Otra boda real británica en tiempos de crisis

Miguel Máiquez, 24/4/2011

Las com­para­ciones son odiosas, pero tam­bién inevita­bles. La som­bra de la «boda real del siglo» (del siglo pasa­do) plan­eará sin duda sobre Lon­dres el viernes que viene cuan­do el príncipe Guiller­mo de Inglater­ra con­traiga mat­ri­mo­nio con Kate Mid­dle­ton, tres décadas después de que lo hicier­an sus padres, Car­los y Diana. Y aunque las difer­en­cias entre ambos acon­tec­imien­tos son muchas, hay un fac­tor común que, más allá del glam­our, parece perseguir a los miem­bros de la famil­ia real británi­ca cuan­do se deci­den a pasar por el altar: Lo hacen en tiem­pos de crisis.

En 1947, la reina Isabel II, entonces prince­sa, se casó con el entonces teniente Felipe Mount­bat­ten en ple­na postguer­ra, cuan­do el país lucha­ba por sacar la cabeza de entre las cenizas de los bom­bardeos nazis, con car­tillas de racionamien­to y una economía dev­as­ta­da. Y cuan­do el príncipe Car­los con­tra­jo mat­ri­mo­nio con Diana Spencer, el desem­pleo en el Reino Unido alcan­z­a­ba los 2,5 mil­lones de para­dos y había erup­ciones de vio­len­cia en las ciu­dades del inte­ri­or. Hoy, con el PIB reduci­do en un 0,5 % en el últi­mo trimestre de 2010, Gran Bre­taña lucha por salir de la cri­sis económi­ca ata­can­do su déficit con el may­or recorte pre­supues­tario des­de la II Guer­ra Mundial.

Tal vez se trate de subir la moral, pero no sólo eso. La boda de Car­los y Diana costó al Esta­do 30 mil­lones de libras del año 1981 (84,7 mil­lones de euros de hoy en día), pero supu­so un impul­so al sec­tor turís­ti­co y minorista equiv­a­lente a lo que hoy serían 1.920 mil­lones de euros.
Resulte o no un buen nego­cio al final, la famil­ia real británi­ca está aho­ra empeña­da en dar una ima­gen de (rel­a­ti­va) aus­teri­dad, acorde con los tiem­pos que cor­ren. «No quer­e­mos der­roches», han declar­a­do los novios. Eso no sig­nifi­ca que los invi­ta­dos (inclu­i­dos la Reina Sofía y los Príncipes de Asturias) vayan a quedarse sin com­er, pero sí es ver­dad que serán muchos menos que en otras oca­siones sim­i­lares. La novia, además, no lle­gará a la igle­sia en la tradi­cional y cos­tosísi­ma car­roza de cabal­los, sino en coche (un Rolls-Royce, eso sí).

Las diferencias

Más allá de la cri­sis, sin embar­go, pocas coin­ci­den­cias. Para empezar, Guiller­mo no es el primer heredero al trono, lugar que ocu­pa su padre, el príncipe Car­los. La boda, por tan­to, puede con­sid­er­arse como «de semi-Esta­do», y se ha orga­ni­za­do en consecuencia.

Pero es que, además, ha llovi­do mucho des­de que Lady Di se con­virtiera en prince­sa, aquel 29 de julio de 1981. Trein­ta años después, la monar­quía británi­ca, ero­sion­a­da por múlti­ples escán­da­los y cues­tion­a­da por muchos ciu­dadanos, se mantiene a flote, pero no es ni som­bra de lo que era. Y la sociedad británi­ca, de vuelta del thatch­eris­mo y de las ter­ceras vías de Tony Blair, y más pre­ocu­pa­da por la cri­sis o por las aven­turas béli­cas en Ori­ente Medio, tampoco.

Y en cuan­to a los novios, Kate Mid­dle­ton, la primera ple­beya que va a emparentarse con la coro­na de Isabel II (en 300 años ningún heredero se ha sali­do de la aris­toc­ra­cia o la realeza para escoger esposa), no es ni tan joven ni tan supues­ta­mente ingen­ua como lo era Lady Di, pero al menos Guiller­mo, por lo que parece, sí está enam­ora­do de ella.

