El euro, en la línea de fuego

Miguel Máiquez, 28/11/2010

Está el euro en peli­gro? ¿Han con­segui­do las deu­das públi­cas y los ataques de los espec­u­ladores pon­er­le con un pie en la tum­ba? ¿Esta­mos, como sug­ieren algunos econ­o­mis­tas (sobre todo los anglosajones), al bor­de de una rup­tura en la euro­zona? Prob­a­ble­mente no, o al menos, no todavía. Pero las alar­mas han salta­do, y lo han hecho como nun­ca antes en los 11 años de vida de la mon­e­da única.

Pese a que los altos esta­men­tos financieros de la Unión Euro­pea insis­ten en lla­mar a la cal­ma, el euro está en la cuer­da flo­ja, y no le será fácil regre­sar a un ter­ri­to­rio más seguro. Las ele­vadas deu­das de los miem­bros per­iféri­cos, con el prece­dente de Gre­cia, la actu­al cri­sis de Irlan­da, Por­tu­gal a las puer­tas y el futuro incier­to de España, están ten­san­do la cuer­da en efec­to dom­inó. La pér­di­da de com­pet­i­tivi­dad de la loco­mo­to­ra, Ale­ma­nia, tam­poco ayu­da. Y, mien­tras, los Gob­ier­nos afec­ta­dos se apri­etan el cin­turón y aprue­ban ajustes dra­co­ni­anos con las con­sigu­ientes protes­tas sociales.

Después de la adop­ción de severos recortes en media Europa, y con la aprobación esta mis­ma sem­ana de nuevos planes de ajuste en Irlan­da y Por­tu­gal, más los tijere­ta­zos uni­ver­si­tar­ios y el aumen­to de tasas en Italia y Gran Bre­taña, Europa se mueve actual­mente entre el descon­tento de la población, las medi­das deses­per­adas de los gob­ier­nos y la frag­ili­dad de su mon­e­da úni­ca (su proyec­to común más ambi­cioso has­ta aho­ra), mien­tras asiste a un panora­ma de despi­dos, reba­jas en suel­dos y pen­siones, y reduc­ciones drás­ti­cas de pre­supuestos públicos.

El acoso al euro, los rescates financieros, la deba­cle de la ban­ca, el hundimien­to irlandés, las huel­gas gen­erales, el miedo ante la deu­da españo­la, las protes­tas en el Reino Unido y en Italia… La cri­sis de la euro­zona, en 20 claves.

I. LA CRISIS, PASO A PASO

1. ¿En qué consiste la crisis de la zona euro?

A grandes ras­gos, se tra­ta de una serie de acon­tec­imien­tos que, des­de prin­ci­p­ios de este año, han venido afectan­do neg­a­ti­va­mente a los 16 Esta­dos miem­bros de la Unión Euro­pea que com­parten la mon­e­da única.

Durante estos meses, los país­es de la euro­zona han sufri­do una cri­sis de con­fi­an­za sin prece­dentes, con ataques espec­u­la­tivos sobre los bonos públi­cos de var­ios de sus miem­bros, tur­bu­len­cias en sus mer­ca­dos financieros y bursátiles, y una caí­da del val­or cam­biario de la mon­e­da úni­ca, en un con­tex­to de incer­tidum­bre y difi­cul­tad por alcan­zar un acuer­do colec­ti­vo que todavía persiste.

2. La bomba explota en Grecia

La cri­sis actu­al comen­zó en Gre­cia. La pro­fun­da rece­sión económi­ca mundi­al de los últi­mos años, agrava­da por años de gas­to públi­co muy por enci­ma de los ingre­sos, explotó en el país más cas­ti­ga­do de la zona euro y acabó ponien­do en ries­go al resto de sus socios comu­ni­tar­ios: Los espec­u­ladores se aprovecharon de la debil­i­dad del país heleno para atacar a la mon­e­da úni­ca y a las bol­sas del Viejo Continente.

El Gob­ier­no de Ate­nas sufría dos prob­le­mas fun­da­men­tales: Por un lado, las medi­das que adopt­a­ba con­tra la cri­sis ape­nas resulta­ban efi­caces debido a la pre­sión de los mer­ca­dos; por otro, las ret­i­cen­cias de algunos de sus socios europeos y la fal­ta de una políti­ca común euro­pea retrasaron demasi­a­do tan­to la ayu­da económi­ca como las medi­das de defen­sa frente a los especuladores.

