Ruiz-Mateos, el ave fénix chamuscado

Miguel Máiquez, 14/3/2011

La vida de José María Ruiz-Mateos dio un vuel­co irre­versible hace ya casi 30 años, cuan­do el primer Gob­ier­no social­ista de la democ­ra­cia le expropió Rumasa, un impe­rio lleno de agu­jeros que le había aupa­do a la cabeza del mun­do empre­sar­i­al español. Des­de entonces, y a lo largo de años de juicios y fugas, entradas y sal­i­das de la cár­cel, actos esper­pén­ti­cos y com­pli­ca­dos con­glom­er­a­dos financieros entrete­ji­dos en su red famil­iar, el empre­sario gadi­tano ha hecho de todo, des­de lo esper­a­ble a lo impens­able, para no caer en el olvi­do y para inten­tar reflotar su gran colmena.

Lo primero lo ha con­segui­do; lo segun­do, no. Nue­va Rumasa, la hered­era, se encuen­tra al bor­de del abis­mo, y las per­spec­ti­vas para los inver­sores no pin­tan pre­cisa­mente bien.
A un mes de cumplir 80 años, Ruiz-Mateos podría con­cluir así una trayec­to­ria que le ha con­ver­tido, a su pesar, pero tam­bién por decisión propia, en todo un per­son­aje público.

Abeja

José María Ruiz-Mateos nació en Rota (Cádiz), el 11 de abril de 1931. Pertenece por línea mater­na al Ilus­tre Solar de Teja­da, una de las cor­po­ra­ciones nobil­iarias más antiguas del Reino de España. Está casa­do con Tere­sa Rivero y tiene trece hijos, seis varones y siete mujeres.

Ter­cer hijo en una famil­ia de seis her­manos, pasó su infan­cia en su local­i­dad natal has­ta que su padre, ded­i­ca­do al com­er­cio de vinos, trasladó el nego­cio a Jerez de la Fron­tera, donde más tarde se grad­uaría José María como pro­fe­sor mer­can­til en la Escuela de Comercio.

Ruiz-Mateos comen­zó su car­rera empre­sar­i­al muy joven, expor­tan­do vino al Reino Unido, y en 1961 fundó el hold­ing Rumasa (Ruiz Mateos Sociedad Anón­i­ma), adop­tan­do como logotipo una abe­ja en el inte­ri­or de un hexá­gono, a modo de cel­da de colmena.

Boom

En 1971 Rumasa tenía ya ocho ban­cos, 59 empre­sas (fil­iales y aso­ci­adas) y 15.000 emplea­d­os.
En los diez años sigu­ientes el crec­imien­to se dis­paró. Ruiz-Mateos logró una inmen­sa for­tu­na (era con­sid­er­a­do el hom­bre más rico de España al comien­zo de la democ­ra­cia), y se hizo con el con­trol de numerosas com­pañías, encabezadas por un fuerte grupo ban­car­io, e incluyen­do fir­mas viní­co­las, más de 32 hote­les y grandes almacenes com­er­ciales (entre ellos, Galerías Pre­ci­a­dos), y pres­en­cia en sec­tores tan diver­sos como el inmo­bil­iario, el minero, el tex­til o el químico.

Según fuentes del grupo, la fac­turación había alcan­za­do en 1982 los 350.000 mil­lones de pese­tas, con 700 empre­sas (aunque más tarde se des­cubrió que sólo 230 eran oper­a­ti­vas) y más de 65.000 empleados.

Caída

Para­le­la­mente a su impre­sio­n­ante desar­rol­lo, Rumasa pre­senta­ba, no obstante, graves prob­le­mas financieros. Des­de 1975 se habían detec­ta­do irreg­u­lar­i­dades en sus cuen­tas, y el Ban­co de España le advir­tió en varias oca­siones sobre el exce­si­vo ries­go que asumían sus ban­cos al con­cen­trar los crédi­tos en las empre­sas del pro­pio grupo, a lo que Rumasa respondió con ocultación de información.