En cualquier caso, y para com­pen­sar, la famil­ia real se ha esforza­do estos meses por vender el acon­tec­imien­to de la mejor man­era posi­ble. Es una bue­na opor­tu­nidad para volver a conec­tar con el pueblo, y para ello nada como acud­ir a la ima­gen de la novia cer­cana: Una chi­ca nor­mal y sen­cil­la, goteo de fotos de su infan­cia, apari­ciones públi­cas, todo tipo de detalles sobre su vida y su personalidad…

Mien­tras, los repub­li­canos (que tam­bién los hay en el Reino Unido) preparan su acto alter­na­ti­vo para el día 29 y denun­cian el anacro­nis­mo de este tipo de even­tos en pleno siglo XXI. No es prob­a­ble que logren evi­tar, sin embar­go, que la boda sea uno de los acon­tec­imien­tos más vis­tos del año, tan­to den­tro como fuera del país.

Estas son, de la A a la Z, las claves de la boda de Kate y Guillermo:

Abadía de Westminster

La boda comen­zará a las once de la mañana del próx­i­mo viernes, día 29, en la famosa Abadía de West­min­ster, en el corazón de Lon­dres. La Abadía, un impre­sio­n­ante tem­p­lo góti­co, está ínti­ma­mente rela­ciona­da con la monar­quía ingle­sa. Es en ella donde se coro­na a los reyes, y en ella tam­bién están enter­ra­dos var­ios monar­cas. Cuan­do Kate Mid­dle­ton camine hacia el altar pasará jun­to a escul­turas y pin­turas medievales de val­or incalculable.

Biografías: los novios

  • William (Guiller­mo, en castel­lano) de Wind­sor, pri­mogéni­to de Car­los de Inglater­ra, príncipe de Gales, y de la fal­l­e­ci­da prince­sa Diana, es el segun­do en el orden de suce­sión al trono de Gran Bre­taña. Nació en Lon­dres el 21 de junio de 1982. Su nom­bre com­ple­to es William Arthur Philip Louis. Pertenece a la Igle­sia Angli­cana, de la que será cabeza vis­i­ble, como futuro rey de Inglater­ra. En 1996 vivió el divor­cio de sus padres y al año sigu­iente, el 31 de agos­to, el fal­l­ec­imien­to su madre en un acci­dente de trá­fi­co en París. Tras finalizar los estu­dios secun­dar­ios no ingresó en la Mari­na Real, como lo hicieron su padre y su abue­lo, el duque de Edim­bur­go, sino que optó por los estu­dios uni­ver­si­tar­ios, aunque antes se tomó un año sabáti­co (2000–2001). En ese peri­o­do real­izó activi­dades rela­cionadas con el vol­un­tari­a­do, el tra­ba­jo social y el medio ambi­ente, y des­de entonces se ha prodi­ga­do en actua­ciones sol­i­darias. En enero de 2006 ingresó en Sand­hurst, la acad­e­mia mil­i­tar más pres­ti­giosa del Reino Unido. Con­tin­uó su for­ma­ción en la Mari­na y en la Real Fuerza Aérea (RAF). En julio de 2005 rep­re­sen­tó, en soli­tario y por primera vez, a la Reina Isabel II, en los actos con­mem­o­ra­tivos del 60 aniver­sario del fin de la II Guer­ra Mundi­al. Amante apa­sion­a­do de los deportes, prac­ti­ca rug­by, fút­bol, nat­ación y water­po­lo. Ha sido víc­ti­ma de la per­se­cu­ción de los reporteros grá­fi­cos, como el resto de la famil­ia real. Se suele resaltar su carác­ter tími­do y es a menudo com­para­do con su madre.
  • Cather­ine Mid­dle­ton, lla­ma­da Kate, nació en Read­ing (sur de Inglater­ra) el 9 de enero de 1982, en el seno de una famil­ia de clase media. Su nom­bre com­ple­to es Cather­ine Eliz­a­beth. Hija may­or del empre­sario Michael Mid­dle­ton y de Car­ole Gold­smith, una antigua azafa­ta, Kate es licen­ci­a­da en His­to­ria del Arte por la Uni­ver­si­dad de St. Andrews (Esco­cia), donde cono­ció al príncipe Guiller­mo. Tras inten­tar un proyec­to empre­sar­i­al pro­pio, en noviem­bre de 2006 acep­tó un puesto como asis­tente del área de com­pra de la cade­na de ropa femeni­na Jig­saw, donde estu­vo tra­ba­jan­do has­ta noviem­bre de 2007, cuan­do decidió dejar el empleo. Pos­te­ri­or­mente comen­zó a colab­o­rar en la empre­sa famil­iar, Par­ty Pieces, que vende por Inter­net obje­tos para fies­tas infan­tiles. Su relación con Guiller­mo empezó, según la pren­sa, en diciem­bre de 2003, y los dos jóvenes fueron fotografi­a­dos en públi­co por primera vez en Klosters (Aus­tria) en abril de 2004, con moti­vo de unas vaca­ciones inver­nales. Des­de entonces Kate fue cen­tro de aten­ción de los fotó­grafos. A raíz de la per­se­cu­ción de los paparazzi cuan­do la joven cumplió 25 años en enero de 2007, los abo­ga­dos de la pare­ja se que­jaron ante la Comisión de Que­jas de la Pren­sa por acoso. Después de múlti­ples rumores, el 16 de noviem­bre de 2010 la res­i­den­cia ofi­cial de príncipe Car­los, Clarence House, anun­ció el com­pro­miso.