Fru­to de una deu­da públi­ca insostenible y de la reba­ja de su cal­i­fi­cación cred­iti­cia, el prob­le­ma griego mostró las graves caren­cias de los país­es de la euro­zona a la hora de afrontar la cri­sis, e hizo nac­er el fan­tas­ma del efec­to con­ta­gio. Todos los país­es de la euro­zona se vieron afectados.

3. Hundimiento de la confianza y primer rescate

A par­tir de mar­zo de 2010, la euro­zona y el Fon­do Mon­e­tario Inter­na­cional (FMI) debatieron un paque­te de medi­das des­ti­nadas a rescatar la economía grie­ga. El plan fue blo­quea­do durante sem­anas por los desacuer­dos entre Ale­ma­nia, economía líder en la zona, y los demás miem­bros. Ante la inca­paci­dad de la zona euro de lle­gar a un con­sen­so, la descon­fi­an­za aumen­tó en los mer­ca­dos financieros, el euro exper­i­men­tó una caí­da reg­u­lar y las plazas bursátiles se hundieron.

Final­mente, el 2 de mayo la Unión Euro­peay el FMI acuer­dan un plan de rescate de 750.000 mil­lones de euros para tratar de evi­tar que la cri­sis se extendiera.

4. La tijera

Los may­ores país­es europeos comien­zan entonces a adop­tar duros planes de ajuste para sus finan­zas pub­li­cas, inau­gu­ran­do una era de aus­teri­dad. El obje­ti­vo número uno es reducir el déficit acu­mu­la­do para san­ear las arcas y tratar de garan­ti­zar la super­viven­cia del sis­tema financiero, acor­ral­a­do por los ataques espec­u­la­tivos con­tra el euro, espe­cial­mente dirigi­dos a los país­es con más sal­do neg­a­ti­vo, como España o Grecia.

En nue­stro país, y con el obje­ti­vo de reducir el déficit has­ta un 6% en dos años, las medi­das incluyen baja­da salar­i­al a los emplea­d­os públi­cos, con­gelación de las pen­siones (excep­to las mín­i­mas y las no con­tribu­ti­vas), reduc­ción de las inver­siones públi­cas, desapari­ción del ‘cheque-bebé’, reduc­ción de la ayu­da inter­na­cional al desar­rol­lo, elim­i­nación del rég­i­men tran­si­to­rio para la jubi­lación, reduc­ción del gas­to farmacéutico…

Gre­cia, Irlan­da, el Reino Unido, Italia, Fran­cia y Por­tu­gal tam­bién aprue­ban, o anun­cian, impor­tantes recortes sociales y medi­das de ahorro.

5. A la huelga

Como resul­ta­do de estas medi­das, la Europa social se resiente y comien­zan las protes­tas en la calle. Has­ta el momen­to ha habido huel­gas gen­erales en Gre­cia (el pasa­do mes de mayo), España (sep­tiem­bre), Fran­cia (octubre) y Por­tu­gal (noviem­bre).

6. La segunda víctima

Después del caso de Gre­cia, y en respues­ta a los peo­res augu­rios de con­ta­gio, la cri­sis del euro se cobró el pasa­do día 21 en Irlan­da su segun­da víctima.

Tras resi­s­tirse durante var­ios días a ofer­tas de rescate, Dublín cedió final­mente y pidió una línea de crédi­to de unos 85.000 mil­lones de euros para reestruc­turar su sis­tema financiero, heri­do de muerte tras el pin­c­ha­zo de una gigan­tesca bur­bu­ja inmo­bil­iaria y con una deu­da públi­ca someti­da a duros ataques de espec­u­ladores financieros.

Irlan­da se con­vierte así en el primer país de la zona euro en solic­i­tar la inter­ven­ción del mecan­is­mo de rescate europeo acor­da­do en el mes de mayo.

7. ¿Qué ha ocurrido en Irlanda?

Irlan­da basó su trep­i­dante crec­imien­to económi­co en impuestos bajos que atraían inver­siones y multi­na­cionales y, como España, en un potente mer­ca­do inmobiliario.