A prin­ci­p­ios de los años 80 empezaron a cir­cu­lar rumores sobre supues­tas irreg­u­lar­i­dades del grupo y los enfrentamien­tos entre el propi­etario de Rumasa y el min­istro de Economía del Gob­ier­no social­ista, Miguel Boy­er, se recrudecieron.

Decreto de expropiación

Los informes de que disponía el Min­is­te­rio de Economía mostra­ban que el hold­ing esta­ba en quiebra téc­ni­ca, con un ‘agu­jero’ que rond­a­ba los 200.000 mil­lones de pese­tas. El Gob­ier­no decidió expropi­ar­lo, por «motivos de util­i­dad públi­ca e interés social», el 23 de febrero de 1983. El Tri­bunal Con­sti­tu­cional se ha pro­nun­ci­a­do en cin­co oca­siones sobre la con­sti­tu­cional­i­dad de este decre­to, todas ellas favor­ables a la decisión del Ejecutivo.

La expropiación tuvo una gran reper­cusión social, más allá de su sig­nifi­ca­do económi­co, tenien­do en cuen­ta que la medi­da fue adop­ta­da por el primer Gob­ier­no social­ista de la democ­ra­cia ape­nas cua­tro meses después de su lle­ga­da al poder, y que afecta­ba a un empre­sario con­ser­vador enrique­ci­do durante el franquismo.

En fuga

Al mes sigu­iente de la expropiación, Ruiz-Mateos trasladó su res­i­den­cia a Lon­dres, y en sep­tiem­bre de ese mis­mo año (1983) fue recla­ma­do por la jus­ti­cia españo­la. En febrero de 1984 desa­pare­ció de la cap­i­tal británi­ca y pasó a encon­trarse en paradero desconocido.

Frankfurt

En abril de 1984, el empre­sario fue final­mente detenido en el aerop­uer­to de Frank­furt, Ale­ma­nia. Un año y medio después, el Gob­ier­no alemán autor­izó su extradi­ción y Ruiz-Mateos regresó a España para ser juz­ga­do por los deli­tos de falsedad con­table y doc­u­men­to mercantil.

Guerra judicial

La expropiación abrió una larga pugna judi­cial entre Ruiz-Mateos y el Esta­do en var­ios frentes, que ter­minó el 12 de junio de 1997, con la absolu­ción del empre­sario y otros cua­tro ex direc­tivos de Rumasa en el Tri­bunal Supremo.

A lo largo de este intrin­ca­do pro­ce­so, Ruiz-Mateos pro­movió sin éxi­to ante el Tri­bunal Supre­mo 165 pro­ced­imien­tos para que se le devolvier­an 163 empre­sas. Tam­bién recur­rió el justi­precio de las sociedades: En 126 casos su recur­so fue deses­ti­ma­do aunque sí logró una revisión pos­i­ti­va en otras 96 empre­sas, lo que reportó a sus accionistas (inclu­i­do él mis­mo) más de 70 mil­lones de euros.

Hermanos Cisneros

Pese a que ini­cial­mente se con­sid­eró lle­var a cabo una nacional­ización de Rumasa, más ade­lante se optó por la repri­va­ti­zación, y el Esta­do comen­zó a vender empre­sas sueltas en un pro­ce­so que duró var­ios años. Muchas de las com­pañías pri­va­ti­zadas no tar­daron en desaparecer.

El caso más son­ado fue el de los grandes almacenes Galerías Pre­ci­a­dos, que fueron ven­di­dos por el Esta­do a los her­manos vene­zolanos Gus­ta­vo y Ricar­do Cis­neros (ami­gos del ex pres­i­dente del Gob­ier­no Felipe González, según Ruiz-Mateos), por 216 mil­lones de pese­tas. Poco después, estos la revendieron a la empre­sa británi­ca Mountleigh por 30.000 mil­lones, y final­mente El Corte Inglés se hizo con todos los cen­tros en 1995, por unos 100.000 mil­lones de pesetas.