Balcón y beso

Uno de los momen­tos cul­mi­nantes de la jor­na­da será la apari­ción de la pare­ja en el bal­cón del Pala­cio de Buck­ing­ham, una vez casa­dos. Las miles de per­sonas que acud­irán a ver­los esper­arán ansiosas el tradi­cional beso que se dieron tam­bién, en el mis­mo lugar, Car­los y Diana.

Coche

Al con­trario de lo que ha sido cos­tum­bre en ante­ri­ores bodas reales, Kate Mid­dle­ton no lle­gará a la igle­sia en una car­roza de cabal­los, sino en automóvil, conc­re­ta­mente, en una limusi­na Rolls-Royce Phan­tom VI. La pren­sa del corazón británi­ca ha lamen­ta­do lo que cal­i­ficó como «rup­tura de la tradi­ción», ya que el públi­co no podrá ver a la novia antes del evento.

Los novios sí usarán un car­ru­a­je para regre­sar al Pala­cio de Buck­ing­ham, una vez con­clu­i­da la ceremonia.

Cortejo nupcial

El corte­jo pasará por la Plaza del Par­la­men­to, With­e­hall ‑sede del Gob­ier­no y los min­is­te­rios- la Horse Guard Parade, The Mall, rodeará la gran estat­ua de la Reina Vic­to­ria y lle­gará final­mente ante la entra­da prin­ci­pal del Pala­cio de Buckingham.

Carlos de Inglaterra

El príncipe Car­los, padre del novio, actu­ará como anfitrión durante la cena que se cel­e­brará en el Pala­cio de Buckingham.

Diana de Gales

La fal­l­e­ci­da prince­sa Diana ha esta­do muy pre­sente en todos los acon­tec­imien­tos que rodean a la boda. Guiller­mo regaló a su prometi­da el anil­lo de com­pro­miso de Lady Di, escogió como esce­nario nup­cial el mis­mo tem­p­lo donde se cele­bró el funer­al por su madre y ha con­fi­a­do al conde Spencer, padre de Diana, un dis­cur­so sobre ella.