Cuan­do en 2008 estal­la la bur­bu­ja de la con­struc­ción, los val­ores de los inmue­bles se desplo­man (has­ta un 60%) y los ban­cos se quedan col­ga­dos (habían ofre­ci­do mul­ti­tud de crédi­tos en bus­ca de grandes ben­efi­cios). El Gob­ier­no acude entonces en apoyo de las enti­dades financieras con una inyec­ción de 50.000 mil­lones de euros, y las cuen­tas públi­cas, que sufren además una caí­da en la recau­dación de impuestos por la cri­sis, se hunden.

8. Un duro precio

Para hac­erse acree­dor del rescate solic­i­ta­do (las nego­cia­ciones con la UE y el FMI esta­ba pre­vis­to que con­cluye­sen este domin­go), el Gob­ier­no irlandés, como hiciera el griego en su día, ha anun­ci­a­do duro plan de aus­teri­dad cua­trien­al cuyo obje­ti­vo es bajar el déficit des­de el 12% actu­al a un 3% en 2014.

Para ello, y entre otras medi­das, el Ejec­u­ti­vo subirá el IVA, refor­mará el impuesto sobre la renta, recor­tará en un euro por hora el salario mín­i­mo, suprim­irán 25.000 empleos públi­cos y subirá las tasas uni­ver­si­tarias a par­tir del año que viene.

Miles de man­i­fes­tantes mar­charon este sába­do por las calles de Dublín para protes­tar con­tra este plan.

9. Próxima estación: ¿Península Ibérica?

Mien­tras tan­to, la may­or incer­tidum­bre se ha traslada­do aho­ra a la Penín­su­la Ibéri­ca. Tras una sem­ana mar­ca­da por los máx­i­mos históri­cos alcan­za­dos por la deu­da sober­ana de España y Por­tu­gal, comien­zan a pro­lif­er­ar las dudas sobre si el rescate irlandés bas­tará para neu­tralizar el ries­go de con­ta­gio a nue­stro país y al país vecino.

Según cál­cu­los del ban­co HSBC cita­dos por de The Wall Street Jour­nal, Por­tu­gal nece­si­taría unos 51.500 mil­lones de euros en los tres próx­i­mos años, mien­tras que España requeriría 350.000 mil­lones de euros.

El caso español, por el peso de su economía en el con­jun­to de la UE (es la cuar­ta más grande de la zona euro), es el más pre­ocu­pante. España tiene un déficit del 11,2% y cer­ca de un 20% de paro (4,5 mil­lones de desem­plea­d­os). De acuer­do con las pre­vi­siones del Gob­ier­no real­izadas el pasa­do mes de febrero, la deu­da públi­ca alcan­zará un techo del 74,3% del Pro­duc­to Inte­ri­or Bru­to (PIB) en 2012.

Por­tu­gal, por su parte, acabó 2009 con un déficit del 9,4%, y su deu­da públi­ca es la cuar­ta más ele­va­da de la zona euro. La tasa de paro subió has­ta el 10,6% en el primer trimestre de 2010. El Par­la­men­to por­tugués aca­ba de apro­bar un drás­ti­co e impop­u­lar pro­gra­ma anti­cri­sis, con el obje­ti­vo de cer­rar 2010 con el déficit en el 7,3%.

Tan­to el Gob­ier­no español como el por­tugués han trata­do de con­trar­restar esta sem­ana los pronós­ti­cos neg­a­tivos que dan por descon­ta­do que tarde o tem­pra­no serán inca­paces de hac­er frente a sus deu­das, y han descar­ta­do la solic­i­tud de rescates.

10. Los estudiantes británicos se rebelan

El Gob­ier­no del nue­vo primer min­istro británi­co, el con­ser­vador David Cameron, tam­poco se está sal­van­do de la que­ma. Tras haber anun­ci­a­do un fuerte plan de ajuste este otoño, los primeros en rebe­larse han sido los jóvenes: Entre dis­tur­bios y fuertes dis­pos­i­tivos poli­ciales, dece­nas de miles de estu­di­antes han pro­tag­on­i­za­do estos días protes­tas en las calles del Reino Unido en con­tra de la subi­da pre­vista de las matric­u­las uni­ver­si­tarias a par­tir del año 2012, den­tro de las medi­das anticrisis.