Ingresos en prisión

Ruiz Mateos ha ingre­sa­do en varias oca­siones en la cár­cel, aunque nun­ca por mucho tiem­po.
En 1995 y 1996 fue encar­ce­la­do diver­sas veces por deli­tos con­tra el hon­or y desaca­to a los jue­ces, y fue con­de­na­do a arresto por ame­nazar a var­ios per­son­ajes públicos.

Conc­re­ta­mente, en 1996 ingresó en prisión por no pre­sen­tar unas cin­tas del CESID que decía ten­er en su poder y que ofre­ció al entonces pres­i­dente del Gob­ier­no, Felipe González, y al juez Bal­tasar Garzón, a cam­bio de la cel­e­bración de un juicio por la expropiación de Rumasa.

En 2005, la Audi­en­cia Nacional le juzgó por alza­mien­to de bienes e insol­ven­cia a través de la com­pra de la agen­cia de via­jes Mun­do Joven, deli­tos por los que fue con­de­na­do a tres años de prisión.

El 26 de junio de 2007 ingresó en la cár­cel de Alcalá-Meco, pero una sem­ana después le fue con­ce­di­do el ter­cer gra­do y aban­donó el cen­tro pen­i­ten­cia­rio por su avan­za­da edad y su del­i­ca­do esta­do de salud.

Jerez

En 2004, Ruiz-Mateos decidió crear la Fun­dación «Tere­sa Rivero», que con­cen­tra todos sus esfuer­zos en Jérez, ciu­dad en la que se crió el empresario.

La fun­dación, que tiene a su esposa como pres­i­den­ta y a Juan Manuel Cor­cha­do, ex alcalde de la local­i­dad gadi­tana, como pres­i­dente del Con­se­jo de Direc­ción, tiene como obje­ti­vo «tra­ba­jar por la mejo­ra de las condi­ciones de vida, socio­cul­tur­ales y educa­ti­vas de los jerezanos».

Kilos

El año pasa­do, la famil­ia Ruiz-Mateos donó, a través de la Fun­dación Tere­sa Rivero, 120.000 kilos de ali­men­tos a enti­dades solidarias.

Libros

La figu­ra de Ruiz-Mateos y la his­to­ria de Rumasa han dado lugar a var­ios libros. Entre ellos, José María Ruiz Mateos, el últi­mo mag­nate (Ernesto Ekaiz­er, Plaza & Janés, 1985), El señor Rumasa (José María Bernáldez, Plaza & Janés, 1983), Rumasa (Enrique González Díaz, Plan­e­ta, 1983) o Rumasa y su influ­en­cia en la gen­eración de la pos­guer­ra (Anto­nio Agar, Club Uni­ver­si­tario, 2009).

Marqués de Olivara

José María Ruiz-Mateos osten­ta el títu­lo de mar­qués de Oli­vara. «Mar­qués de Oli­vara» es tam­bién el nom­bre de una de las bode­gas de vinos del grupo Gar­vey, división de Nuevas Bebidas Rumasa, con denom­i­nación de ori­gen en Toro (Zamo­ra).

Nueva Rumasa

A comien­zos de los noven­ta, Ruiz-Mateos emprendió la recon­struc­ción de su grupo empre­sar­i­al, con un nue­vo con­glom­er­a­do al que denom­inó Nue­va Rumasa, y que abar­ca var­ios de los sec­tores en los que tenía pres­en­cia la Rumasa orig­i­nal, con espe­cial aten­ción al de la alimentación.

Esta vez se aban­donó la estruc­tura de hold­ing, y se optó por una estrate­gia con­sis­tente en adquirir com­pañías en cri­sis y reflotar­las sin hac­er grandes desem­bol­sos, has­ta con­ver­tirse en un com­pli­ca­do entra­ma­do empre­sar­i­al de más de 100 com­pañías, en el que la respon­s­abil­i­dad cor­re­sponde a cada una de las empre­sas por separado.