Delgadez

Los medios británi­cos destac­aron la sem­ana pasa­da la pér­di­da de peso que ha sufri­do Kate Mid­dle­ton en estos últi­mos meses, algo que atribuyen a los prepar­a­tivos de la boda, los com­pro­misos y los nervios. Hace unos días se desveló que los joyeros de la casa real habían tenido que ajus­tar­le el anil­lo de pedi­da por miedo a que se le cayese.

Enrique

El príncipe Enrique, her­mano menor de Guiller­mo, será el padri­no.

Escudo

El padre de Kate ha regal­a­do a su hija un blasón famil­iar que, encar­ga­do a exper­tos heráldicos, le ha costa­do unos 5.000 euros. En el escu­do apare­cen tres bel­lotas, que rep­re­sen­tan a los tres hijos del mat­ri­mo­nio Mid­dle­ton (Cather­ine, Philip­pa y James). La bel­lota, fru­to del roble, es un sím­bo­lo de fuerza y abun­da en la zona en la que se cri­aron los hermanos.

Fiesta republicana y manifestación

Los repub­li­canos británi­cos están orga­ni­zan­do una fies­ta calle­jera en Lon­dres y en otras ciu­dades (Edim­bur­go, Man­ches­ter, Glas­gow) para todos aque­l­los que pre­fier­an igno­rar la boda real, en un inten­to de com­pe­tir con las cer­ca de 4.000 fies­tas que se cal­cu­la se cel­e­brarán en todo el Reino Unido con moti­vo del enlace.

Además, repub­li­canos de toda Europa han anun­ci­a­do su inten­ción de man­i­fes­tarse en Lon­dres el día de la boda para exi­gir la abol­i­ción de la monar­quía. A raíz de la pasa­da boda de la hered­era del trono sue­co, gru­pos anti­monárquicos de siete país­es con­sti­tuyeron la Alian­za de Movimien­tos Repub­li­canos Europeos, que cel­e­brará una reunión en Lon­dres al día sigu­iente de la boda real británica.

Encues­tas recientes señalan que el 20% de los británi­cos se declar­an repub­li­canos, mien­tras que el 70% abo­gan por el man­ten­imien­to de la monarquía.

George Washington

Según un estu­dio de la Sociedad Genealóg­i­ca Históri­ca de Nue­va Inglater­ra, Kate Mid­dle­ton guar­da par­entesco con el primer pres­i­dente de EE UU, George Wash­ing­ton, lo que no deja de ser curioso tenien­do en cuen­ta que fue pre­cisa­mente Wash­ing­ton el hom­bre que lid­eró la Guer­ra de la Inde­pen­den­cia con­tra la coro­na británi­ca, a finales del siglo XVIII.

Otros pari­entes lejanos que se le han des­cu­bier­to a Mid­dle­ton des­de que se anun­ció su com­pro­miso son la pop­u­lar actriz cómi­ca esta­dounidense Ellene DeGeneres, el gen­er­al Pat­ton, Guy Ritchie (ex mari­do de Madon­na) o inclu­so la propia Diana de Gales.

Google

Con la ayu­da de su bus­cador de mapas, Google ha recrea­do en tres dimen­siones los esce­nar­ios y el recor­ri­do de la boda real. Además, YouTube, sitio web propiedad de Google, emi­tirá la boda en direc­to. La retrans­misión comen­zará a las 10 h (hora local) y seguirá todo el recor­ri­do de la pare­ja por las calles de Lon­dres, la cer­e­mo­nia en la Abadía de West­min­ster y el esper­a­do beso del mat­ri­mo­nio en el balcón.

Hotel de lujo

Kate pasará su últi­ma noche como soltera acom­paña­da de famil­iares y ami­gos en el famoso hotel londi­nense de lujo Gor­ing. La futu­ra prince­sa ocu­pará la mejor suite del edi­fi­cio, una habitación que incluye cama con dosel y un cuar­to de baño del siglo XIX.