11. También en Italia

Pese a que, de momen­to, sus efec­tos no han sido tan duros como en otros país­es mediter­rá­neos, la cri­sis tam­bién está gol­pe­an­do con fuerza a Italia. Con la ame­naza de huel­ga gen­er­al de fon­do, miles de ital­ianos salieron tam­bién a la calle este sába­do para protes­tar por el recorte en los dere­chos sociales, la con­tin­ua destruc­ción de empleo y, al igual que en el Reino Unido, la subi­da de las tasas universitarias.

Durante la sem­ana pasa­da los estu­di­antes pro­tag­oni­zaron huel­gas por todo el país que acabaron con inter­ven­ciones poli­ciales y dece­nas de arrestos.

El Gob­ier­no de Sil­vio Berlus­coni estu­dia con­ge­lar los salarios de los fun­cionar­ios, retrasar la entra­da de nuevos jubi­la­dos al sis­tema de pen­siones y aumen­tar la edad de jubi­lación para las mujeres que tra­ba­jan en el sec­tor pri­va­do, derog­ar el actu­al 10% de ben­efi­cio fis­cal a los pre­mios de pro­duc­tivi­dad, blo­quear durante tres años la con­trat­ación de per­son­al en la Admin­is­tración, y restringir las ayu­das a la dependencia.

12. Efectos politicos

Pese a la inten­ción del Trata­do de Lis­boa de poten­ciar las insti­tu­ciones comu­ni­tarias, la actu­al cri­sis económi­ca y financiera está tenien­do el efec­to con­trario: reforzar las solu­ciones nacionales e incre­men­tar el peso especí­fi­co de los país­es que dis­fru­tan ya de may­or poder económi­co (Ale­ma­nia, Fran­cia y el Reino Unido).

De momen­to, la cri­sis ha sido ya un fac­tor clave en el des­ti­no de muchos man­datar­ios europeos: con­tribuyó a la caí­da del Gob­ier­no de Gor­don Brown, en el Reino Unido; ha hecho descen­der la pop­u­lar­i­dad del pres­i­dente francés, Nico­las Sarkozy, y de la can­ciller ale­m­ana, Angela Merkel; ha puesto entre la espa­da y la pared al primer min­istro por­tugués, José Sócrates; ha oblig­a­do al pres­i­dente del Gob­ier­no español, José Luis Rodríguez Zap­a­tero, a cam­biar su políti­ca de for­ma rad­i­cal; y ame­naza seri­amente con hac­er caer el irlandés Bri­an Cowen.

13. La reacción de las bolsas

Arrastradas por las malas noti­cias de los mer­ca­dos de deu­da y por la fal­ta de con­cre­ción del rescate a Irlan­da y las dudas sobre el futuro políti­co de este país (los anal­is­tas vatic­i­nan la caía del Gob­ier­no como con­se­cuen­cia de la cri­sis actu­al), las Bol­sas de toda Europa han vivi­do una sem­ana negra. El martes, el par­qué madrileño fue el que más cayó de entre los más impor­tantes del mundo.

II. EL PROBLEMA DE FONDO

14. ¿Por qué se han disparado las deudas públicas?

Bási­ca­mente, los país­es tienen dos for­mas de finan­cia­rse: La recau­dación de impuestos y el endeu­damien­to públi­co (crédi­tos y emi­siones de deu­da en los mer­ca­dos inter­na­cionales). En tiem­pos de cri­sis, sin embar­go, la recau­dación desciende debido a que la activi­dad económi­ca dis­min­uye. Los Esta­dos tienen que recur­rir entonces a la deu­da para hac­er frente a sus gastos.

A ello se suma el gas­to que supone ten­er que rescatar con dinero públi­co a enti­dades ban­car­ias que cor­ren el ries­go de hundirse como con­se­cuen­cia de la cri­sis y de políti­cas de crec­imien­to sin con­trol en tiem­pos de bonan­za económica.

15. ¿Con quién se endeudan los Estados?

Con ban­cos inter­na­cionales, fon­dos de inver­sión, fon­dos de pen­siones, ase­gu­rado­ras y organ­is­mos ofi­ciales como ban­cos cen­trales. En España, según pub­licó El Mun­do citan­do datos del Tesoro, los ban­cos tienen el 27% de la deu­da en cir­cu­lación; los inver­sores par­tic­u­lares, sólo el 0,70%; los fon­dos de inver­sión, el 3,27% y las ase­gu­rado­ras, el 4%. Los inver­sores extran­jeros tienen cer­ca de la mitad de la deu­da públi­ca españo­la (unos 227.000 mil­lones de euros). Fran­cia, Ale­ma­nia y Holan­da son nue­stros may­ores acree­dores. Un 33% de estas com­pras proce­den de sus ban­cos cen­trales y un 18% de bancos.