Des­de el año 2009, Nue­va Rumasa viene cap­tan­do finan­ciación de pequeños inver­sores medi­ante emi­siones de pagarés que, con un importe mín­i­mo de 3.300 euros, se com­pro­metía a devolver con un 8% de rentabil­i­dad anu­al. La empre­sa ase­gu­ra que 5.000 inver­sores han con­fi­a­do en la com­pañía des­de entonces, pese a que la Comisión Nacional del Mer­ca­do de Val­ores advirtiera has­ta en siete oca­siones del ries­go que ello representaba.

Actual­mente, el grupo se encuen­tra cer­cano a la quiebra, con una dece­na de empre­sas (Cle­sa, Gar­vey, Hotasa, Dhul, Elgo­r­ria­ga, Hibramer, Tra­pa, Carce­sa, Que­sería Menorquina y Rayo Val­le­cano) al bor­de de la sus­pen­sión de pagos, y una deu­da de 700 mil­lones de euros con 23 insti­tu­ciones de la ban­ca, acree­dores y organ­is­mos públicos.

Opus Dei

Ruiz-Mateos ha hecho siem­pre gala de su gran reli­giosi­dad católi­ca. Según él, su fé (de carác­ter devo­to y con­ser­vador) ha sido, jun­to con su pasión por el tra­ba­jo y la «vocación de crear empleo», lo que ha guia­do su vida.

Fue miem­bro super­nu­mer­ario y desta­ca­do bene­fac­tor del Opus Dei, has­ta que fue expul­sa­do en 1986, tras un son­ado enfrentamien­to con la cúpu­la de esta insti­tu­ción. Paso entonces a ser bene­fac­tor de los Legionar­ios de Cristo, la polémi­ca fun­dación ultra­católi­ca, a quienes entregó un dona­ti­vo de 6 mil­lones de euros en un momen­to en que  su fun­dador, Mar­cial Maciel, esta­ba sien­do inves­ti­ga­do por pre­sun­tos abu­sos sex­u­ales a sem­i­nar­is­tas.

Patriarca

Pese a que en los últi­mos años Ruiz-Mateos ha ido cedi­en­do pro­tag­o­nis­mo a sus hijos y acude menos que antes a las sedes de sus empre­sas, su influ­en­cia sigue sien­do clave y la suya es la últi­ma palabra.

El empre­sario lla­ma diari­a­mente a sus ejec­u­tivos y pasa el día aten­di­en­do lla­madas en su móvil. Fuentes próx­i­mas a la famil­ia señal­a­ban a El Mun­do, en un repor­ta­je pub­li­ca­do en 2005, que es «el padre el que mueve los hilos y los hijos repor­tan ante él cada día».

Quién es quién

De sus 13 herederos, los seis varones lle­van las rien­das de Nue­va Rumasa, cuyas com­pañías son financiera­mente ind­ede­pen­di­entes, pero con una gestión coor­di­na­da (la filosofía de la empre­sa es la de los «vasos comu­ni­cantes»: Todas las fir­mas tienen relación direc­ta entre ellas, y las deci­siones se toman en conjunto).

Zolio Ruiz-Mateos, el may­or, es el pres­i­dente, y se ocu­pa del área legal.  José María (hijo) es vicepres­i­dente y con­se­jero del­e­ga­do, y suele actu­ar como por­tavoz, sien­do con­sid­er­a­do como el bra­zo dere­cho del padre. El resto son direc­tores gen­erales: Álvaro tiene a su car­go los nego­cios agroal­i­men­ta­r­ios, y Alfon­so es respon­s­able de la división vitiv­iní­co­la. Fran­cis­co Javier com­parte con su madre la gestión del Rayo Val­le­cano y Pablo se ocu­pa de la fil­ial hotel­era de la empresa.