Huelga de hambre

El pasa­do mes de febrero, la BBC infor­mó del caso de una estu­di­ante mex­i­cana de 19 años, admi­rado­ra de la realeza británi­ca y fanáti­ca de la prince­sa Diana, que ini­ció una huel­ga de ham­bre frente a la emba­ja­da del Reino Unido en su país para con­seguir una invitación a la boda. La rep­re­sentación diplomáti­ca le indicó que todas las invita­ciones esta­ban ya entre­gadas e inten­tó dis­uadirla de su empeño.

Invitados

El número de invi­ta­dos a la boda, 1.900, es rel­a­ti­va­mente reduci­do si se tiene en cuen­ta que Car­los y Diana fes­te­jaron su enlace ante 3.500 personas.

Los invi­ta­dos se clasi­f­i­can en tres cat­e­gorías: 1.300 para la cer­e­mo­nia, 600 para la comi­da ofi­cial que ofre­cerá la reina Isabel en el pala­cio de Buck­ing­ham y, de entre ellos, 300 para la cena pri­va­da que ofre­cerá el príncipe Car­los, padre del novio, y a la que seguirá una fiesta.

Un mil­lar serán famil­iares y ami­gos de la pare­ja (incluyen­do las ex novias de él y el ex novio de ella) y medio cen­te­nar, miem­bros de la famil­ia real británi­ca. Además, habrá 40 miem­bros de famil­ias reales euro­peas (incluyen­do a la reina Sofía y a los príncipes de Asturias), 600 líderes de la Com­mon­wealth, 200 políti­cos, par­la­men­tar­ios y diplomáti­cos, 80 inte­grantes de las ONG con las que colab­o­ra Guiller­mo y 30 altos car­gos de las Fuerzas Armadas.

No estará la duque­sa de York, Sarah Fer­gu­son, divor­ci­a­da des­de hace 15 años del príncipe Andrés, tío del novio. Y tam­poco asi­s­tirá el rey Juan Car­los, que se perdió tam­bién la boda de Car­los y Diana, ni los ex primeros min­istros Gor­don Brown y Tony Blair.

En cuan­to a los famosos, la lista incluiría, entre otros, a David y Vic­to­ria Beck­ham, el can­tante Elton John y su com­pañero David Fur­nish, y el cómi­co Rowan Atkin­son, más cono­ci­do como Mr. Bean.

Iglesia anglicana

La cer­e­mo­nia de la boda seguirá el rito angli­cano, igle­sia de la que Guiller­mo será, cuan­do acce­da al trono, el cabeza vis­i­ble (el títu­lo exac­to, que osten­ta aho­ra su abuela, la reina, es Gob­er­nador Supre­mo de la Igle­sia de Inglaterra).

John Hall, el decano de la Abadía de West­min­ster, será el encar­ga­do de ofi­ciar la misa. Los novios serán declar­a­dos mari­do y mujer por el arzo­bis­po de Can­ter­bury y pri­ma­do de la Igle­sia Angli­cana, Rowan Williams, y el ser­món lo pro­nun­cia­rá el obis­po de Lon­dres, Richard Chartes, muy cer­cano al príncipe Carlos.

Juego de camping

La boda ha dado lugar a una avalan­cha de obje­tos con­mem­o­ra­tivos. Entre ellos, tazas, imanes, ceniceros, platos cucha­ras, bol­sas de té, muñe­cos de trapo, con­dones y has­ta un juego de camp­ing que incluye tien­das de cam­paña, sacos de dormir, sil­las y mesas.

Kenia

El príncipe Guiller­mo le pro­pu­so mat­ri­mo­nio a Kate Mid­dle­ton en los lagos del Par­que Nacional del Monte Kenia, durante unas vaca­ciones en el país africano.

Luna de miel

Sigu­ien­do la tradi­ción, Guiller­mo ha orga­ni­za­do una luna de miel abso­lu­ta­mente sec­re­ta para su futu­ra esposa. Sí se sabe, de todos mod­os, que el novio deberá rein­cor­po­rarse a su base de la RAF en el norte de Gales, para seguir con sus labores de pilo­to, por lo que la pare­ja sólo dis­fru­tará de dos sem­anas (Car­los y Diana tuvieron tres meses).

