Hearst 2.0

Miguel Máiquez, 17/12/2008
CITIZEN KANE, Orson Welles, 1941, astride stacks of newspaper

—¿Ha matado internet a los periódicos, señor Hearst? A los de papel, me refiero.

—Los periódicos, la radio, la televisión… Todos a la misma tumba. Pero tampoco se hacen ya discos de vinilo, ¿no? Ni cassettes. Y ya no viajamos en carro, que yo sepa. La tecnología, el progreso… No creo que necesite mucha explicación, la verdad.

—La tecnología no lo es todo. De hecho, ha avanzado mucho desde que se inventó la imprenta y…

—Gutenberg, 1450.

—Eso es, sí. Más de 500 años, efectivamente. Y mire, los libros son prácticamente iguales que entonces.

—Pero no estamos hablando de los libros, me parece.

—Alguna similitud hay…

—¿Qué está proponiendo? ¿Volver a hacer películas mudas?

—En blanco y negro se siguen haciendo…

—Una reliquia estilista para pedantes. El mundo no es en blanco y negro, señor mío.

—Pues a usted le hicieron una muy buena, señor Hearst, una película, quiero decir, y era en blanco y negro…

—Sobre eso de que era muy buena habría mucho que hablar.

—¿Acaso va a decirme ahora que Ciudadano Kane no es una gran película?

—Es un tostón. Aunque la verdad es que el cine tampoco me apasiona mucho.

—¿Y qué le apasiona a usted, señor Hearst?

—¿A mí? Mire a su alrededor, joven, y dígame si es capaz de ver algún objeto que cueste menos de cien de los grandes. ¿Cuánto cree que pagué por este castillo?

—¿Y los periódicos? No me negará que le apasionan los periódicos, aunque sea en internet…

—Los periódicos también me aburren.

—Pues ha dedicado su vida a ellos.

—Se equivoca, yo he dedicado mi vida, entre otras cosas, a hacer noticias.

—Querrá decir a contarlas.

—Quiero decir a hacerlas.

—¿Sabe quién es Rupert Murdoch?

—Ni lo sé ni me importa.

—Usted ha sido acusado de xenofobia, de apoyar a los nazis y de preparar el camino para la caza de brujas. Eso sin contar con que prácticamente provocó una guerra…

—Como ve, me apasionan muchas cosas.

—Perdóneme, señor Hearst, pero son acusaciones muy graves.

—Pruébelas, entonces.

—Volviendo a la película…

—¿Es necesario?

—Sólo una cosa… ¿Qué era «Rosebud»? ¿La marca del trineo de su infancia o el apelativo de cierta parte íntima de su amante?

—Búsquelo en internet.

rosebud

Miguel Máiquez, 17/12/2008
Archivado en Están todos vivos
En el relato: William Ran­dolph Hearst

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1 comentario

  • enrique dice:

    A mi hermano los Reyes Magos le traerán estas Navidades un disco, como en los viejos tiempos.
    Algún día también echaremos de menos el sonido de los periódicos.
    [yo siempre pensé que Rosebud era el trineo, y es la segunda vez en pocos días que oigo mencionar algo de partes íntimas de su amante. Años después de ver esa película nadie se acuerda de que salga alguna mujer, muchos incluso olvidan que también trata de periódicos. ¡Pero todos recuerdan la nieve!]
    Feliz Navidad.

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