A difer­en­cia de sus her­manos, las hijas no ejercen ningún puesto de respon­s­abil­i­dad en las empre­sas, ya que, según explic­a­ba el pro­pio Ruiz-Mateos hace un año y medio en una entre­vista, «fueron edu­cadas para ser madres de familia».

El clan uti­liza como cen­tro de opera­ciones un chalé famil­iar situ­a­do en la lujosa urban­ización madrileña de Somosaguas.

Rayo Vallecano

Una de las propiedades más cono­ci­das de la famil­ia es es el equipo de fút­bol madrileño Rayo Val­le­cano, actual­mente en Segun­da División.

En 1992, al con­ver­tirse en sociedad anón­i­ma deporti­va, el empre­sario jerezano com­pró la may­or parte de las acciones del club y se con­vir­tió en su pres­i­dente, car­go en el que le sucedió su esposa, Tere­sa Rivero, dos años después. El esta­dio lle­va aho­ra el nom­bre de la pres­i­den­ta, por decisión de los afi­ciona­dos en refer­én­dum. Bajo su manda­to el club ha vivi­do los mejores años deportivos de su historia.

Su futuro, no obstante, está aho­ra en el aire, después de que, ante la cri­sis que atraviesa Nue­va Rumasa, la famil­ia afir­mara hace unos días que con­tem­pla la ven­ta del equipo.

Santander

El pasa­do día 8, Nue­va Rumasa anun­ció que prepara una querel­la con­tra el Ban­co San­tander, enti­dad a la que cul­pa de su situación «extrema», al «cor­tar de la noche a la mañana» la finan­ciación a las empre­sas del grupo. Ade­lan­tó asimis­mo que prepara «una cam­paña» con­tra el pres­i­dente del ban­co, Emilio Botín.

Esta acusación se pro­duce de for­ma para­lela a la pub­li­cación de unas polémi­cas car­tas escritas por Ruiz-Mateos al pro­pio Botín, en las que, aparte de reflex­iones varias, adu­la­ciones y peti­ciones de aux­ilio, resul­ta patente que el empre­sario gadi­tano engañó a sus inver­sores, y que el dinero que se recaudó en sus cam­pañas de captación no fue ded­i­ca­do a lo que se anunciaba.

En su cor­re­spon­den­cia con el pres­i­dente del San­tander, Ruiz-Mateos escribe: «Quiero tam­bién que sepas que mucha de la pub­li­ci­dad y comen­tar­ios que de vez en cuan­do salen en los medios de comu­ni­cación, sobre inver­siones y puestos de tra­ba­jo, for­man parte del ‘mar­ket­ing’ de cara a la opinión públi­ca, pues a la hora de la ver­dad, si lo anal­izas bien, cuan­do lle­va­mos a efec­to algu­na operación mer­can­til, es porque recibi­mos más de lo que inver­ti­mos […]. Los tiem­pos no están para inver­tir, sino para recoger, a veces es bueno aparentar de cara a sosten­er un cli­ma de con­fi­an­za y seguri­dad ante nue­stros provee­dores y clientes».

Teresa Rivero

Ruiz-Mateos cono­ció a María Tere­sa Rivero Sánchez-Romate en 1956, y se casó con ella dos años después.

Rivero, tam­bién polémi­ca en oca­siones y un apoyo con­stante para el empre­sario, fue la primera mujer que llegó a la pres­i­den­cia de un club de fút­bol de la Primera División en España (el Rayo esta­ba entonces en la máx­i­ma cat­e­goría). Madre de trece hijos, has­ta entonces había sido ama de casa.

Único

Ni el impe­rio que mon­tó ni la expropiación que acabó con él habrían sido sufi­cientes por sí mis­mos para ele­var a Ruiz-Mateos al ran­go de per­son­aje públi­co del que, para bien o para mal, aún dis­fru­ta. Ello se debe, prin­ci­pal­mente, a su larga y pecu­liar lucha por man­ten­er vivo el caso Rumasa, que le ha lle­va­do a realizar toda una cruza­da per­son­al en la que no ha fal­ta­do el esperpento.