Minuto a minuto

Los primeros invi­ta­dos empezarán a lle­gar a la Abadía de West­min­ster a par­tir de las 8.15 h de la mañana (una hora más en la España penin­su­lar), y Guiller­mo y su her­mano Enrique lo harán a las 10.15 h. El príncipe Car­los y su esposa, Camil­la Park­er, sal­drán de su res­i­den­cia londi­nense a las 10.38 h y lle­garán a la Abadía cin­co min­u­tos después. La reina y su mari­do, el duque de Edim­bur­go, entrarán en la igle­sia a las 10.45 h, y a las 10.51 h sal­drán del hotel Gor­ing Kate y su padre. La cer­e­mo­nia empezará a las 11 h y se espera que con­cluya sobre las 12.15 h. La reina y los novio sal­drán al bal­cón del Pala­cio de Buck­hingam a las 13.25 h y cin­co min­u­tos más tarde habrá un espec­tácu­lo aéreo a car­go de la Real Fuerza Aérea y del batal­lón de vue­lo de Gran Bretaña.

Noviazgo

El novi­az­go de Guiller­mo y Kate ha dura­do, de ser cier­tas las rev­ela­ciones de la pren­sa del corazón, cer­ca de ocho años.

Nervios

El príncipe Guiller­mo ha con­fe­sa­do que está nervioso. Hace aprox­i­mada­mente un mes admi­tió ante la pren­sa que había pasa­do «varias noches sin dormir»: «El otro día ‑dijo- hice un ensayo y me tem­bla­ban las rodil­las. Es una per­spec­ti­va que intim­i­da, pero es muy emo­cio­nante y deseo real­mente que llegue».

Orquesta, coros y trompetas

Una orques­ta y dos coros, dirigi­dos por el organ­ista y mae­stro del coro de la Abadía de West­min­ster, James O’Don­nell, pon­drán músi­ca, jun­to a siete trompetas, a la cer­e­mo­nia reli­giosa anglicana.

Protocolo

El pro­to­co­lo para las bodas reales es estric­to. Algunos ejem­p­los: El con­tac­to físi­co con la reina debería lim­i­tarse a dar­le la mano, no se per­mite hac­er fotografías ni usar telé­fonos móviles (muchos menos ‘twit­tear’ o actu­alizar el esta­do en Face­book), los hom­bres deberán vestir uni­forme mil­i­tar, tra­je de ejec­u­ti­vo (cor­ba­ta disc­re­ta) o tra­je for­mal (frac y som­brero de copa), y las mujeres están oblig­adas a lucir vesti­dos, que pueden ser de cualquier col­or, menos el blan­co ‑col­or exclu­si­vo de la novia‑, y toca­do o sombrero.

David Cameron ha anun­ci­a­do que vestirá tra­je. Será la primera vez que un primer min­istro británi­co no lleve frac en una boda real.

Película

El diario británi­co The Times definió como «absur­da, vom­i­ti­va» y «la peor pelícu­la de temáti­ca real jamás fil­ma­da» la cin­ta Guiller­mo y Kate, que se pon­drá a la ven­ta en DVD este lunes en el Reino Unido, pocos días antes del enlace real. La pelícu­la está inter­pre­ta­da por Camil­la Lud­ding­ton, en el papel de Kate, y Nico Evers-Swindell, en el de Guillermo.

Policía

La Policía británi­ca ha lle­ga­do a plantearse la adop­ción de medi­das espe­ciales, como posi­bles deten­ciones y reg­istros, para evi­tar dis­tur­bios durante el día de la boda, según anun­ció el coman­dante respon­s­able de la seguri­dad poli­cial durante el even­to. Según infor­mó la agen­cia Reuters, algunos gru­pos de activis­tas están invi­tan­do en varias redes sociales a boicotear la boda medi­ante acciones callejeras.

Quién paga qué

Los gas­tos de la boda, sal­vo los rel­a­tivos a la seguri­dad, unos 22,4 mil­lones de euros, que cor­rerán a car­go del Esta­do, los pagarán las famil­ias de los novios.

