Veinte años de la caída del muro de Berlín y otros veinte muros que aún no han caído

Miguel Máiquez, 9/11/2009
El muro de Berlín en la Puer­ta de Bran­den­bur­go, en noviem­bre de 1989. Foto: Wiki­me­dia Commons

Berlín, 9 de noviem­bre de 1989, diez de la noche. Se abre el primer paso entre el este y el oeste, en Born­holmer­strasse. Tras varias sem­anas de éxo­do de ale­manes ori­en­tales hacia Aus­tria a través de Hun­gría y Checoslo­vaquia, miles de ciu­dadanos de Berlín Este se agol­pan en la fron­tera, entre incré­du­los y eufóri­cos, para cruzar, al fin, al otro lado de su ciu­dad. En ese otro lado, miles de ciu­dadanos más, sus veci­nos del oeste, han sali­do a esper­ar­les con los bra­zos abier­tos. La gente baila, gri­ta, ríe, se abraza… El muro ha caí­do. Y, con él, el may­or sím­bo­lo de una Guer­ra Fría a pun­to ya de acabar. Es el fin de casi trein­ta años de división entre las dos Ale­ma­nias y la prue­ba de fuego defin­i­ti­va para la per­e­stroi­ka de Mijail Gor­ba­chov.

Luego lle­garían las difi­cul­tades, la com­pli­ca­da inte­gración de dos sociedades com­ple­ta­mente difer­entes y sep­a­radas por un abis­mo económi­co, el largo camino de la reunifi­cación… Pero los acon­tec­imien­tos de aque­l­la noche, retrans­mi­ti­dos por tele­visión a todo el mun­do, quedarían graba­dos ya para siem­pre como uno de esos momen­tos en los que el pueblo parece ser, por una vez, el autén­ti­co pro­tag­o­nista de la Historia.

Divididos

El entu­si­as­mo desa­ta­do hace 20 años en Berlín, sin embar­go, no ha impe­di­do que otros muros hayan segui­do con­struyén­dose a lo largo y ancho de todo el plan­e­ta, sep­a­ran­do comu­nidades, etnias, reli­giones y países.

Invo­can­do razones de seguri­dad y apelando al bien común o al mal menor, kilómet­ros y kilómet­ros de hormigón, ladrillo, ver­ja o alam­bre div­i­den aún las vidas de cien­tos de miles de per­sonas. Muros nece­sar­ios para unos y ver­gonzosos para otros; muros, en cualquier caso, que evi­den­cian siem­pre prob­le­mas no resuel­tos y situa­ciones de conflicto.

Este es un repa­so a las claves del muro de Berlín y de su caí­da, y un recor­ri­do por otros 20 muros que todavía siguen en pie.

HACE 20 AÑOS

«Ahora mismo»

A las 18.53 de la tarde del 9 de noviem­bre de 1989, el por­tavoz del Polit­buró de la Repúbli­ca Democráti­ca Ale­m­ana (RDA), Gün­ther Sch­abows­ki, anun­cia en una rue­da de pren­sa que su gob­ier­no ha deci­di­do per­mi­tir a sus ciu­dadanos via­jar al oeste. Un peri­odista ital­iano le pide entonces que pre­cise el momen­to exac­to de entra­da en vig­or de la medi­da. Sch­abows­ki titubea, con­sul­ta sus pape­les: «A mi enten­der –dice al fin– entra en vig­or… con efec­to inmedi­a­to… aho­ra mismo».

¿Un error?

Des­de entonces se ha debati­do sobre si la pre­gun­ta del peri­odista fue real­mente espon­tánea y sobre si Sch­abows­ki se equiv­ocó al respon­der, como ha venido ase­gu­ran­do el entonces sec­re­tario gen­er­al del Par­tido Social­ista Unifi­ca­do, Egon Krenz, quien, como señala la agen­cia Efe, sostiene que la orden era para el día sigu­iente, lo que les hubiera per­mi­ti­do afrontar la situación mejor preparados.

