dox­ia izquierdista (Fabius), la izquier­da de economía lib­er­al (Strauss-Kahn) y el ala más pop­ulista (Roy­al).
Gre­cia Gior­gios Papan­dreu, primer min­istro (PASOK, socialdemócrata) Los social­is­tas gob­ier­nan en may­oría abso­lu­ta. El país atraviesa su peor cri­sis de la his­to­ria reciente, con la heren­cia de las cuen­tas falseadas del ante­ri­or gob­ier­no con­ser­vador, una deu­da abis­mal y recortes dra­co­ni­anos para haber podi­do con­seguir el rescate financiero de la UE.
Holan­da Mark Rutte, primer min­istro (VVD, lib­er­al­is­mo conservador) Lib­erales (con­ser­vadores) y democris­tianos (cen­tro derecha) gob­ier­nan en minoría con el apoyo de una ultra­derecha en alza. El tirón elec­toral que supu­so para los laboris­tas (izquier­da) la cri­sis del ante­ri­or gob­ier­no con­ser­vador a causa de la par­tic­i­pación holan­desa en la guer­ra de Afgan­istán no fue suficiente.
Hun­gría Vik­tor Orbán, primer min­istro (Fidesz, conservador) La derecha gob­ier­na en may­oría absoluta.
Irlan­da Enda Ken­ny, primer min­istro (Fine Gael, cen­tro derecha) En ple­na cri­sis cau­sa­da por una ban­ca en quiebra, y tres meses después del rescate aproba­do por la UE y el FMI, el históri­co Fian­na Fáil (lib­er­al) sufrió en fre­brero una dura der­ro­ta en las elec­ciones. Los con­ser­vadores del Fine Gael lid­er­an un gob­ier­no de coali­ción con los laboristas.
Italia Sil­vio Berlus­coni, primer min­istro (PdL, derecha, lib­er­al­is­mo conservador) Berlus­coni gob­ier­na con como­di­dad pese a los escán­da­los y a sus prob­le­mas con la Jus­ti­cia, respal­da­do por una coali­ción con la Liga Norte (ultra­derecha) y otros gru­pos con­ser­vadores y de cen­tro. La oposi­ción des­de la izquier­da no parece fácil, ya que el Par­tido Democráti­co, que iba a ejercer como unifi­cador, entró en cri­sis tras perder con­tra Berlus­coni en las elecciones.
Leto­nia Vald­is Zatlers, pres­i­dente (inde­pen­di­ente) Coali­ción lid­er­a­da por el JL (Nue­va Era, cen­tro derecha).
Litu­a­nia Andrius Kubil­ius, primer min­istro (TS, cen­tro derecha) Coali­ción de tres par­tidos conservadores.
Lux­em­bur­go Jean-Claude Junck­er, primer min­istro (CSV, con­ser­vador, cristianodemócrata) Coali­ción entre el CSV (cris­tian­odemócra­ta) y el LSAP (socialdemócra­ta).
Mal­ta Lawrence Gonzi, primer min­istro (Par­tido Nacional­ista, cristianodemócrata) El con­ser­vador Par­tido Nacional­ista gob­ier­na en la isla tras con­seguir una ajus­ta­da vic­to­ria sobre los socialdemócratas en 2008.
Polo­nia Kaz­imierz Marcinkiewicz, primer min­istro (PIS, conservador) Gob­ier­no en minoría, con una coali­ción infor­mal de var­ios par­tidos de cen­tro derecha situ­a­dos entre el lib­er­al­is­mo económi­co y el antieu­ropeís­mo de derechas.
Por­tu­gal José Sócrates, primer min­istro (Par­tido Socialista) Gob­ier­no social­ista en minoría, acu­ci­a­do por la cri­sis. La UE aprobó recien­te­mente el rescate financiero del país.
Reino Unido David Cameron, primer min­istro (Par­tido Conservador)  Una coali­ción entre el Par­tido Con­ser­vador y el Par­tido Lib­er­al Demócra­ta gob­ier­na el país tras trece años de gob­ier­no laborista. Ed Miliband, el nue­vo líder laborista, ha apos­ta­do por recu­per­ar las raíces más de izquier­da de su par­tido para inten­tar recon­quis­tar el poder.
Repúbli­ca Checa Petr Nečas, primer min­istro (ODS, cen­tro derecha) Gob­ier­no con­ser­vador de tres par­tidos en coali­ción. El par­tido de cen­tro izquier­da fue la fuerza más vota­da en los últi­mos comi­cios, pero no logró la may­oría y sucumbió ante los pactos entre lib­erales y cen­tro derecha.
Rumanía Emil Boc, primer min­istro (PD‑L, lib­er­al­is­mo conservador) Gob­ier­no de cen­tro derecha en minoría. Los social­is­tas son una especie de par­tido bis­agra entre el gob­ier­no (con­ser­vador mod­er­a­do) y la oposi­ción (ultra­derecha).
Sue­cia Fredrik Rein­feldt, primer min­istro (Mod­er­a­ter­na, cen­tro derecha) Gob­ier­no en minoría de coali­ción entre cen­tro derecha, democ­rat­acris­tianos y cen­tris­tas. Los con­ser­vadores reed­i­taron su manda­to en las últi­mas elec­ciones, por primera vez en el país con más tradi­ción socialdemócra­ta de Europa. Del antiguo bastión socialdemócra­ta escan­di­na­vo, sólo en Norue­ga, y por muy poco, hay actual­mente un gob­ier­no de izquier­das (la lla­ma­da coali­ción rojiverde).

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