Los padres de Kate costearán el via­je de luna de miel y el vesti­do de la novia, y han apor­ta­do, además, 100.000 libras para los gas­tos totales del enlace. El resto lo pagará la famil­ia real.

Regalos

Car­los y Diana reci­bieron más de 6.000 rega­los, entre ellos un obse­quio del emir de Bahréin val­o­rado en 1 mil­lón de libras. Guiller­mo y Kate, sin embar­go, han pedi­do a sus invi­ta­dos que hagan dona­ciones a orga­ni­za­ciones benéficas.

Salones reales

Con moti­vo del even­to, la abuela del novio, la reina Isabel II, ha acondi­ciona­do los 19 salones del Pala­cio de Buckingham.

Será allí donde los 600 ami­gos, per­son­al­i­dades de la vida públi­ca y miem­bros de otras casas reales asi­s­tirán a una recep­ción a base de canapés (15 por per­sona, según los cál­cu­los) con­fec­ciona­dos por el chef palac­i­ego Mark Flana­gan y su equipo. El almuer­zo será de pie y a base de pequeños boca­dos para poder com­er y salu­dar a la vez.

La galería de pin­turas, donde cuel­gan valiosas obras de Rem­brandt, Canalet­to o Tiziano, es el esce­nario elegi­do para el corte del pas­tel de boda. La cena y la vela­da noc­tur­na, reser­vadas a 300 invi­ta­dos entre famil­iares y los más ínti­mos de la pare­ja, ten­drán lugar en uno de los salones de Esta­do habil­i­ta­do como dis­cote­ca en otro gesto de modernidad.

Subasta

Un ciu­dadano de Con­necti­cut, EE UU, pagó unos 9.260 euros para ganar una sub­as­ta bené­fi­ca de la com­pañía aus­tri­a­ca de dis­pen­sadores de carame­los PEZ con la ima­gen del príncipe Guiller­mo y su prometi­da. PEZ dijo que donaría el dinero a una fun­dación infantil.

Tarta

La tradi­cional tar­ta de bodas encar­ga­da por los novios estará dec­o­ra­da con las flo­res nacionales del Reino Unido: La rosa de Inglater­ra, el car­do de Esco­cia, el nar­ciso de Gales y el trébol de Irlan­da. El pas­tel, de var­ios pisos, lo preparará Fiona Cairns, será de cre­ma, lle­vará fru­tos sec­os y brandy francés, y estará cubier­to con un glasea­do blanco.

Tecnología

La boda de Kate y Guiller­mo está mar­ca­da por las nuevas tec­nologías. El com­pro­miso fue anun­ci­a­do en la pági­na ofi­cial de Car­los de Inglater­ra en Twit­ter, y  hay una cuen­ta en Flickr para las fotos. Ade­mas, la pági­na de Clarence House la res­i­den­cia londi­nense del príncipe Car­los y de sus hijos Guiller­mo y Enrique, difunde reg­u­lar­mente infor­ma­ciones sobre la boda a sus 28.000 seguidores. Y aunque Face­book no cuen­ta con una pági­na ofi­cial del acto, sí hay una real­iza­da por sim­pa­ti­zantes con más de 6.000 usuarios.

El acon­tec­imien­to se retrans­mi­tirá en direc­to por Inter­net, y el Gob­ier­no británi­co cal­cu­la que unos 2.000 mil­lones de per­sonas podrán seguir la boda por tele­visión en todo el mundo.

La apli­cación Abbey 3D dará a los usuar­ios de Android, iPhone e iPad acce­so a la igle­sia usan­do una téc­ni­ca uti­liza­da habit­ual­mente en la pro­duc­ción de pelícu­las, pero que pocas veces se usa para los dis­pos­i­tivos móviles. La apli­cación ten­drá un corte trans­ver­sal a vista de pájaro de la abadía, mostran­do la plan­ta del templo.