«El muro está abierto»

Los primeros en dar a cono­cer la noti­cia, diez min­u­tos después, fueron los medios occi­den­tales. Mien­tras la tele­visión de la RDA seguía en silen­cio, el pre­sen­ta­dor del infor­ma­ti­vo de las ocho de la tarde de la ARD abría dicien­do: «El muro está abierto».

Todos a la calle

Miles de berli­ne­ses del este se enter­an direc­ta o indi­rec­ta­mente de la noti­cia y empiezan a for­mar colas delante de los puestos fron­ter­i­zos para con­fir­mar con sus pro­pios ojos algo aún difí­cil de creer. Al mis­mo tiem­po, en el oeste, otros miles salen al encuen­tro de sus veci­nos orientales.

La avalan­cha coge a todos por sor­pre­sa (inclu­i­do Hel­mut Kohl, el entonces can­ciller de la Repúbli­ca Fed­er­al, que esta­ba fuera del país), pero tran­scurre sin inci­dentes. En parte, porque no fue tan masi­va como se llegó a temer. Por aquel entonces no había móviles, y muchos ciu­dadanos de Berlín Este no tenían ni tele­visión ni telé­fono particular.

La fies­ta con­tin­uó en las calles durante var­ios días. Mucha gente se lim­ita­ba a dar paseos por el otro lado. La RDA dejaría de exi­s­tir un año después.

A martillazos

En los meses que sigu­ieron a la reunifi­cación, bue­na parte del muro fue des­man­te­la­do. Miles de per­sonas armadas de mar­til­los y cince­les se lle­varon tro­zos como recuerdo.

20 AÑOS DESPUÉS

Contra el olvido

Parte del muro se ha con­ser­va­do como mon­u­men­to con­mem­o­ra­ti­vo a las víc­ti­mas que murieron inten­tan­do cruzar­lo. Quedan en pie 1,3 kilómet­ros, cono­ci­dos como el East Side Gallery, donde un cen­te­nar de artis­tas de todo el mun­do estam­paron sus grafi­tis tras la caí­da, y que se han recon­stru­i­do aho­ra para cel­e­brar el vigési­mo aniver­sario. Tam­bién se ha man­tenido el famoso paso fron­ter­i­zo del Check Point Char­lie, que sep­a­ra­ba la zona de con­trol esta­dounidense de la soviética.

El antiguo recor­ri­do del muro está mar­ca­do en diver­sos pun­tos de Berlín por hileras de ado­quines y pla­cas de bronce.

La Puer­ta de Bran­den­bur­go, zona cero de la división durante casi tres décadas, es hoy el cen­tro neurál­gi­co de Berlín. Rodea­da de hote­les y emba­jadas, es el esce­nario habit­u­al de grandes concier­tos y todo tipo de even­tos culturales.

La brecha

Pese a que se ha avan­za­do mucho en el camino de la inte­gración, las difer­en­cias entre la parte ori­en­tal de Ale­ma­nia y la occi­den­tal siguen sien­do pal­pa­bles. El PIB per cápi­ta en el este aún equiv­ale al 70% del oeste, y los exper­tos cal­cu­lan que serán nece­sar­ios 10 años más para que ambos se igualen.

Para lev­an­tar a las seis regiones del este, Ale­ma­nia ha inver­tido en 20 años unos 1,4 bil­lones de euros.

Cualquier tiempo pasado…

Uno de cada diez ciu­dadanos del este desea que regrese la división del país. En el oeste, el 20%. Varias encues­tas pub­li­cadas estos días (Pew Insti­tute, sem­a­nario Spiegel) refle­jan un cre­ciente descon­tento de la población.

Un flujo imparable

La difer­en­cia demográ­fi­ca entre ambas partes del país se ha acen­tu­a­do y el flu­jo migra­to­rio hacia el oeste ame­naza con despoblar el este. Hace 20 años había 63 mil­lones de ale­manes en la parte occi­den­tal y 16 mil­lones en la ori­en­tal. Hoy en día son, respec­ti­va­mente, 69 mil­lones y 13 millones.