16. ¿Cómo y por qué se producen los ataques de los especuladores?

El prob­le­ma de haber acu­mu­la­do grandes deu­das para poder hac­er frente al déficit estri­ba en que los mer­ca­dos empiezan a dudar de la sol­ven­cia del país en cuestión (como ocur­rió en Gre­cia y ha ocur­ri­do aho­ra en Irlan­da), que entra en claro ries­go de impa­go, y la deman­da baja.

El país afec­ta­do se ve oblig­a­do entonces a ofre­cer una mejor rentabil­i­dad por sus bonos si quiere poder vender­los a los inver­sores: el Esta­do nece­si­ta dinero y los espec­u­ladores financieros aprovechan para inten­tar vendérse­lo lo más caro posi­ble. Los espec­u­ladores saben, además, que la UE inten­tará evi­tar la ban­car­ro­ta de uno de sus miem­bros, por lo que se sien­ten libres a la hora de reforzar sus posiciones.

La con­se­cuen­cia es un sobre­coste que aca­ba hipote­can­do todo el dinero que ingre­sa el Esta­do, de man­era que no es posi­ble ni reducir el déficit ni empren­der medi­das para ayu­dar a la economía.

El úni­co modo de romper el cír­cu­lo es encon­trar finan­ciación lo antes posi­ble para poder hac­er frente a los pagos.

17. El valor del euro

Durante la cri­sis grie­ga, el val­or de la mon­e­da úni­ca frente al dólar no dejó de bajar, a causa de la descon­fi­an­za en los mer­ca­dos financieros y de una posi­ble expul­sión de Gre­cia de la zona euro. Esta caí­da se debió tam­bién, en bue­na parte, al desacuer­do entre los país­es de la euro­zona sobre la ayu­da financiera a Gre­cia, y al escep­ti­cis­mo de los mer­ca­dos sobre la capaci­dad de la UE de ayu­dar a Grecia.

Aho­ra, los mer­ca­dos financieros ganan fuerza pre­sio­n­an­do al euro y espec­u­lan­do sobre el fin de la mon­e­da (o su dis­olu­ción par­cial) porque saben que la alter­na­ti­va para muchos país­es (man­ten­erse en la euro­zona a cos­ta de exi­gir grandes sac­ri­fi­cios a sus ciu­dadanos), es muy difícil.

III. EL FUTURO

18. Los posibles escenarios

La may­oría de los anal­is­tas coin­ci­den en señalar que, pese al duro momen­to que atraviesa la mon­e­da úni­ca, el euro sobre­vivirá a la actu­al cri­sis de las deu­das sober­anas. En este sen­ti­do, desta­can que, por más que los prob­le­mas sean graves en los país­es per­iféri­cos, la deu­da públi­ca de la euro­zona en con­jun­to no es exce­si­va­mente grande, com­para­da con la de otros país­es ricos, como Esta­dos Unidos o Japón.

El pasa­do mes de junio, la BBC pub­licó un repor­ta­je en el que definía cua­tro posi­bles esce­nar­ios futur­os ante la cri­sis del euro:

  • 1. Recu­peración. Como ocur­rió en los años noven­ta, los planes de rescate y las medi­das de ajuste aprobadas por los país­es acabarán reducien­do la deu­da y devolverán la con­fi­an­za en la mon­e­da úni­ca a los mercados.
  • 2. Con­va­le­cen­cia pro­lon­ga­da. La inter­ven­ción con­jun­ta de las naciones de la euro­zona, el BCE y el FMI, así como las medi­das adop­tadas por los país­es afec­ta­dos, con­seguirán con­tro­lar el déficit sin ahog­ar el crec­imien­to, pero no lograrán solu­cionar muchos de los prob­le­mas estruc­turales. Se recu­per­aría la esta­bil­i­dad, pero con una expan­sión económi­ca muy débil.
  • 3. Debil­i­dad per­ma­nente. Fuertes tur­bu­len­cias económi­cas, políti­cas y sociales. Los pro­gra­mas de ajuste tienen un fuerte impacto rece­si­vo, que afec­ta a la recau­dación fis­cal y hace cre­cer el déficit. No obstante, el euro se mantiene por el alto cos­to que ten­dría aban­donar la mon­e­da común.
  • 4. Dis­olu­ción. Las con­se­cuen­cias políti­cas y sociales de la cri­sis son tan fuertes que provo­can la sal­i­da de uno, var­ios o todos los miem­bros del euro. La mon­e­da úni­ca podría sobre­vivir en los país­es del norte (Ale­ma­nia, Fran­cia), con Italia y España como posi­bles acom­pañantes. Pero el euro como lo cono­ce­mos hoy no existirá.