Tumba

Kate Mid­dle­ton vis­itó la sem­ana pasa­da la tum­ba de la prince­sa Diana. Guiller­mo llevó a Kate al lugar de des­can­so de Lady Di, en Althorp Estate, hog­ar de su famil­ia en el cen­tro de Inglater­ra, y deposi­taron flores.

Universidad

Kate ter­minó su estu­dios como alum­na inter­na en el pres­ti­gioso cole­gio de Marl­bor­ough antes de obten­er el títu­lo en His­to­ria del Arte en la Uni­ver­si­dad de St. Andrews, en Fife, Esco­cia, en 2001. Fue allí donde cono­ció al príncipe Guiller­mo, que tenía entonces 19 años y que tam­bién estu­di­a­ba His­to­ria del Arte. Según se comen­tó, Kate habría influ­i­do en la decisión de Guiller­mo de cam­biar a la car­rera de Geografía en el segun­do año.

Vestido

Es el secre­to mejor guarda­do de la boda. Kate, quien, según se dijo, llegó a encar­gar tres vesti­dos difer­entes para evi­tar fil­tra­ciones a la pren­sa, declaró que no iba a dar a cono­cer el nom­bre del dis­eñador o la dis­eñado­ra has­ta el mis­mo día del enlace, aunque se supone que será de ori­gen británi­co. En cualquier caso, el vesti­do tiene que respetar algu­nas nor­mas, como lle­var cola o no ten­er escote de pal­abra de honor.

Vida normal

Puede que sea gua­pa y rica, y que vaya a casarse con un príncipe, pero la may­oría de mujeres británi­cas no envid­i­an a Kate Mid­dle­ton, según rev­eló una encues­ta reciente.

Con­sul­tadas sobre cuán­to envidi­a­ban a la prometi­da del príncipe Guiller­mo, el 86% de las encues­tadas por la agen­cia YouGov ase­gu­raron no sen­tirse celosas en abso­lu­to, ya que, según señalaron, Mid­dle­ton no podrá lle­var una vida nor­mal después de casarse.

Web oficial

La boda tiene su pági­na web ofi­cial: The Roy­al Wed­ding.

XXI

La de Guiller­mo y Kate será la sex­ta boda real del siglo XXI, tras las de Haakon de Norue­ga y Mette-Mar­it (2001), Guiller­mo de Holan­da y Máx­i­ma Zor­regui­eta (2002), Mary Don­al­son y Fed­eri­co de Dina­mar­ca (2004), el Príncipe Felipe y Letizia Ortiz (tam­bién en 2004), y Vic­to­ria de Sue­cia y Daniel West­ling (2010).

«Yes, I do»

El «sí quiero» será graba­do en vivo y puesto a dis­posi­ción del públi­co tan sólo unas horas después de la cer­e­mo­nia por 0,90 euros, como parte de un álbum de una hora sobre el enlace real. Y el coro de la Abadía de West­min­ster inter­pre­tará varias piezas clási­cas que estarán en iTunes el día 3 de mayo por el módi­co pre­cio de 9,99 euros.

Zafiro

El anil­lo de com­pro­miso de Mid­dle­ton, el mis­mo que usó Diana, está coro­n­a­do por un zafiro.

Zammett

La invitación a la boda del jefe de rela­ciones públi­cas dél fab­ri­cante de automóviles Audi, Jon Zam­mett, sor­prendió a los medios británi­cos, que se pre­gun­taron si la famil­ia real no estaría «demasi­a­do próx­i­ma» a la fir­ma ale­m­ana. Audi ha inver­tido muchos recur­sos en poten­ciar el pres­ti­gio de la mar­ca acer­cán­dose a la realeza, según señaló la pren­sa, que destacó el hecho de que des­de hace una déca­da, los miem­bros de la famil­ia real se han ben­e­fi­ci­a­do de grandes des­cuen­tos en la com­pra de vehícu­los de esta com­pañía. Audi, en cualquier caso, dona este dinero a fun­da­ciones y orga­ni­za­ciones bené­fi­cas apoy­adas por la propia realeza.

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