Otra Europa

La caí­da del muro fue el prin­ci­pio del final de la Guer­ra Fría. Veinte años después, el mapa geopolíti­co de Europa ha cam­bi­a­do rad­i­cal­mente. La may­oría de los país­es que inte­gra­ban el Pacto de Varso­via no sólo pertenecen hoy a la Unión Euro­pea o aspi­ran a ello, sino que for­man parte, además, de la OTAN, su antigua néme­sis cap­i­tal­ista. Es el caso de Polo­nia, la Repúbli­ca Checa, Eslo­vaquia y Hungría.

Otra generación

El 55% de los rusos no saben quién con­struyó el muro de Berlín, según una encues­ta de la agen­cia TSIOM pub­li­ca­da la sem­ana pasa­da. Sólo un 24% de los encues­ta­dos nom­bró cor­rec­ta­mente a la Unión Soviéti­ca y sus ali­a­dos comu­nistas de la Ale­ma­nia Oriental.

EN 20 CIFRAS

La noche del 12 al 13 de agos­to de 1961 Berlín quedó divi­di­da en dos por orden de las autori­dades de la Repúbli­ca Democráti­ca de Ale­ma­nia (RDA). Una val­la de alam­bres, que luego sería susti­tu­i­da por un muro, par­tió físi­ca­mente la ciudad.

El muro, lla­ma­do «de la vergüen­za» en Occi­dente y con­sid­er­a­do una «mural­la de pro­tec­ción antifascista» en los país­es de la órbi­ta comu­nista, fue lev­an­ta­do por ini­cia­ti­va de la URSS y tuvo su ori­gen en la división de Ale­ma­nia deci­di­da por las poten­cias vence­do­ras (EEUU, URSS, Reino Unido y Fran­cia) tras la Segun­da Guer­ra Mundi­al, una división que dio lugar a la creación de dos país­es en 1949, la Repúbli­ca Fed­er­al de Ale­ma­nia (RFA) y la RDA.

Ésta es su his­to­ria, en 20 cifras:

  • 3 mil­lones de per­sonas habían aban­don­a­do la RDA des­de Berlín Ori­en­tal entre 1949 y 1961.
  • 40.000 sol­da­dos y policías de la RDA par­tic­i­paron en la con­struc­ción del muro, hecho con hormigón armado.
  • 3,5 met­ros medía de alto.
  • 45 kilómet­ros de muro divi­dieron la ciu­dad de Berlín en dos y otros 115 sep­a­raron del ter­ri­to­rio de la RDA a la parte occi­den­tal de la ciu­dad, con­vir­tién­dola en una isla.
  • 8 pasos fron­ter­i­zos se habil­i­taron entre Berlín Ori­en­tal y Berlín Occidental.
  • 302 tor­res de vig­i­lan­cia fueron lev­an­tadas en el muro.
  • 20 búnkeres com­pleta­ban la obra.
  • 127 kilómet­ros incluían, además, val­las elec­tri­fi­cadas o con alarmas.
  • 16 mil­lones de mar­cos de la Ale­ma­nia Ori­en­tal costó la construcción.
  • 20 horas tar­daron las tropas de los ali­a­dos occi­den­tales en apare­cer en la fron­tera tras la división de la ciudad.
  • 300.000 berli­ne­ses occi­den­tales se man­i­fes­taron con­tra el muro el 16 de agos­to de 1961.
  • 276 per­sonas (al menos) murieron en el inten­to de huir a Occidente.
  • 33 fal­l­ecieron por la explosión de minas.
  • 3.000 fueron encar­ce­ladas tras ser detenidas por inten­tar pasar al otro lado.
  • 5.000 lograron fugarse.
  • 23 (6 hom­bres, 10 mujeres y 7 niños) atrav­es­aron la estación de tren berli­ne­sa de Albrecht­shof y escaparon hacia el dis­tri­to noroc­ci­den­tal de Span­dau con una loco­mo­to­ra, el 5 de diciem­bre de 1961.
  • 14 habi­tantes de la parte ori­en­tal lograron cruzar un río has­ta el otro lado, en medio de una llu­via de balas, a bor­do de un bar­co de pasajeros
  • 57 per­sonas se arras­traron por un túnel bajo el muro de unos 150 met­ros de largo.
  • 100.000 berli­ne­ses del oeste pudieron vis­i­tar a sus pari­entes del este en la Nochevie­ja de 1963, gra­cias a un acuer­do especial.
  • 28 años, dos meses y 27 días per­maneció el muro en pie divi­di­en­do Berlín.