Cono­ci­do has­ta entonces como un hom­bre reser­va­do, serio, tra­ba­jador y pro­fun­da­mente reli­gioso, Ruiz-Mateos adop­tó un per­fil rad­i­cal­mente dis­tin­to: A lo largo de estos últi­mos años se ha dis­fraza­do de Super­man, de pre­sidiario y de anciano (por la lenti­tud de la Jus­ti­cia); ha pop­u­lar­iza­do fras­es e insul­tos («¡Mirad como tiem­blo, mirad!», «¡Bribón!»); ha car­ga­do con una cruz de pen­i­tente a la puer­ta de los juz­ga­dos; ha sido declar­a­do en bus­ca y cap­tura en varias oca­siones (peri­o­dos en los que hacía vis­i­tas relám­pa­go a fies­tas locales, burla­ba a la Policía y mand­a­ba luego las fotos a los medios de comu­ni­cación) y ha paga­do avione­tas para que paseen pan­car­tas por las playas en verano.

Ami­go de Berlus­coni (el pres­i­dente ital­iano le recibió en su casa cuan­do Ruiz-Mateos vis­itó el Vat­i­cano), el empre­sario se ha prodi­ga­do tam­bién en la tele­visión, donde pro­tag­o­nizó anun­cios en los que, vesti­do de jugador del Rayo, le metía goles a un portero que rep­re­senta­ba al que fuera min­istro de Economía durante la expropiación de Rumasa, Miguel Boy­er, o par­o­di­a­ba de for­ma bur­da la pub­li­ci­dad de la com­pe­ten­cia, con esce­nas en las que se imita­ba a Isabel Preysler, la mujer del pro­pio  Boy­er. Ruiz-Mateos llegó inclu­so a apare­cer en pro­gra­mas humorís­ti­cos como el de Cruz y Raya.

Votos

Tras crear el par­tido políti­co Agru­pación Ruiz-Mateos, el empre­sario fue capaz de lograr más de 600.000 votos en las elec­ciones al Par­la­men­to Europeo de 1989, lo que le dio dos escaños. Fue eurodiputa­do has­ta 1994.

«Yo te pego, leche, yo te pego»

Uno de los momen­tos más famosos pro­tag­on­i­za­dos por Ruiz-Mateos fue su agre­sión a Miguel Boy­er, el 3 de mayo de 1989, a la sal­i­da de un juz­ga­do madrileño. Mien­tras gri­ta­ba «¡Yo te pego, leche, yo te pego!», el empre­sario golpeó con el puño en la cabeza al ex min­istro social­ista y le rompió las gafas.
Se tra­ta de su frase más céle­bre (trans­for­ma­da con el tiem­po en «que te pego, leche»), pero no es la úni­ca. La últi­ma la pro­nun­ció hace unos días, con moti­vo de la cri­sis de Nue­va Rumasa: «Si no devolve­mos has­ta el últi­mo euro a nue­stros inver­sores, a las per­sonas que en un gesto de bon­dad y de con­fi­an­za nos han deposi­ta­do sus ahor­ros, me pegaría un tiro en la cabeza, si es que la fe que pro­fe­so me lo permitiera».

Zoilo Ruiz-Mateos

Si José María Ruiz-Mateos es el patri­ar­ca de la famil­ia, Zoi­lo Ruiz-Mateos, padre del empre­sario y abue­lo del hijo que lle­va su nom­bre, es la ref­er­en­cia del clan. Fal­l­e­ci­do en 1962, el que fuera teniente de alcalde de Jerez ten­drá un mon­u­men­to en la local­i­dad gadi­tana, patroci­na­do por la fun­dación crea­da en su memoria.

Hace unos años, Ruiz-Mateos llegó a vis­i­tar al arzo­bis­po de Madrid, el car­de­nal Anto­nio María Rouco Varela, para solic­i­tar­le la can­on­ización de su padre.

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