19. ¿Qué pasaría si un país abandona el euro?

Lo más prob­a­ble es que su deu­da se dis­pare ante la fal­ta de cred­i­bil­i­dad de su nue­va mon­e­da. Por otro lado, la posi­bil­i­dad de que las exporta­ciones se abarat­en (una de las razones para aban­donar la divisa común) provo­caría una fuga del cap­i­tal extran­jero difí­cil­mente con­tro­lable. Además, el país seguría tenien­do una gran parte de su deu­da en euros, mien­tras que la recau­dación la haría en su nue­va divisa, con el con­sigu­iente riesgo.

En tér­mi­nos prác­ti­cos, las posi­bil­i­dades de éxi­to pasan porque la nue­va mon­e­da sea más fuerte que la antigua. Así, sólo en casos como el de Ale­ma­nia sería posi­ble aban­donar el euro con garantías.

20. ¿Y ahora, qué?

Dejan­do a un lado las opciones evi­dentes que supo­nen refor­mas estruc­turales pro­fun­das para la creación de empleo y crec­imien­to económi­co, las solu­ciones a la cri­sis pare­cen depen­der de la capaci­dad de la UE para dotarse de un plan creíble con el que ges­tionar los prob­le­mas de los país­es endeudados.

No hay que olvi­dar que, al for­mar parte de la Unión Mon­e­taria y no ten­er, por tan­to, una mon­e­da propia, los país­es en ries­go de quiebra no pueden empren­der las medi­das uni­lat­erales habit­uales para evi­tar una ban­car­ro­ta (deval­u­ar el dinero, por ejem­p­lo), por lo que se ven oblig­a­dos a pedir ayu­da a sus socios que pedir ayu­da a sus socios en caso de necesidad.

Otro fac­tor clave debería ser la pro­gre­si­va reduc­ción del dese­qui­lib­rio exis­tente entre Ale­ma­nia y los país­es menos com­pet­i­tivos del sur de Europa.

Los líderes europeos se han mostra­do deci­di­dos a defend­er al euro «cueste lo que cueste», con sis­temas de inter­ven­ción que con­tem­plarían, entre otras medi­das, inyec­tar liq­uidez a los mer­ca­dos, com­prar deu­da públi­ca y un may­or con­trol financiero.

Pero en las medi­das conc­re­tas, sin embar­go, hay menos acuer­do, con Fran­cia y, sobre todo, Ale­ma­nia, al frente de los que abo­gan por más manos dura. Tan­to Berlín como París apues­tan por for­t­ale­cer las nor­mas del Pacto de Esta­bil­i­dad, unas nor­mas que fueron suavizadas en 2003 por las propias Ale­ma­nia y Fran­cia cuan­do estos dos país­es tuvieron prob­le­mas a la hora de cumplirlas.

Recien­te­mente, la can­ciller ale­m­ana, Angela Merkel, se ha mostra­do par­tidaria de que los inver­sores de deu­da públi­ca asuman parte de las pér­di­das gen­er­adas por el rescate a un país.

Por su parte, Dominique Strauss-Kahn, direc­tor ger­ente del FMI, ha indi­ca­do que la úni­ca solu­ción es cen­tralizar más la UE (la opción que tan­to teme el reino Unido): «El eje debe tomar la ini­cia­ti­va en todas las áreas claves para alcan­zar el des­ti­no común de la Unión, sobre todo en políti­ca financiera, económi­ca y social. Los país­es deben estar dis­puestos a ced­er más autori­dad al eje», dijo.

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