OTROS 20 MUROS

1. Cisjordania

Con­stru­i­do por el Gob­ier­no de Israel, se extiende en un 20% a lo largo de la Línea Verde inter­na­cional y en un 80% en ter­ri­to­rio cisjor­dano palesti­no, donde lle­ga a aden­trarse has­ta 24 kilómet­ros con el fin de incluir asen­tamien­tos israelíes. Cuan­do esté ter­mi­na­do, el 10% del ter­ri­to­rio cisjor­dano quedará en el lado israelí y ais­la­do del resto de Cisjordania.

Según las autori­dades israelíes, el muro es una «medi­da defen­si­va dis­eña­da para impedir el paso de ter­ror­is­tas, armas y explo­sivos al esta­do de Israel».

La Corte Inter­na­cional de Jus­ti­cia dic­t­a­m­inó el 9 de julio de 2004 que la con­struc­ción de la val­la-muro israelí en Cisjor­da­nia es ile­gal según el dere­cho inter­na­cional y pidió su derribo.

El muro rodea local­i­dades y pueb­los palesti­nos enteros,  ais­lando entre sí a comu­nidades y famil­ias y sep­a­ran­do a los campesinos de sus tier­ras y a los palesti­nos de sus lugares de tra­ba­jo, cen­tros educa­tivos y de salud y otros ser­vi­cios esenciales.

2. Estados Unidos y México

EE UU comen­zó a con­stru­ir en 1994 un muro metáli­co en un ter­cio de su fron­tera con Méx­i­co para evi­tar la entra­da de inmi­grantes indocumentados.

Según la Comisión Nacional de Dere­chos Humanos de Méx­i­co, cita­da por la BBC, en estos 15 años han muer­to más de 5.600 inmi­grantes sin pape­les inten­tan­do cruzar la fron­tera, la may­oría, debido a las altas tem­per­at­uras del desierto.

3. Ceuta y Melilla

A medi­a­dos de los años 90 el Gob­ier­no español lev­an­tó 8,2 kilómet­ros de alam­bra­da en Ceu­ta y 12 en Melil­la para evi­tar el paso de inmi­grantes sin pape­les des­de Marruecos.

En 2000, el sis­tema se reforzó con tres val­las para­le­las y en 2005, tras las avalan­chas que causaron la muerte de 14 per­sonas, se aumen­tó la altura has­ta 6 met­ros, se colo­caron cámaras infrar­ro­jas, difu­sores de gas­es lacrimógenos, sis­temas que impi­den el uso de escaleras, un laber­in­to de cables tren­za­dos y piquetes de has­ta 3 met­ros de alo.

Una de las con­se­cuen­cias de estas val­las es haber oblig­a­do a muchos inmi­grantes sub­sa­har­i­anos a bus­car la peli­grosa alter­na­ti­va de entrar en la UE por mar, a trav­es de Canarias.

4. Irlanda del Norte

En Belfast, Der­ry y otras local­i­dades de Irlan­da del Norte se han lev­an­ta­do bar­reras para sep­a­rar a los nacional­is­tas católi­cos de los union­istas protestantes.

Empezaron a con­stru­irse en 1970 y se las conoce con el eufemis­mo de «Líneas de Paz».

5. Corea del Norte y Corea del Sur

Una fran­ja de 4 kilómet­ros de ancho y 250 de largo divide Corea del Norte y Corea del Sur des­de el final de la guer­ra entre ambos país­es, en 1953. Es la zona desmil­i­ta­riza­da y, pese a los avances hacia la rec­on­cil­iación, sigue sien­do una de las bar­reras más impen­e­tra­bles del mundo.

6. Arabia Saudí

Con el obje­ti­vo de defend­er sus grandes reser­vas de petróleo, el reino saudí está for­ti­f­i­can­do su fron­tera de 9.000 kilómet­ros (bue­na parte de ella, con país­es tan can­dentes como Irak o Yemen) con una de las bar­reras de seguri­dad más largas del mun­do, a un cos­to esti­ma­do de 3.000 mil­lones de dólares esta­dounidens­es, infor­ma la BBC.

Se tra­ta de un proyec­to de alta tec­nología. La bar­rera será físi­ca en algu­nas zonas y vir­tu­al (satélites, radares, infrar­ro­jos), en otras.

7. Sáhara Occidental

Ale­gan­do la necesi­dad de defend­er­se de los ataques del Frente Polis­ario, el Gob­ier­no de Rabat empezó a con­stru­ir en 1980 una bar­rera en el Sáhara Occi­den­tal (antiguo ter­ri­to­rio español ocu­pa­do por Mar­rue­cos) cuya lon­gi­tud alcan­za ya los 2.720 kilómet­ros, y que está for­ma­da por muros de piedra y are­na de has­ta 2,5 met­ros de alto, alam­bradas, cam­pos de minas y zanjas.

8. Chipre

Una Línea Verde ges­tion­a­da por la ONU divide Nicosia, la cap­i­tal de Chipre, en dos partes, una septen­tri­on­al bajo el poder de la auto­de­nom­i­na­da Repúbli­ca Tur­ca del Norte de Chipre (tur­cochipri­o­tas), y la parte merid­ion­al bajo el con­trol guber­na­men­tal recono­ci­do inter­na­cional­mente de la Repúbli­ca de Chipre (gre­cochipri­o­tas).

En 2007, el gob­ier­no gre­cochipri­o­ta comen­zó a der­rib­ar parte de la Línea Verde en «una señal de bue­na voluntad».

La alam­bra­da tiene 180 kilómetros.

9. Bostwana y Zimbabue

En 2003 el gob­ier­no de Bost­wana lev­an­tó en la fron­tera de este país con Zim­babue una cer­ca de alam­bre de púas de 2,5 met­ros de altua y 500 kilómet­ros de largo.

Botswana indicó que el obje­ti­vo es impedir la propa­gación de la fiebre aftosa entre el gana­do. Para Zim­babue, sin embar­go, la razón es impedir el paso de inmi­grantes indoc­u­men­ta­dos de este últi­mo país, dev­as­ta­do económicamente.

10. India y Pakistán

Los dos país­es (ambos con armas nuclear­es) están sep­a­ra­dos por muros y alam­bradas en aprox­i­mada­mente la mitad de su fron­tera común (2.900 kilómetros).

11. Cachemira

Medio mil­lar de kilómet­ros de alam­bra­da se extien­den a lo largo de la dis­puta­da Línea de Con­trol en la zona de Cachemi­ra con­tro­la­da por India. El obje­ti­vo: evi­tar el trá­fi­co de armas y la infil­tración de sep­a­ratis­tas cachemiros con base en Pakistán.

12. India y Bangladesh

India está con­struyen­do a lo largo de 4.000 kilómet­ros de su fron­tera con Bangladesh una ver­ja de seguri­dad para evi­tar el trá­fi­co de armas y dro­gas y, espe­cial­mente, que Bangladesh se con­vier­ta en un san­tu­ario de ter­ror­is­tas supues­ta­mente apadri­na­dos por Pakistán.

13. Irán y Pakistán

En su fron­tera con Pak­istán, Irán está lev­an­tan­do un muro de cemen­to de casi un metro de grosor y más de 3 met­ros de altura. La razón: impedir el trá­fi­co de dro­gas, de inmi­grantes sin pape­les y de ter­ror­is­tas. El muro causa graves prob­le­mas a la población de la región de Baluchistán, pre­sente a ambos lados de la frontera.

14. Irak y Kuwait

La bar­rera tiene 190 kilómet­ros y fue con­stru­i­da al tér­mi­no de la primera guer­ra del Gol­fo por orden del Con­se­jo de Seguri­dad de la ONU, para impedir una nue­va invasión del emi­ra­to por parte iraquí.

Se tra­ta de una cer­ca elec­tri­fi­ca­da, con alam­bre de púas , muros de are­na y zanjas.

15. Uzbekistán

Uzbek­istán ha opta­do por defend­er su ter­ri­to­rio a base de val­las. En el norte, una gran ver­ja de alam­bre de espino le sep­a­ra de Kisr­guistán y de posi­bles rad­i­cales islamis­tas proce­dentes de este país. En el sur, un alam­bre elec­tri­fi­ca­do (380 voltios) y cam­pos de minas cubren parte de la fron­tera con Afganistán.

16. Tailandia y Malasia

En los años 70 ambos gob­ier­nos acor­daron con­stru­ir muros de cemen­to coro­n­a­dos de alam­bre a lo largo de parte de su fron­tera común. Des­de 2007 Tai­lan­dia con­struye un muro de 75 kilómet­ros para impedir a supuestos ter­ror­is­tas entrar en sus con­flic­ti­vas provin­cias de may­oría musul­mana en el sur.

La con­struc­ción de este muro, de más de 2 met­ros de altura en algunos pun­tos de la línea de demar­cación que divide la provin­cia tai­lan­desa de Sat­un y los esta­dos malayos de Kedah y Perlis, cam­bió las vidas de muchos tai­lan­deses que habi­tan en la región.

17. Río de Janeiro

El Gob­ier­no region­al de Río de Janeiro (sede de los Jue­gos Olímpi­cos de 2016) comen­zó a lev­an­tar el pasa­do mes de mar­zo muros para cer­car algu­nas fave­las y evi­tar su expan­sión en áreas de bosque pro­te­gi­do. Está pre­vis­to con­stru­ir 11 kilómet­ros de muros.

El pre­supuesto asciende a 17 mil­lones de dólares, y la mitad de esta can­ti­dad es para la favela de la Rocin­ha, céle­bre por exten­der­se entre dos de los bar­rios más ricos de Río y por ser una de las may­ores de Brasil, con cer­ca de 200.000 habitantes.

Varias fave­las ya con­ta­ban con val­las pro­tec­toras, pero muchas de ellas han sido destru­idas o igno­radas por los veci­nos, que han con­tin­u­a­do con­struyen­do en lugares antes ocu­pa­dos por bosques tropicales.

18. Bagdad

El ejérci­to esta­dounidense comen­zó a con­stru­ir en 2007 una bar­rera de 5 kilómet­ros de largo y 3,6 met­ros de alto en la cap­i­tal iraquí, rode­an­do el dis­tri­to de Adhamiya, pre­dom­i­nan­te­mente sun­ní, y con el fin de sep­a­rar­lo de las zonas de la ciu­dad donde los chiíes son mayoría.

Wash­ing­ton lo jus­ti­ficó como un modo de evi­tar la «vio­len­cia sec­taria». Sus críti­cos desta­can que con­tribuye a acre­cen­tar la división ya exis­tente y a «can­tonalizar» la ciudad.

19. Brunei

Para tratar de evi­tar el con­tra­ban­do y la inmi­gración ile­gal, el sul­tana­to de Brunei está con­struyen­do una ver­ja de seguri­dad a lo largo de sus 20 kilómet­ros de fron­tera con la región malaya de Lim­bang.

20. Egipto y Gaza

La sep­a­ración en el paso de Rafah, entre la Gaza palesti­na y Egip­to fue con­stru­i­da por los gob­ier­nos egip­cio e israelí tras el trata­do de paz que ambos país­es fir­maron en 1979.

En 2007, tras la vic­to­ria del movimien­to islamista Hamas en Gaza, Israel cer­ró la fron­tera por com­ple­to, incluyen­do el paso de per­sonas, bienes y ser­vi­cios. En 2008, miles de palesti­nos cruzaron a Egip­to después de que un grupo der­rib­ara una parte del muro.

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